Recordando viejos tiempos

Yuki no creía lo que estaba oyendo. Haz lo que te de la gana, pero a mi no me hables más. Ignoró las lágrimas que su "amiga". Estaba destrozado. No entendía el comportamiento que Aiwe tenía hacía él. Para una vez que no recurría a su ayuda ella le echaba en cara haberse defendido y en acto de mala leche (ya que Caelan le había quemado el culo de la túnica.) haberla gritado. Y de aquello ya se había disculpado.
Miró hacía donde Ayashi estaba. Su amigo ni se inmutaba. Solo miraba a Aiwe.
- Pues de acuerdo. No me quieres a tu lado a pesar de haberme disculpado. Pues bale. A mi que mas me da. Si quieres echar al suelo años de amistad, pues lo has conseguido. Al acabar la frase se dio media vuelta y se dirigió hacía la puerta. Cerró la puerta con un portazo y fue hacía el bosquecillo que había en la parte de atrás de la casa de su amigo, donde solían ir a menudo los tres.

Aiwe miró a Ayashi - Yo no quería... - No le salieron las palabras. Ayashi se le acercó y la abrazó - Ve a disculparte, anda. Ninguno de los dos queríais decir todo lo que habéis dicho. Yo acabo de preparar el te y os espero aquí. - Aiwe se secó las lágrimas y asintió.
Aiwe voló hasta donde estaba Yuki, lo encontró sentado en un árbol, como hacía antes. - Yuki, yo... no quería decirte lo que te dije. Solo... Me molestó que me chillaras yo no quería que os pelearais. Lo siento, últimamente estoy muy rara, no se que me pasa.

Yuki se sentó en la raíz de un árbol, aquella raíz que a él le parecía tan cómoda pero que sus amigos no la veían tanto. Cuando estuvo acomodado allí enterró su cara entre sus manos y de sus ojos castaños rebosaron dos lágrimas. No soportaba pelearse con su amiga. Lo odiaba. Y lo peor de todo es que el causante de todo eso era la persona que su amiga amaba. No puedo hacerle eso a Aiwe. La quiero demasiado. Cuando estuvo un poco más calmado, y el rastro de sus lágrimas de hubo borrado, Yuki esuchó:
- Yuki, yo... no quería decirte lo que te dije. Solo... Me molestó que me chillaras yo no quería que os pelearais. Lo siento, últimamente estoy muy rara, no se que me pasa. Yuki se levantó de la raíz y miró a su amiga como flotaba en el aire.
- No pasa nada Aiwe. Perdóname otra vez por haberte dicho todo eso en casa de Aya. No me lo puedo perdonar. Eres mi amiga y no debería chillarte ni tratarte como lo ice. Caminó asta ponerse al frente de la chica. Cuando estuvo cerca esbozó una tierna sonrisa.¿Me perdonas? Y diciendo eso cogió la fina y pequeña mano de su amiga. Ya sabes que te quiero mucho. Te quiero como si fueras mi hermana.

Escuchó a Yuki y cuando le cogió la mano le saltó a los brazos y lo abrazó. - Pues claro que te perdono, ¡hermanito! - Lo dejó y le tiró del brazo para dentro de la casa - Anda, vamos dentro que el te ya debe estar listo n.n

Ayashi sonrió en cuanto vio a sus dos mejores amigos volver a entrar, sonrientes y tomados de la mano.
- Bueno, eso significa que habéis hecho las paces, ¿no? Sería lo mejor, es muy incómodo tomar té con dos personas que no se hablan - les dijo, señalando las tazas ya colocadas. Se sentó y les invitó a unirse a él.

- Pues claro! Sino... ¿qué sería del trío maravilla? - Dijo mientras se ponía en pose triunfal. Se sentó y tomó su te - ¿Le has puesto limón?

