Bosque adentro (priv.)

En los últimos tres días, Tomas había pasado más tiempo entrenando en aquel bosque oscuro (al que, desde que se encontraba allí, nunca había llegado a temer) que paseando por la academia, donde verdaderamente debía estar.
Había llegado allí nada más comer y, a pesar de que la tarde ya estaba a punto de dejar paso a la noche, Tomas no se había movido de allí desde que había llegado. Se podía decir que estaba escapando, huyendo, de todo y de todos. Las cosas no le iban bien últimamente, y algo dentro de él había acabado estallando y llenándole el pecho de dolor, un dolor que disimulaba bajo una fuerte carcasa de frialdad y una fingida despreocupación que no iba con él. Pero Tomas en esos momentos estaba convencido de que le daba igual todo. Absolutamente todo.

Esa tarde, se había ocupado de perfeccionar su habilidad con el aire y había intentado aprender a realizar un nuevo ataque. Colocaba sus brazos en cruz, con las palmas de sus manos hacia fuera, para así con un rápido movimiento lanzar un par de ráfagas de aire cortante que lo rasgaban todo a su paso. Todavía no era del todo efectiva su extraña maniobra, pero sí que había provocado algunos cortes en los árboles y con eso estaba más que satisfecho como para seguir adelante. Volvió a colocarse en posición, preparado para tratar de lanzar su ataque nuevamente…
Cuando, a lo lejos, vio algo que lo dejó parado en mitad de su movimiento.

Layla estaba contenta por haver invocado su familiar, elliot un pequeño panda rojo. Apesar de que el pequeño animalito no hacia mucho, layla le queria enseñar toda la academia a su nueva "mascota" .Paseando por las afueras de de la academia, algo turbo a elliot que salto de los brazos de la pelirroja para correr hacia el bosque negro. Ella se asusto..aunque sabia que ese sitio era peligroso, le siguio, no podia dejar a su famliar correr ningun peligo, no porque si le pasaba algo, ella morira tambien, si no...porque era su familar y le queria. Se armo de valor y entro detras de el. - Elliot por favor, para!- grito sin remedio, el panda rojo seguia correndo,de repente se paro. Delante de el, una criatura carnivora, propia del bosque negro, salio de nada para comerse a elliot y..de paso a layla. Ella se quedo paralizada del miedo, abriendo los ojos... sus piernas temblaban.... de pronto hizo una bola de fuego, moriendose el labio y frunciendo el ceño, se la tiro a la mano del bicho, que sujetaba a elliot. Este al ver el fuego se asusto y le solto, enfadado fue a por layla, que corrio con elliot en brazos para huyir, pero....se havia perdido. Miro a un lado y al otro, el mostruo la segia de cerca y ella no podia hacer nad...se la iva a comer. Llego a aun culo de camino, donde una pared de piedra le barraba el paso, se giro asustada..y lo unico que se le ocurrio fue lanazar unas bolas de fuego a unos arboles, produciendo un inciendo..esperando que "alguien" lo viera y la salvara..... de eso...que ahora se hacercaba cada vez mas a ella con ganas de comersela......

(Ehem… perdón por lo largo >.< Creo que he descrito demasiado ^^””)

