Más y más rápido (priv.)

Encaramado en lo más alto de uno de los numerosos árboles que poblaban ese lugar, Tomas mantenía la mirada fija y concentrada hacia el frente. Una de sus rodillas estaba puesta sobre una gruesa rama en la que se apoyaba, y no dejaba de mirar otro árbol lejano, como si se plantease saltar desde allí y alcanzarlo sin titubear.
En realidad, algo así pretendía. Sólo que él no iba a saltar sin más.
Desplegando sus alas, Tomas saltó de la rama y comenzó a aletear hacia el árbol que había estado mirando, demasiado despacio para su gusto. Quería coger más velocidad. Al alcanzarlo, apoyó las piernas en su tronco para impulsarse y dirigirse hacia otro, más rápido. Repitió ese gesto, volando más rápido, y más rápido, y más rápido...
Hasta que sus alas se cansaron y ya no pudo más.
Volvió a dejarse caer en una rama que, igualmente, estaba bastante alejada del suelo. Tal y como Helio, su profesor de vuelo, le había indicado, ahora él adoraba estar más por el cielo que con los pies en el suelo; se sentía más cómodo. Cuando consideró que ya había descansado lo suficiente, apoyó sus brazos en la rama y se quedó colgando con ellos para, así, también forzarlos un poco. Miró a su alrededor en busca de algún otro árbol al que dirigirse...
Hasta que sus ojos bajaron al suelo y pudo ver a alguien bajo el árbol en el que él se encontraba, mirando en su dirección. Tomas arqueó una ceja, sin alcanzar a ver quien era o si realmente lo estaba observando a él. Estaba demasiado alto como para apreciarlo.
Curioso, saltó hasta otra rama inferior para poder observar mejor... y descubrió que era una chica. Una chica a la que conocía, por cierto.

Era Layla, aquella mañana decidió ir a pasear a los arrededores de la nueva escuela, a aquel bosque que tanto le recoraba a su hogar. Miraba llos arboles, buscano un buena buena sombra para poder sentarse y tomar el aire y, por casualidad, vio como alguien volaba (o eso parecia) de arbol en arbol, curiosa, se acerco a verle, para saver quien era y preguntarle que hacia alli arriba, al ver que el chico alado se acercaba a ella, pudo reconocer que era ese chico tan simpatico con el que habia estado hablando, le saludó timidamente con la mano.
-H-hola- dijo con un ilo de voz, pero lo suficientemente alto como para que el la oyera- ¿Que...estás haciendo?- preguntó curiosa

Tomas terminó de bajar al suelo con un salto, al reconocer a Layla y escuchar cómo le hablaba algo entrecortada. Le dedicó una leve sonrisa. Parecía tan simpática, pero era a la vez tan tímida... Tomas tampoco solía ser muy abierto con gente a la que acababa de conocer, pero la timidez de esa chica le hacía mostrarse más extrovertido casi de manera inconsciente.
Se apoyó en el árbol del que acababa de bajar y respondió, con soltura:
- Entreno. Intento aprender a volar más rápido... -sonrió un poco más, después, apresurándose a agregar- ¿Y tú, qué hacías por aquí? ¿Te está... em... gustando la academia?

Layla puso sus ojos en tomas, mientras bajaba, penso, *que agil* y sintio admiración, puesto que se estaba entrenando, algo que ella nunca havia probado.
-ah..estaba buscando un arbol para..-hizo una breve pausa, le daba verguanza contar sus razones, pero penso que tomas era de confianza, por lo bien que la trataba- queria tomar..el aire.. debajo de un arbol,como lo solia hacer en casa...-añidio- la academia me gusta mucho!-con mas eforia de la natural- la verdad...es que..la gente es muy buena conmigo...-layla no podia evitar mirar esas alas que de vez en cuando se movian- y... como llevas el entrenamiento¿...kiza...- hizo una pausa, no se atrevia a preguntar.

