Hoy te lo dire .... (priv. Ren-Abby)

Ren no había pegado un ojo en toda la noche, por más que lo intento mil veces y en todas las posiciones posibles, solo había logrado que las sabanas de su cama terminaran desperdigadas por todo el suelo. En su mente un montón de palabras revoloteaban de un lado para el otro, chocando con su cráneo y generando más confusión. Aquellas palabras debían ordenarse en un discurso coherente que le permitieran hablar con Abby de manera natural y espontanea, pero ya se había resignado a que eso no pasaría, simplemente porque después de la charla con Tomas, ya no había podido ser el de siempre con ella. Cada vez que se la había cruzado, sus extremidades se ponían tiesas y una especie de temblor molesto se apoderaba de su voz.
Se sentía tan estúpido que prefería marcharse lo más rápido posible, y cualquier excusa tonta le venía como anillo al dedo para abandonar el lugar, aunque sabía que todo aquello le jugaba en contra ante sus verdaderas intenciones… él no quería alejarla, todo lo contrario…deseaba que Abby se acercara a él lo más posible.

Los primeros rayos de luz comenzaban a filtrarse por la ventana de su cuarto. Era inútil permanecer en la cama, por lo que decidió tomar un baño a ver si eso lo calmaba. La academia estaba en una calma inusual, pues era sábado y nadie despertaba al alba si no era estrictamente necesario. El joven elfo se vistió con algo de ropa informal que había comprado hacía un par de días. La moda no era lo suyo, pero la empleada de la tienda no se había cansado de decir lo bien que se veía con ellas, y esperaba que Abby opinara lo mismo…. Se miró al espejo y hablo consigo mismo…

-Hoy lo hare…..hoy la invitare!!.....-

Y dicho esto, salió del cuarto en dirección a la cocina para desayunar algunas tostadas y algo de café, mientras pensaba que lugar sería mejor para abordar a Abby…. Quizá a la salida del recinto femenino, aunque le pareció que eso sería muy poco natural pues poco se pasaba por allí….. Quizá en el parque, pero si ese día Abby decidía no salir, estaba frito…. Quizá la cocina…si….. en algún momento Abby debía comer y él esperaría por ese momento aunque tuviese que echar raíces en esa silla.

Era el último sábado de mes, por lo que tenía el día libre y no tenía que ir a trabajar, pero acostumbrada a levantarse temprano, Abby no pudo dormir mucho y decidió bajar pronto a desayunar.
Antes de salir se miró otra vez al espejo, llevaba un vestido nuevo con el que se veía rara, acostumbrada a su vestido rosa con el corsé marrón a juego, pero tampoco le quedaba mal. Cogió un pasador que se había hecho a juego y se lo colocó y por último se puso el collar en forma de rosa con media sonrisa en la cara y lo escondió en el escote del vestido de manera que solo se veía la cadena.

Suspiró por los pasillos, Ren… Días después de llegar del “viaje” empezó a evitarla, cada vez que coincidían, él se marchaba muy rápido y casi no le dirigía la palabra. ¿Después de lo que había hecho por él, se lo agradecía así? Pues muy bonito, eso sí, si esperaba que no volvieran las malas caras y las malas palabras iba bien. ¿Quién se creía que era para un día regalarle un collar y el siguiente girarle al cara? Vale, no le había llegado a girar la cara, pero poco le faltaba y eso a Abby la ponía de muy mal humor. Porque ella se había llegado a hacer ilusiones con lo que podrían llegar a ser; porque, aunque no quisiera reconocerlo, ya sabía porque le palpitaba tan fuerte el corazón cuando él estaba cerca; porque, aunque no lo aceptase, sabía porque la cabeza se le inundaba de cosas y no podía ni hablar; Porque…
Sacudió la cabeza y entró en el comedor, desayunaría rápido e iría a Mondphase a pasear, con un poco de suerte quizá se compraría algo y todo.

