El consejo de un amigo (priv. Fidel y Moses)

Moses suspiró, pensativo, y se tumbó perezosamente sobre una rama, haciendo tiempo sin hacer nada mientras esperaba que Fidel llegase hasta allí para charlar tranquilamente con él. Era extraño en el limníade tener tiempo para tumbarse tranquilamente a la sombra de un árbol, pues era bastante más habitual verlo corriendo arriba y abajo por toda la academia, montando bromas y otras trastadas o escapando del enojo de sus víctimas.
Aunque la verdad era que, durante los últimos días, nadie había sufrido las bromas de Moses... Porque, desde que el limníade había salido de la enfermería después del último baño de Aurora, no había tenido la cabeza para nada más.

"Maldita serpiente y malditas confesiones", murmuró para sí mismo, en tono de queja.
Pensó en Jarpër, en la sinceridad con la que había dicho aquello de Me gustas, Moses, y un ligero y molesto sonrojo invadió sus mejillas. ¡Jodida serpiente!
En lo que llevaban de curso, era la tercera vez que alguien le decía algo parecido, pero esa vez, al contrario de cuando lo habían hecho Hanabi y Nüse... Se sentía confuso. Una parte de él, la misma que en su momento se había encargado de rechazar a los otros dos con más o menos delicadeza, le gritaba al oído que el amor era una chorrada y que él no estaba hecho para eso. Pero, en cambio, otra parte de él, una parte que nunca antes había hecho acto de presencia y que no conocía, le decía que...
"Agh"

El sonido de unos pasos acercándose al árbol llamó su atención, y Moses asomó la cabeza por el árbol a tiempo de ver a Fidel acercándose.
"¡Tú, pajarraco! ¡Ya era hora!"

Fidel se sorprendió al ver un pequeño papel envuelto en la perilla de la ventana de Aurora. Solo había una persona... (bueno, peronsa no, un limniade) que hacía eso y al familair se le hizo algo extraño. La academia llevaba un par de días en la más absoluta calma. Al principio, Fidel se había sentido relajado, pues no estar siguendo a moses como si fuera su sombra durante las clases de Aurora era un merecido descanso que hacía tiempo no teneía, pero al tercer día, ya comenzó a preocuparce...y más lo izo cuano fue en su búsqueda a la pajarera de Caelan y no vió ni rastros de su amigo.
La nota, tal y como supuso, era de Moses.... quién lo citaba en jardin...done él ya sabía ... "ahora mismo".... Fidel gruño por lo bajo (disumualndo el alivio que sentia de tener noticias sobre su estupido amigo) y camino con tranquilidad forzada hacia aquel sitio, pues no le daría el gusto de salir corriendo solo porque se lo ordenara...
Cuando estuvo cerca del árbol un melena rojiza colgó de su copa como una peluda manzana madura.

"¡Tú, pajarraco! ¡Ya era hora!"

-A ver idiota...dime en que lio te has metido esta vez qu estas desaparecio?...acaso Medea quiere darte escobazos o convertirte en sapo otra vez??...- dijo mirando fijamante al limniado y sonrio al ver que aparentemente estaba sano y salvo.

Cuando Fidel llegó y dijo aquello, el limníade gruñó y le enseñó en dedo corazón haciendo drama exageradamente. Se descolgó acto seguido del árbol y bajó, y como si hiciera un momento no hubiera hecho un gesto obsceno en su dirección, abrazó a su mejor amigo y se quedó un ratito colgado de su cuello, en silencio.

"No me he metido en ningún lío", musitó en apenas un susurro dentro de la cabeza de Fidel. La frase se deslizó desde su mente acompañada de una ligera sensación de confusión y angustia, y aquello lo hizo apretar los labios un poquito. "O eso creo..."

Se separó levemente de él, sin soltarle del todo, solo para poder levantar la cabeza y mirarle a los ojos. Vio al peliazul mirándole fijamente y con las cejas levantadas, como incitándole a contar lo que fuera que lo estaba preocupando, y Moses sonrió sinceramente (algo que no solía hacer muy a menudo, la verdad), porque se alegró de poder contar con él siempre que hiciera falta. Porque aunque la mayor parte del tiempo estuvieran discutiendo, aunque Fidel odiase todas y cada una de las bromas que Moses hacía y amaba, aunque fueran diferentes como el agua y el fuego (exactamente como eso), aunque el pajarraco tuviera a Geel para él solo y él odiase que se hubieran "arrebatado" el uno al otro... Fidel siempre estaba allí cuando lo necesitaba. Fidel era su amigo. Un amigo de verdad.