Tomas escuchó muy serio a la chica, viendo como titubeaba un poco más con aquellas frases, y con ese "como lo solia hacer en casa" Supuso que podía echar de menos a su familia o haber vivido un episodio terrible que no quisiera recordar... sin embargo, no se atrevió a preguntarle.
Mientras seguía respondiendo a sus preguntas, y Tomas volvía a escucharla con una mirada más alegre, no pudo evitar percatarse de que los ojos de la chica estaban fijos en sus alas la mayor parte del tiempo. Sonrió más abiertamente al darse cuenta de aquello, ya que, aunque durante mucho tiempo hubiese odiado que la gente se fijase en sus alas (razón por la que las mantenía escondidas), ahora casi... le gustaba. Ahora que sabía usarlas, claro.
Finalmente, Layla dejó su última frase incompleta con aquel "quizá..." ahogado, como si quisiera decir algo pero no se atreviese. Tomas ladeó la cabeza, repitiendo aquella palabra como instándola a concluir:
- ¿Quizá...?
Pero no necesitó pensar mucho más para intuir qué querría añadir tras eso.
Aquella vez, su risa fue mayor. Era la primera vez que Tomas se planteaba que alguien quisiera volar con él. Las veces que había volado con Nerine siempre había sido porque él se había empeñado, y no había volado con nadie más, ni había querido por otra parte, temiendo volver a tener una mala caída otra vez.
Aleteó para subir hasta la rama de un árbol, cercana al suelo, mientras meditaba si aceptar aquella petición indirecta o no. Él ya sabía volar, pero... todavía le daba miedo volver a tener algún fallo. Al fin y al cabo, no hacía tanto que había aprendido...
Mientras se decidía, y queriendo asegurarse que no estaba meditando una estupidez, miró fijamente a la chica y pronunció, sonriente.
- ¿Qué, no se ven "chicos murciélago" todos los días, no? -Layla lo miró con algo de sorpresa, y él encogió un poco los hombros- Me he dado cuenta, que... que estás mirando más a las alas que a mí...

Layla se sonrrojo, al ver que se havia percatado, - T-te has...dado cuenta¿- murmuro, y se puso la mano en la cara, escondiendo su verguenza -La verdad....es que...pero..tampoco vi muchos chicos...- se dio cuenta que mejor no hablar del tema, y rectifico- la verdad es k son muy bonitas....no havia visto nunca alas.... - trago saliva- oye... como es...como es volar¿- sus ojos se llenaron de curiosidad y miraban fijamente el cielo, como si ya lo pudiera tocar, despues le miro a él esperando una respuesta que pudiera entender, saver que era esa sensacion.

Tomas dejó escapar una pequeña risa al ver a Layla tan nerviosa. Quiso tranquilizarla con un sincero "Tranquila, que no importa", pero no tuvo tiempo para ello ya que la chica comenzó a hablar sin saber muy bien qué decir para disculparse.
Y después, aquella pregunta. ¿Cómo era volar?
Volar era como... si, era exactamente como le había dicho a Nerine en aquella ocasión, la segunda vez que habían volado juntos. Volar era ver el mundo desde otro punto de vista. Verlo todo desde arriba, desde lejos. Y sentir que, mientras estuvieses surcando el cielo, nada de lo que sucediese allí abajo podría hacerte daño.
Pero, claro, Tomas no iba a pronunciar en voz alta esa estupidez, ni de casualidad (que, en realidad, por muy cursi que le sonara era lo que él sentía cuando estaba saltando de árbol en árbol y volando por el cielo) Quizá sería mejor demostrárselo de otro modo.
Miró hacia abajo y vio que los ojos de aquellos curiosos colores distintos se habían quedado, ahora, fijos en el cielo. Parecía tener muy claro que le apetecía surcarlo.
"Bueno... intentémoslo"
- Pues... esa pregunta es difícil -acabó musitando Tomas, bajando otra vez para situarse frente a la chica. Le sonrió, algo cortado, antes de extender los brazos frente a ella y encoger un poco sus hombros. En realidad, aquella situación lo ponía un poco nervioso (¿iba a confiar Layla en él, o lo tomaría por loco y saldría corriendo? ¿Se caerían? ¿No podría volar nunca con nadie en brazos, o qué? Nerine tenía razón cuando temía volar con él...)
Trató de relajarse, e inquirió, lo más tranquilo que pudo.
- ¿Quieres... t-te apetece verlo por ti misma?

