No servir para eso

Nerine se sentó en el un rincón alejado del campo de entrenamiento, en el suelo y con las piernas cruzadas, y se miró las manos con frustración. Aquella tarde, como estaba aburrida, se había acercado al campo de entrenamiento y había visto a un par de alumnos ensayando con su magia, por lo que había decidido intentarlo ella también. Tras un buen rato intentándolo, pero, no había conseguido hacer nada, si siquiera romper por la mitad una de aquellas pequeñas piedras que había recogido del borde del estadio.
- Maldita sea - murmuró, cerrando los puños con un mohín. - Se supone que mi poder es la tierra. ¿Qué tipo de maga soy??
Con un suspiro, recogió las rodillas y apoyó la barbilla sobre ellos. Se dedicó a observar el campo de entrenamiento distraídamente, acariciando la hierba con la mano, que seguía la dirección de esta sin que ella se diera cuenta.

Vio a una chica sentada sobre la hierba sola y se acercó para ver quien era, cuando estaba más cerca reconoció a Nerine, pero le extrañó que no estuviera saltando, tarareando o chillando. Observó que estava haciendo mover la hierba, quizá hacía eso para calmarse un poco. Se sentó a su lado - Hola Neri, ¿qué tal?

Levantó la mirada y vio a Abby, por lo que esbozó una sonrisa que ni por asomo se parecía a la que siempre lucía y la saludó con la mano, haciendo que la hierba dejase de moverse.
- Hola Abby... - dijo, antes de volver a apoyar la barbilla en sus rodillas y volver a mirar el campo de entrenamiento.

Miró a la chica extrañada - Neri... ¿qué te pasa? No creía que te lo iba a decir nunca pero estas muy apagada, ¿por qué no corres ni chillas como siempre?

- Porque no tengo ganas - dijo, haciendo pucheros con los labios y sin mirar a su amiga. Estiró la mano y volvió a acariciar la hierba, esta vez conscientemente, de modo que no ocurrió nada. - Abby... ¿Me enseñas qué sabes hacer con el fuego? - le preguntó, girando un poco la cabeza para mirarla de lado.

- ¿Yo? No se hacer mucha cosa... - estiró las manos con las palmas para arriba y salió una llama de la nada, luego miró a Neri e intentó que la bola de fuego tomara alguna forma así que cerró los ojos y pensó en su amiga. La bola pasó a ser una mariposa. - Y esto es todo. De momento, estoy leyendo manuales sobre... oh! - Al empezar a hablar había perdido concentración y la mariposa desapareció.

Se irguió un poco cuando Abby le enseñó como creaba una pequeña llama entre sus manos, y cuando esta se convirtió en una mariposa, sonrió como lo hacia siempre y la siguió con la mirada.
- ¡Waaw! - La mariposa, pero, terminó por desaparecer, y aunque Nerine no volvió a encogerse, su cara volvió a adoptar ese mohín apagado de antes. Miró a su amiga. - ¿Y cómo lo haces? ¿Te concentras en tu poder y el fuego sale?

- humm.. Es difícil de explicar. Imagino la forma en mi cabeza y aparece en mis manos. Aunque a veces no sale no que pienso, cuando salió la mariposa pensaba en ti. - Sonrió un poquito, más tranquila de ver a la Neri de siempre aunque aún estuviera un poco apagada.

Nerine sonrió más al escuchar a su amiga.
- Las mariposas son bonitas - dijo, rascándose la cabeza. Luego suspiró y se volvió a mirar las manos, frunciendo el ceño mientras lo hacía. - Yo no sé como hacerlo - susurró. - Noto la energía, de verdad que la noto, pero por más que intento hacer que salga, no consigo hacer nada. No puedo mover la tierra, ni cambiar de sitio y forma las piedras, ¡ni siquiera puedo hacer que la gravilla tiemble!

- ¿Cómo que no sabes hacerlo? Si estabas moviendo la hierba cuando he llegado. - No sabía si le estaba tomando el pelo o no, se la veía muy seria.

- ¿Yo? ¿Mover la hierba? - la miró frunciendo el ceño. - Sería el viento, Abby - le dijo, señalando las briznas que se mecían con él. - Además, eso no es lo que se supone que debería hacer. Se supone que debería... ¡Mover montañas! - hizo un gran aspaviento con los brazos, tal y como hacía su hermano cada vez que le decía todas las cosas que algún día sería capaz de hacer. Se rió flojito. - Al menos debería saber hacerlo algún día. Por ahora me conformaría con saber hacer una piedrecira

- Pero.. no puede ser por el viento, en cuando llegué paró, y la hierba se movía como tu mano. - se quedó pensativa, ¿Neri hacía magia sin quererlo? - Algo he leído de la magia de la tierra, he leído mucho des de que he llegado para ponerme al día, así que vamos a probar algo, haz como yo pero imagina... - se queda pensativa - una flor!

Nerine miró sus manos y miró la hierba con el ceño fruncido, y enseguida se puso roja como un tomate ante las palabras de Abby. Ella había vivido desde pequeña con un amante de los libros y a pesar de eso nunca se había molestado en informarse más de lo justo y necesario sobre nada, ya que los libros educativos la aburrían. Pensó también en el pesado volumen de magia tierra elemental que Boden le había dado hacía unos días y que todavía no había abierto.
- Vamos a ver... - juntó las manos hasta formar una especie de cuenco con ellas, y cerró los ojos tal y como Abby le había dicho para imaginarse una flor. Le pasó como al principio, notaba su poder pero este parecía no querer salir. Se frustró.

