Mi amada libertad (priv. Jem y Hiyako)

Jem se despertó de madrugada. Había tenido un sueño, un sueño que trataba de la libertad... la que nunca había tenido. Se levantó de la cama, solo con unos pantalones puestos, salió de la habitación y empezó a caminar por el pasillo. Jem, despeinado y con los ojos pegados, subió la azotea. Cuando llegó se apoyó en la barandilla, mirando el cielo estrellado. Era una noche clara, pero no había luna. El primer día en la academia le había ido bien. Los ojos de Jem no tenían arrogancia, sino añoranza.

-Incluso en este mundo odian a lo demonios... y critican por la apariencia de tales...- movió su cola de demonio inconscientemente, la miro y se rió.

Esa cola siempre la había odiado, no le gustaba pacer un "perro". Pero siempre la terminaba moviendo como tal. Volvió a mirar al cielo. Quería volar libre por el, pero sabía que era imposible. Suspiró.

-Ojala alguna vez pueda saber qué es la libertad...

Hiyako no podia dormir, se encontraba intranquila. Miro por la ventana de su habitacion al cielo, que se encontraba lleno de estrellas. Se levanto de la cama. Queria ir a la azotea a ver el cielo nocturno. Le gustaba.

Se levanto y se dirijio a una silla en busca de su ropa , pero no la encontro en la penumbra. Asi que se dirijio al armario en busca de alguna ropa para ponerse. Sin fijarse mucho - pensaba que no se encontraria con nadie - cojio un vestido rojo por encima de las rodillas que en los hombros estaba cojido con unos lazos negros y en el pecho junto al escote llevava otro igual.

Una vez vestida se dirijio a la azotea. Una vez alli antes de subir el ultimo escalon, se quedo parada mirando al cielo nocturno sin fijarse en su habia alguien.

-*suspira*

Jem, entre sus pensamientos, oyó a alguien suspirar detrás de él. Volvió la cabeza y vio a una chica parada en el último escalón de la escalera, mirando al cielo con un vestido corto rojo. Arqueó una ceja, le gustaba el color. Se apoyó de espaldas en la barandilla y empezó a mover la cola.

-Vaya, vaya... una cara nueva en, ¿en?-sonrió burlón- ¿Qué haces de madrugada tú sola por aquí? ¿Nunca te han hablado del hombre del saco?

-Eh?....
Hiyako escucho a alguien hablarle. Bajo la cabeza y miro a su acompañate. Esa voz la avia escuchado antes.Le miro. Efectivamente , conocia a aquel chico que le hablaba. Jem...[/i]- penso para si misma- Subio el ultimo escalon y miro a Jem
-No me asusta el hombre del saco- dijo en todo burlon con una sonrrisa. Miro al cielo - La noche esta preciosa...

Al oír esa voz, descubrió quién era. Hiyako. Esa chica de pelo castaño que había conocido por la mañana y que, sinceramente, no habían congeniado demasiado. Sin embargo, parecía que ahora estaba tranquila y no iban a pelearse. Hiyako le sonrió y él correspondió con otra sonrisa. Pasó fugazmente la mirada por la chica y volvió a mirar el cielo.

-Si que lo está...-dijo en un tono tranquilo, poco habitual en él-Parece que al fin estamos de acuerdo en algo.

Inconscientemente, volvió a mover su cola, haciendo círculos en el aire. Empezó a soplar un suave brisa, azotando sus mejillas y haciendo que cerrara los ojos, sonriendo y sintiendo el aire. Suspiró espacio, un con la cabeza inclinada hacia el cielo.

-Si...
Se acerco a la barandilla y se apoyo en ella junto a Jem, pero mirando hacia el paisaje.
No parecia que ella y Jem fueran a pelearse como habia ocurrido por la mañana asi que no se preocupo demasiado. De repente no to algo que le rozo a pierna y miro . Era la cola de Jem. Se quedo extrañada pero no le echo demasiada importancia y siguio mirando al paisaje nocturno de la noche, mientras notaba la suabe brisa.
-Parece que tampoco puedes dormir eh?....

Por aguna razon, aquel chico,no le hacia sentirse incomoda en ese momento. Miro a Jem, no le habia visto esa sonrrisa en toda la mañana, y era un demodio... le resultaba extraño verle con esa sonrrisa. Volvio a mirar al cielo estrellado, por alguna razon le recordaba al de su pueblo, pero eso no le disgustaba

-Si, muchas cosas en la cabeza.