Layla tardo unos segundos en reaccionar, no entiendia la pregunta, de pronto le pasaron mil cosas por la cabeza, pero en ningun momento penso en caerse, de su amado cielo, ese lugar donde uno se siente libre, capaz de ir a cualquier sitio, ¿podia ser que tomas le estubiera ofreciendo la posibilidad de volar?. Titubeo- T-te ...refueres a..¿.volar? ¿yo?... ¿c-como?- Layla no se imaginaba que él mismo la llevaria, era demasiado inocente,o quiza, le diera verguenza reconocer que aquel chico tubiera intencion de ayudarla, su cabeza no se lo permitia pensar, ¿por que iva a hacer tal cosa? nunca nadie intento nada por ella.

- T-te ...refueres a..¿.volar?
Tomas asintió, bastante convencido, cabeceando hacia arriba y abajo y borrando un poco su sonrisa. Podía ser que Layla no esperase ese ofrecimiento... o podía ser que no le hiciese mucha gracia volar con él, y no supiera cómo decirle que no. Tomas prefirió confiar en su primera opción, y se acercó con otro nuevo paso a ella, quedando ya separados por muy poco espacio.
-¿Como que "cómo"...? Va -musitó, tomando a la chica antes de que a esta le diese tiempo a agregar algo más (sino, ya se retorcería y le chillaría. Tomas sintió un escalofrío)- Avísame si te mareas, o... algo así.
Y, dicho eso, comenzó a aletear, antes de tener tiempo para arrepentirse él... o para hacer que Layla dudase aún más.

Tomas cojio de repente a Layla, ella se sonrojo, pero , por algun motivo esos brazos la hacian sentir segura, no dudo, ni sientio miedo, ni siguiera se puso nerviosa, Tomas empezo a alatear- o-oye...estas seguro¿.. no es una molestia¿-Pregunto mientras se cojia fuerte de esos hombros tan fuertes y trabajados- Dios... no...no me lo puedo creer v-voy a volar de verdad¿¿- Su carita de preocupacion cambio, ahora se veia radiante llena de ilusion, sentia que su pecho iva a estallar.

El muchacho sintió un profundo alivio cuando no escuchó gritos, ni rechazos, y cuando comprobó que la chica que llevaba entre sus brazos lo sujetaba más fuerte para no caerse, sin removerse o pedirle extremadamente indignada que la bajase. De hecho, cuando Tomas se atrevió a mirarla de reojo, comprobó que Layla parecía bastante ilusionada con aquella idea. Ver esa ilusión teñida en sus ojos multicolor le hizo sonreír. De veras le parecía que esa chica necesitaba poseer más ilusión más a menudo.
- No, Layla, no vas a volar... -la aludida lo observó con extrañeza, y Tomas no pudo contenerse una risita- Ya estás volando. Mira.
Le señaló todo lo que se veía bajo ellos; la academia, el lago, los árboles bajo los que estaban segundos atrás... Tomas solía emocionarse mucho cuando estaba a aquella altura y podía ver lo diminuto que parecía todo desde allí. Le había sorprendido el primer día que voló desde tan alto y todavía seguía sorprendiéndole.
Cuando ya hubo mirado y localizado todos los lugares que quería localizar, volvió a mirar a Layla, que continuaba tan tranquila, con los brazos en sus hombros y observando a todas partes. A Tomas aquello le parecía muy chocante; parecía como si volase a esa altura todos los días... cuando a él le había costado tanto aprender a volar desde tan alto.
- ¿De verdad estás bien? ¿No te...? No sé... ¿No te has mareado...? ¿Ni un poquito? -le preguntó, completamente serio. Suponiendo cual sería la respuesta de Layla, agregó- Eres... eres muy valiente...
Por un segundo, se preguntó por qué Nerine no podría mostrarse tan tranquila cuando volaba con él, y flaqueó un poco su mirada despreocupada. Al fin y al cabo, cuando Layla estaba tan calmada surcando el cielo con él, sería porque toda la culpa no estaría en sus alas...

