Lágrimas en la sopa (Priv. Nieven, Layla y Lyan)

Nieven estaba sentado en una de las mesas más esquinadas del comedor, con una sopa de fideos como única compañía. Le daba vueltas con su cubierto, deleitándose con el aroma, estudiando las corrientes del caldo tras pasar la cuchara y viendo esos finos fideos navegar de un lado a otro.
No tenía hambre.
- Y para qué comerse esto, si total, después conforme entra sale por otro agujero más abajo en el cuerpo...
Hablaba para sí mismo. En principio no era un comentario pesimista, si no una simple conclusión a la que había llegado en ese momento.
Pero de repente unas gotas de agua se empezaron a deslizar desde sus ojos a lo largo de sus mejillas, cayendo en la sopa una detrás de otra. Golpeó la mesa con rabia y el guante de su mano derecha impactó con fuerza en la madera.
- ¡Esta comida es un asco!
Después se escuchó el ruido de un plato rompiéndose en mil pedazos y los fideos que antes navegaban en el caldo ahora naufragaban en el suelo.

layla estaba en el comedor, ese dia havia salido mas tarde de sus clases porque se havia quedado practicando con su escoba, busco con la mirada a sus amigas o algun compañero, pero no veia a nadie, solo a un chico de espaldas que parecia lametarse por algo. Avergonzada y sin querer comer sola, se acerco a el por detras. Trago saliva y se armo de valor, cuando estaba apunto de saludarle y presentarse el chico dio un golpe a la mesa y grito:
- ¡Esta comida es un asco!-
-AAAH!!- no pudo evitar gritar y soltar su bandeja que cayo a sus pies, mojandole los zapatos y los calceitines. Miro al chico con ojos llorosos y asustada. Su corazon aun le iva a cien por hora y sus manos temblaban.

(XD es asustadiza)

El ruido de una bandeja golpeando el suelo hizo que Nieven se girara. Junto a él vio a una chica que no cumplía ni de lejos el perfil de persona que había venido a buscar a la academia. Era delgadita, parecía una niña pequeña y... no, seguramente no estaba buscando a alguien como ella. Se agachó y cogió la bandeja de la chica y la comida que pudo recoger del suelo. Nadie le había explicado que la comida del suelo no se comía, así que le entregó la bandeja a ella.
- ¿Por qué lo tiras? ¿A ti tampoco te gusta? Pues no deberías hacerlo. ¿Sabes? Yo no tengo la suerte de poder comer a diario como vosotros...
Entoneces se dio cuenta de un detalle que hizo que la bandeja se le cayera de las manos involuntariamente aterrizando de nuevo en el suelo. Estaba increíblemente sorprendido. Acercó su cara a menos de dos centímetros de la de la chica.
- ¡Uno de cada color! ¡Es lo más increible que he visto desde que he llegado aquí! ¡Me encanta!
Si algo le fascinaba al chico, era descubrir cosas nuevas, su curiosidad no tenía limites. Estaba realmente sorprendido y extrañamente feliz.
- Me llamo Nieven - y le tendió la mano para saludarla -. Ah no, espera, que me dijeron que a las chicas se les saludaba con un beso en la mejilla.
Así que, ignorante él de la timidez de la muchacha, se lanzó a darle un beso en la cara.

layla se asusto y asitio con la cabeza como una niña pequeña a la que regañan por tirar comida al suelo. Miro al asombrada como el chico recojia la comida que havia caido en el suelo.
Iva a cojer la bandeja de las manos del chico cuando este la solto de repente, haciendo que se precipitara al suelo, acercando su cara muy muy cerca de la de la chica. Layla abrio mucho los ojos y se puso muy roja, nada la ponia mas nerviosa que miraran sus ojos y tan de cerca. Trago saliva quiso decir algo, pero se quedo paralizada de la verguenza. No sabia si alegrarse por las palabras del chico o sentirse....diferente otra vez... apenas pudo gesticular palabra que el muchacho de mechas azules volvio a abir la boca presentandose. Layla bajo la mirada (por fin XD) y cuando iva a decir su nombre, nerviosa aun, nieven volvio a hablar, endiñandole un beso en la mejilla y eso la encendio...literalmente. El problema de layla era que si algo la hacia poner nerviosa, su cuerpo reaccionaba emitendo calor, y en casos extremos podia llegar a la combustion espontania. Se llevo una mano en la mejilla, con el cuerpo casi rojo ya estaba quemando. -e-esto....- tartamudeo- s-soy... la-layla...fl-ameheart - empezando a a salir humo de ella.