No paró de mirar el cielo. Se sentía bien al mirarlo, pero al sentir que su cola rozaba la piel de la chica, la miró. Se mantuvo en silencio por unos minutos mirándola. Miró su pelo castaño, su piel clara, su vestido rojo y los lazos de éste. Tras darse cuenta de que la chica lo miraba de reojo, apartó la mirada, se giró sobre sí mismo y apoyó los brazos en la barandilla, mirando el paisaje. Se dio cuenta de que había un río debajo de ellos, y cogió una piedra del suelo.

-Y bien, ¿por qué no puedes dormir? ¿Y por qué estás en esta parte de la academia?-tiró la piedra al río- Las áreas verdes están mejor que esto, además, desde aquí podría haberte tirado piedras-se rió burlón, no quería perder la compostura de demonio, y menos delante de una chica aun desconocida para él.

-Muchas cosas en la cabeza también. - No tenia ganas de pelearse asi que le contesto tranquilamente- Vi desde mi ventana la noche y decidí venir aquí para ver mejor la noche.-Dejo de apoyarse en la barandilla y se coloco depie con una pierna detras de otra y con los brazos detras-Lo primero es que me hubieras alcanzado. - Dijo contestando al comentario, pero en vez de decirselo de manera despectiva se lo dijo con una sonrisa.-

No le importaba el aquel comentario de la piedra. No tenia ganas de discutir con aquel demonio. Aquella noche tenia algo de magica, no sabia el que, pero le gustaba las noches que eran así.

Jem sonrió al ver la respuesta de la chica, le gustó el comentario. La miró a los ojos por un instante, después volvió a mirar el paisaje, apagando su sonrisa.

-Vaya, a mi me pasó lo mismo, me encantan estas clases de noches, sin luna pero claras...-paró de hablar de repente, cerrando los ojos- En mi mundo las noches siempre tienen luna, tenemos dos, nunca he visto un cielo son luna...

Su tono era nostálgico, aunque no quería volver a su mundo, lo añoraba. No había pasado mucho tiempo en aquel mundo, pero el poco tiempo que estuvo le dio a conocer que era igual que el suyo, las mismas mentes, y eso, pensó él, no le había gustado.

-Pues ahora lo estas viendo-Le miro y luego le sonrió- Yo, sin enbargo, nunca e visto dos lunas.

Despues de decir esto, Hiyako se subió a la barandilla de la azotea y se quedo de pie en perfecto equilibrio sobre ella. Una suave brisa azoto sus cabellos, y esta, en respuesta, se sujeto el pelo durante un momento.

Vio la expresion del rostro de Jem. Aunque no le conociera, no le gustaba verle mal. Miro al frente.
-¿sabes... ?- le pregunto - Aquí todos somos como una gran familia... así que no re preocupes.- por alguna razón , Hiyako tenia la sensación de que era eso lo que le ocurria, Y estaba en lo cierto.

Se quedo mirando el paisaje nocturno y luego miro al cielo. Aquello era tan precioso... las noches le encantaban tanto que asta a ella le resultaba extraño.

-Sí, una gran familia...

A Jem le parecía todo igual que en su mundo, solo faltaba la tecnología. La miró por un momento. No parecía con ganas de hablar de esas cosas, pero Jem sentía como sí, por alguna razón, tuviera que decirle a ella todos sus problemas. Se los tenía que decir a alguien, pero no lo iba a hacer porque sí. Volvió a mirar al paisaje, sintiendo una tranquilizadora brisa golpeándole todo el cuerpo, haciendo que suspirara.

Escucho el suspiro de Jem. Parecía que necesitaba hablar, pero sabia que Jem no hiba ha hacerlo así como así, al fin y al cabo, era nuevo y no conocia a nadie ademas de eso era un demonio y por lo que hiyako sabia, eran desconfiados.

Hiyako se mantubo apollada en la barandilla sobre sus pies. Se dio cuenta de que Jem la miraba y ella le miro, pero el ya habia apartado la mirada de ella.

-Aunque no lo parezca, se escuchar.- dijo serenamente.

No creia que Jem fuera a contarle lo que le ocurria, pero si eso servia para que si se lo contara y asi se desaogara entonces... estaba bien

Jem se sintió tranquilo y abrió los ojos, mirando arriba, al cielo, y el viento revolviendo su cabello.

-Siento que esto es igual que mi mundo, y eso no era lo que estaba buscando, mas bien lo contrario... odio que todos critiquen solo por el aspecto o la especie... -aprieta los dientes, rabioso-No pueden criticar sin conocer...

Apretó los puños, rabioso y aliviado por contárselo a alguien, sabía que ella lo entendería, al menos creía...