Layla estaba muy emocionada, era fantastico , ese mundo que le parecia tan grande, de repento era pequeño, alcanzable, sintio que podia hacer cualquier cosa, ir a cualquier lugar. Cuando Tomas le hizo una pregunta, Layla dejo por un momento de admirar ese paisaje hermoso, para mirarle con extrañez- No..., he soñado muchas veces con este momento, no se...si es la emocion, pero solo siento que..mi pecho va a..explotar...- dijo mientras sonreia y se cojia mas fuerte- ademas... vuelas muy bien... ¡me gusta mucho!- despues de decir eso... Layla se dio cuenta de una cosa, algo que no havia pensado devido a la emoción, ¡Tomas le estaba sosteniendo en brazos! ¡un chico la llevaba en brazos! ¡y sus cuerpos estaban tan cerca! se sonrrojo muchisimo, se puso nerviosa, le entro miedo, se empezo a marear, sintio vertigo, nauseas, tubo miedo a caerse y devido a todas esas sensaciones se abrazo mas aún a Tomas, apollando su cabeza en su hombro, rondeandolo con sus delicados brazos y exclamó- ¡QUIERO BAJAR!- con lagrimas en los ojos.

(o.O Este chico no va a volar con alguien en la vida xD! Me lo TRAUMAIS!)

Tomas se relajó y pudo evadirse de sus pensamientos cuando vio que la chica lo miraba algo extrañada, como si aquello que le estaba preguntando fuese una locura.
Y cuando añadió aquel halago, aquel sonriente "vuelas muy bien...", Tomas supo con certeza que ya nada iba a salir mal.
Qué equivocado estaba.
Justo tras pronunciar aquello, Layla se tensó de manera inesperada. El muchacho la miró algo confundido, preguntándose si estarían volando demasiado alto o demasiado deprisa, y se apresuró a inquirir, con voz queda:
- ¿Qué... qué ocu...?
- ¡QUIERO BAJAR! -Layla sonaba histérica, y se había abrazado más fuerte a él. Acababa de conseguir transmitirle todo el nerviosismo que parecía sentir, así, de repente. Porque se había abrazado demasiado fuerte.
Quiso chillarle algo o preguntarle que, si se estaba mareando o no le gustaba volar, por qué narices no se lo había dicho antes... pero ahora tenía que centrarse en poder aterrizar en algún árbol antes de que aquella chica lo ahogase...
¡Ya tenía bastante con que Nerine lo ahogase así cada vez que volaba con ella! ¡¿Por qué tenía que ocurrir otra vez?! ¡¿Por que se metía en esos líos y siempre quería volar con toda persona que mirase al cielo y a sus alas al mismo tiempo?!

Con esa mente tan atolondrada era imposible que aterrizase bien.
Rápidamente, buscó una rama firme y que se aparentase segura para bajar sobre ella... pero calculó mal y sus alas se frenaron en seco antes de percatarse de su fallo. Como pudo, sostuvo a la chica con una mano (claro que ella estaba agarrada de su cuello, incluso soltándola no se habría caído) para sujetarse a la rama con la otra.
Cuando consiguió sentarse sobre el árbol y sentirse más firme, Tomas empezó a gritarle casi sin percatarse:
- Pero, ¡¿qué te pasa?! ¡Me has dicho que no estabas mareada! ¡M-me has dicho que... estabas bien! ¡Por poco me caigo otra... maldita vez, joder!
No sabía por qué reaccionaba así, pero estaba cansado de sus aterrizajes forzosos... cansado de sentir que no iba a aprender nunca a usar sus alas...
Se tiró en la rama y soltó un gruñido entre dientes, tapándose la cabeza con las dos manos y sin atreverse a mirar a Layla otra vez.

(jajajajaja lo siento ^^; me pongo en su papel, jo.. me haces sentir mal ;__; a Layla le gusta volar con tomas)

Layla sollozo, esa frase ¡M-me has dicho que... estabas bien! ¡Por poco me caigo otra... maldita vez, joder! la asusto mas que el aterrizaje forzoso, normalmente no ubiera soltado prenda de lo que le pasaba , pero... ese chico era diferente, se quiso explicar, diculpar, muchas cosas a la vez- lo..lo siento.. jamas havia estado tan cera de un chico.. no..no es tu culpa-le cojio por la camisa, por alguna extraña razon no lo queria soltar, apesar que se moria de verguenza- de...de verdad que lo siento mucho, perdoname, me...me puse nerviosa..tus brazos... se..esta tan bien entre tus brazos.. yo.. vuelas muy bien... gracias por llevarme.. yo... de verdad.. lo he pasado muy bien...perdona...no se ...que me paso- las palabras le salian solas entre sollozos sin sentido, mientras seguia cojiendole y temblando- perdoname por favor, no te enfades, yo...no queria... de verdad, eres muy bueno...yo..lo he estropeado todo- por primera vez hablo claro y alto sin miedo, sentia que havia hecho algo mal.

