Reto aceptado (Aiwe, Cae y Aurora)

(Thread atemporal, salido íntegramente del chatbox. No hay guerra, no hay malos, Aurora se encuentra entre nosotros *música celestial*. No me apetece romperme más la cabeza para situar esta chorrada)



Caelan se cruzó de brazos y rascó con la punta del pie las piedrecitas y la arena que había delante de la puerta del recinto femenino, esperando, tal y como habían quedado el día antes, a que Aiwe apareciera por allí tan alegre como siempre... O, tal vez, no tan alegre, teniendo en cuenta que tendría que venir andando.

La tarde anterior, para variar un poco, Aiwe y él habían estado discutiendo, y habían terminado casi tirándose de los pelos el uno al otro mientras se gritaban cosas en el despacho de Aurora. La elfa los había estado ignorando un rato, interviniendo esporádicamente para decir cosas como "Cae, esa boca...", "Aiwe, creo que eso es ilegal...", "chicos, intento trabajar...", pero ellos no se habían detenido y al final la cosa había acabado un poco mal para los dos.
- Apuesto a que no eres capaz de pasarte una semana entera sin volar - la retó Caelan. Llevaba un rato diciéndole que se estaba poniendo un poco gorda y que se notaba a la legua que era débil por la falta de uso que le daba a sus músculos, y después de sacarla de quicio con eso, se le había ocurrido picarla con aquella apuesta estúpida, sin saber lo mucho que llegaría a lamentarlo.
- ¿Qué? ¡Venga ya! - la cara de Aiwe reflejó enfado durante un segundo, pero acto seguido se volvió maliciosa (un claro reflejo de la suya propia, sin duda), y lo miró soltando una risa floja -. Solo si tu eres capaz de estar una semana sin fumarte ninguno de estos asquerosos cigarrillos tuyos.
Aurora reaccionó también en ese preciso instante y los miró a ambos abriendo mucho los ojos. Sonrió (un poco malignamente, todo hay que decirlo), y juntó rápidamente las manos mientras se inclinaba hacia ellos, con una idea tomando forma en su cabeza.
- ¡Eh! ¿Y por qué no? - al ver que los dos la miraban, brevemente confundidos, Aurora soltó una risa -. ¿Por qué no apostáis de verdad? Creo que podría ser bueno para ambos plantearos un reto como este (no nos lo neguemos, a Aiwe le convendría no perder el toque con su cuerpo y tu, Cae, de verdad, deberías dejar esa sustancua tóxica que consumes, aunque sea por un tiempo). Vosotros podríais apostar, y yo hacer de juez.
Aiwe y Caelan se miraron durante un segundo, como retándose con la mirada a no aceptar el reto (a ver quién era el cobarde que admitía el primero que no quería hacerlo), y tras unos segundos de vacilación, asintieron.
- Por mi de acuerdo, estoy segura que este pajarillo no aguantará ni dos días sin sus alas - se pavoneó. aiwe entornó los ojos y se volvió hacia Aurora, arrancándole una risotada a Caelan.
- ¿Y qué obtendrá el vencedor (osease, yo)?.
- Bueno, esto debéis decidirlo vosotros y...
- El que pierda deberá hacer el papeleo del otro durante un mes - Aiwe lo miró confusa, como diciendo ¿eso es todo?, y Caelan le dedicó una sonrisa torcida -. Y deberá llamar al vencedor <<amo>> todo el tiempo que dure el castigo. ¿Te parece?
- Me parece - había accedido Aiwe tras un segundo de vacilación, encajando su mano contra la del hombre.

Así era como había terminado con aquel cristal azul colgando del cinto. Aurora, después de un buen rato riéndose de ellos y sus niñerias, les había entregado uno de aquellos cristales a cada uno para ejercer su papel de juez y asegurarse que no harían trampas: si Caelan fumaba, o si Aiwe se ponía a volar, el cristal adoptaría color rojo y regresaría automáticamente hasta Aurora, quién proclamaría al vencedor.
Y aunque en realidad no tenía nada que hacer con Aiwe, porque el cristal de Aurora se encargaría de comprovar por él que ella cumplía las reglas... Caelan no podía evitarlo. Tenía ganas de ver como se las arreglaba sin su magia. Aquello serviría para calmar un poco su ansiedad por falta de nicotina.