Nieven apartó su boca de la mejilla de Layla instintivamente, en cuanto notó que su piel había subido de temperatura y sintió que se quemaba. Como dominaba el hielo, el calor hacía estragos en él, como minutos antes lo estaba haciendo el caliente humo de su sopa con la que se había enfadado.
-S-soy... la-layla... fl-ameheart - dijo ella.
"Da igual como te llames, eres una de ellos". Si hay algo que Nieven no podía evitar, era odiar a los que tenían poder de fuego. Ante ellos, su instinto hacía que se volviera incontrolable. Así que congeló la sopa que había caído en el suelo, la transformó en cuchillos helados y los lanzó contra la muchacha... hasta que volvió a ver sus ojos. Nieven volvió en sí y paró su ataque. No había visto nunca unos ojos así, así que no podía ser como ellos. La miró detenidamente y vio que la chica se había puesto tan roja por su propio calor que empezó a preocuparse por su salud. Así que creó un "vestido" de hielo y se lo puso a Layla para enfriarla y que volviera a su temperatura normal. Cuando el hielo se hizo humo, Nieven esperaba que la chica hubiera vuelto a la normalidad.
- ¿Estás bien?

Lyan solía ir tarde al comedor porque no le gustaba encontrarse con gente, pero aquel día se encontró algo que no se esperaba en absoluto. A través de las ventanas del comedor vio a un chico y una chica... A ella la identificó de inmediato, aquel pelo rojo era inconfundible, pero... ¿qué hacían? A Lyan le pareció que el chico... ¿la atacaba? No podía ser.... Salió corriendo sin pensarlo hacia la puerta del comedor. Una vez allí lo que vio no le gustó ni un pelo.... El chico estaba cerca de Layla y esta estaba cubierta de... hielo. Hielo que se derretía rápidamente debido, lo más probable, a la temperatura corporal de Layla. Lyan conocía a la pelirroja lo suficiente como para saber que solo se ponía así cuando estaba nerviosa o asustada... y por eso no necesitó nada más para llegar a la conclusión de que aquel desconocido le quería hacer daño.

Empezó a andar hacia ellos, cabreado. Muy cabreado. Ni siquiera pensó en preguntar, para él estaba clarísimo lo que estaba pasando, y no dejaría que nadie le hiciera nada malo a Layla.

- ¡Déjala, cabrón! - gritó, a la vez que le soltaba un puñetazo a Nieven en la cara.

(ahora posteo yooo, el orden sera : nieven, lyan y layla.. XD hola llus)

aun en shock, por el nerviosismo del momento, layla abrio mucho sus ojos cuando nieven la ataco, ella puso el brazo por instinto y las lagrimas brotaron de sus ojos, aunque luego se derritieran , por lo caliente que estaba su cuerpo,grito-KYAAAAHH!!- estaba aterrada, no entendia que le pasaba ese chico, porque le besaba la mejilla y luego le atacaba. Por algun motivo que layla desconocia el chico paro.... dejo de atacarla y la miro a los ojos...esos ojos que ella tanto odiaba.. lloro... asustadisima. Y su cuerpo quemo de nuevo.... empezando a quemar su propia ropa. De pronto nieven le puso algo de hielo encima, que no tardo nada en derretirse. Cuando iva a responder a nieven que no estaba bien, y preguntarle porque le hacia todo eso... aparecio lyan, el cuepo de layla no pudo reaccionar, estaba helada... sentia como su fuego se apagaba, empezo a temblar medio mareada.