Yuki se acomodó en frente de Aiwe y cogió su tacita de té. Le encantaba tomar el té con sus dos amigos. Desde su paso por la academia siempre quedaban para tomar el té. Normalmente lo hacían en la habitación de los chicos, y Aiwe volaba hasta su ventana y se colaba en su habitación.
- Pues bien un día mas con nuestra reunión del té.Yuki se echó a reír tras hacer aquel mal chiste. El pobre Yuki tenia la mala costumbre de ir soltando chistes a diestro y siniestro pero con tan mala pata que casi nunca tenían gracia. Era muy malo en el humor. Se le daban mejor las historias de terror. Historias que cuando eran estudiantes, contaba mientras acampaban en el bosque en una de sus muchas acampadas nocturnas. A Aiwe nunca le habían echo gracia, pero Yuki las explicaba para ver como su amiga lloraba o se ponía a gritar. Pero sus gracias acababan con un tortazo de su amiga y teniendo que compartir saco con ella, porque estaba realmente aterrorizada.

- Ya parecemos un grupito de abuelas - se rió Ayashi. A él si que le hacían gracia los chistes malos de Yuki, por eso se llevaban tan bien, y ambos solían romper a reír por cualquier cosa y se ganaban miradas y suspiros constantemente por parte de Aiwe.
Los miró a ambos con ternura. Los años no habían pasado en vano, los tres estaban muy cambiados (secretamente, se sintió orgulloso al ver que él era quién parecía haber evolucionado más, y de ser quién aparentaba más madurez) y muchas cosas habían cambiado también en sus vidas. Pese a todo, estaban allí, juntos, y Ayashi admitió internamente que los había añorado muchísimo. Por como hablaban, parecía que hiciera como mucho una semana que no se veían, y en realidad habían sido siete largos años... Que parecían borrados de un plumazo. Eran ellos, los de siempre, y punto.
- Me alegro de haber vuelto, chicos - confesó. - Y no solo por Aurora... - se sonrojó -, o por la Academia, o por tener un taller más grande y mejor... Todo este tiempo he echado de menos el volver a ser simplemente Ayashi... O Didier - se rió. Y era verdad, porque desde que se había marchado de casa había tenido que luchar día a día para sacar adelante el negocio y la pequeña familia que tenía con su hermana, había estado solo y acompañado, había tratado con muchas personas y no todo había sido fácil.

Aiwe cerró los ojos teatralmente mientras hacía un suspiro dramático. Los chicos se estaban riendo, y ella no encontraba la gracia en ningún lado. Pero aprovechó la frase de Ayashi para sonreír. - Si que somos un grupito de abuelas, os empiezo a ver las arrugas. - Empezó a reír ante la mala mirada de los chicos. Le encantaba llevarles la contraria, a veces lo hacía solo para divertirse. Miró a los chicos, la verdad es que si no fuera por su cabello, que ahora era mucho más largo, le hubiera costado decir que habían pasado siete años. A Ayashi lo veía más cambiado, suponía que por el hecho de estar con Yuki cada día, pero aún así sonrió al ver que el tiempo no había estropeado esa amistad tan bonita.

- Me alegro de haber vuelto, chicos, Y no solo por Aurora... o por la Academia, o por tener un taller más grande y mejor... Todo este tiempo he echado de menos el volver a ser simplemente Ayashi... O Didier - Aiwe rió, seguía siendo el de siempre, solo que ahora con más dinero y una novia. Se elevó de la silla y se colocó detrás suyo. - Estoy segura que esto tampoco lo has olvidado. - lo empezó a despeinar - Didi, ¡despierta! Se acabó la clase. - Los tres rompieron a reír. - Nosotros también te hemos echado de menos, ¿verdad Yuki?

Yuki rió al ver lo que Ai hacía para recordar una de las tantas veces, mientras estaban en la academia, habían tenido que despertar a Aya porque se había quedado dormido.
- Jajajajaja!!! Si Ai tienes razón. Se nota en e, ambiente cuando faltas. Sobretodo porque de esta manera Ai no me da tanto la murga a mi solo, te tengo a ti también. Yuki se echó a reír muy sonoramente.