((vivan los mundo paralelos donde mil cosas pueden acontecer al mismo tiempo!!! wiiiiii))

Era temprano aún cuando Aurora se disponía a abandonar su habitacion. Al fin y al cabo la tarde anterior había sido muy poco prolifera desde el punto de vista laborar (ya que nadie podría ser capaz de concentrarce con sus dos amigos gritandose en frente suyo) y, a decir verdad, esta vez ella tambien se había sumado voluntariamente al asunto, aunque en forma algo diferente.
Su propuesta había sido recibida de buena gana por sus dos amigos, asi que ahora, Aurora era la jueza de la apuesta más "temible" de toda la historia. El humor de Aiwe agotada era algo que nadie quería conocer jamás, y ni que hablar de un Caelan en sindrome de abstinencia.

-si ninguno completa la puesta, deberías haberles pedido que ambos hicieran mi papeleo por una semana-... se lamento de no haber tenido esa idea el día anterior, pero de inmediato la borro de la mente por dos simples motivos. El primero: eso dos haciendo papleo en su despacho, hubiesen llevado la inminente destruccion del mismo (y a ella le gustaba mucho su despacho) y segundo (y quiza tambien principal), no quería ni imaginarce que le hubiese tocado hacer a ella si ambos completaban la semana (si bien Aiwe y Caelan se llevaban de los pelos entre si, ante la aparición de un "enemigo" en comun, podían ser melevola y maravillosamente geniales).
Aurora abrió la puerta del resinto y le sorprendió ver a Caelan alli parado, pero le soprendió más no verlo con un cigarro en la boca, y eso le dibujó una sonrisa de oreja a oreja...

-... Hola Cae ^_^.. hoy has madrugado... acaso vienes a controlar que haga bien mi trabajo?...- sonrió divertida y con un toque de sana malicia.

Aiwe llevaba mucho tiempo viviendo en Radium Alba, y no fue hasta esa mañana que notó lo lejos que estaba su habitación de la puerta del recinto femenino. Normalmente salía volando por la ventana de su habitación (una de las más altas) y iba y venia por todos lados volando, cosa que esa semana no podía hacer por culpa de la apuesta. - ¡Corcholis! No debería haber dicho qeu si tan rápido... - suspiró mientras bajaba los últimos escalones. Era muy hiperactiva, pero andar y correr no estaba dentro de esa hiperactividad y la cansaban mucho. Pero antes de abrir al puerta cambió su cara de mal humor por una gran sonrisa.
Había quedado con Caelan fuera y no le iba a dar el gusto de verla asqueada, y menos el primer día. Tampoco estaba tan cansada solo que se sentía rara, muy rara. Aunque ella era alta, se notaba pequeñita; y ese detalle era uno solo de muchos. Meneó la cabeza antes de abrir la puerta para encontrarse con Caelan, recordando que, seguramente, él estaría igual que ella sin haber podido fumar ni una pizca.
Abrió la puerta y se encontró con Aurora también. Pegó un salto para abrazarlos con toda la energía que pudo - ¡Buenos días! ¿Vamos a desayunar o queréis pasear un poco? - Dijo con una fingida alegría esperando que quisieran ir al comedor a comer y no a pasear.

La cara de Caelan no cambió demasiado cuando Aurora apareció por la puerta del recinto femenino y se acercó hasta él para intentar picarle un poco, pero de todos modos le dedicó una sonrisa torcida.
- Oh, querida, sé perfectamente que vas a hacer bien tu trabajo, eres tan eficiente como malvada... Me arrepiento de no haberte metido más en la apuesta, hubiera sido divertido.
La elfa solo le devolvió la sonrisa de un modo también un poco torcido, demostrándole a Caelan que él tenía razón y que podía ser malvada cuando se lo proponía, pero no pudo añadir nada más porque en ese momento Aiwe apareció por la puerta cargando con una sonrisa tan satisfecha que podría servir para anunciar pasta de dientes y el hombre tuvo que devolverle el gesto con fingida despreocupación.
- Hola, pajarillo - canturreó, arrancando una risita en Aurora, que alteraba la mirada entre los dos -. A mi me apetece dar un paseo, ¿y a vosotras? - la fugaz cara de molestia de Aiwe fue suficiente regodeo para el hombre, que se encontró con las energías necesarias para aguantar lo que fuera necesario.