(vaaale, yo tmb lo siento xD Pero Tomas se pone muy nervioso cuando un vuelo le sale mal XD Y grita xD!!)

Tomas no se movió ni un ápice cuando la chica comenzó su disculpa, y contestó a ella con un simple gruñido. ¿Qué quería decir eso de que no había estado nunca tan cerca de un chico...? ¿Qué clase de excusa era esa?
Sin embargo, el muchacho se vio obligado a levantar la cabeza cuando sintió que algo lo sujetaba por una de las mangas de su camisa, y se quedó definitivamente sin habla cuando vio que era la misma chica que se quejaba de haber estado muy cerca de él. Tomas no pudo evitar dejar escapar otro gruñido, más exagerado que el anterior.
De cualquier modo, a medida que Layla se disculpaba tan exageradamente, como si de veras estuviera arrepentida, Tomas se atrevió a tratar de comprenderla. Al fin y al cabo, nadie podía volar relajado al completo por primera vez (por mucho que ella no quisiera admitirlo) Quizá lo que le había pasado en realidad era eso. Sí, seguro que lo era.
Tomas suspiró levemente y la observó de cerca. Layla parecía muy nerviosa y muy avergonzada, a pesar de que todavía no lo había soltado del brazo.
- Bueno... -comenzó a hablar el muchacho, más calmado y en voz sumamente baja. Tal vez se había pasado un poco- Vale, yo también lo siento, no te tenía que gritar así. Pero... -quiso matizar- n-no puedes ponerte tan nerviosa, porque si te pones nerviosa tú, me pongo nervioso yo, y... las... alas se me bloquean cada vez que me pongo nervioso o me distraigo. No hace tanto que sé volar, al fn y al cabo... bah, ya lo sé; en realidad volar no es lo mío...
Agachó la cabeza otra vez, ahogando un nuevo suspiro.

(jajaj normal pobre ^^; )

bah, ya lo sé; en realidad volar no es lo mío...
Layla abrio los ojos de par en par,sorprendida, "¿que no era lo suyo?¿ como podia decir eso con lo bien que lo havia pasado ella?" penso, y se dio prisa en responder -¡P-pero que dices! si vuelas de maravilla -solto, olvido por completo su timidez- ¡me he sentido como un pajaro! como si tus alas fueran las mias- y añadio- L-lo siento de verdad, me porte como una cria, no pense que esto ....pudiera suceder, que te hiciera sentir tan mal, pero... -cojo las manos de tomas delicadamente -te estoy muy agradecida, jamas nadie havia hecho algo tan bonito por mi, quisiera.... poder compensarte- al cojer las manos de tomas las noto asperas, como las de un trabajador del campo- oye...- se las miro- tus manos...estan tan...adolorecidas... deverias ponerte algo, si no te doleran con el tiempo- le dijo mirandolo de frente y con toda seguridad,mientras buscaba algo en su bolsa de mano.

(XDXD! Y al final vas a poner lo de la crema de verdad!! Dios k bueno xD!)