(A los de fuego no les sienta bien xD que les "enfrien" con agua o hielo)

Nieven se levantó del suelo y se pasó la mano por la mejilla dándose cuenta que se habían desprendido finos trozos de hielo que recubrían su cuerpo. ¿Por qué le habían pegado? El dolor que sentía en su corazón era tan fuerte que creía que se estaba deshaciendo por dentro.
- ¿Por qué me... pegas? Si yo... soy bueno.
No fue capaz de levantar la mirada del suelo por tristeza. Había atacado a la chica porque su odio a los dominadores del elemento fuego era irracional, no podía controlarlo, era involuntario, hasta tal punto que ni siquiera tenía la posibilidad de plantearse si atacarles le hacía ser malo. Simplemente, lo hacía sin poder elegirlo. Sin embargo, su parte racional que sí podía controlar deseaba que aquella chica estuviera bien. Levantó la cabeza para comprobarlo y aunque pensaba que no podía sentirse peor de lo que estaba, su corazón se derrumbó e hizo aguas. La muchacha estaba muy débil. Él sólo quería ayudarla y había empeorado su estado.
- Lo siento, lo siento, lo siento. Nieven es bueno, de verdad, ¡lo digo de verdad!
Fue corriendo hacia ella para disculparse, sin ser consciente de que acercarse podría hacerle recibir un nuevo golpe por parte de su protector.

- ¡Te he pegado porque le hacías daño! - Lyan notó algo de frío en la mano con la que le había dado el puñetazo y se la frotó. No le gustaba nada esa sensación. Entonces sintió la energía de Layla... su fuego estaba débil. La miró preocupado, pero por un momento fue incapaz de moverse. Por un breve instante el miedo le había paralizado. Pero cuando oyó al chico disculparse y ir hacia Layla, reaccionó. Le dio un empujón antes de que pudiera volver a tocar a la pelirroja y fue él el que la cogió en sus brazos para trasmitirle algo de calor. - ¡No te vuelvas a acercar a ella! ¿Bueno? ¿Tú has visto lo que le has hecho? No eres más que otro sucio dominador de agua. - A Lyan le pasaba algo parecido a Nieven... odiaba a los dominadores del agua, elemento contrario al suyo propio. Sin saberlo, aquellos dos parecían destinados a odiarse.

Vigiló a Nieven con la mirada, amenazándole silenciosamente para que no se acercara. Mientras, él intentaba calentar a Layla, esperando que reaccionara con aquella transfusión de calor.

( ;A; waaa no pelen niñooossss...malditos elementos contrarios DX)

queria decirle a lyan que parase, no le gustaba nada cuando el moreno se peleaba con otros compañeros, pero no le salia la voz, solo podia temblar y intentar respirar de manera calmada para tranquilizarse, cerro ojos ojos encojiendose sobre si misma, escucho las disculpas de nieven y se sintio culpable, mal que el chico se sintiera asi, quiso decirle que no se preocupara, que cualquier podia cometer un error, en cuando fue a abrir la boca para intentar hablar, lyan la cojio en brazos estaba caliente, sin pensarlo dos veces se abrazo a el, buscando el calor que ella havia perdido, cerro los ojos y se abandono a esa sensacion, esa calidez,. Sus mejillas se sonrrojaron de nuevo, tal vez un poco mas al ser consiente del abrazo de lyan y su temperatura se fue estabilizando poco a poco, pero siguio cojida al pecoso, buscando tambien un poco de consuelo por el miedo que havia pasado.