El primer día, al contrario de lo que podía parecer, fue peor de lo esperado. Tanto Aiwe como Caelan, poco acostumbrados a prescindir de algo tan básico para ellos como era fumar (para él) y volar (para ella), se pasaron el día nerviosos e inquietos, molestándose el uno al otro más que nunca y saltando ante la más ligera pulla. Aurora parecía ser la única que disfrutaba con el espectáculo que estaban dando, aunque de vez en cuando los regañaba por algunas palabras malsonantes -que provenían exclusivamente de Caelan- o por algunos comportamientos infantiloides -obra de Aiwe.
El humor de Caelan, además, fue empeorando a medida que el día avanzó. Las ganas de fingir ante Aiwe y mostrarse sonriente habían desaparecido poco después de desayunar, cuando, antes de entrar a dar clases, no había podido fumarse su cigarrillo habitual, y solo fue a peor durante la clase en sí, durante la cual los alumnos nos pararon de hacer ruido y de crisparle los nervios, obligándolo a convertirse en una especie de ogro adicto a la nicotina y privado de ella. Lo único bueno que sacó fue que, al menos, los niños recogieron más rápido que nunca ese día, ansiosos por perderle de vista casi tanto como él a ellos.
Mientras borraba la pizarra, Caelan se lamentó y se maldijo a sí mismo por haber aceptado (es más, por haber propuesto) aquella estúpida apuesta. ¡Todavía faltaban seis días! Ver fracasar a Aiwe ya podía ser todo un espectáculo, porque si no lo era, dudaba que fuera a valer la pena...

Y, los dos días siguientes, fueron igual de horribles que ese primero, pero peor.

Cuando Cae dijo, con una sonrisa de oreja a oreja que quería un paseo, la sonrisa de Aiwe se esfumó por un momento dejando a la vista una cara claramente molesta. Meneó la cabeza y volvió a sonreír - vamos a andar entonces! – dijo poniendo un especial énfasis en al palabra andar. Todo fuera por pasear al lado de Cae sin que él pudiese encender un solo cigarrillo.

El primer se les hizo largo, muy largo. Y es que al estar tan acostumbrados, él a fumar y ella a volar, no notaban la cantidad de tiempo que invertían a eso, haciendo el día aún más largo. Se pasaron ese día saltando por nada, más molestos que de costumbre.
La sonrisa que normalmente lucía Aiwe dio paso a una mueca más bien molesta. De golpe todo estaba mucho más lejos de lo que recordaba y ese día llegó tarde a todos los sitios. Tampoco ayudó el hecho de que como casi nunca andaba sus zapatos eras más bonitos que cómodos, por lo que antes de comer ya tenía los pies llenos de llagas y le dolían mucho. También se vio afectada su relación con los alumnos, pues ella que siempre estaba dispuesta a echar una mano cuando hiciese falta, se negó rotundamente por el hecho de no querer andar hacía nadie. Seguía con una sola esperanza, que Caelan rompiera el reto que aún no sabía porque había aceptado, y poder mirarlo por encima del hombro durante un mes.

Los dos días siguientes fueron aún peores si podía ser eso posible. Aiwe fue a Mondphase a comprarse zapatos “para andar” (horribles en su opinión pero necesarios si no quería acabar cada noche en la enfermería) y aunque su humor era terrible (hasta Geel se había instalado en la pajarera para no dormir con ella) delante de Aurora o Caelan intentaba poner la mejor de sus caras para que no se notara que lo estaba pasando tan mal. Aún veía la semana muy lejos, solo la consolaba el hecho de que Caelan no lo llevase mucho mejor que ella.

Aurora comenzaba a arrepentirce levemente por haber propuesto que sus dos mejores amigos hicieran semejante apuesta, pues temía que el nivel se estress que les provocaba la privación de esas cosas tan "vitales" par ellos los llevara a, realmente, queres matarce.... aunque en el fondo le divertía ver esa fachada de amabilidad que ambos intentaban demostrarce el uno al otro, digba de alguna novela u obra de teatro, pero con pesimos actores de por medio...

Si bien confiaba plenamante en los cristales sentinelas que había puesto "al cuidado" de ambos, siempre que podía los rondaba de lejos para evitar ser victima de su mal humor... ademas que ya los había visto mirarla con mala cara cada vez que Caelan la encontraba a solar con Aiwe o viceversa y lo que menos quería era que comenzran a desconfiar de su credibilidad como jueza de aquel asunto...

Había observado a Caelan durante sus clases... parecía que un temblor leve lo sacudía cada cierto tiempo, como una especie de tic..... y en verdad se compadeció de los pobres niños de fuego, pues parecía que si alguien respiraba demasiado fuerte, el profesor de fuego lo rostisaría en un santiamen....

