Habitación de Nerine y Paige

Nerine abrió la puerta de la habitación doble que habían solicitado y sonrió. Entró corriendo en su cuarto, que era considerablemente más grande que el de Abby y, seguida por Paige, se apresuró a saltar sobre una de las camas, la que quedaba más cerca de la ventana.
- ¡Me pido esta! – rió, dando un saltito sobre ella.
Dirigió una mirada curiosa a su alrededor, y vio que junto a la puerta habían dejado dos montones de bultos, uno suyo y el otro de Paige, con todo su equipaje. Saltó de la cama en su dirección y examinó que estuviera todo: su baúl con ropa, su mochilla, su bolsa encantada...
- ¿Empezamos a colocar las cosas? – le preguntó a Paige, encantada, abriendo la bolsa para mostrarle que en su interior había apilados montones de cosas (aunque la bolsa no parecía pesar nada): peluches, libros, almohadas, un pedazo de tela rosa que parecían ser unas cortinas....

- Sí!!!- Nerine estaba eufórica. Demostraba muy abiertamente la gran alegría que sentía por compartir habitación con su mejor amiga.
Las dos chicas empezaron por adornar con telas de satén y cortinas la ventana y los muebles le la habitación. Luego Paige de su bolsa comenzó a sacar peluches, uno tras otro y los iba colocando por el cuarto, repartidos entre su cama y sus estantes. Pero cuando intento sacar uno no pudo.
- Neri ayúdame, no puedo sacar una cosa...- La rubia dejo un hueco a la chiquitina y empezaron tirar del enorme bulto de la bolsa. Les costó mucho esfuerzo pero cuando consiguieron sacar el enorme peluche Neri se quedó anonadada.
- Uaaaaa Pai-Pai... Pero que osita mas grande y blandita tienes OwO - Y mientras decía esto se tiró encima del enorme osito color rosa cerezo. Paige reía al ver a Neri dando tiernos abrazos a su enorme compañero.

Nerine se rió y abrazó con fuerza el enorme osito de Paige. ¡Aquel era mucho más grande que el suyo! Todavía con el enorme brazo del oso entre manos, Nerine le dirigió una mirada crítica a la habitación: habían olocado las cortinas rosas y Paige había sacado una especie de tapetes a conjunto para los estantes y los escritorios. Las paredes ya tenían un par de dibujos colgados y había marcos de fotos. Lo que más destacaba, pero, era el increíble número de muñecos de peluche que se apelotonaban por todos los rincones.
- Esto me recuerda a cuando éramos pequeñas - dijo, levantándose con una sonrisa soñadora. - Cuando competíamos por ver quién tenía el muñeco más grande y bonito. Quizá esta vez me hayas ganado en tamaño, ¡per no en número!
Ambas comenzaron a reír.

Ya tenían casi todas las cosas colocadas, y Paige al ver lo avanzada que llevaban la tarea dijo:
- Neri paremos un rato y comamos galletitas con zumo de arándano. A fuera hace un día encantador. Y podríamos mirar que plantas colocar allí. La dos salieron al balcón y entre risas y risas comieron galletas y bebieron hasta que captaron suficiente energía para poder continuar con la estructuración de la habitación

- Pero estoy cansaaaaadaaaaaa - se quejó. - No quiero ordenar maaaaaaaaaaaas.
Se estaba muy cómodo en la terracita de la habitación, donde daba el sol y desde donde se veían todos los jardines.
- Quedémonos aquí, a ver si pasa alguien interesante - le puso ojitos de corderito. Total, la habitación ya estaba casi perfecta.