"Me ha pasado una cosa", admitió, bajando la mirada otra vez porque notó que se ponía rojo al recordarlo. Soltó las manos del cuello de Fidel y las pasó por su propio cabello, y lo miró con precaución. "Promete que no te enfadarás conmigo. No ha sido mi culpa, yo no he hecho nada malo esta vez. Lo juro por Caelan..."

Fidel miró con resignación a Moses cuando este levanto su dedito en su "contra", pero no dijo nada, pues aquella era un reacción tipica del limniade y solo esperó a que bajara del álbol. Cuando éste le abrazó, Fidel se preocupo un poco, porque habia abrazos y abrazos. Por lo general le molestaba tenerlo colgado como si fuese un adorno, auqnue eso ocurria sobre todo cuando estaba con Geel, pero este era diferente, era de los abrazos que a Fidel le preocupaban porque indicaban que algo ocurria.

"No me he metido en ningún lío...O eso creo..."

El familiar estrecho un poco más el abrazo intentando "ver" que le pasaba a su amigo. Esa sensación de confución era algo nuevo, pues Moses era un "fanfarron" y era raro que dudara de algo, por mas descabellado que fuese. Luego, le sonrio de esa manera, y Fidel se covenció del todo que algo no andaba bien (pues dos "de esa manera" no eran comunes en tan solo un momento). Lo observó esperando que el familiar de fuego hablara, porque en verdad quería saber que lo habia puesto asi.

"Me ha pasado una cosa.....Promete que no te enfadarás conmigo. No ha sido mi culpa, yo no he hecho nada malo esta vez. Lo juro por Caelan..."

Fidel frunció un poco los labios disimuladamente (y mil cosas sepasaban al mismo tiempo por su cabeza, pues con el limniade nunca se sabia) y clavo mas sus ojos azules en los de Moses (si mirarlo mas fijamante era posible), mientras este giraba su rostro algo ¿sonrojado?.
-Prometo hacer lo posible... - dijo algo serio, pues los juramentos por Caelan eran la tercer cosa que detonó su alarma, y él se le daba pesimo mentir. -....anda...habla Moses....me estas preocupando en serio... - dijo con un poco de ansiedad que no pudo retener.

Moses levantó la mirada hacia Fidel y parpadeó, confuso, notando el nerviosismo que emanaba también de él, casi como si el problema fuera suyo y no del pelirrojo, y Moses sintió la necesidad de apretarle de nuevo entre sus brazos y decirle que no pasaba nada y todo estaba bien. Pero no lo hizo porque, en realidad, no estaba muy seguro de que nada estuviera bien.
- Anda... habla Moses... me estas preocupando en serio...

El limníade le acarició la mejilla a su amigo y ladeó la cabeza en otra dirección. Si las cosas fueran diferentes... Al conocer a Jarpër, en cierto modo, le había invadido una sensación parecida a cuando conoció a Fidel, la misma familiaridad, la misma sensación de saber que estaba delante de alguien realmente importante en su vida. Se preguntó como habría reaccionado si aquel "Moses, me gustas", lo hubiera dicho Fidel en lugar de la serpiente... Las cosas habrían sido diferentes, pero ¿le molestaba? Para nada. Entonces, ¿qué le molestaba de la confesión de Jarpër?

"¿Recuerdas lo que estuvimos hablando hace unos días? Sobre Hanabi primero, y sobre Nüse después. De cuando se me declararon... Ha vuelto a ocurrir", tragó saliva y se rascó la mejilla, confuso y levemente angustiado otra vez. Porque, claro. esta vez no se lo había tomado a broma, ni a risa, y por supuesto no había rechazado a Jarpër y aquello lo confundía todavía más. "¡Otra vez! Yo... Fidel, es... Raro".