Tambien había observado como Aiwe combinaba uno de sus preciosos vestidos con un par de tenis que la joven profesora no utilizaría ni para las practicas (porque aiwe se arreglaba a la perfección hasta para ir a enlodarce de pies a cabeza)... ademas se notaba que caminaba de una manera un poco extraña y Aurora recordó en el estado en que habían quedado sus pies luego que Ai le prestara unos zapatos "monisimos" para ir a visitar a Lone (se los quito a mitad del camino y cuando llego tuvo que curarce todas las llagas) y eso le dio un poco de pena,... pero debía ser imparcial!!!.....


Auque las palabras de Caelan aun le resonaban en la mente... "eres tan eficiente como malvada"....y aunque no le gustase, debía reconocer que esta vez estaba siendo un poquito mala a proposito .... pero estaba seguro que sus amigos se lo perdonarían... o al menos eso esperaba.....


(niñassss!!! me gustaría tener un mini dialogo con cada uno de sus niños a la mitad de su apuesta pra ver como se siente, o los tres juntos en el despachooo de nuevo... no es que me guste verlos sufrir... peeerrroooo ...XD)

Caelan sabía que, como las cosas no terminasen pronto, acabaría subiéndose por las paredes o, peor aun, cargándose al primer ser inocente que se atreviese a abrir la bocaza en su presencia.
Aquellos cuatro días faltosos de nicotina estaban causando estragos en el ya de por sí delicado humor del profesor de fuego. Sus alumnos no se atrevían a abrir la boca en sus clases por si a él les daba por callarles con una llamarada (y eso los que se presentaban, pues al parecer algunos de ellos habían decidido que era mejor desaparecer del mapa por el momento y conservar la integridad) y Moses se había mudado a la pajarera y hacía dos días que ni atisbaba de lejos su cabello pelirrojo.
Lo único que lo mantenía con fuerzas para seguir adelante era ver como Aiwe parecía tan histérica como él. El segundo día que habían pasado privados de aquellas cosas tan básicas para ambos como eran el fumar y el volar, todavía habían podido mantener aquella fachada ridícula de decisión y fortaleza, pero al tercer día habían comenzado a mirarse mal otra vez y habían comenzado a comunicarse el uno con el otro a través de gruñidos y gestos poco delicados. Caelan se mantenía fuerte aunque en el fondo le diese un poco de pena ver como Aiwe parecía haberse puesto enferma de repente, y aunque andase a todas partes arrastrando los pies tras de sí como si le costase un esfuerzo enorme hacerlo, porque pese a todo no estaba dispuesto a dejarse vencer. Para nada, Caelan era mucho más fuerte que eso.

Aurora era la única que parecía estar disfrutando con toda esa situación. Si bien la mayor parte del tiempo se mantenía saludablemente apartada de ambos (como todo el mundo) y se limitaba a vigilarles a través de los cristales, más parecía que lo hacía para no darles a ellos motivos de sospecha que porque realmente temiese por si vida. Era la única de todos sus amigos que no huía por piernas al verle aparecer con su cara de ogro yonki y, en el fondo, Caelan se lo agradecía. La elfa se limitaba a sonreír con lástima y cierto rentintín, y lo animaba a aguantar y a mantenerse firme en su propósito como seguramente también animaba a Aiwe cuando la veía, y aquello era casi su segundo motivo para aguantar aquel ridículo paripé. Caelan quería demostrarle a Aurora que él era fuerte y podía soportar cualquier cosa que le echaran encima. Si señor, claro que sí.

- No me puedo creer que estemos solo a la mitad de la semana - gruñó en un momento dado, pintarrajeando con rabia no de los documentos que Dante le había entregado por la mañana. Él y la elfa eran los únicos que se encontraban en la sala de profesores en ese instante (bueno, cuando había llegado estaban también Clío, Rayen y Yuki, pero los tres se habían desvanecido poco después de verlo entrar, alegando lo ocupadísimos que estaban), y Caelan aprovechó para quejarse un poco y seguir destrozando si papeleo mientras Aurora lo miraba divertida -. ¡En serio! Como Aiwe no fracase estrepitosamente pronto, me volveré loco. Loco de remate. Agh.