Tomas no pudo evitar olvidarse de lo que andaba haciendo cuando encontró con su mirada un fulgor acompañado de una humareda que acaparó toda su atención. Fuego. Una zona del bosque no muy alejada de donde él se encontraba había comenzado a arder así, de repente, como si fuese echo a propósito. Tal vez, pensó, sí había sido provocado a propósito, o simplemente algún alumno de fuego se encontraba también entrenando por allí.
En cualquier caso, decidió acercarse para echar un vistazo. Y ya de paso comprobó que no había acertado en ninguna de sus opciones.
Una criatura monstruosa se encontraba a una corta distancia del incendio, dándole la espalda y concentrado en algo que había arrinconado contra una pared. Tomas no reparó en que aquel “algo” era Layla hasta que la criatura en cuestión no se dio media vuelta, alertado con el ruido que el muchacho había hecho mientras llegaba corriendo a ese lugar. Apretó los puños y, después de asegurarse con un rápido vistazo de que Layla se encontraba bien, murmuró:
- Vamos, ven a por mí también.
El monstruo no se hizo de rogar y no tardó en echársele encima, aunque Tomas lo esquivó colocándose de lado y apresurándose a golpearlo. Lo cierto era que luchar contra un monstruo era mucho más interesante que entrenar él sólo, y Tomas casi podía notar que estaba pasándoselo bien. Unos cuantos golpes y cortes fueron suficientes para debilitarlo un poco (y ponerlo perdido de una sustancia verde pringosa que derramaba el monstruo con cada corte)
Sin embargo, nada más bajar la guardia, el bicho se defendió y se libró del chico con un brusco empujón que lo lanzó de bruces al suelo, antes de pensar en frenarse con un aleteo. Tomas percibió cómo se arañaba una mejilla al caer, y escuchó al monstruo dirigirse a toda velocidad a él aprovechando su descuido. Apretó los dientes, lleno de rabia por el dolor del golpe, y determinó que ya había sido suficiente.
Se puso en pie y le dedicó una ojeada a las llamaradas que Layla había lanzado a los árboles mientras daba una simple palmada.
Un tornado, como siempre exageradamente grande, fue suficiente para llevarse al monstruo por delante y poder dirigirlo hacia donde Tomas quería. Con un movimiento de brazos, la criatura acabó inmersa en un mar de llamas que la devoraron al instante. Escuchó sus gritos de agonía y no se atrevió a pronunciar palabra hasta que no cesaron.

Tomas volvió a dedicarle un vistazo a Layla, ahora con más detenimiento, asegurándose de que el monstruo no había tenido tiempo de tocarla (porque, claro. Así se ahorraba lo de preguntarle si estaba bien). Miró, también, a su pequeño familiar (supuso que sería su familiar), comprobando que se encontraba igualmente en perfecto estado.
- ¿Qué hacías aquí? ¿No sabes que este sitio es peligroso? -le espetó a la chica, atreviéndose a romper el silencio y con una voz fría, después de levantar su mirada hacia sus ojos bicolor.

cuando penso que todo estaba perdido, alguen acudio a su llamada de auxilio, las lagrimas casi no le dejaban ver, pero reconocio el muchacho por la voz, se froto las manos, efectivamente era tomas......... se alegro mucho, pero al verle pelear tan sadicamente....se asusto.... ese era tomas de verdad? era....SU tomas...? No pudo creer lo que vio, tomas hizo que sus propias llamas quemaran al demonio, que grito con agionia, la chica tubo que taparse los oidos, unos gritos que le desgarraron el alma... sintio mareo..y ganas de bomitar....ante tal brutal escena. Se arrodillo el el suelo, con elliot al lado. Tosio, con lagrimas en los ojos aun- Yo.... elliot se escapo.... le segui....y......g-gracias tomas.- sabia que le havia salvado...lo que havia hecho tomas havia sido para salvarla a ella. Se consolo pensando eso...a pesar que le ubiera parecido horrible. Se intento incorporar... esa mirada y esa voz ...tan fria... ese pelo corto... casi no le reconocia, pero sabia que era el. Despues de mirarle fijamente con ojos de miedo, no pudo mas y corrio a abrazarle. -yo...estaba asustada...dios..que... miedo pase...- temblando aun por el susto murmuro- gracias...tomas...yo..te...te heche de menos..... hacia mucho que no te pasabas por la academia....y....te...extrañe...- hablaba un poco sin sentido, se le mezclaron muchos sentimientos, miedo, agadecimiento, susto y .... desconocimiento..de aquel tomas, que ya no le sonrreia.