Pero todos los planes que estaba haciendo se chafaron cuando lo vio allí sentado. Y allí estaba él, pensativo, mirando el horizonte des de su silla. Abby fue a coger su desayuno y decidió sentarse delante suyo (porque aunque hubiera decidido hablarle y mirarle mal, al menos lo miraba, que ya era algo). – Buenos días…

Ren divagaba mientras una tostada con mermelada colgaba de su boca y la mordía lentamente, tratando de que el tiempo pasara y aun hubiese algo sobre la mesa, para no levantar sospechas sobre su eterna permanencia en la mesa del comedor. Oyó algunos pasos ligeros que comenzaban a circular en la cocina, pero no les prestó atención, pues aun era muy temprano para que cualquier estudiante anduviese dando vueltas.

De pronto, la silla que estaba a su lado se movió con poca delicadeza y el elfo pudo ver una figura se sentaba con su bandeja de desayuno . Ren tardó unos segundos en reaccionar, porque pensó que su ansiedad le estaba jugando una mala pasada. Allí estaba Abby, con cara de pocos amigos….

-Hola…- murmuro mientras tomaba la tostada y la dejaba en el palto La observó un momento y vió que llevaba un vestido muy bonito puesto y un broche que mantenía sus cabellos alejados de su bonito rostro. Ren sacudió un poco la cabeza, intentando olvidar lo de “bonito“, pues ya suficientes problemas tenia para hablarle sin pensar ninguna de esas cosas. De pronto su mente comenzó a atar algunos cabos sueltos….Abby se había levantado temprano en su día libre, se había puesto un vestido nuevo y se había peinado…todas la cosas que las chicas hacían (o al menso es lo que él creía) cuando tenían una cita con alguien. Frunció el seño molesto ante tal idea y se llevó la taza de café a los labios para hacer tiempo y así poder hablar pausadamente y disimulando la rabia que sentía.

-Vas ir a algún lado hoy?....... veo que estas estrenando vestido….¬3¬……-

Al oírlo saludar, mientras se llevaba una tostada a la boca, Abby se maldijo a si misma por haberse sentado allí, ¿en qué estaría pensando? Estaba claro, en él pero… ¿por qué no podía apartar al mirada de…? Llevaba ropa nueva, estaba claro, no mucho de su estilo pero, le quedaba más que bien.
La pelirroja suspiró, ¿des de cuando opinaba de la ropa de alguien? Aunque estaba claro que no era la única que se fijaba en la ropa. No le gustó mucho el tono que usó, pero le gustó que se fijara en su vestido nuevo. Se sonrojó levemente antes de responder - ¿y a ti que te importa? - ¡Mierda! ¿Por qué le tenía que hablar así? Se mordió el labio y bajó un poco la cabeza – Lo siento… Sí, el vestido es nuevo aunque… no tenía pensado ir a nigun sitio en especial, solamente a pasearme por Mondphase, ¿por? – Se sentía un poco tonta hablando así, pero no lo podía evitar.

Ren apretó la taza entre las manos al oir el "y a ti que te importa"... era verdad, Abby no tenía por que darles explicaciones de nada, pero aún asi se molestó. Estuvo a punto se levantrace de un salto, tomar su bandeja y retirarse de ese lugar, no sin antes decirle algo desagradable a la joven (de lo cual seguramante se arrepentiría al segundo de haberlo dicho), pero Abby se disculpo al instante y eso lo calmo un poco, despues de todo, una disculpa de ella era algo que no se escuchaba todos los días.
La taza continuaba en su boca mientras ella hablaba y evitó mirarla, conservando la seriedad de su rostro el mayor tiempo posible pues no deseba que ella viera la sonrisita de satisfacción que abordó la comisura de sus labios al saber que no tenia una cita, sino que irea sola a Mondphase.
Ren cambio la taza por otra tostada y la mordisqueó un poco antes de hablar, tratando de sonar lo mas casual y natural posible, porque el momento se acercaba y respiración comenzaba a agitarce.

-Por nada en espacial...... es que iba a ir a Mondphase también....... quería comaprar un obsequio...y creo que algo de asesoramiento femenino me vendría bien..... digo...si vas a ir sola ... podrías ir conmigo....no?. - prefirió guardar silencio porque las palabras comenzaban a perder fluidez y esa no era buena señal.