Aurora se encontraba en la sala de profesores como todos los mediodías depues del almuerzo. Tenía que realizar la ficha de desempeño de sus alumnos y eso era algo que llevaba tiempo y efuerzo, pues a la elfa le encnataba tomarce a acada alumno en forma particular para ver sus puntos pro y contras, asi poder ayudarlos de la mejor manera posible. Había pasad un rato agradable con Clio, Rayen y Yuki, quienes hasta el momento estaban haciendo la "sobremesa" en aquel lugar, pero de un momento a otro, ante la aparición de cierto profesor, todo el mundo estaba de pronto demsiado ocupado, por lo que tomaron sus cosas literalmente huyeron.
Aurora saludo con leve gesto de mano, y una cara de pena, no porque se marcharan, sino que le daba cosa como, en esos días, una especie de campo invisible rodeaba a Cae y hacía que la gente no se le acercace, campo, que con el paso de los días parecía aumentar un par de metros cada vez.

La elfa sonrio amablemente a su amigo y lo invitó a que se sentara en al silla que estaba justo frente de si. El profesór de fuego se dejó caer alli como si pesara mil kilos y comenzó a desmenuzar los papeles que traia entre manos...

-...Cae.... que te han hecho los pobre papeles?....XD...- dijo mientras se levantaba de la mesa y volvía con una gran taza de cafe extra fuerte y caliente sin azucar -... toma... creo que esto te hara bien ^_^...- dijo mientras le ofrecia la taza y se agunatba la ganas de darle una caricia en la cabeza como si fuese un niño pequeño.

¡En serio! Como Aiwe no fracase estrepitosamente pronto, me volveré loco. Loco de remate. Agh

Aurora dejo escpar un risa suave que contuvo al ver como Cae la miraba cn una mueca entre enojo y no se que...

- Ya Cae... consideralo como algo bueno para fortalecer el caracter... mira si algun dia el mundo se queda de pronto sin cigarrillos?.. ^_^.... Ademas, Ai lo esta haciendo muy bien tambien, asi que..... mejor aprende yoga o algo.. je- dijo para alentarlo un poco, pues sabia que a la profesora de viento las cosas le estaban costando tanto o mas que asu amigo.

Caelan aceptó la taza de café que Aurora le trajo y asintió, momentáneamente agradecido, notando como sus niveles de enfado bajaban de golpe considerablemente. Le dio un trago largo a la bebida y lanzó un suspiro cansado, mirando los papeles desmenuzados de su escritorio como si estos le estuvieran insultando.
- Doh, genial. Ahora Dante me hará hacerlos veinte veces más.
El hombre escondió la cara detrás de las manos y se dio cuenta de lo frustrado que estaba. Aurora lo miró con pena (no la vio, pero podía sentir sus ojos clavados en su coronilla casi como si quemaran) y volvió a tomar asiento en su sitio, frente a él. Intentó animarle, y a cambio él casi la fulminó con la mirada.
- ¿Yoga? - preguntó, intentando sonar templado porque, la verdad, no le apetecía espantar a la única persona que lo aguantaba en esos momentos. Se masajeó las sienes y le dio otro trago al café para calmarse un poco más y bufó -. No, en serio Auri, espero que esto acabe pronto. O, a parte de un ataque, acabaré espantando a todos mis amigos. ¿Tan bien lo está haciendo Aiwe? Yo la veo muy hecha polvo, pero... Como no pierda pronto... No aguantaré.
Fue consciente de lo ridículo que sonó aquello. Parecía que estuvieran hablando de algo sumamente importante, algo que fuera a vida o muerte, y no de unos simples cigarrillos, pero... Para Caelan eran importantes. Muy importantes. Tan importantes que, si no los recuperaba pronto, estaría dispuesto a perder su dignidad por ellos...

Aurora reprimio el impulso de abrazar a su amigo, pues lo veía tan frustrado que le daba pena, aunque sabía que Cae odiaba que lo mirasen asi, no podía evitarlo.

-bueno.. si le esta costando, pero le pone actitud!!- ... de ogro con mal carater, le falto agregar. La elfa sabía que debia alentar al profesor de fuego de alguna manera y quiza, si pensaba que Aiwe estaba haciendo un trabajo aceptable, eso le ayudaría a seguir...... aunque, hubiese jurado, que los ojitos de Caelan se pusieron un poco más brillosos al oirla.

-ya yaaa.... no te pongas asi!!!... solo faltan tres días!! Tu puedes!!!- dijo con un entusiasmo que hasta a ella le sonaba raro.

Aurora juraba que los cristales regresarían a ella en no mas de tres días, pero la apuesta ya estaba casi llegando al final y era obvio qu sus niveles de estres estuviesen por las nubes.. hasta casi sentía ganas de disculparse con ellos, aunque tambien estaba orgullosisima de sus amigos.