Volando... en condiciones (priv.)

Sonreí mientras me colocaba frente a la Academia. - Bueno... ya, este es el plan.... tu le darás la vuelta a la Academia, solito y sin ayuda... - Crucé los brazos. - Puedes tardarte todo el tiempo del mundo... yo estaré aquí, esperando a que llegues. - Le sonreí de oreja a oreja. - Esfuérzate, será tu última prueba.

Tomas se quedó por un momento sin saber qué decir. Lo cierto era que, si había sido capaz de volar teniendo a Helio al lado, debía serlo igualmente sin él. Sin embargo, aquello no terminaba de convencerlo. Sin su ayuda, el muchacho nunca había conseguido volar bien.
- ¿Solo? -Helio asintió levemente, todavía sonriendo tan abiertamente. ¿Cómo lo iba a decepcionar?- Bueno... pero... no sé si podré... es mucho, a lo mejor...

Crucé los brazos. - Lo puedes hacer, ya lo verás. - Levanté un pulgar. - Vamos, no estaré tan lejos... ni tan cerca. Sólo confía, yo sé que no te irá tan mal... - Me llevé las manos a la cintura.

Tomas suspiró un poco, rascándose la cabeza antes de terminar de decidirse a hacer aquello que el profesor le mandaba. Porque sabía que debía hacerlo, y sabía que tenía que llevar razón. ¡Tenía que ser capaz!
- Va... vale...
Y dicho eso, comenzó a intentar inclinarse para volar hacia delante, suplicando que, de veras, aquello saliese bien.
***
¿Podía decir que aquel intento había salido bien?
Tomas había logrado dar la vuelta completa a la Academia, como debía hacer, pero... tras casi caerse, tener que subir hasta la azotea para parar a tomar aire, y notar que sus alas habían estado a punto de bloquearse.
Helio estaba colocado de espaldas cuando llegó, así que se acercó revoloteando despacio... pero sin poder evitar hablarle antes de llegar a su lado, provocándole un ligero sobresalto.
- Bueno, ya está, he tardado demasiado, pero ya está... -arqueó una ceja y sonrió- ¿Te he asustado?

Lo miré asombrado, y un tanto orgulloso. - ¡Lo has logrado! Te lo dije... - Levanté la mano con una sonrisa y le di unas palmaditas. - Ahora sí, ¡te mereces otro helado! - Dije soltando una carcajada. - Vamos, ya sabes lo necesario. ¡Dentro de poco me superarás, seguro de ahora en adelante ya no te veré caminar! Aletearás de aqui para ya. Estoy seguro... - Me rasqué la barbilla mientras le sonreía.

La sonrisa que Tomas había formado, segundos atrás, fue aumentando poco a poco conforme iba escuchando las palabras de Helio, y oía sus risas, y veía su emoción y comprendía de verdad por qué lo admiraba tanto y por qué nunca dejaría de confiar en él, le dijese lo que le dijese.
Entonces, se atrevió a corresponder ante alguna de sus risas, comprendiendo, al fin, lo que el profesor acababa de reconocer.
- Entonces... ¿ya está? Ya sé... -se llevó las manos a la cabeza, y volvió a reír- ¡Sé volar!
Quiso seguir riendo y comenzar a revolotear por todo el cielo, sólo de la emoción que le hacía sentir pronunciar aquella afirmación. Y quiso agradecerle a Helio todo lo que había hecho por él, y devolverle las palmaditas que le había dado en la espalda, y... y quiso abrazarlo, también, como habría abrazado a un amigo... como habría abrazado a su padre... Sin embargo, sabía que Helio no se encontraba muy cómodo con esa clase de gestos, y Tomas tampoco estaba tan falto de cariño, que dijésemos.
- Oh... ah, es que no... -no sabía qué decir- Pero ese helado no me lo merezco solo yo, ¿eh? Vamos... no habría conseguido nada sin ti. Incluso... jo, incluso cuando me rendía, tú no has perdido nunca la esperanza conmigo, y... -Tomas supo que no podía contenerse más- Bah, qué narices...
No supo cómo se las apañó para poder dedicarle un abrazo en el aire, pero necesitaba hacerlo; demostrarle de alguna manera lo agradecido que estaba con él.
- Gracias. Gracias... de verdad.

Sentí el abrazo del muchacho. - Eh... - Sonreí mientras le devolvía el abrazo. - Ya... no tienes nada que agradecer. - En verdad, extrañaría seguir con estas clases... sí, extrañaría molestar al muchacho con las clases. Levanté un poco la mirada al cielo, y solté una risita.