Nieven sintió unas manos calientes empujándole y se dio cuenta de que aquel chico era de fuego. Mientras caía al suelo por el empujón revivió una parte de su pasado. Aquel día, ellos también eran de fuego, los que le golpearon para impedir que pudiera salvar a la persona que más quería. Una persona a la que habían condenado simplemente por ser diferente. Entonces Nieven analizó la situación y lo tuvo claro. El chico que le acababa de empujar quería capturar a Layla porque ella también era diferente, con esos ojos de colorido tan particular. Su pasado le había hecho asociar que los controladores del fuego siempre secuestraban gente diferente.
Se levantó del suelo y sus pupilas se diluyeron hasta que sus ojos parecían dos esferas de hielo cristalizado con aguas turbulentas en su interior. Señaló al muchacho y se dirigió a él con determinación.
- Esta vez no lo vais a conseguir, ¡no te acerques a ella!

-¡¿Qué hablas, estúpido?! - Lyan cogía a Layla con fuerza, sintiendo como la chica se había agarrado a él. Al principio estaba fría, pero poco a poco notó cómo se calentaba, y eso lo alivió un poco.

El muchacho miraba con odio a Nieven y, aunque nunca lo hubiese reconocido, también con algo de miedo... el cambio que habían sufrido sus ojos le causaba cierto temor y respeto, pero no dejaría que se volviera a acercar a Layla y le hiciera daño. - Aquí el peligroso eres tú.... Como te acerques un paso más, te frío, ¿te enteras, maldito cabrón? - dijo, haciendo una pequeña bola de fuego con una mano, para amenazarle.

( por el bien que el tema siga , mandere a layla calladita X///D asi sera mas diveeeerrrrrrr )

layla estaba mareada y se sentia debil, queria decirle a lyan que no se peleara, que lo hablaran que todo era un mal entendido, solo sentia el calor de los brazos de lyan, y eso era tan agradable que la adormecia, cuando de repente, se desmayo, quedandose profundamente dormrida, mientras recuperaba poco a poco la magia que havia perdido.

En condiciones normales, Nieven se habría puesto a llorar cuando Lyan le había llamado "peligroso" y "maldito cabrón", él se consideraba alguien muy bueno y cuando alguien pensaba que no lo era se entristecía mucho. Pero en el estado mental en el que estaba, no escuchaba nada.
Pisó con fuerza una botella de agua que había en el suelo tras haberse caído la bandeja de Layla haciendo que saliera su contenido, y con su poder de manejar el agua la dirigió rápidamente hacia la bola de fuego de Lyan, rodeándola. Una vez allí la transformó en hielo cubriendo aquella esfera ardiente. Al quedar encerrada la bola de fuego, se apagó por la falta de oxígeno.
- ¡Espero que eso no sea lo mejor que sabes hacer!
Y entonces vio que Layla se desmayaba. No supo que se había dormido por cansancio y pensó que se había muerto. Se asustó tanto que recuperó la cordura. Sus ojos volvieron a su aspecto normal y empezaron a llorar a cántaros. Cayó de rodillas y con la mano en la frente de desesperación se puso a gritar.
- ¡La has matado! ¿Ves? ¡Querías hacerle daño! ¡La has matado! ¡¡¡La has matado!!!

Lyan tiró a un lado el hielo en cuanto su bola de fuego se extinguió y movió un poco los dedos para deshacerse de aquella sensación fría que le había dejado aquella materia. Miró a Nieven con odio. Claro que podía hacer más, pero tampoco era cuestión de achicharrarle allí mismo... solo había intentado asustarle para que se fuera y los dejara solos, pero no parecía haber funcionado.

Entonces notó que el cuerpo de Layla se aflojaba y la miró asustado. No... no era posible... si le estaba pasando su energía, no podía haberse.... Lyan no vio el cambio en los ojos del otro muchacho, pero escuchó sus gritos desesperados, que lo asustaron más. Seguía sin pensar que eso fuera posible, pero de todas formas comprobó el pulso de la chica.... por asegurarse. Estaba perfectamente, sus latidos eran estables... probablemente solo se había desmayado por la falta momentánea de energía. Miró a Nieven.

