Despacho de Yuki

Yuki estaba ordenando minuciosamente las cosas de su escritorio. Puso las fichas de los nuevos alumnos que Medea le había dado. Al principio su especialidad no había tenido mucho éxito, ya que cuando llegó de las vacaciones tan solo había unos pocos, y ahora su grupo estaba casi tan lleno como el de Caelan. Estaba ordenando todo, ya que Caelan esa misma mañana le había desparramado todos los papeles por los suelos, le había ligado los lápices con las plumas y mas cosas de por el estilo.

Aiwe no quería hacer el papeleo por lo que lo cogió y se en busca de Yuki para que lo "ayudase". Entró en el despacho de su amigo sin llamar - Hola Yuki! ¿Qué haces? - Se colocó a su lado - Ya veo, Cae ha pasado por aquí, ¿no?

- Sí....es que detesto que haga siempre lo mismo, parece que lo haga adrede...Disfruta desordenando-me-lo todo. Yuki puso sobre la mesa los papeles que recogió del suelo.
- Y lo que no entiendo es que a él también odia el desorden... Yuki se va dirección la ventana y la abre. - Y si te concentras un poco hasta puedes oler el cigarro que se a fumado aquí....aixxx si tuviera el poder del agua lo que le haría. Sonrió un poco al pensar en lo malvado de su sueño.

Aiwe invocó un poco de aire para hacer que desapareciera el poco humo que aún estaba allí - Ya sabes como es Cae, disfruta haciendo rabiar a al gente. Y la próxima vez tírale piedras - Se rió de imaginárselo.

- ¿A quién hay que tirarle piedras? - preguntó Caelan, atravesando la puerta de nuevo sin ni siquiera llamar. Miró a Yuki y a Aiwe y reprimió una sonrisa burlona. - Me he dejado el tabaco por aquí, no lo habrás visto, ¿verdad? - preguntó, poniéndose a buscarlo al momento, desordenando de nuevo la estantería que le quedaba más cerca.

A Yuki casi le da un soponcio al ver su estantería de nuevo toda patas por hombro. Caelan tiraba papeles y cajas para a tras, dejándolos por el suelo, y ni se molestaba a esquivarlos cuando pasaba por su lado, si los pisaba pues bien, no le importaba lo más mínimo.
- Aiwe no dijiste que me ayudarías...de verdad que no lo aguanto más. Yuki le susurró estas palabras a su amiga mientras observaba como Caelan continuaba con su búsqueda. Y Cae tío deja de rebuscar, tu paquete de cigarrillos los he tirado a la papelera.

Se quedó mirando como Caelan tiraba las cosas de la estantería "Al menos conmigo no es tan malo" pensó mientras se le asomaba una pequeña sonrisa en la cara. - Aiwe no dijiste que me ayudarías...de verdad que no lo aguanto más. - - Miró a Yuki, su cara era un poema. Flotó hasta Caelan mientras cogía con aire los libros que iba lanzando, cuando tenía unos cuantos controlados los colocó encima la cabeza del profesor - Cae, deja ya la estantería de Yuki y de molestarle, si no paras te los tiro en la cabeza, y sigo con lo que vea.

Caelan le sacó la lengua a Aiwe, pero paró de echar las cosas al suelo. En un deliberado y exagerado acto de buena voluntad, se agachó y recogió un par de hojas de las que había tirado, dejándolas sobre la estantería de nuevo.
Luego se dirigió a la papelera y rebuscó hasta dar con su paquete.
- Aaah, el vicio... - susurró, satisfecho, mientras sacaba uno de los cigarrillos y se lo metía en la boca. Sin que hiciera nada, se encendió solo.

A Yuki casi le da un telele.
- Caelan, te he dicho muchísimas veces que si quieres fumar que no lo hagas en mi cuarto ni en mi despachooooo!!!! Inhaló y exhaló intentando relajarse, concentrado en su respiración, pero cada vez que inspiraba el olor a tabaco se le clavaba en el cerebro. Entonces miró a Aiwe.

Aiwe miró como Caelan encendía el cigarro, la verdad es que le quedaba muy bien. Miró a Yuki y su mirada que decía "Sálvame". Aiwe suspiró, a ella le gustaba como lucía Caelan con el cigarro y era un poco rastrero apagárselo quitándole el oxígeno, y más cuando le había prometido que no lo haría. - Venga Cae, ya sabes que le molesta, vete a fumar a otro sitio. - Invocó un poco de aire para que el humo se fuera directo para al ventana y el despacho no oliera a humo.