Tomas ahogó un gruñido inevitablemente cuando Layla le explicó cómo había llegado hasta allí, sin poder ni pensar en lo que le habría sucedido de no encontrarse él allí. Cuando la escuchó toser miró hacia los árboles en llamas casi sin percatarse, pensando que a él también le estaba empezando a molestar el humo.
- De nada –musitó secamente al escucharla agradecerle la primera vez. Lo había hecho porque Layla le importaba, de hecho lo habría hecho igual por cualquier otra persona que hubiese pasado por allí, asi que el chico no veía por qué tenía que agradecerle. Se rascó la cabeza y dio un paso hacia el lado contrario al humo, queriendo marcharse de allí aunque dejasen el fuego encendido, y estando a punto de empezar a toser también…
Cuando la chica se le echó encima y lo abrazó, sin que él se lo esperase, sin que pudiese reaccionar.
- gracias...tomas...yo..te...te eche de menos..... hacia mucho que no te pasabas por la academia....y....te...extrañe...
Tomas entreabrió un poco los labios al escucharla pronunciar eso, pero después sacudió un poco la cabeza y se esforzó por dejarse abrazar, a pesar de que fuese lo que menos le apetecía en esos instantes. No porque no estuviese preocupado por ella, y no notara sus temblequeos, ni su miedo, ni la angustia que parecía estar percibiendo todavía… sino porque él en esos momentos no quería que nadie se le acercara. Aunque en el fondo necesitase el abrazo. No quería tener a nadie cerca.
- Ya. He estado entrenando mucho últimamente –le explicó, sin más, esperando que con ello fuese suficiente, y apartándose del abrazo justo después. Le sostuvo los brazos cuando se los apartó de detrás de la espalda casi de manera inconsciente, como si la rechazase y no la rechazase a la vez. Antes de tener tiempo para mirarle los ojos, siquiera, agregó el por qué de ese gesto (porque, verdaderamente, aparte de querer huir del abrazo, Tomas notaba que le estaba faltando el aire)- Será mejor que nos vayamos, las llamas van a alcanzarnos…
Tras pronunciar aquello, soltó uno de los brazos de Layla, pero prosiguió sosteniendo el otro con suavidad, como si necesitase que, pese a sus palabras, no se marchase.

Miro a tomas, realmente era el , pero no lo era....Layla asintio con sus palabras y murmuro - se nota- al separarse de el sintio un escalofio, un poco de angustia, lo notaba mas frio, pero por alguna razon noto que le pedia algo, al menos con el cuerpo, como si pidiera que le entendieran o le apoyaran, sus brazos, seguian cojiendola, al menos uno.
- ¡las llamas! es verdad- se giro hacia ellas, la pelirroja se havia olvidado completamente de ello - quemaran el bosque y haran daño a animales....- dijo a tomas preocupada, con el brazo libre cojio el brazo con el que el chico con alas le cojia - esperame aqui, ya vuelvo-. Layla se aparto con suavidad acariciandole ese brazo, para tranquilizarle, porque... aunque se fuera en ese momento a apagar las llamas, volveria a a por el. Se puso seria, dirgiendose hacia las llamas y se sumergio dentro de ellas.
Tal y como lyan le enseño,una vez dentro, cerro los ojos y absorvio sus propias llamas, le llevo un tiempo pero estaba tan concentranda que el tiempo para ella se detubo, no podia oir lo que pasaba al exterior solo el fuego...y sus latidos del corazon, sintio como su cuerpo se calentaba y su energia fluia a traves de ella, el fuego se fue extinguiendo poco a poco a poco. Mientras Elliot, recibiendo parte del poder de su dueña, empezo a corretear en circulos , al rededor de tomas. El fuego se apago del todo, dejando ver a layla con los ojos cerrados y los brazos abiertos.

(nota, su ropa no se quema, porque tiene la piedra que regalaban cumpliendo la tarea de fuego, la aventurina , que evita quemaduras. Layla por si no se quema, pero su ropa si se quemaba ^^U )

- Esperame aqui, ya vuelvo
Cuando Layla pronunció esas palabras, Tomas no pudo evitar levantar levemente una ceja, preguntándose qué iría a hacer mientras lo soltaba y... se alejaba... se alejaba directamente hasta las llamas.
Tomas parpadeó un par de veces, reaccionando, al fin, cuando las llamas la consumieron y vio que perdía a la chica de su campo de visión. ¿Cómo hacía eso? ¡¿No sería peligroso?! Dio un paso con nerviosismo hacia las llamas, sin atreverse a avanzar más. El humo chocaba contra sus ojos y lo hacía toser. Se puso un brazo delante de la cara.
- ¡Espera! ¡Layla, ¿qué haces?! -le gritó, desde allí, sin dejar de mirar medio escondido por su brazo y completamente asustado. Podía ser que el elemento de Layla fuese el fuego, pero... no dejaba de ver peligroso que se sumergiese en ese mar de llamas así, sin más.