Hiyako escucho a Jem. En cierta parte le comprendia. Había estado vagando mucho tiempo por el mundo y habia atravesado muchos pueblos que no la aceptaron. Así que decidio que devia contarselo a Jem aunque el no se lo hubiera pedido, pero tal vez le ayudara a comprender que no todo el mundo era igual.

-[/Jem... Yo... - A Hiyako no le gustaba hablar de su pasado, pero se armo de valor. Se vajo de la barandilla para sentarse en ella -Se lo que es que nadie te acepte. Yo... bueno... yo en mi pueblo natal , bueno mi familia era la que dominava en el, no era un pueblo para nada conocido. Pero un dia unos demonios lo arrasaron. - Se paro ante esto, era la parte mas dolorosa - Una vez el pueblo fue destruido... descubrí que fui la unica superviviente - Esto le sento a la chica como si le hubieran clavado un puñal-Despues de que los demonios salieran,... huy del lugar. Tuve que vagabundear por las ciudadades, pero... nadie me queria... ¿ El por que ... ? por que creian que estaba maldita... creian que si me quedaba con ellos en el pueblo les sucederia lo mismo... Nadie se fiaba de mi, nada mas me querían para que cuando había un enfermo o algo lo curara, ya que , " tenia un don por haber sobrevivido " cuando aquello no era así, si podía curar era por que me enseñaron ya que en mi pueblo no había médicos y mi familia era la que curaba. Ni elfos, ni enanos,ni ogros... nadie me queria. Asta que un día llegue aquí.- Hiyako levanto la cabeza y miro a Jem- Y aquí estoy, con gente que pense que era así y al final me tratan como si fuera de su familia - De la mejilla de la chica callo una lagrima Pero de su boca salia una sonrisa.

Sabia que esto ayudaria a Jem a comprender que no todos era igual.

Hiyako, espero que Jem se hubiera dado cuenta de la parte en la que DEMONIOS atacaron su pueblo. Jem era un demonio tambien y sin embargo a la chica no le importaba...

Sabía que Jem sabía que esa historia no se la había contado a nadie, por que sino su historia se hubiera difundido como la polvora . Y no quería que esa historia saliera a la luz una vez que ya se había casi olvidado.

El viento sopló fuerte y le revolvió los pelos a Jem. Miró a Hiyako con una mirada inexpresiva, intentando ocultar lo mucho que sentía lo que le había pasado. Cerró los ojos, sabía que no lo estaba ocultando, así que prefirió que no lo viera.

-Puedes estar tranquila, no se lo diré a nadie, será un secreto-le sonrió-Pero el echo de que yo también soy un demonio... me duele lo que te hicieron... Pero... yo... nunca he pensado en destruir como todos creen que hacemos los demonios, no todos somos malos, aunque yo no soy nada parecido a un ángel, lo reconozco.

Le secó las lágrimas a Hiyako con el pulgar, mientras le sonreía, por primera vez, sinceramente. Después suspiró y añadió:

-Va siendo hora de irse a la cama, venga, te acompaño hasta tu habitación.

Sintió como Jem le secaba las lagrimas y le sonrrio también. Era raro en el , pero no le preocupaba aquello. le cojió la mano al chico y se la apretó con cariño y le miro a los ojos.

-Gra-gracias...

Despues de decir esto cerro los ojos, se bajo de la barandilla y se " abalanzo " a darle un abrazo a Jem. Queria acerlo, queria abrazarle.Separo su cara un poco sin dejar de abrazarle, para mirarle a los ojos. Sus caras estaban muy cercas y a Hiyako le empezó a latir el corazón muy fuerte. ¿ Tal vez sentía algo por el demonio ?. Se separo totalmente de Jem antes de que pasara nada , pero no le soltó la mano.

-Se que tu no me harias nada Jem - le dijo con cariño -Y se que no eres un angel, los odias... jeje ... - miro al cielo. las estrellas estaban empezando a desaparecer, lo que significaba que quedavan pocas oras para que empezara el amanecer.-Si,sera mejor volver a nuestras habitaciones. Gracias por acompañarme a mi habitación

(Este tema ya se puede ir cerrando, contesto y lo llevo a temas cerrados, no hace falta que lo contestes más)

Jem, al oír las palabras de Hiyako, se sentó realmente bien. Suspiró y la miró a los ojos, sonriéndole sinceramente. La cogió de la mano y le pegó un pequeño tirón.

-Venga, movámonos, que ya me está entrando sueño.

Y se fueron caminando hasta el cuarto de la chica. Al llegar allí, Jem la soltó y le dio las buenas noches, aunque prácticamente ya era casi de día, y se fue, sonriente, hasta su habitación.