Despacho de Caelan

Junto al salon de profesores, había varias puertas con cuartos algo pequeños que se usaban desde siempre como pequeños despachos personales para los profesores. Todos ellos preferían hacer su trabajo en las aulas o en el salón principal, porque los despachos eran pequeños y agobiantes, y a menudo estaban tan llenos de cosas que apenas se cabía.
Caelan tenía su propio despacho. Al contrario que la mayoría de sus compañeros, él si disfrutaba de tener un despacho para él solo, ya que allí las cosas eran como en su habitación y podía organizarlas del modo que a él le gustaban. Además, le servía para escapar de los alumnos y los demás profesores cuando no tenía ganas de hablar con ellos.
Había unas estanterías cubriendo toda la pared a mano derecha, con libros sobre fuego y otros enseres que le servían en clase y para sus alumnos. En la izquierda había algunas mesillas y un escriptorio en el fondo, frente a una ventana de cortinas rojas.

Caelan se tumbó sobre su cómoda silla reclinable y miró por la ventana, desde dónde podía verse parte del patio y el comienzo del bosque negro. Sobre su mesa había un montón de papeles, las fichas de los nuevos alumnos, que tenía que revisar y archivar, pero no lo había hecho aun porque le daba pereza.
- Con lo bien que estaba yo de vacaciones sin pegar palo al agua... - suspiró.

Abby llamó a la puerta y entró con cuidado de no tirar la bandeja que llevaba. Observó el despacho de Caelan, estaba todo bien ordenado salvo su mesa que estaba llena de papeles. - ¿Puedo? He traído té con pastas, como me dijo que podía venir si le traía algo... Es lo único que he podido coger del comedor.

Caelan irguió las cejas y quitó los pies de encima de la mesa.
- ¡Abby! - gritó, habiendo sido pillado in fraganti mientras hacía el vago. - Claro pasa. Déja esto por aquí encima - apartó todos los papeles y los dejó de cualquier manera en uno de los cajones, el de sus tareas por hacer. Hizo una mueca al ver lo lleno que estaba ("Y todavía no ha empezado el curso"), pero luego miró a la muchacha y le hizo una señal para indicarle que podía sentarse en la silla frente al escritorio.

Abby avanzó mientras observaba a Caelan quitar los papeles de la mesa. - Si tienes trabajo yo me voy, no quiero molestar profesor.

- Tengo trabajo - suspiró. - Pero o tengo ganas de hacerlo. Nunca te hagas profesora, ¿me oyes? Vive la vida como quieras, pero no te hagas profesora.
La muchacha asintió y se dió la vuelta, como si hubiera entendido que allí, en aquel momento, molestaba, y Caelan frunció el ceño.
- Hey, espera, ¿dónde vas? - le hizo una señal para que volviera y se sentara, porque no tenía ganas de que se fuera (probablemente si hubiera sido Aiwe, o otra persona, la habría despachado, pero prefirió no pensarlo demasiado). - Vamos a merendar un poco, ¿no? Aunque, para la próxima vez - le guiñó un ojo. - me gusta más el café.

- ¡Oh! - Se sonrojó pero no apartó la mirada, había alguna cosa en Caelan que la hipnotizaba. - Me lo apunto - dijo mientras se sentaba y servía el te. - y para la próxima vez, ¿cómo te gusta el café? ¿Solo? - solo se le ocurrió decirle esto "tonta" pensó, aún no sabia porque estaba allí, simplemente tenía ganas de ver hablar con Caelan como habían estado hablando en el campo de entrenamiento días antes.

- Correcto, solo - sonrió, divertido, al ver como Abby bajaba la cabeza y parecía mantener una discusión consigo misma. La encontró adorable. - Soy un poco... Amargo. Pronto lo verás. Y seguramente dejarás de tener ganas de venir a verme cuando empiecen los trabajos, jaja

Levantó la mirada, le acababa de leer el pensamiento. - No creo, aquí se esta bien. Y seguro que no me pasa nada, como esta mañana.... - No acabó la frase porque le vino a al mente la conversación con Lone y como había acabado acompañada por Nerine a su habitación.