Caelan cruzó una mirada con Aiwe y se quedó quieto durante unos largos segundos, meditando si era mejor irse o quedarse. allí. Finalmente rodó los ojos y el cigarro se apagó solo, por lo que volvió a guardarlo en la cajetilla. ¿Acaso Yuki no iba a reaccionar nunca? No negaba que le resultaba divertido tocarle la moral, pero no estaría mal que espabilase de una vez... Al menos Aiwe y él ya no discutían por eso, eso era bueno, era un avance.
- Vale, vale. Pero solo porque tu lo dices, pajarillo. Ya podrías imponerte un poco, chavalín ¬¬

Yuki miró muy enfurruñado a Caelan. No aguantaba más. Lo estaba chinchando porque quería verlo saltar...y lo iba a conseguir.
-Buaaaa!!! Con un simple movimiento de mano izo aparecer una enorme enredadera de las losetas de debajo de Caelan, por lo que lo cogió por sorpresa. Lo agarró por los tobillos y lo levantó con poco cuidado. Sabia que Caelan no tardaría mucho en hacer que su fuego destrozara su enredadera por lo que modelo el suelo e izo una enorme ondulación, justo debajo de la cabeza. Si Caelan quemaba su planta se daría un fuerte golpe en toda la cabeza, que para desgracia de Yuki no lo lastimaría mucho, tan solo le provocaría un enorme chichón.

Al ver al reacción de Yuki, Aiwe se puso las manos en la cabeza. Eso no estaba bien, no se podían pelear dentro de la academia y menos en el despacho. Miraba a uno y a otro - ¡Basta! - dijo en vano. Se estaba estresando.

- ¡Eh!! - en un primer momento, al ser elevado y colgado boca abajo, notó la rabia subiendo por su estómago, pero luego se dio cuenta de la situación y rompió a reír. - ¡Anda! ¡Hasta que reaccionas!
Estiró las manos en dirección al suelo, era lo suficientemente ágil como para impulsarse con ellas y no hacerse daño cuando la enredadera lo soltase, y luego invocó el fuego. Este, en lugar de quemar la enredadera, incendió la túnica de Yuki a la altura de su trasero, y el hombre se distrajo. Caelan quedó libre e hizo una mueca, porque acabó de culo en el suelo por un fallo de cálculo. Iba a volver a por Yuki, pero Aiwe gritó - ¡Basta! -, y Caelan se contuvo. Se limitó a sonreír.

Yuki miró dolorido su túnica quemada. Y echó un vistazo a Caelan tirado por los suelos. Eso le alegró un poco. Puso la túnica quemada en el perchero que había al lado del escritorio y miró a Aiwe.
- No grites tanto, ya sabemos que no nos podemos pelear dentro de la academia. Te salvas por los pelos negrito. Miró muy desafiante a Caelan, esperando que este hiciese o dijese algo

Miró a Yuki con muy mala cara después de su comentario - Si claro, sabéis que no os podéis pelear aquí dentro y os peláis. - los miró a los dos - Pues muy bien, haced lo que os de la gana - se va volando hasta delante de Yuki y lo apunta con el dedo - No me pidas que te vuelva a ayudar nunca. - Se va hacía Caelan - Te doy permiso para fumarle en la cara. - Dicho esto les gira la cara a los dos y se va por la puerta dejando sus papeles en el escritorio de Yuki.

Cuando Aiwe se fue, indignada, Caelan se rió a carcajada limpia todavía desde el suelo.
- Vaya, "blanquito" - dijo, pronunciando el mote con rentintín. - Parece que tu chica se ha enfadado contigo.
volvió a reírse al ver la cara desencajada de Yuki, y se planteó seriamente el volver a sacar el cigarrillo ahora que tenía el "permiso" de Aiwe, pero luego pensó que, si estaba permitido, no tenía tanta gracia, y no lo sacó. Se quedó mirando a Yuki con sorna.

Yuki se quedo sin habla, Aiwe se había molestado muy seriamente con él. Miró muy fríamente a Caelan y le dijo:
- No es MI chica... remalcando el mi.
Miró todo el desorden que había en el despacho. Aiwe se había enfadado con él y sabía que no lo ayudaría a recoger todo el estropicio. Quería correr para alcanzarla y pedirle disculpas, pero no quería dejar a Celan solo en su despacho. Estaba echo un lío. Quería desconectar un rato.
-
Creo que esta noche iré al pueblo a pasear. Yuki miró a Caelan y maldijo haber aquello en voz alta. Sabía de sobra a lo que tentaban esas palabras, y esa noche no estaba él para coger una cogorza precisamente, ya que luego acababa muy mal y no lo cuidaba nadie, solo Aiwe. Y en estos momentos la chica estaba de muy mala ráfaga y sabía a ciencia cierta que tardaría unos días en hablarle.

Caelan se rio. Le hacía gracia ver a Yuki molesto, y sabía lo mucho que lo molestaba que lo emparejaran con Aiwe, su amiga de toda la vida.
- Creo que esta noche iré al pueblo a pasear.
- ¡Perfecto! - sonrió, levantándose de un salto, y se acercó a Yuki, rodeando sus hombros con el brazo. Miró a su alrededor, el despacho desordenado, y supo que lo mejor era largarse de allí antes de que el recto profesor le pidiera ayuda (aunque, por supuesto, no se la prestaría). Lo miró con una sonrisa que no admitía réplica. - Pasaré a buscarte a las nueve. Si estás en la cama, te sacaré de ella y te tocará ir en pijama. No te escondas, porque te encontraré. ¡Hasta la noche! - gritó, soltándole. Se dirigió a la puerta y, una vez fuera, ya solo y en paz, fumó.