Supo que preocuparse de esa manera había sido ridículo en cuanto las llamas, repentinamente, desaparecieron de su vista, como si la tierra las hubiera tragado. Pero, claro, no había sido la tierra. Había sido Layla.
Al atreverse a desviar la mirada de la chica, encontró al pequeño panda rojo corriendo en círculos alrededor de él, y lo miró con algo de sorpresa volviendo a levantar los ojos. Suspiró disimuladamente de alivio, acercándose a ella al verla con los ojos cerrados y los brazos desplegados.
- ¿Estás bien? -musitó quedamente, imaginando que extinguiendo aquel fuego habría gastado una gran parte de su poder. Sin embargo, Elliot seguía correteando por ahí sin parecer cansado. Tal vez se estaba preocupando demasiado.

Cayo sobre sus rodillas y empezo a jadear - e-estoy....-suspiro- b-ien, algo atur...dida...- cerro los ojos, demasiando cansada como para manterlos abiertos, apoyandose en tomas intento recobrar la energia perdida.
Mientras elliot, que seguia correteando, paro en seco, se acerco a la pareja y los miro, colocandose despues, a los pies de su dueña, y durmiendose alli.
Paso un rato, hasta que layla pudo medio incorporase de nuevo, mientras tomas la sujetaba un poco, para que no se cayera. - y-ya estoy mejor, al mentos... puedo mantener los ojos abiertos- se sentaron los dos en el suelo. -Dime tomas...que...hacias aqui? - pregunto preocupada, aun respirando con dificultad.

(es un poco corto, pero aun esta debil, cuando este mas recuperada, se movera mas ^^U)

(Ok, no te preocupes! XD Tomas ya se irá ablandando... cuando Layla lo ablande x//D <-si no se rinde antes ^^U)

Tomas no tenía ganas de acercarse ni estar con nadie, casi ni siquiera se aguantaba a sí mismo, pero… cuando vio a Layla tambalearse no tuvo más remedio que sostenerla un poco y esperar a que se recuperase. Sabía que la chica había hecho un tremendo esfuerzo con esas llamas, y no iba a dejarla allí, sola y aturdida. Aparte, Tomas no quería que se encontrase de nuevo con algún que otro ser monstruoso de ese bosque, y… directamente, no quería que le sucediese nada malo.
Permaneció así, agarrándola suavemente y dejando que se apoyase en él todo lo que quisiera, escuchando sus palabras y viendo los correteos de Elliot hasta que cayó dormido. Para él el silencio era cómodo, más cómodo que cualquier otra pregunta que la chica hiciese…
Como esa que pronunció, tras asegurarle que estaba mejor y sentarse frente a ella en el suelo, no demasiado convencido de esas palabras. Esperaría hasta que comprobase que se encontraba bien del todo… y esquivaría las preguntas como buenamente pudiese.
- Entrenar –respondió, secamente, atreviéndose a mirarla a los ojos como si quisiera demostrarle que eso era verdad (porque, esa parte al menos, sí era verdad)- Este es un sitio tranquilo –“y aquí no me molesta nadie” estuvo a punto de agregar, pero se calló.
Después, desviando la mirada hacia los árboles consumidos por el fuego sólo por no volver a cruzar sus ojos con los de la chica, tomó aire y habló de nuevo antes de que ella se le adelantase.
- ¿Ya estás mejor? ¿Crees que podrás volver a la academia sin meterte otra vez en líos? –le preguntó, con una voz que no se presentaba ni demasiado animosa, ni preocupada (aunque en el fondo el muchacho sí estuviese preocupado. Pero no lo demostraba por fuera. Porque por fuera no demostraba nada) Tamborileó con los dedos sobre el suelo frío y seco, y esperó pacientemente a que respondiese, sin mirarla todavía.