- ¿Qué ha pasado esta mañana? - preguntó frunciendo el ceño. - ¿Has tenido algún problema? Si es por algún alumno o algún profesor, yo... Bueno, puedo ayudarte. Eres mi responsabilidad ahora

"Eres mi responsabilidad ahora" las palabras se quedaron en su cabeza y Abby se sonrojó. - No ha sido ningún alumno ni ningún profesor. - Se quedó callada a la espera que Caelan dijera algo, pero no lo hizo así que siguió - Me encontré con el hermano de Nerine, vino a verla a ella y quise hablar con él. Quería agradecerle lo que hizo por mi ya qeu él fue quien me habló de la academia y me dio el dinero para que pudiese llegar hasta aquí. - Hizo una pausa y Caelan asintió con la cabeza, la estaba escuchando. - Le he dicho que aún no había reunido el dinero para devolvérselo cuando... cuando... - dejó de mirarle a la cara, para mirar al suelo - Cuando me dijo que no hacía falta qeu le devolviera el dinero, que encontraríamos otra forma. Lu.. luego me... me tocó los hombros mientras... mientras yo me apar... apartaba - le costaba hablar al recordar al escena y los ojos se le volvieron a llenar de lágrimas. Caelan se levantó de su silla sin decir nada y se agachó hasta que su cara quedó delante de la cara de Abby, le secó una de las lágrimas que se deslizaban por la mejilla de la chica y ella estalló a llorar.

"¿El hermano de Nerine?", pensó Caelan cuando Abby comenzó a explicar el porqué de su nerviosismo. "¿Ayashi?". Frunció el ceño y bajó la cabeza, pensativo. Ayashi había sido su alumno hacía siete años, y por lo que él recordaba, era un muchacho agradable, respetuoso y leal. Caelan solía meterse con él diciéndole que era demasiado noble para pertenecer a la família del fuego, pero en realidad lo apreciaba mucho. ¿Cómo había podido Ayashi querer hacerle algo a una alumna? Y más a una alumna que era amiga de su hermana. Había algo que no cuadraba.
Al levantar la mirada vió las lágrimas de Abby, y algo en su estómago se estremeció (aunque era muy arriba para ser su estómago solamente). Con un movimiento rápido y silencioso se levantó de su silla y se arrodilló frente a ella para limpiarle las lágrimas.
- Tranquila - le dijo, aunque ella no le escuchó porque comenzó a sollozar. Lo repitió. - Tranquila Abby. No va a pasarte nada, te lo prometo.

Cuando a Abby se le pasó un poco vio que Caelan la estaba abrazando y la estaba tranquilizando. Se separó de él lentamente y se acabó de secar las lágrimas. - Lo siento, yo... yo no vine aquí para ponerme a llorar.

- Tranquila - le sonrió y acarició su mejilla, empleando más tiempo del necesario y tocando más piel de la estrictamente correcta. Se sintió un poco extraño a la vez que culpable, pero lo ignoró, y se limitó a detenerse e incorporarse para alejarse de ella. Se refugió de nuevo al otro lado del escritorio. - Coje una galleta - fue lo único capaz de decir.

Sin ser consciente de que se movía se puso al mano en la mejilla, nadie la había tocado nunca así. Su corazón latía muy fuerte. Cogió una galleta como Caelan le había dicho y se la comió poco a poco, estaba demasiado nerviosa para poder decir algo. Subió la mirada y se chocó con los ojos verdes de Caelan, se sonrojó de golpe y esbozó una pequeña sonrisa sin ser consciente de ello.

Caelan juntó las manos en silencio y apoyó la barbilla sobre ellas para observar a su alumna. Se quedaron callados un rato, cada uno perdido en sus propios pensamientos, y no parecían sentirse incómodos sin decirse nada. Era una sensación extraña, pero Caelan se sentía bien solo mirándola. Mirando a Abby. "Mirando a tu alumna. Quién, por cierto, es muchísimo más joven que tu, pervertido". Se le escapó una risa sarcástica a él solo y Abby le miró con la confusión pintada en los ojos.
- No es nada - dijo. - Estaba pensando y... Nada, olvídalo...