- ¡Está bien, idiota! Solo se ha desmayado. - Volvió a mirar a la pelirroja por un momento, acurrucada en sus brazos, para después volver a dirigirse a Nieven con seriedad. - Y sí alguno de las dos la hubiera matado, no hubiese sido yo, señor cubito de hielo... ¿no ves que tú poder la debilita? Si yo no hubiese aparecido lo mismo ahora.... - se le quebró la voz ante tal posibilidad. De verdad veía a Nieven capaz de debilitarla por completo, no sabía si por maldad o ignorancia, pero le daba igual. Lo único que le importaba es que ahora ella estaba bien y no dejaría que el otro chico volviera a hacerle daño. Apretó a la inconsciente chica más contra sí, mientras vigilaba que Nieven no se acercara.

Lyan aseguraba que la chica estaba bien, pero Nieven no terminaba de creerle. Había visto hace tiempo a la madre de la persona que él más quería del mundo en el mismo estado que Layla. Aquella mujer también era de fuego; la condenaron echándola a un lago y... no, ella no volvió a despertarse. Por eso no le creía. Para Nieven, los dominadores de fuego eran gente que hacían que las personas diferentes durmieran para siempre y no volvieran a despertar.
- No te creo. ¿Y sabes por qué no te creo? Porque ha perdido el conocimiento en tus brazos. Algo le has hecho. ¿Me tomas por tonto? No voy a dejar que hagas que nunca más abra sus preciosos y diferentes ojos.
Nieven miró a los ojos a Lyan con gesto de desafío, aunque ya sin la ira de antes. Porque ahora lo que hacía lo hacía desde la bondad, aunque equivocado.
- No... no... no voy a dejar que se haga daño a nadie más en mi presencia - unas lágrimas semiheladas demostraron que Nieven estaba harto de ver dolor en la gente -. Así que dámela, yo cuidaré de ella. Si es verdad que quieres que se ponga bien, yo me encargo. Déjame que cuide de ella. Vas a tener que creerme... porque si tú no haces el gesto de creer en mí, yo no voy a creer en ti. En vosotros, asesinos del fuego.

- ¡Pues claro que te tomo por tonto! Está claro que tu helada sangre no te llega al cerebro, chaval. - abrazó más a Layla. - Si se ha desmayado cuando yo la he cogido es porque en mis brazos se siente segura... - Lyan se puso en pie con Layla en brazos y expresión seria. - A ver si te enteras de que NO puedes cuidar de ella... Se ha desmayado por lo que tú le has hecho, que a ver si te entra en la cabeza, muñeco de nieve, irradias frío, y eso la debilita..... NOS debilita... - dirigió una mirada de odio al chico - Un asesino puede ser de cualquier elemento... no tienes derecho a juzgarme por ser de fuego – Lyan dio un paso atrás para alejarse de Nieven. - Y por eso no pienso dártela, no confío en ti y me la suda que no me creas. – Entrecerró los ojos, aumentando la seriedad con la que ya hablaba. - En cuanto hagas un movimiento, te convierto en charco, ¿me oyes?

(esto, cuando querais que despierte, avisad, o no se si despertarla ya O___O antes que se lie parda!)

(jajaja por mí despierta ya! q esto parece un tema de 2 xD aunque... mal momento para despertar xD)

- ...irradias frío, y eso la debilita... NOS debilita...
La mente de Nieven se paró en ese momento y dejó de escuchar al muchacho. Nieven había ido a la academia a buscar gente que le ayudara contra los dominadores del fuego que estaban maltratando a su ser más querido. Pero... Lyan le acababa de decir que él mismo tenía la capacidad de debilitarles. Sí, él podría ayudar a su dueño sin necesidad de ayuda. Pero eso tenía que comprobarlo antes.
- ¿A quién llamas muñeco de nieve? ¿Eh?
Nieven dio un salto para ponerse encima de una mesa.
- Tienes diez segundos para poner a la chica en un lugar a salvo. Hay algo que necesito comprobar contigo. Empieza la cuenta atrás. Diez, nueve, ocho...