Ante la calma de Ren por contestar y el nerviosismo que tenía, Abby se llevó la taza de café a la boca para no añadir ningún comentario estúpido que le diera al elfo una buena razón para irse. Después de todo, no había nada como hacer pequeñas miradas furtivas hacía sus ojos.
Y justo cuando dejó la taza en el plato, sin paciencia ya, él habló. Primero Abby se sonrojó y jugueteó con su pelo. Irían juntos al pueblo, solos, los dos… Todo era perfecto hasta que analizó la frase - ¿a quién vas a hacerle un obsequio? – lo dijo más dolida que otra cosa, ¿des de cuando Ren tenía una novia o alguna chica para hacerle un… obsequio?

Intentó que no se le notara, y dio un bocado a su cruasán. – Para saber si te puedo asesorar o no – añadió para no sonar muy preocupada por eso.

Las cosas estaban siendo aún más complicadas de lo que el elfo se esperaba. Sabía que no sería para nada fácil invitar a Abby, pero todo aquello se estaba volviendo ridículamente difícil. Engulló lo que quedaba de pan con un poco de enfado, pero el tono áspero de la voz de la joven le hizo voltear a verla con sorpresa. ¿Qué estaba ocurriendo?....acaso estaba celosa? No, no había posibilidad de tal cosa….. o si?. Muy en el fondo, una pequeña chispa se encendió, pues desde que había hablado con Tomas, Ren sabía a la perfección que aquello iba a ser una declaración infructífera, pero aún así, no soportaba más como estaban las cosas con Abby. Había decidido que lo más sano era que ella supiera de sus sentimientos y punto, a partir de allí él ya no podía hacer más nada, simplemente esperar que se riera de él, o que huyera despavorida, o lo insultase por pensar que se trataba de una broma o……….. que lo aceptase, pero esa última opción se le dibujaba tan remota teniendo en cuenta como se había dado todo luego del viaje a Shÿthra que la había (casi) descartado, pero, entonces por qué estaba molesta? Decidió esperar un poco antes de poner a Aurora como pretexto y cambiar ligeramente sus planes, necesitaba estar más seguro de que pasaba por la mente de Abby y eso no sería fácil.

-Estoy seguro que si vas a poder, eres mujer, o no?....- estiro sus brazos para relajar los hombros, que comenzaban a entumecerse por la rigidez de su cuerpo. – Lo sabrás en su momento….ahora, decide…..vienes conmigo o no?..-

Tomó su bandeja y despacio se levantó de la mesa para apresurar la respuesta de Abby. No deseaba presionarla, pero tampoco quería comportarse amable de más (al menos por el momento) pues sino sería todo muy raro y temía que la joven se sintiera incomoda y rechazara su ofrecimiento. Había tantas cosas que tener en cuenta, que su mente no se relajaba ni un momento, y temía que la falta de sueño le jugara una mala pasada, pero todo debía darse a su tiempo, y eso le molestaba, porque la paciencia ano era su fuerte, para nada.

Abby estaba a punto de perder los nervios, eso empezaba a no tener ni cabeza ni pies. Y lo peor era que se había mostrado nerviosa y celosa, esperaba que Ren no lo hubiese notado, sino ya tendría otro motivo para reírse de ella y no tenía ganas de eso.
Cuando habló y se levantó, a la pelirroja le costó reaccionar. ¿Se estaba yendo sin ella? ¿Le acababa de hacer un ultimátum? Lo odió por un momento, no le había dicho para quien era el detalle y… ya se iba y… ella quería ir para estar con él pero solo de pensar que pudiera estar con otra le hervía la sangre.

Cuando no lo tenía delante, sacó un momento su collar en forma de rosa que le había regalado después de una clase de CAAM y después de mirarlo unos segundos se decidió. Si él estaba con otra chica, no quería decir que no pudiera pasar algo de tiempo con ella; así que se levantó, cogió la bandeja y lo alcanzó. – Hoy es tu día de suerte – dijo con su tono habitual – Vengo contigo, pero tendrás que hablarme de ella, no todas las chicas tenemos los mismos gustos.