(( Oh, Tomas, crecen tan rápido!!! (?)

Nyah, crean un monstruoso Helio... alegre y simpático (???) XDDDD))

(De verdaaad... Tomas ya vueeela ! Y parece que fue ayer cuando llegó a molestar a Helio con sus alas xDxD!! -nostalgia de madre- Jo, la verdad esk me da mucha pena por otra parte... k las clases molaban *snif*
Y seeeh, hemos logrado que Helio no se pase a los malos y sea más simpático, así que nada de monstruoso xD!!)

- ¿Cómo no voy a tener nada que agradecer...? -musitó el muchacho, separándose del profesor y dedicándole una amplia sonrisa. Sin embargo, sus pensamientos no tardaron en asemejarse a los de Helio... pensamientos acerca de lo que ocurriría con sus clases si él ya había aprendido lo que tenía que aprender... y ya no necesitaba un maestro.
- Pero... pero, entonces... ¿ya no volveremos a tener clases, verdad? -reparó en que su voz había sonado demasiado apagada, y trató de compensar aquello con una sonrisa. Pero no fue capaz. Quizá Helio no opinaba como él, pero Tomas sentía que eran aquellas clases lo que los mantenía unidos y... perder esas clases los distanciaría más.
Agachó un poco la cabeza, y permaneció serio por unos segundos.

(( Lo sé D: tan divertido que era molestarlo! (?)

ya encontraré otra manera de stalkear a Tomas >w>))

Me quedé callado. - Vamos... ya has aprendido todo lo que podía enseñarte... te toca a ti. - Suspiré mientras me llevaba las manos a la cintura. - Vamos... no es tan malo, seguirás en la Academia... te dejaré mucha tarea, eso es una promesa. - Me encogí de hombros mientras lo veía de reojo.

Tomas se atrevió a sonreír levemente, para luego gruñir cuando Helio añadió aquello sobre mandarle "más tarea"
- ¿Que me dejarás "mucha tarea"? Eso no compensa que ya no tengamos más clases... -se quejó, cruzándose de brazos y mirándolo fijamente.
Sus ojos, sin embargo, no se mostraban tan enfuruñados como sus palabras, ya que él continuaba pensando en que no habría más clases de vuelo... Ni Helio volvería a llegar antes que él o lo volvería a tirar desde una azotea. Suspiró un poco, y quiso quitarse esos pensamientos de la cabeza. Había aprendido a volar, ¿no? ¿No era eso lo que buscaban?
- Bueno... si, nos veremos por ahí, supongo... -musitó, poco convencido. Después, sonrió otra vez- Y tendremos que hablar de cuando en cuando, que quiero saber qué pasa con esa alumna tuya...
La mayoría de las veces, Tomas sacaba ese tema de conversación sólo para fastidiar al profesor. Sabía lo duro que le era hablar de ello, pero también sabía que recordar a esa chica lo alegraba. Y eso le hacía sentir bien.

Me sonrojé mientras lo veía. - ¿Por qué metes a Zeilan en esto? - Me encogí de hombros. - Lo haremos cuando tu me digas el nombre de tu chica... - Le guiñé un ojo con una sonrisa en la boca.

Tomas se echó a reir ante la primera interrogación de Helio. Se había puesto rojo. Aquello le hacía gracia.
- ¿Cómo que por qué la meto en esto? -inquirió, a su vez, mostrando una amplia sonrisita- Pues porque...
Sin embargo, no pudo concluir cuando él lo interrumpió:
- Lo haremos cuando tu me digas el nombre de tu chica...
Tomas no pudo evitar quedarse algo perplejo ante ese cambio de tema. Eso le pasaba por preguntar. Para hacer tiempo, voló hasta una de las ramas de un árbol cercano y se sentó en ella, haciendo, así, descansar un poco a sus alas.
Después, se atrevió a entreabrir un poco sus labios, todavía algo confundido y sin saber muy bien qué responder.
- Eh... -se rascó la cabeza, y pudo asegurar que él también se sonrojaba- Pero... ¿pero yo nunca te he hablado de Nerine...? -no se percató de que había contestado a su pregunta de una manera tremendamente estúpida hasta que no hubo pronunciado aquello. Y tampoco se percató de que Helio había dicho "tu chica" hasta que no hubo respondido. Se apresuró a matizar- Además, no es mi chica... somos... somos... bueno, no sé ni lo que somos. Pero da lo mismo, estábamos hablando de tu alumna...