Fidel espero pacientemente a que Moses dijera algo (lo que fuera, bueno o malo), pero éste solo le acarició la mejilla y apartó la mirada. El famliar de agua iententó recordad cuando fue la última vez que lo había visto asi, para al menos tener una pista sobre que estaba pasando, pero por mas que lo intentó, se dió cuenta de nunca era la primera vez que Moses se comportaba de esa manera.
Fidel habia sido testigo de muchos estados animicos del limniade a lo largo de los años que llevaban de amigos, pero esa sensación que emanaba de él era nueva y a Fidel por algún motivo, lo inquietaba.

"¿Recuerdas lo que estuvimos hablando hace unos días? Sobre Hanabi primero, y sobre Nüse después. De cuando se me declararon... Ha vuelto a ocurrir......¡Otra vez! Yo... Fidel, es... Raro".

El familiar observó a su amigo un poco confuso, porque...era verdad... Hacía un par de días le había contado de aquellas confeciones, pero Moses las habia tomado de una manera totalmente diferente...hastas casi con gracia... (por lo cual Fidel se habia disgustado, diciendole que no debia ser tan cruel con los sentimientos de los demas), pero era evidente que ahora había algo distintito...y eso debia ser (por deduccion logica) la persona que se le habia declarado.
Fidel tomo la mano del limniade (que estaba calida, como siempre) y lo condujo hasta la base del arbol donde ambos se sentaron.

-Otra vez tu... je.... me pregunto qué es lo que te ven.... -dijo en tono de borma como para distender un poco la situación... -y dime...quien ha sido la victima esta vez....-

Aunque estaba claro que lo había dicho de broma, aunque sabía que, a su manera, Fidel lo quería y no tenía nada en su contra, cuando soltó aquella risa y preguntó eso de "Me pregunto qué es lo que te ven", Moses no pudo evitar bajar la cabeza y preguntarse lo mismo, avergonzado. ¿Qué tenía él de especial? ¿Por qué Hanabi primero, Nüse después y luego finalmente Jarpër, se habían fijado en él? Moses era, la mayor parte de veces de forma premeditada, alguien molesto e irritante, que disfrutaba más haciendo enojar a la gente que haciéndolos felices (Fidel, su mejor amigo, o Caelan, su amito querido, podían dar fe de ello). Entonces, ¿por qué había tantas personas que lo querían, o que se preocupaban por él? ¿Qué había hecho él para merecer algo así?

"Yo soy la víctima, tío. Yo lo soy", dijo sin darse cuenta, respondiendo a la segunda cuestión que había hecho Fidel y mirándose las uñas. Podía sentirse lo más confuso, mareado y extrañado que se había sentido nunca, pero seguía siendo Moses y Moses era un egocéntrico que jamás tenía la culpa de nada. "Yo soy la parte inocente esta vez, es a mi a quién se han declarado, ¿vale?"
Soltó un suspiro cansado y apoyó la espalda contra el tronco del árbol. Murmuró en voz baja en nombre de Jarpër, de manera que el pensamiento casi se deshizo al salir de su cabeza, y una sensación de calidez extraña lo invadió cuando comenzó a explicarle a su amigo todo lo que había ocurrido hacía unos días en la enfermería, cuando el otro familiar había restaurado su energía gastada.
Tal vez era porque la situación había sido mucho más diferente, o porque en ese momento Moses no se esperaba para nada la reacción de la serpiente (como si había podido prever, en parte, las confesiones de Hanabi y Nüse), pero el caso era que no podía evitar explicarlo todo con una sonrisa boba en los labios, como si en parte le agradara todo lo que había ocurrido ahí... Y, probablemente, le gustaba.

"¿Es raro o no es raro? Acababa de conocerme, pero me dijo eso y... Ai, no sé. ¿Tú qué opinas?", preguntó, confuso. Soltó, de todos modos, una risa.

"Yo soy la víctima, tío. Yo lo soy...........Yo soy la parte inocente esta vez, es a mi a quién se han declarado, ¿vale?"