Tomas se rió irónicamente; había sabido con certeza antes de que lo dijese que Layla iba a pronunciar aquello. Quiso contradecirla haciendo referencia a las tropecientas caídas que había tenido (sin narrárselas, claro; aquello era demasiado bochornoso), cuando, de repente, la chica le cogió las manos.
Tomas se tensó como si lo estuviera surcando un cable eléctrico. "¿Pero qué...?" ¡Se suponía que ella era tímida y no podía tener esa clase de gestos! Abrió la boca un par de veces para decirle algo y poder apartar las manos, lo que fuese, pero no le salía la voz.
- oye... tus manos...estan tan...adolorecidas... deberias ponerte algo, sino te doleran con el tiempo.
Aquello fue lo único que necesitaba para poder hablar.
- ¿Qu-qué? -tartamudeó un poco, nervioso por estar notando el suave contacto de las manos de Layla sobre las suyas... "¡se acabó!" se dijo, apartando definitivamente sus manos de ella y acariciándoselas un poco, como si quisiera cerciorarse de que no llevaba razón- ¿Qué dices? Mis manos están perfectamente... -sin embargo, al palpar la zona en la que Layla lo había quemado al conocerse, supuso que se referiría a eso- Si lo dices por lo de... ya sabes, lo de... quemarme... eso no fue nada. En serio...

(claro ^^ jejejeje, ya veras tu....)

Tomas parecia nervioso, el hecho que apartase las manos de esa manera hizo que Layla volviera a desconfiar un poco, "¿le habra molestado que me tomara estas confianzas?" se pregunto, volviendo a su natural timidez, "claro...como..voy a tomerme essas confianzas asi...por el morro, que descortes he sido..."se repondio ella misma, se quiso disculpar pero tomas siguio hablando, sobre sus manos y el hecho que no importaba que le ubiera quemado - Si.. pero...deja que...- trato de exculparse de alguna manera, saco un potecito con un megunje dentro, algo espeso pero de color verde clarito- esa crema me la dio mi padre, por..si acaso...,es buena para las manos... esta hecha a base de hiervas y leche.... quieres que te... o kiza tu...- Layla no se atrevia a preguntar, savia que no tenia k ser descortes, ni maleducada, y estaba claro, para ella, que tomas no estaba a gusto a su lado,asi que solo acerco sus delicados dedos a el potecito, los introdujo, saco algo de ese megunje y luego extendio la mano, con la mirada cabezibaja.

Tomas desplegó sus ojos todo lo que le fue posible cuando vio aquella crema espesa... y verde... y a Layla preparada para extendérsela sobre sus manos. Estuvo a punto de repetirle de nuevo que en sus manos no pasaba nada y que se dejase de cremas y de tonterías (porque para Tomas, todo lo relacionado con "cuidarse" físicamente eran tonterías; había tenido las manos destrozadas durante mucho tiempo y le había dado igual)
Sin embargo, algo le impidió pronunciar todo aquello que estaba paseando por su cabeza. La mirada cabizbaja de la chica, por ejemplo. Y el gesto tan convencido con el que había tomado esa crema espesa y de aspecto tan extraño entre sus dedos.
Tomas cogió aire cautelosamente, y sólo se atrevió a pronunciar una simple palabra:
- B-bueno... -al ver que la expresión entrecortada y triste de Layla no había cambiado en absoluto, Tomas miró hacia el suelo y le tendió de nuevo las manos- Venga...

(awww me mueroo de amoor x//D)

Al ver el gesto positivo de Tomas, Layla se alegro un poco, recupero un poco la confianza en aquel chico, tan torpe de relaciones como ella- Te escocera un poco, pero .... pronto notaras alivio...- con una mano, le cojio suavemente de la muñeca acercandola a ella y sujeto su mano, con la otra, le extendio la pomada. Al entrar en contacto con la zona de la quemadura, Tomas gruño un poco, pero se dejo hacer, mientras Layla seguia cojiendole la otra mano y extendiendole esa crema misteriosa, muy delicadamente- Creo que ya esta...-dijo con expresion serena - ¿A-aun te duele¿- soplo un poco en su rasguño y añidio- ¿no las sientes mejor?- dijo mientras le observaba con esos ojitos multicolor, con una mezcla de miedo a su respuesta y de preocupacion por su estado.

(XD!)