Suspiré. - ¿Cómo que no es tu chica? - Me sonrojé completamente y desvié la mirada. - ¡No me cambies el tema! Nada... nada de nada, tengo muchas alumnas... yo... - Desvié la mirada. - En fin... - Solté un enorme suspiro mientras cruzaba los brazos.

Tomas comenzó a reír nada más ver el sonrojo de Helio y como inútilmente éste trataba de evitar su mirada. Sin embargo, su risa aumentó cuando el profesor soltó aquello de que "tenía muchas alumnas"
- Si, claro... -no sabía qué era exactamente lo que le había hecho tanta gracia, pero tenía ganas de reír, y se reía. Helio seguro que ya estaría mirándolo con todo el enfado de sus ojos- Muchas alumnas... pero... que te interesen, menos... ¿a que sí?
Y siguió riendo más fuerte, preparándose para echar a volar otra vez si a Helio se le ocurría responder a sus risas... con algo más que una mirada enfadada.

- ¿Qué? - Grité mientras iba detrás de él. - Oye... ¡no huyas! - Solté una risa mientras seguía volando tras él. - Ya... entonces, Nerine... ¿pero por qué no tienes nada con ella? Digo... por algo siempre estás así... - Dije mientras intentaba alcanzarlo. ¿Y yo no me quedaba atrás? Moví la cabeza... claro que no, es completamente diferente.

Tomas aleteó más fuerte en cuanto se percató de que Helio lo estaba siguiendo, y pidiéndole que no huyera. Todavía seguía riendo por lo bajo, pero su risa se fue parando cuando escuchó su siguiente pregunta. No sabía cómo lo hacía, pero al final se había salido con la suya y había cambiado el tema como le había dado la gana.
- No es que... no tenga nada con... ella... bueno, tampoco sé si tenemos algo o no, pero... -se sonrojó un poco mientras frenaba (Helio no pareció esperarse ese frenazo y casi chocó contra él), mientras se paraba en otro árbol y se enganchaba a una rama con los brazos. Comenzó a balancearse sin mucho entusiasmo- Es... difícil -musitó, sin más, y luego recordó sus últimas palabras. Arqueó una ceja- ¿Y... estoy siempre así? ¿Así, cómo?

Solté una risa. Las mujeres eran tan complicadas. - Así... feliz. - Me encogí de hombros. - Cuando uno se enamora... parece que es la primera reacción... ¿no? - Suspiré acercándome a él. - Ya... sí, me gusta la niña... maldición, ¿contento? - Gruñí cruzando los brazos. - Pero tu... te gusta esta chica, Nerine, ¿eh? Jejeje... crecen tan rápido. - Me rasqué la barbilla mientras lo veía fijamente.

¿Feliz?
Tomas repitió aquella palabra en su mente, ladeando la cabeza, y luego subiendo hasta la rama para volver a sentarse y dejar de balancearse. ¿De verdad podía considerar que aquello era felicidad? Bueno... sí que se sentía especial cuando estaba con ella... sí, claro que eso debía ser felicidad.
- Pero tu... te gusta esta chica, Nerine, ¿eh? Jejeje... crecen tan rápido.
Tomas intercaló una risa con un suspiro ahogado, mirando hacia el suelo.
- Bueno... yo... -a quien quería engañar- Sí... vale, sí... la quiero, y... ya está. Pero... -entonces, interpretó aquellas palabras que Helio había pronunciado antes de aquella afirmación- ¡Eh! ¡Tú también has reconocido que Zeilan te gusta...!
Le dio un golpe cariñoso en un brazo.

Suspiré. ¿Cómo negarlo? - S-sí... - Bajé un poco la mirada. Pero... hacerse ilusiones era imposible. Moví la cabeza. - Bueno... ¡pero más vale que te cuides! Ahora que sabes volar, y que seguro la llevarás de aquí para allá... espero que no te rompas otro hueso. - Solté una risa. - ¿O qué crees que a las mujeres les gusta ver a los hombres con los huesos rotos? Claro que no...

Al principio, Tomas quiso refunfuñar ante aquellas palabras de Helio -no necesitaba que le pidiera que se cuidase, él ya sabía hacerlo solo. Sin embargo, retiró sus intenciones cuando el profesor concluyó. Se acarició la barbilla y miró hacia el cielo, dubitativo, como si aquello fuese de vital importancia y nunca se hubiese parado a pensarlo.
- Llevas razón. Cuando me rompí la nariz estaba horrible... -forjó una mueca de horror. Nunca se había molestado en preocuparse por su aspecto, pero en ese momento era distinto. Sonrió levemente cuando volvió a mirar a Helio- Tendré cuidado... que no soy tan niño como crees.