(por mi la despiertas ya también Y perdón por tardar ;__; )

- ¡A ti, gilipollas! - Observó como Nieven se subía a una mesa, confuso, preguntándose qué pretendía. - ¿Qué cojones haces? ... ¡Tú estas loco! No pienso soltarla para hacerte de conejillo de indias! Déjanos en paz y vete a la puta mierda....

Lyan estaba un poco asustado de que aquel muchacho le atacara, aún con Layla en brazos, pero no podía arriesgarse, debía protegerla, y lo más seguro era salir de allí y alejarse de él cuanto antes, así que se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la puerta, consciente de que dejaba su espalda desprotegida.

Layla movio los parpados, ya con la temperatura normal, abrio los ojos y se vio"...flotando?" penso, miro hacia arriba y vio a lyan que la llebaba en brazos. Se sonrrojo.... no, se puso muy muy roja, casi tanto como su pelo, havia estado lyan todo ese rato cuidando de ella? parecia serio, hablando con el chico..... volvio a cerrar los ojos, intentando recobrar mas el sentido....y de paso , enterarse que pasaba...ya que los chicos parecian estar discutiendo. La pelirroja apreto los labios y oyo :

y vete a la puta mierda....

Abrio mucho los ojos, asombrada, miro a lyan, tosio, para avisarle que estaba alli , despierta ya, no podia esperar mas.
Miro de reojo a nieven, para ver como se lo havia tomado, el chico parecia estar en una especie de cuenta atras, encima de la mesa, abrio la boca y exclamo:
-que...- le salio un gallito y carrespeo- que pasa aqui?- dijo con expresion triste, sin moverse mucho, aun avergonzada de estar entre los brazos de lyan, acurrucada en una bolita.

Nieven cerró los ojos, concentrándose en sentir agua cercana, y la encontró en las tuberías que había tras las paredes del comedor. Con su capacidad de congelarla y manejarla a distancia creó dardos de hielo que rompieron las cañerías y salieron por la pared en dirección a Lyan. Al romperse las cañerías, también empezó a brotar el agua y empapar el suelo (de ahí que se hubiera subido a una mesa para evitar el contacto ya que el agua le derrite y a él también le hace daño).
- que... que pasa aquí?
Aquella vocecilla le hizo volver de su locura mental. Había reconocido la voz de la muchacha de los ojos distintos y lo último que quería era hacerle daño. Paró los dardos de hielo cuando estaban cerca de ellos.

((Pido perdón por tardar TANTÍSIMO... Desde septiembre he estado muy liada con la universidad y he tenido los foros abandonados... Respondo, por si queréis seguir ^^))

Lyan se sobresaltó con el ruido que provocó Nieven al romper las cañerías y se giró, por inercia, dispuesto a crear un muro de fuego para protegerse él mismo y a Layla... Estaba asustado, no sabía qué se podía esperar, pero aquel ruido no podía traer nada bueno... y ni siquiera sabía si serviría de algo crear el muro.

Entonces el tiempo se paró, o eso le pareció a él, cuando la chica habló. Lyan se quedó en posición de defensa, pero sin crear fuego, Nieven paró los dardos de hielo... Todo simplemente por la tímida pregunta de Layla. Ambos chicos la miraban, como si en ese instante ella fuese el centro del universo.

Lyan se sintió aliviado, incluso a pesar de que ya antes sabía que solo estaba desmayada. Sonrió y abrazo fuerte a la pelirroja contra sí. - N... nada... todo está bien, Layla... - Volvió a ponerse serio y miró al muchacho que seguía subido a la mesa. - ¿Ves, cachocarne, como no te mentía? Ella está perfectamen...

Lyan se acababa de dar cuenta del agua que brotaba de las paredes... y que cada vez estaba más cerca de él. - ¡¡Mierda, mierda mierda!! ¡Tenemos que salir de aquí! - Lyan le tenía pánico al agua. Dirigió una última mirada a Nieven y salió corriendo hacia la puerta, aún con Layla en brazos.