La habitación de Helio

Era tarde y llovía. Me decidí quedar un rato en la habitación de Helio. No me agradaba la lluvia, ya que no podía volar libremente. - Pyo~ No me gusta estar solo. - Dije mientras veía de reojo la ventana y caminaba a la cama. - Nyu... debo tener un "botín" aquí. - Sonreí mientras me metía debajo de la cama.

(( Abierto! Quien quiera entrar, sea alumno, profesor, familiar, chica... XDDD))

Moses atravesó rápidamente la pared y toda su esencia se estremeció. ¡Maldita lluvia! La tormenta lo había pillado de improvisto, mientras preparaba una pequeña broma en lo alto de un árbol, y había pocas cosas que el fuego fatuo detestase más que la lluvia... Había tenido mucha suerte de poder escapar y meterse en un lugar seguro, no quería volver a andar débil tantos días como la última vez.
Con un parpadeo de su fuego, volteó a ver a su alrededor, tratando de saber dónde se encontraban. Aquello parecía un dormitorio, pero... Era diferente al de Caelan. Con otro parpadeo, vio que ya había alguien en la habitación. Su esencia... Era un familiar, como él. Moses supuso que se habría metido por accidente en la habitación de un profesor.
Tomó en un momento su forma humana, y llamó la atención del otro familiar, que también tenía aspecto humano.
"Hey", pensó, haciéndole llegar sus pensamientos. "Siento la interrupción, no me gusta mucho la lluvia y llegué aquí. Soy Moses"




(Nota: Bueno, no me pude resistir ^^ Teniendo en cuenta que Phyro ya habló con Caelan... Por cierto, Moses no habla directamente, usa la telepatia, por eso sus frases van como Pensamientos)

(( Tranqui! Jijiji, Moses está perfecto para este momento xD))

Me levanté golpeandome con la base de la cama. - Kyaaaaaa. - Me salí rodando con la cajita en una mano y sobandome la cabeza. - Eh... ¡hola! A mi tampoco me fascina la lluvia, ¡soy Phyro ~! - Dije mientras le estiraba la mano. - Eh... ¡esta es la habitación del profesor de Jardinería, Helio! Soy su familiar. - Dije mientras me tumbaba en la cama abriendo la cajita de dulces.

Moses sonrió. "¿Puedo?", preguntó, señalando la cama. Phyro se encogió de hombros y Moses se sentó junto a él mientras cotilleaba la caja. "Aiiix, no me gusta esto de la forma humana. Es más cómodo ir de aquí para allá como fuego fatuo", se quejó. Claro que, cuando llovía, aquello dejaba de ser cómodo. Señaló la caja. "¿Qué es? ¿Guarda algo especial Helio allí?"

Sonreí. - Yo me he quedado en forma humana desde hace un rato, a Helio le gusta más aunque lo niegue. - Miré la cajita. - Oh, no... ¡son los dulces que robé hoy! - Solté una risita y tomé uno. - ¿Quieres? ¡A Blau también le gustan los dulces! - Grité mientras suspiraba. - Py-Pyo ~

"No conozco a Helio aun..." se rió en voz baja. "Bueno, no te conocía a tí tampoco hace un rato". Phyro le ofreció unos dulces pero él los declinó con un gesto de la mano y esbozando expresión de desagrado. "No, gracias... No me gusta mucho la comida terrenal, hace que me duela la tripa. Prefiero alimentarme solo de energía... ¿A ti no te pasa?", pregunta, pero mira la caja y se ríe. "Si realmente has robado eso, supongo que no"

Lo miré fijamente. - Se lo quité a Clío... la hermana de Helio. A ella no le molesta, pareciera que hace los dulces especialmente para que me los "robe". - Sonreí mientras lo veía. - Sí... me pasa muy seguido. Pero... suelo alimentarme de sentimientos... es raro. Helio no es bueno con eso, así que... me volví adicto al azucar. - Solté una risa. - Oye, ¿por qué te comunicas telepáticamente? - Me encogí de hombros mientras lo veía.

Moses sonrió. La explicación de Phyro sobre su "adicción" al azucar era divertida y parecía plausible... Él solía alimentarse de los sentimientos de los estudiantes y no solo de los de Caelan. Por eso les gastaba siempre tantas bromas, porque así reaccionaban.
- Oye, ¿por qué te comunicas telepáticamente?
Moses parpadeó y miró al otro familiar, pillado por sorpresa.
- Eeeeh... Pues... Siempre lo he hecho así - se encogió de hombros. La verdad es que hacía muchos años que ni siquiera trataba de usar la voz para hablar. No sabía pronunciar. Se moriría de la verguenza.

- Ohm ~ - Sonreí mientras lo veía. - ¡Qué interesante! ¡Muy interesante! - Me encogí de hombros, recordando al chico moreno. - Oooh, Moses. ¡El chico moreno! Tu eres el familiar del chico moreno que estaba celoso de Evan... pyo ~ - Yo también estaba celoso del profesor. Gruñí mientras seguía comiendo.