- ¡Eh! - Ayashi se quejó pero soltó una carcajada igual que los otros dos. - ¡Que ya ha llovido mucho desde entonces! Ahora soy un hombre responsable - dijo, hinchando pecho con exagerado orgullo. - Además, no era mi culpa. Las clases de Boden eran aburriiiiiiiiiiiiiiiiiiidas... - suspiró y clavó la mirada en Yuki, sonriéndole. - ¿Ya has visto que tienes a mi hermana en tu clase? Supongo que vas a aprobarla, ¿verdaaaaaaad? - dijo, y le lanzó uno de los aperitivos quisquillosamente a su amigo.

- Si claro - dijo Aiwe mientras volvía a su sitio riéndose - Y las clases de Boden no eran aburridas, yo me entretenía mucho. ¿Por qué crees que tengo tan buena puntería? - dijo mirando a Yuki, en clase siempre le tiraba de todo. Vio que Ayashi también lo miraba y una vez hizo referencia a su hermana pensó en el día de San Valentín. - ¡Oh! Neri es muy buena chica, no parece hermana tuya. Hicimos el chocolate de San Valentín juntas. Que ricura de niña. - Se giró para Yuki también - ¡Tienes que aprobarla! - le dijo mientras le tiraba un aperitivo también que le dio en toda la frente.

Yuki rió muy ruidosamente.
- Que sea tu hermana no quiere decir que la tenga que aprobar!! Ademas como sea como su hermano...jajajaja...no creo que hagamos carrera de ella!!Yuki se cachondeaba mucho de la situación.Aunque puedo hacer una excepción si me compras algo que me guste, como por ejemplo un jamón.

Ayashi rió cuando Aiwe se unió a él en su afán de comprar la nota de Nerine a base de atacar a su profesor con panchitos, y la miró un poco de lado.
- ¿Cómo que no se parece a mí? - preguntó, algo ofendido. - ¡Yo también soy una ricura!
Acto seguido le tiró otro aperitivo a Yuki y le sacó la lengua burlonamente.
- ¿Quieres un jamón? - preguntó, divertido. - Porque si eres bueno y tratas bien a Neri, te lo compro. ¡Y uno bueno! Porque yo - se señaló con el dedo, todo chulo - no tengo sueldo de profesorcillo cutre y me lo puedo permitir!

- ¿Un jamón? - Aiwe paró de tirarle panchitos a Yuki para mirar a Ayashi - Si le compras un jamón a Yuki yo quiero otro Didier. - Hizo pucheritos para que Ayashi aceptara - Es que me gasto todo mi sueldo en vestidos... Y no me queda para nada más.

Yuki se deprimió. Era verdad que su sueldo no daba para mucho, pero a él el dinero no le importaba. él había renunciado a toda su fortuna para disfrutar de la vida, porque eso si que daba la felicidad.
- Pos ahora por eso...por meterte con mi trabajo ya no aprobare a Nerine. La explotaré, la haré sufrir..jojojojojo

Ayashi entrecerró los ojos, mirando a sus dos amigos amenazadoramente
- Si venga. Tú - dijo, señalando a Aiwe - ya te puedes ir olvidando del jamón. A ti no tengo que comprarte. Y tú - apuntó a Yuki con el dedo - como mi hermana suspenda por tu culpa me hago una alfombra con tu cabellera.
Sonrió de forma torcida y se cruzó de brazos poniendo pintas de mafioso. Durante los últimos años, se había acostumbrado a aquel tipo de cosas.

Aiwe se arrimó par a Yuki teatralmente. - Didi.. das miedo. No eres tú. - Hizo ver que lloraba abrazándose a Yuki. - Tete, nos has cambiado a Didi, ¡este no es nuestro Didiiiiiiii!