- Donde habre escuchado eso antes???- dijo con tono ironico y divertido al ver que Moses ya no se veía tan raro ....bueno, solo un poco.... esa sonrisa boba le intrigaba ya que nunca lo había visto sonreir así. De pronto algo hizo que los labios de Fidel se tensaran y se apretaran un poco entre sí. Aquel nombre que había salido casi diluido de la "mente" del familair de fuego.... Jarpër.... y no solo fue eso, sino que el aura de Moses de pronto cambio y ahora era .......calida?...... Fidel escucho lo acontecido en la enfermería sin emittir sonido, prestando atención a lo que su amigo le decía pero a la vez, perdiendose en sus propios pensamientos.... ¿porque le desagradaba tanto Jarpër?... la serpiente no le había hehco nada...es mas... solo se habían visto una vez. Recordó como el familiar del enfermero había tratado a Geel con tanta familiaridad...y eso no le había gustado....y ahora Moses.... sus amigos..sus dos unicos amigos... Sintió como si alguien tratara de arrebatarle algo, su tesoro mas preciado y eso lo llenó de amargura que su cara intento disimular.

¿Es raro o no es raro? Acababa de conocerme, pero me dijo eso y... Ai, no sé. ¿Tú qué opinas?"

Fidel carraspero un poco para luego hecharce sobre la hierba. Antes de decir palabra alguna, dejo que sus pensamientos se ordenaran, pues quería hablarle a Moses con la verdad (pues él no era el tipo de famliar que engañaria a nadie y mucho menos a su mejor amigo, aunque sus sentimientos le dijeran otra cosa).... -...si...es un poco extraño.... pero, veo que desatas pasiones en quienes te conocen...y cada vez más rápido...- sonrio ante el intento de broma....-..... que opino.... bueno... creo que esta vez... te lo has tomado diferente....y por algo es... no?..... pareces una colegiala enamorada..... =3=.....- soltó un poco moleto sin motivo alguno... -..... si me preguntas a mi...creo que debería conocerlo mejor antes de darle una respuesta.... una declaración asi....y apenas te conoce.... "como se atreve...."- De pronto se sintió estupido, muy estúpido... estaba haciendo una escena de celos... y muy tonta por cierto. Pensó en quiza Moses se había sentido de la misma manera cuando su relación con Geel paso a ser mas que una amistad... la misma angustia mezclada con felicidad (porque si Jarper realmente quería a Moses y este correspondía sus sentientos, iban a ser felices...y eso le alegraba, pero por otro lado, no podía evitar pensar que se lo estaban robando)....... los mismos celos...

Tal vez fueron las palabras que soltó Fidel casi sin darse cuenta, o tal vez fue el modo en que lo dijo, con ese tono cerrado y medio molesto, medio amargado, pero el caso fue que cuando escuchó aquello de "Pareces una colegiala enamorada", en lugar de ofenderse, preocuparse, o enfadarse por decir taaaaaal tontería (porque era una tontería. ¿Qué iba a ser él una colegiala enamorada? Vamos, por favor), Moses no pudo evitar ponerse a reír.
Soltando un suspiro después de la risa, el limníade se echó también sobre la hierba pero, en lugar de apoyar la cabeza en el suelo, lo hizo sobre el pecho de su amigo, quedándose muy cómodo allí y meditando el resto de sus palabras.

- Creo que deberías conocerlo mejor antes de darle una respuesta... Una declaración así... Y apenas te conoce... - siguió refunfuñando. Moses soltó una risita más mientras acariciaba el pecho de Fidel de forma distraída. En parte estaba divertido por los celos de su amigo y aquello se le hacía gracioso, pero por otro lado su propia cabeza seguía en Babia por culpa de Jarpër y no podía evitar sonreír estúpidamente mientras pensaba en la serpiente. Por supuesto que tenía que esperar un poco antes de darle una respuesta concreta a una proposición así... Claro que Jarpër se había emocionado demasiado y había ido muy deprisa... Claro que no iba a lanzarse a sus brazos como la colegiala enamorada a la que Fidel decía que se parecía...
...Pero tampoco iba a darle la espalda del todo, ¿no?

"Creo que iré a verle", murmuró, distraído, acurrucándose un poco más y reprimiendo esa sonrisa que lo hacía parecer más bobo de lo que en realidad era. "Solo para... Ver qué tal. Para conocerlo mejor. Eso, sí."
Suspiró y se acomodó un poquito más porque, claro, todavía podía tardar un poquito más en ir a ver a la serpiente, y ahora estaba muy cómodo ahí tumbado con su amigo. Levantó la cabeza para mirarle, apartando de su mente los pensamientos que tenían relación con otras cosas (porque Fidel ya le había dado su opinión sobre eso, Moses lo valoraba, y ahora prefería centrarse en él), y ladeó la cabeza.
"¿Qué te pasa ahora?", preguntó, notando la incomodidad que emanaba de su amigo. Su confusión. Lo extraño que estaba... Lo sacudió. "¿Se te ha comido la lengua el pato o qué?? Uix, que asco, no quiero imaginar eso", dijo, riéndose de su propia broma y dándole un golpe en el brazo a Fidel. "No le pongas un dedo encima a mi pato, ¿eh?"