Medio aturidad y mareada, poco a poco, a layla, le volvieron las fuerzas.
Se separo un poco de tomas, pero sin soltar su brazo, para que supiera que ella estaba preocupada aun por el.
Lo escucho atentamente..... "entrenar? que hacia en ese sitio entrenando, para eso estaba el campo de entrenamiento, ese era un lugar peliroso" penso.
Cojio aire y le espeto -t-tranquilo?- le agarro fuerte de la manga de la camiseta.- T-tomas! este sitio es peligroso... claro que no me voy, no sin ti- dijo seria, tirando de su camisa - tomas...- su tono de voz cambio a preocupacion- se que te pasa algo, estas raro, normalmente....te alegrarias mas de verme y..no serias tan frio -layla repetia su nombre, como si de esa manera el chico tubiera que escucharla mas..... ladeo la cabeza con tristeza en sus ojos bicolor.- ¿cuentame....que...paso? por favor...tomas.... dimelo- le cojio las manos, aunque dentro de si, tubo miedo, y penso que tal vez tomas rechazaria su ayuda, si el reaccionaba asi, no sabria como seguir, para que le contara lo que pasaba.
Era su mejor amigo, o asi lo consideraba ella, aunque durante un tiempo, ella lo considero algo mas, pero estaba con nerine, era propiedad de nerine, y layla no iva a competir contra eso..... con el tiempo havia aprendido a verlo como alguien especial, como un hermano, por eso sentia, que tenia que ayudarle, devolverle todas las veces que el chico murcielago le havia animado...la havia levantado cuando ella estaba en lo mas hondo.

A medida que Layla fue hablando, Tomas no pudo evitar ir variando su expresión, una expresión que se había mantenido helada e inquebrantable desde que había visto a la chica… y, prácticamente, desde que Tomas había empezado a huir de todo.
Primero, levantó las cejas como si no comprendiese por qué repetía aquel “¿T-tranquilo?” tan temblorosa y preocupada, porque, claro, él interpretaba algo distinto cuando decía que el bosque negro era tranquilo. Interpretaba que, en condiciones normales, nadie acudiría allí para molestarlo, para agarrarlo de la camiseta y para pronunciar todas aquellas frases que Layla le estaba espetando, y a las que Tomas, verdaderamente, sentía auténtico pavor.
¿Qué le pasaba? Era la suma de tantas cosas… problemas, conflictos, que le habían hecho odiar a todo el mundo en general, hasta el punto de… hasta el punto de encontrarse, de repente, preguntándose a sí mismo; ¿cómo sabría si en Layla podía seguir confiando? En cualquier caso, ese chico con el que tanto tiempo pasaba últimamente no le daba ni la más mínima buena espina, y podía haberle llenado la cabeza de pájaros perfectamente… incluso ella podía estar tomándole el pelo en ese momento fingiendo una falsa preocupación…
Tomas sólo se sacó esas estupideces de la cabeza cuando Layla terminó de hablar y le tomó las manos.
Su carcasa de frialdad cambió por un segundo, convirtiéndose en una mirada que ni siquiera Tomas imaginaba cómo sería (porque no sabía cómo se podía cargar toda esa inquietud que él sentía en una sola mirada), y apartó las manos tan pronto se percató.
- No, no, Layla, no me cojas… -repuso, atropelladamente.
La voz le tembló por un momento, y aquello a Tomas lo puso más nervioso, si cabía. No tenía que temblar delante de ella. Tenía que seguir mostrándose frío, para que ella se cansase de seguirle la corriente, y… se… marchase. En verdad el muchacho no era aquello lo que quería, pero sabía que era lo mejor. Porque cuando su frialdad se marchase, mostraría lo que llevaba dentro. Y nadie tenía que ver lo que llevaba guardado dentro.
Se puso en pie y se quedó apoyado en un árbol, en cualquier caso, sin poder marcharse. Habló con voz ausente y carente de todo sentimiento. No era ni tan siquiera una voz fría.
- He tenido algunos problemas últimamente. Nada más.
Ni siquiera se giró para mirarla, y esperó a oírla levantarse, o irse, o lo que hiciese.
Y, solo entonces, se atrevió a dejar escapar un leve suspiro.

Layla se estristecio, cuando le aparto las manos, por un instante...penso que volvia a ser el tomas de siempre... su tomas. Pero no fue asi, aparto esas manos tan calidas que durante tanto tiempo, le havian ayudado. La pelirroja no entiendia. Hizo un gesto con su cara de extrañez. -que....no te coja...?- le costo decir esas palabras, porque le parecio... k no podian salir de la boca de su amigo. Lo noto nervioso, quiso volver a preguntar, pero temia que si , insistia demasiado tomas se enfadaria, suspiro, con la cabeza agachada. Levanto la mirada, algo seria, pero llena de compasion, se acerco a tomas de nuevo, con cofianza en si misma, sabia que tomas la necesitaba, aunque no lo dijera. Le miro a los ojos y le espeto. -Soy tu amiga, tomas, hemos pasado por muchas cosas juntos.... solo dime... - le cojio las manos,las miro y las volvio a ver llenas de heridas, como cuando se golpeaba en los arboles- T-tomas! has... vuelto a.... - bajo la mirada y se mordio el labio, con tristeza - me duele cuando te haces daño asi..........- pero no solto las manos, las apreto mas fuerte, para que notara que ella estaba alli, y que no tenia ninguna intencion de irse.

