Llevando a Layla

Layla esta aterrada... pensó que nos había lastimao, pero la verdad es que no lo hizo. Me senté en un lado de la cama para estar cerca de ella. -Layla... No me hisite daño, tengo alta resistencia con el fuego así que no te preocupes. La verdad es que me había sorprendido cuando te ví en llamas, pero no me hiciste nada. -Le pasé la mano por la cabeza para consolarla. -No te preocupes si? Piensa en cosas lindas.

(*snif* no sabía que Alice había contestado... perdoooon *voz extremadamente culpable*)

Arsi escuchó a las dos chicas con atención, y asintió un poco cuando Alice le comunicó a Layla completamente convencida que a ella las llamas no le habían afectado. Para qué iba a mentir, a la enfermera no le había resultado tan agradable. Pero no la iba a poner más nerviosa.
En vez de eso, Arsi se sentó en la cama de Layla y trató de responder a sus palabras:
- Así que... hablábais sobre tu madre -repitió, con voz baja y mirándola fijamente a esos ojitos multicolor en los que no había reparado antes. Sonrió algo forzadamente, e hizo una larga pausa antes de proseguir- Todos hemos pasado por malos momentos, Layla. Es cuestión de... respirar muy hondo y pensar que todo está bien. Debes hacer... lo que dice Alice. Cuando creas que va a pasarte eso otra vez, piensa en momentos lindos. No en los malos.
Incluso ella misma se sorprendió del discurso que le acababa de salir, y rápidamente se levantó sacudiendo la cabeza porque esa clase de frases no la hacían sentir cómoda. A veces, pronunciar eso era más fácil que hacerlo, y ella lo sabía bien.
Finalmente, habló para quebrar sus pensamientos.
- En fin. ¿Quién quiere una piruleta? -musitó, dirigiéndose a su famoso cajón.

cuando alice paso la mano por la cabeza de layla, esta se estremecio un poco y se puso triste... de verdad alice se havia preocupado por ella y eso la hacia sentir una carga, pero en parte, se sintio aliviada de escuchar que no le havia hecho daño. Layla escucho asientiendo energicamente a las sabias palabras de arsi, mirandola fijamente con un poco de admiracion. -Oh, esta bien, eso hare... gracias....- arsi se levanto y layla la siguio con la mirada hasta que se detubo delante de un cajon, preguntando:
- En fin. ¿Quién quiere una piruleta?-
Los ojitos bicolor de layla se abrieron de par en par. -yo quiero una de fresa- dijo timidamente , bajando la mirada y juntando sus dedos indices.

(yo creo que ya se puede ir cerrando el post...ultima ronda? )

((Vamos Arsi no es para tanto! A todos se nos olvidan algunas cosas! No te sientas culpable DX))

Me qudé callda escuchando las palabras de Arsi, me hicieron recordar que yo también he vivido momentos traumáticos, sobre todo aquella vez en el lago... Negué con la cabeza, si me deprimo ahora Layla se dará cuenta y no quiero preocuparle...

- En fin. ¿Quién quiere una piruleta?

Eso me sacó de mis tristes pensamientos y me subió los animos. -¡Yo también quiero una! -Dije animadamente, mientras la enfermera me miraba con una sonrisa.

-Perdone.. es que no todos los días consigo una piruleta... -Me senté al lado de Layla. -¡Me alegra que estes bien! Si tienes algún problema me dices y vendré corriendo a ayudarte. -Le dije con una sonrisa.

(Sip, esta puede ser la ultima ronda ^^))

(Si, comento yo y damos por cerrado el tema ^^ Me ha encantado rolear con vosotras, jojojo)

Arsi les sonrió ampliamente mientras buscaba las piruletas, sin poder evitar reír un poco cuando Alice respondió con tal entusiasmo.
- No te preocupes, no te preocupes, mis piruletas van para todos los que se pasan por aquí, aunque sea acompañando -le guiñó despreocupadamente un ojo y luego tomó dos piruletas, frunciendo el ceño cuando se percató de que había menos que de costumbre. Empezó a susurrar por lo bajo- Pero bueno, ¿mis piruletas desaparecen o qué?
Después de cambiar las piruletas de sitio, se acercó a las chicas con sus dos piruletas y se las entregó con una amable sonrisa.
- Os he traido dos de fresa -les explicó, a pesar de que ya se las había tendido y se podía ver perfectamente de qué eran. Luego, siguió sonriendo y concluyó mirando a Layla- Bueno, creo que bastará con hacerte algunas pruebas y ya puedes marcharte. Parece que ya estás bien. Nada como algo dulce para subir los ánimos, ¿no te parece?
Dicho aquello, examinó a la chica por encima y, asegurándose de que nada estaba mal, la dejó marchar con su chaqueta, pidiéndole previamente, claro estaba, que se la trajese cuando no la necesitase. Era su chaqueta favorita, no faltaba más.

Después, tras despedir a Alice y Layla, se sentó en una camilla y, para pasar el rato mientras nadie más acudía a la enfermería, pensó por unos segundos quién narices podría estar quitándole las piruletas.