"Creo que iré a verle.....Solo para... Ver qué tal. Para conocerlo mejor. Eso, sí."

Fidel gruño de nuevo por lo bajo, al menos parecía que Moses tomaría en cuenta su sugerencia. Dejó qu ele limniade se acomodara sobre él y colocó inconcientemente su mano en su hombro (como para retenerlo un poquito más y que no correira a los brazos de aquel ladron de pajarracos molestos y patos).

"¿Qué te pasa ahora? ..... ¿Se te ha comido la lengua el pato o qué?? Uix, que asco, no quiero imaginar eso"....

-He?? que dices!!... claro que no!!... - replicó raidamante un poco sonrojado ante la suposición de Moses mientras este lo sacudía en el suelo. -.....Solo estoy pensando en que.......-

"No le pongas un dedo encima a mi pato, ¿eh?"

- En primer lugara...es Geel!! se llama Geel.!!!...por algo Aiwe le ha peusto nombre no?...ademas es bonito.... y ... ¬/////¬..... yo no hago nada malo con ella...- dijo nerviosamente... -...O__Ó...... y por que deo date explicaciones!!!!...Geel no es tu pato... es mio!!!....- Sentenció. En otras circuntancias Fidel hubiese sido mas "sutil" respecto al tema, porque sabía que Moses quería mucho a Geel, pero ahora sentía necesitad de reclamar lo que consderaba suyo por derecho y si hubiese tenido a Jarpër en frente ene ese momento... provablemente las palabras hubiesen sido algo diferentes, com un "pajarraco molesto" en vez del nombre de la patita.

Moses se retorció de risa en el suelo, encantado, y no se tomó para nada a mal que Fidel hubiera reaccionado de ese modo y hubiera reclamado para si a Geel, porque (a Moses le había costado lo suyo aceptarlo, pero al final lo había hecho) tenía razón. Geel era de Fidel y Fidel (aunque eso todavía le costase más de aceptar) era de Geel. Y eso lo dejaba a él un poco de lado, por eso acaparaba a Geel siempre y todo lo que podía, y intentaba molestar a su amigo cada vez que se le presentaba la ocasión, porque era su modo de recordarles a ambos que... Seguía allí.
Pero ahora había aparecido Jarpër. Había aparecido Jarpër y, aunque no significaba nada realmente para él, lo aliviaba un poco pensar que, tal vez, ya no tenía por qué sentirse solo. Era más fácil aceptar la relación de Geel y Fidel si podía hacerlo desde un lugar seguro, como al lado de la serpiente...

Aunque, claro. Tampoco iba a decírselo tan claramente a Fidel.
"Tío, acéptalo de una buena vez, será lo mejor", le dijo, abrazándole un poco más fuerte y hundiendo la cara en su cuello para darle un besito. "Geel no es solamente tuya, es de todos, y también es mía. Pero no te preocupes...", levantó la cabeza y apoyó su frente sobre la de él, como si fuera a darle un beso pero sin hacerlo, solo para molestarle un poco y ponerlo nervioso. "...Tú sigues siendo mi favorito."

Luego se levantó y se estiró, juzgando que ya había cumplido y hablado lo suficiente como para quedarse descansado y volver a ser el mismo limníade tocapelotas de siempre. Pensó en ir a la enfermería a buscar a Jarpër, pero luego cayó en que la Academia llevaba días muy tranquila y que quizá era una mejor idea encargarse de eso antes.
"¿Vienes conmigo, Fidelito? He pensado en un par de cosillas que quizá a Aurora le hagan gracia..."
Y, antes de que su amigo cayera en la cuenta de lo que acababa de decir, Moses soltó una risotada en su cabeza y se escapó, mucho más tranquilo y mucho más él, definitivamente, de como había llegado.