"Me gustaría saber que pasa en su cabeza" pensó Abby mientras miraba a Caelan que la observaba "¿pensará en mi? No creo, Abby no seas tonta, tiene otras cosas en la cabeza" suspiró cuando él rió sarcasticamente. - No es nada - dijo. - Estaba pensando y... Nada, olvídalo...
- ¿En qué pensabas? - Preguntó con curiosidad, tampoco sabía que decirle y le gustaba su voz.

- Pensaba en... - abrió la boca y dijo lo primero que se le pasaba por la cabeza. - Pensaba en mi casa, en mi país. Allí, nuestra reunión sería políticamente incorrecta, porque ¿qué pinta una jovencita a solas con un hombre adulto? - se ignoró a sí mismo cuando pensó que, en cierto modo, también era políticamente incorrecto en aquel lugar, al menos por el modo en que él pensaba a veces.

"No pensaba directamente en mi, pero en cierto modo estaba presente en sus pensamientos" pensó Abby en un intento de auto-consolarse. - ¿En tu país? ¿Está muy lejos? Y bueno.. parezco más grande de lo que realmente soy y tampoco se te e tan grande, profesor. - después de decir eso estuvo intentando adivinar su edad, aparentaba unos treinta.

Caelan se rió por lo bajo.
- Oh, si supieras la edad que tengo en realidad... - "no querría saber nada de tí. Reitero lo de pervertido". "Cállate". Caelan se frotó la frente y se dijo a sí mismo que debía dejar de mantener aquellas coinversaciones consigo mismo, o al menos controlar sus pensamientos. Decidió cambiar de tema.
- Costa Bismuto, así se llama mi país. Está al este, muchas millas al este, a tres semanas de viaje en carro. Allí las cosas son muy, muy diferentes de aquí, no creo que te gustaran...

- ¿Costa Bismuto? Si que esta lejos. ¿Y cada cuanto vas allí? Porque si son solo 3 semana de ir, entre que llegas, luego te quedas.. - siguió el calculo mentalmente como si Caelan no estuviera.

- Exacto, es un mes y medio solo para ir y volver - se rió. - Así que no voy muy a menudo. De vez en cuando me pido un par de meses de vacaciones y voy, pero... Bueno, la última vez que fui, tu deberías tener nueve o diez años.

-¿¡Qué?! ¿No vas a tu hogar des de hace unos siete años? Y ¿no echas de menos a tu familia? - Abby no podía entender la situación, ella que odiaba a su familia por haberla abandonado ya al echaba de menos de vez en cuando...

- Un año arriba, un año abajo... Sí - se encogió de hombros con bastante indiferencia. - Ya te lo he dicho. Las cosas allí son muy diferentes, además en mi familia yo soy algo así como la oveja negra... No nos echamos demasiado de menos, no. Pero, oh, no pongas esa cara - le dijo, preocupado, al ver que la expresión de Abby se ensombrecía.

- A mi no me gusta nada mi familia, me abandonó sin más, pero aún así creo que si me aceptaran iría. Aunque seas, como dices, la oveja negra, ¿no los echas nada de menos? ¿no quieres estar con ellos? Nerine siempre dice que echa de menos a su hermano... - al pensar en Lone le vino a al cabeza al escena de esa mañana pero apartó rápidamente esos pensamientos de su cabeza, no quería que Caelan se preocupara por ella, seguro que tenía otros problemas más importantes.

Caelan meditó las palabras de Abby. Echar de menos a su familia.... Él no los añoraba, ¿era un mal hijo por eso? Sus padres nunca le habían querido como querían a sus demás hijos, y sus hermanos no le dejaban jugar con ellos porque sabían que no podía manipular la tierra. Tal vez sus hermanas... Negó con la cabeza.
- Pronto iré a verles - aseguró, pero en lugar de darle importancia a ello, se inclinó un poco más sobre Abby, preocupado por el temor que parecía inundarla cuando hablaba sobre Ayashi. Le tomó la mano. - No pienses en Ayashi ahora. Yo me encargaré de eso, hablaré con él. Estoy seguro que todo tiene una explicación.