"¿Conoces a Caelan?", preguntó Moses, suponiendo que él era el <<chico moreno>> del que Phyro hablaba. "¡Oh! ¡Él me habló de ti! Dijo que había un profesor de arte nuevo que era muy pesado , pero que había conocido a un familiar simpático", le sonrió, contento.

- Oh, sí... ¿simpático? - Dije con un dulce en la boca. -Sí... ¡Evan puede ser un dolor de cabeza! Pero... es bueno muy en el fondo. - Sonreí recordando lo feliz que era Blau con él. -¡Caelan! Sí... ¡él! Jijiji, el había hablado de ti. Eh... suelo ser distriado, pero... ¡recuerdo casi todo con el tiempo! - Sonreí mientras veía al pelirrojo. - Y sigue lloviendo... - Dije mientras veía la ventana.

Moses miró por la ventana y frunció el ceño. La lluvia lo molestaba muchísimo. Volteó de nuevo hacia Phyro y ladeó la cabeza.
"¿Eres despistado?", preguntó. Aquello era divertido. Los familiares no solían ser despistados, más bien al contrario, eran controladores y centrados. Contando a Phyro, ya conocía a tres familiares en aquella academia que diferían de la definición tradicional. "¿Eres muy joven?", le preguntó también. No conocía personalmente a Helio, el profesor de jardinería, por tanto no sabía qué edad tenía ni cuantos años hacía que había invocado a Phyro...

Miré extrañado a Moses. - Hmmm... - Alcé un poco la vista. - Helio me invocó poco después de huir de la aldea... eso fue hace... - Bajé la mirada. - ... como 30 años. - Solté una risita. - Terracanis, el familiar del profesor Alvestam, cree que yo soy así por la imagen que dejó atrás Helio. A él le gustaría olvidar todo... ¡pero es imposible! - Gruñí un poco. - Hey, Moses... ¡¿no te mojaste mucho, o sí?! Sería terrible que un ser de fuego se enfermara, cuando estabamos en las montañas, odiaba salir... ¡el frío era terrible! - Siempre había tenido la apariencia de niño inocente, Helio odiaba que lo tomara... aunque sabía que su corazón saltaba al pensar que ese había sido él... o algo así. - ¿Qué hacías afuera? - Miré a Moses mientras comía otro dulce.

"30 años... ¡Entonces tienes mi edad!". Algo parecido a la risa de Moses se dejó escuchar. "Bueno, mi edad contando desde el momento de la invocación, al menos.... Parpadeó y miró a Phyro.
"¡No! Por suerte, no me mojé demasiado. Tienes razón con lo del agua, es horrible... ¬¬ ¡Tu me comprendes!". Hizo una pausa mientras meditaba su última pregunta. Supuso que podía contárselo.
"Y antes estaba... Bueno. Estaba preparando una broma para la profesora Aurora y sus alumnos"

Sonreí. - ¿Bromas? Eso suena a... - Me rasqué la barbilla. -... a algo que Helio no me dejaría hacer... - Bajé la mirada. - Debe ser divertido hacer algo así...

"¡Pues hazlo!". Moses se irguió y se puso de rodillas sobre la cama, mirando a Phyro con los ojos brillantes. "¿Piensas que a mi Cae me deja? ¡No! Yo hago lo que me da la gana". Tenía la ligera sospecha de que Caelan le había hablado bien sobre Phyro con la esperanza de que el familiar se convirtiera en una especie de buena influencia para él... Que equivocado estaba. "¡Ven conmigo cuando deje de llover!!"

- Eso suena a muchos problemas, pyo ~ - Levanté un poco la mirada. - Pero... ¡lo haré! - Coloqué mis manos juntas y solté una risita. ¿Qué tan mal nos podría ir? Moses no parecía ser alguien malo.

"¡Genial!". Moses rompió a reír y agarró las manos juntas de Phyro. Ambos dieron saltitos en la cama, pareciendo más un par de adolescentes que acababan de tener una gran idea que no dos familaires adultos, hechos y derechos. "Entonces me ayudarás. Ya verás, es muuuuuuy divertido boicotear las clases de la profesora Aurora, aunque luego tendremos que correr muy deprisa, ella intenta pillarme siempre para darme un baño", se estremeció pensando en el agua. Aurora lo había pillado algunas veces y aquello no solia ser agradable, aunque tampoco tan terrible como para hacer que Moses desistiera en su afán de molestar.

- ¿Baño? - Arqueé una ceja, alguna vez me había dado un baño, pero... era para controlar mi temperatura, y bajo la supervisión de Flo. - Bueno, te ayudaré. - Pensé que sería una buena idea. - ¡Molestemos ay hagamos travesuras! - Levanté un poco la mano mientras le guiñaba un ojo.