Cuando Tomas percibió que Layla volvía a acercarse, a pesar de que en un primer momento había querido apartarse, o simplemente rechazarle esa mirada tan directa que le dedicó… el chico no fue capaz de hacer nada. Sólo contempló los ojitos bicolor que Layla había clavado en los suyos, limitándose a tragar saliva como respuesta a sus palabras. Parecía… tan sincera… parecía de verdad preocupada. Y Tomas no quería que estuviese preocupada. Sabía que Layla ahora era feliz y no quería privarle de su felicidad con sus propios quebraderos de cabeza.
Por ello, cuando le tomó las manos y se fijó en sus heridas, miró hacia un lado e intentó rechazarla de nuevo… pero la chica le había tomado fuerte las manos y por algún motivo que ni siquiera Tomas comprendió, no pudo apartarse de nuevo.
Miró al suelo, y tuvo que tomar una buena bocanada de aire para hablar, tratando de mantener la misma voz fría de antes.
- No… no me hago daño. Entreno así, Layla. Esto… esto no me duele, en serio.
“Esto no es lo que me duele” habría querido agregar, matizando mejor sus palabras.
Empezaba a notar un escozor extraño en los ojos.

Layla sacudio la cabeza, con cara de pena, y sin soltar las manos, añidio a la respuesta de tomas. - no.. no hablo de tus manos... - se solto una de las manos para señalarle el pecho, en el lado del corazon. - hablo de aqui...dentro... tomas. Hay heridas que ven...y otras k no se ven.- apoyo la mano entera en el pecho de tomas haciendo una leve pesion, como intentando dar credivilidad a sus palabras. - las de fuera... pueden sanar, pero las de dentro son...mas difciles.- las lagrimas empezaron a brotar de sus ojos, ver asi de mal a su amigo del alma...le ponia infinitamente triste. - te lo ruego tomas... cuentame...cuentame que te pasa...dejame ayudarte, somos..amigos.- le suplico mientras apretaba la mano con fuerza, casi sin darse cuenta.

Por unos momentos, Tomas no pudo más que reparar en que su respiración se escuchaba cada vez más fuerte, más profunda, como si de alguna manera estuviese percibiendo como esa coraza fría se le iba desquebrajando, y le causase dolor. Porque esas heridas de las que Layla hablaba, las heridas que “no se veían”… causaban más dolor que cualquier otra que tuviese por fuera. Y, desde luego, le molestaban todavía más si esa máscara que llevaba puesta se desmoronaba delante de Layla.
Notó la mano que se encontraba apoyada en su pecho y sin darse cuenta alzó la suya, sosteniéndola ligeramente y acompañándola cuando hizo esa leve presión. Fue en ese momento cuando se percató de lo mucho que necesitaba estar percibiendo esa mano sobre él. Estar notando que alguien lo acompañaba, que lo… escuchaba. Estar viendo a Layla frente a él en ese instante.
- Te lo ruego Tomas... cuentame... cuéntame que te pasa...déjame ayudarte, somos… amigos
Tomas asintió ligeramente, sin darse cuenta. Miraba al suelo, y ya no tenía la misma expresión de frialdad en los ojos. No podía mantenerla. No podía más.
- S-si… somos amigos - se dio cuenta de que la voz le sonaba algo quebrada, y quiso carraspear, pero en vez de ello levantó la mirada y observó los ojos multicolor de Layla, cargados de lágrimas… Toda la frialdad que aun guardaba se esfumó en ese momento, y levantó una mano, la mano que apoyaba en su pecho sobre la de Layla, para retirarle algunas de esas lágrimas, para… tocarla…
- Layla, no… no llores…
Y solo pronunció aquello, cuando ya casi estaba llorando él.