- Que curioso, curiosísimo... - susurró, se llevó la mano a al barbilla para ver que fallaba pero tuvo que cortar sus pensamientos porque Neri estaba roja como un tomate de rabia. - Neri, tranquilízate, quizá estas imaginando algo muy complicado, mira lo que pasa cuando me complico un poco - Puso sus manos en el aire como antes y pensó en Neri otra vez, pero esta vez para que la llama tomara forma humana y lo único que se formó sobre las manos de Abby fue un poco de humo - ¿Ves? No siempre funciona. A parte tienes que estar serena y concentrada, lo he leído, y tú ahora no estas serena. Vamos a ver... ¿Cómo hacemos para tranquilizarte?

- Cántame una canción - dijo Nerine con los ojos llorosos. Abby la miró horrorizada, y ella se frotó los ojos con el dorso de la mano y sollozó. - Has dicho que tengo que calmarme - lloriqueó. - Lone siempre me canta cuando estoy nerviosa.

- ¿Ca.. ca.. cantar? ¿Has dicho cantar? Yo... no creo.. canción... - Se puso muy nerviosa porque ella no nunca había cantado pero de golpe en su mente apareció el misterioso encapuchado que le habló de la academia - Un momento... ¿Has dicho Lone?¿Conoces a Lone?

Nerine sollozó otra vez lastimeramente al ver que Abby no quería cantar, pero luego la miró por encima de sus manos y parpadeó.
- Claro que conozco a Lone - susurró. Lone es mi hermano, Ayashi. Bastante triste es que ni siquiera yo me sepa su nombre, como para que encima lo llame por el apellido, ¿no?

- ¿Tú Lone, no se llama Lone? Quiero decir, al Lone que yo conozco em dijo que se llamaba asi. - bajo la cara triste, se pensaba que había encontrado al desconocido que le había ayudado y parecía que no era así.

Nerine se medio incorporó, interesada, olvidando por el momento el motivo por el que habían empezado a hablar de ello y lo triste que estaba por no saber hacer magia todavía.
- ¿Tu conoces a mi hermano? - preguntó, mirándola con la cabeza ladeada. - Yo le puse ese nombre. Lone. A él le hace gracia y a veces lo usa. Cuando trabaja, cuando sale del país... ¿Tu conoces a Lone? - repitió.

- Conozco a un Lone. - Seguía mirando abajo - Si se le puede llamar conocer, ¿recuerdas el desconocido qeu me ofreció dinero, en mi cuarto, cuando me preguntaste cómo había llegado hasta la academia? Pues él es el desconocido.

- ¿Y podría ser qué....? - Nerine se cruza de brazos de forma pensativa y medita. Cuando ella llegó a la academia, Abby hacía un par de días que estaba allí ya. A eso debía sumarseles un par de días más hasta que llegó allí. Haciendo cuentas, debía haberse encontrado con el desconocido unos cuatro o cinco días antes de su ingreso. Por aquel entonces, ellos acababan de volver a Mondphase y, mientras se instalaban y Nerine se encargaba de organizar la casa nueva sola... - ¡Lone estuvo fuera tres días! Se fue y estuvo cerca de las Montañas Nubladas

Levantó la cabeza, feliz, el lugar coincidía, podría agradecerle a Lone lo que había hecho por ella - No hay duda, fue él. Neri tienes que presentármelo, tengo que agradecerle todo, y devolverle el dinero, aunque aún no se como lo haré u.u

Ren había salido a caminar.... no había podido dormir muy bien pensando en lo ocurrido en el salon de musica.... Las cosas se habían complicado innesesariamente, y todo por culpa de Fala.... ya arreglaría las cosas con ese ...... sujeto....

Ren vió a Nerine a la distancia, estaba con otra niña en el campo de practica.... Estarían hablando de los sucedido... ren en verdad esperaba que no... Decidió acercarce despacio para no espantarla, sabía que no sería facil convencerla que él no era un peligro despues de lo que habái visto.... -que estan haciendo?-, pregunto suavemente intentando ser lo más amable que pudo para no generar una mala reaccion en Nerine..

Nerine estaba contenta. Estaba pasando un rato agradable con Abby, descubriendo que tenía más cosas en común de las que creía con su amiga y olvidándose del motivo por el que se había puesto triste en un principio, y por eso no se dio cuenta de que el elfo se acercaba.

- ¿Qué estan haciendo? -. Nerine se puso tensa en el mismo instante en el que escuchó su voz. Se giró hacia Ren y le vino a la cabeza lo sucedido hacía un par de días en la sala de música, y de nuevo la asaltó el mismo miedo que había sentido antes de que la profesora Aurora la sacara de allí...
"¡Te estaba protegiendo de Ren!!! Si supieras que trama ese elfo... Ren es malo, cuidate de él, en clase, en practicas... En todo", dijo la voz de Fala en su cabeza, repitiendo lo que le había dicho la noche anterior al disculparse con ella.
Nerine se quedó parada mirándolo, sin saber qué decir, ni cómo reaccionar...

Nerine se quedó mirandolo sin decir nada.....

-Venia disculparme por lo del otro día.... en verdad... creo que las cosas se salieron de control... un poco....- intentó disimular la cara de asco que le provocaba pensar en Fala....

--en verdad no quería llegar a eso... pero ese demonio....- se interrumpió a si mismo -... no quiero tener problemas extras... y no quiero que todo el mundo me tema....- dijo con expreción un poco más lastimera que lo que sentía...