Habitacion de Nerine (priv. Tomas y Nerine)

(Será posible, ¡L usurpador! XD jajajaja Yo ya quiero leer ese tema-pelea )



Nerine atinó a observar, todavía aturdida, como finalmente Tomas trepaba por la ventana sin dirigirle una sola mirada más y después desaparecía de su vista. A la niña, no supo por qué, aquello le dolió bastante y tuvo ganas de ponerse a llorar para aliviar un poco el nudo que se había formado en su garganta, pero finalmente se reprimió y, lentamente, volteó la cabeza hacia Lugat.
L, el chico que la había besado minutos antes.
Nerine tragó saliva mientras lo recordaba, presa de un extraño sentimiento de confusión, satisfacción y rechazo. Estaba confundida porque no entendía nada de lo que había ocurrido. Estaba satisfecha porque ella quería mucho a L y una parte de ella había sido muy feliz. Estaba enfadada porque ella no se lo había pedido.
El vampiro dejó de mirar a través de la ventana y clavó la mirada de nuevo en ella, y Nerine se puso roja inmediatamente, incapaz de lidiar con todo lo que pasaba por su mente en aquel momento. Para evitar saturarse y ser incapaz de pronunciar una sola palabra, Nerine apartó aquellos pensamientos (junto al beso) en lo más profundo de su mente, y se irguió rápidamente dejando que otras preocupaciones tomaran posesión de ella.
- ¡No le hagas daño! - gritó, asustada, tomando consciencia al fin de las palabras que habían compartido él y Tomas hacía unos momentos. - No os peleéis - prefiró pedir finalmente, porque sabía que si lo hacían, Tomas no tendría nada que hacer (como no lo habían tenido esos hombres del callejón de días antes, aunque eran más y parecían más fuertes), y no quería comprobar hasta que punto aguantaba el autocontrol del vampiro. - No os peleeis. Por mi.
"Porque no vale la pena", quiso añadir, pero las palabras no le salieron. Todavía con el regalo de L fuertemente apretado entre sus manos, Nerine lo miró de forma suplicante, y deseó que el vampiro decidiese marcharse de cacería en ese preciso instante, porque entonces nadie correría peligro.
Y porque entonces, ella no tendría que lidiar con lo que acababa de ocurrirles y tan confundida la tenía.

Lugat pudo ver como Tomas se iba. No era bien bien lo que él había pretendido al ir al cuarto de Nerine, pero una parte de su ser lo sabía.
- ¡No le hagas daño!le dijo Nerine a Lugat. El chico podía oler el miedo de Nerine. Cada poro de su cuerpo desprendía un miedo incesante. Y Lugat lo sabía, no era por lo que él es, sino por lo que podía hacer a su amigo, y eso le molestaba. Nerine añadió : - No os peleéis.No os peleeis. Por mi.
Lugat se acercó a la chica dudando un poco. No sabía si ella lo rechazaría o no. Pero ignoró esto, lo único que quería era abrazar a Nerine y decirle muchas cosas. Por lo que lo izo sin dudar. Se acercó y abrazó a Nerine, y agachó la cabeza hasta la altura en que sus labios rozaban su oreja por cada palabra que pronunciaba.
- Lo siento criatura. Te prometo que no haré daño a Tomas.Te lo prometo, pero no porque él se lo merezca, sino porque es importante para ti. Y toda aquella persona que ocupa un lugar en tú corazón merece mi respeto. Pero te prometo criatura, que si alguna vez te hace daño, seré yo mismo quien le saque los ojos. Besó la mejilla de la chica y añadió.-Me iré de caza por unos días, se que deseas estar lejos de mi por un tiempo por todo lo que hoy a sucedido. Pero solo quiero añadir, que si lo he echo es porque de verdad lo he sentido de corazón, no por que Tomas estaba delante. Nunca mi amor, pienses que todo lo que te digo o hago es para hacer rabiar a Tomas, al contrario, lo hago porque solo me importas tú, y los demás no existen. Lugat se levanto y fue hacia la ventana aún abierta. Desplegó sus alas y antes de salir volando miró por última vez a Nerine y dijo.
- Que descanses criatura! Siempre tendré un ojo puesto en ti, pase lo que pase.