Cuando Layla rozó una mano de Tomas con aquellos dedos, impregnados en esa crema extraña, el muchacho tuvo la tentación de apartarse, sintiendo el escozor que ella le había advertido de antemano. Se le escapó un gruñido inconsciente, todavía no muy convencido de que aquello fuera a servir para algo.
Sin embargo, cuando Layla le sorprendió con esos "¿Aun te duele? ¿No las sientes mejor?", Tomas tuvo muy clara su respuesta.
- No... quiero decir, sí las siento mejor... pero ya no me duele... -él sólo se perdió en su propia respuesta, pero supuso que Layla lo entendería. Acercó sus manos a él de nuevo, observándolas y acariciándolas levemente, como si de veras esperase ver algo nuevo en ellas. De cualquier modo, Tomas suponía que eso era algo parecido a... cuando Nerine aseguraba que cantándole una canción y besándolo en la mejilla se curaría cualquier herida que tuviese.
Saliendo de sus pensamientos (pero sin poder evitar que una sonrisa delatadora resbalase de sus labios), Tomas dejó de toquetearse las manos y se atrevió a romper el pequeño silencio que se había hecho allí, sobre la rama de aquel árbol:
- Gracias... -al fin y al cabo, fuera lo que fuese esa crema extravagante, Layla se la había extendido con buenas intenciones... y eso siempre tenía que agradecerse, ¿no?

Layla sonrrio, esas palabras no las solia oir mucho, apesar de sus esfuerzos
-No tiene imprtancia, te lo devia...por lo de antes y por...haverte quemado sin querer- dijo con las mejillas sonrosadas -o-oye...- murmuro mientras miraraba hacia otra parte - s-se .. que no tengo derecho a preguntar pero.... crees que...- hizo una pausa tragando saliva -...er.....- no se atevia a preguntar-podriamos...dar...otra vuelta...pequeña....- cerro los ojos y encojio los hombros, con miedo a la respuesta del muchacho.

A pesar de que también intercaló un suspiro, Tomas se atrevió a soltar una pequeña risita, no supo muy bien si irónica o porque aquello le hacía gracia de verdad. Calmadamente, y tratando de no mirar al rostro inocente y entrecortado de la chica, Tomas se puso en pie, mientras meditaba una manera de pronunciar lo que quería pronunciar y no molestarla mucho.
- Pero... -Layla lo miró con esa carita triste y pedigueña que le hacía sentirse nervioso- si... me prometes que no vas a volver a ponerte así. No tengo ganas de que nos caigamos... ni de romperme algo otra vez...
Tomas no se dio cuenta de que había dicho eso último hasta que Layla no abrió un poquito más sus ojos. Forjó una mueca de fastidio al percatarse (de haberse dado cuenta, él nunca le habría contado eso a nadie) y, antes de que Layla tuviese tiempo para inquirir algo, el muchacho adelantó sus brazos y esperó a que ella se le acercase, mientras agregaba en un susurro:
- De todas formas, tendremos que bajar de aquí... ¿no?

Tomas havia dicho algo que hizo preocupar a layla "¿romperse? " quiso preguntar, pero vio en la mirada de tomas que no estaba muy dispuesto a hablar, que era algo que le avergonzaba o que simplemente no le apetecia comentar , asi que, prefirio esperar a otro momento más oportuno, para preguntar- S-si..claro... tenemos que bajar...- Layla se quiso acercar a él... cojiendose de una rama, cuando de repente la rama donde ella se apoyo se rompio y hizo que la muchacha perdiera el equilibrio y cayera al vacio- waaaaaaaaaaaaaaaaaaaa-.

(dramaaaa *-*)

(Aaaah! Por qué les haces estoo? jajaja!! Te gusta sorprenderme, eh? XD)

Tomas vio como la chica quería acercársele, como él le pedía con sus brazos, y vio también que estaba a punto de apoyarse en una rama que no parecía estable. Estuvo a punto de detenerla y pedirle que se esperase a que él la tomase...
...cuando cayó.
Tomas apenas tuvo tiempo para pensar cómo reaccionar. Un grito de Layla se escuchó extendiéndose por el aire y clavándose en sus oídos como si lo instase a moverse, a actuar en vez de quedarse bloqueado. El corazón se le detuvo por una décima de segundo antes de saltar de la rama y lanzarse en picado a por ella.
Cuando la alcanzó, Tomas notaba que el corazón se le iba a salir del pecho. Si le hubiera llegado a pasar algo... habría sido culpa suya. Aleteó con dificultad.
- J-jo -fue todo lo que pudo pronunciar, cuando la chica se pegó a él como una lapa, asustada por su caída- N-no... gana... uno para sustos... contigo.