Misión 01: El llanto de las lamias (Fala e Hinohana)

El hombre había sido protegido de aquellas heridas que salieron de la nada sin razón aparente mientras era arrastrado por Hinohana fuera de aquel problema inentendible, tan solo se sentó en el suelo mirando desde lejos la escena y se sujetaba con fuerza el brazo lastimado, las heridas no eran realmente graves, eran tratables pero eran sumamente dolorosas, como si un aire filoso lo cortara todo a la perfección.

Por otra parte la niña estaba aterrada con el cambio de Fala al tomar su verdadera apariencia, estaba completamente inmóvil en su asiento cuando de a golpe se levanto dejando caer su cesto de flores de papel al suelo hasta acércame a una de las luces de las calles y sujetarse de ella mientras miraba a los 3 presentes desde su lugar - Yo no fui... - Comento con su voz ahogada al borde del llanto cuando cayó de rodillas en el suelo.

Un pequeño frio se formo alrededor de fala de un momento a otro, heridas se abrieron en su espalda, como si alguien estuviera arañando su piel con garras tan afiladas como las de un licántropo y nuevamente no había nada más que sus sombras mientras la niña ni se movía de su lugar... Aunque había algo que no cuadraba del todo allí... ¿La sombra de fala parecía estar más grande de lo que debería o estaría una sombra junto a la suya?

El hombre no pudo reaccionar bien, tan solo tomo embobado el pañuelo y lo ató sobre las heridas que traía mientras observaba un tanto confundido, sorprendido y asustado la situación tan extraña que sucedía frente a él.

- No lo se... No es mi culpa... No lo se... No es mi culpa... No lo se... No es mi culpa...- Susurraba la niña una y otra vez mientras abraza sus piernas temblorosa y sujetaba con fuerza su vestido - No es mía... -

Una pequeña risa comienza a provenir de todas partes, aunque más que obvio era que provenía de aquella sombra de forma extraña que emergía del suelo de manera asquerosa, como si su masa no tuviera huesos se retorcía lentamente hasta tomar forma aunque aun seguía de color negro - ¿Culpando a mi pequeña? - Dijo con una voz extraña mientras poco a poco la figura completaba su forma, de la cintura hacia arriba era una hermosa mujer de piel pálida y largos cabellos de color rojo que cubrían su rostro mientras que de su cintura hacia abajo era una larga cola de serpiente de color carmín con distintos tatuajes y aros por su escamosa piel opaca - Que bajo señor demonio… Atacando a una niña inocente… - Rápidamente la mujer serpiente se arrastro ágilmente hasta Fala, sujetándolo con su cola para que no pudiese moverse mientras sus blancas manos tocaban sus mejillas, lentamente levanto su rostro para “mirarlo” pero donde e suponía estaban sus ojos se encontraban dos agujeros vacios de color negro - No eres él… -