Entrenamiento amistoso (Tomas y Marien)

((sí, muy originales mis títulos ¬w¬))

Cada vez que volaba, Marien se sentía profundamente agradecida a Kyle y a la profesora Aiwe por haberla instruído en su primer día en la Academia. Tenía poca práctica en eso de la levitación, por lo que cualquiera que la viese de lejos pensaría que era algún tipo de pájaro herido, o de ser posible, borracho, debido a las piruetas de aprendiz inexperta que todavía no podía quitarse de encima cada vez que volaba.
Esa mañana en particular, llevaba las mejillas un poco infladas y algo rojas; nunca le había gustado pasar vergüenza frente a los demás, y aunque estaba emocionada porque iba a llevar cabo su primer entrenamiento con Tomas, no podía evitar estar un poco nerviosa, así que decidió hablar un poco para disimular su torpe vuelo.
-¡Qué bueno que nos encontráramos en el pueblo! ^^, nunca se me ocurre nada bueno para hacer en los días libres... - sonrió un poco - Ah, y gracias por aceptar la propuesta de práctica! siempre te veo peleando con Kyle y sé que eres fuerte o3o, ¡eso me emociona! -

Efectivamente, aquella mañana Marien se había encontrado con Tomas en el pueblo, mientras caminaba para conocer un poco el lugar. Aprovechando que era día de descanso y que no tenían mucho por hacer, decidieron cumplir con el entrenamiento que habían acordado de palabra días antes; el problema era que el campo de práctica estaba lleno, y necesitaban buscar algún lugar descampado y donde soplase un poco de viento, ya que ambos compartían el mismo elemento, y al parecer, tenían poco dominio sobre él.

La chica señaló un punto al azar - ¿te parece bien allí? - preguntó, más porque necesitaba dejar de tambalearse en el aire y aterrizar de una vez que por otra cosa.

(jajajaja! Nada, nada, el título es lo de menos XD
Y bueno, me ha quedado largo; vete acostumbrando porque me salen más así que cortos xD!!!)

Desde que habían comenzado a volar, Tomas y Marien habían permanecido por unos segundos sumidos en sus pensamientos, tal vez, más por lo poco que se habían visto que por otra cosa. Sin embargo, Tomas no pudo evitar mantener una sonrisa la mayor parte del tiempo, mientras se olvidaba de sus alas y miraba en todas direcciones; miraba la costa que cada vez se hallaba más cercana, miraba el cielo, despejado (razón por la cual él había estado dando una vuelta por el pueblo en vez de entrenando en las áreas verdes. No había visto las áreas verdes con tanta gente desde que estaba en la Academia) y, por supuesto, también miraba de cuando en cuando a la chica que volaba a su lado, ralentizando su aleteo cada vez que reparaba en su vuelo, más inseguro.
Al verla volar de esa manera, Tomas no podía evitar sonreír más ampliamente al recordar el tiempo que a él le había llevado aprender a volar medianamente bien. Por lo menos, Marien no poseía ningunas alas que pudiesen bloquearse y dejarla caer en mitad de ningún sitio.

- A-ah, sí, claro, donde prefieras... -musitó Tomas al cabo de un rato, un poco distraído, después de escuchar la cuestión de Marien y todo lo que había pronunciado previamente. ¿Era él o le había dicho que era fuerte por verlo pelear con Kyle?
Sin ánimo de introducirse demasiado en sus pensamientos y sin, tampoco, fijarse demasiado en el lugar que señalaba Marien, ambos aterrizaron en la arena de la playa, no muy lejos del mar. Por un segundo, Tomas se preguntó si de verdad había señalado ese sitio o había mirado él mal.
- Espera, ¿aquí...? -ladeó un poco la cabeza, mirando a su alrededor todavía en el aire. Igualmente, cerca de la playa pocos lugares más existían donde practicar. Quizá no estaría tan mal entrenar cerca de la playa, después de todo. Al menos, al caer no se harían daño.
- Bueno, está bien -acabó aceptando, sonriente, antes de que Marien tuviera tiempo de decir nada.

((no te preocupes! XD me gusta leer ovo))

Marien tocó la superficie antes con su trasero que con sus pies; evidentemente aterrizar no era lo suyo, pero al menos, gracias a la arena, la caída le había dolido poco.
Lo primero que hizo fue levantarse de un salto, entusiasmada y mirando el mar. -Waa... ¡es hermoso! - murmuró para sí misma; era la primera vez que lo veía tan de cerca. Se estiró felizmente, como un gato recién despertando de una eterna siesta, y habló con un tono alegre -¡Esto me anima más! - dijo, antes de dirigir una mirada enérgica a Tomas. - Niño, ¿qué te parece si hacemos esto más interesante? òvó - propuso. Lo de "niño" era simple y llanamente porque suponía que, de entre los dos, era la mayor. -¡El que pierda tendrá que cumplir alguna prueba que le imponga el ganador! ¿qué te parece? - preguntó divertida, aunque no le dio tiempo a contestar. -¡Por ejemplo!... si yo gano.... hmm... o.ô - pensó sólo por unos segundos - ¡te vistes con el uniforme femenino de la Academia por un día! - alcanzó a decir antes de soltar unas carcajadas de sólo imaginar lo que había dicho, y luego de contenerse (con un poco de esfuerzo) le volvió a hablar, con una sonrisa de oreja a oreja - ¿qué dices, qué dices? -

Tomas no pudo evitar quedarse algo sorprendido cuando comprobó que Marien no había aterrizado bien precisamente, y le dedicó una leve sonrisa planteándose acercarse a ella para ayudarla a levantarse, o pronunciar unas palabras de aliento, o cualquier cosa que le saliese en ese momento.
Pero no le dio tiempo a absolutamente nada cuando la chica se levantó enérgicamente por sí sola, y comenzó a hablar a una velocidad que casi él no podía seguir. Hasta ese momento había creído que Nerine era la persona que más hablaba del mundo. Ahora comprobaba que Marien le ganaba.
Frunció mucho, mucho, mucho el ceño cuando oyó que lo llamaba "niño", y repitió esa palabra en voz baja aunque, por supuesto, Marien siguió pensando en el entrenamiento con ilusión y no lo escuchó. Si es que eso era posible, Tomas aún frunció más el ceño cuando la chica planeó lo que quería que él hiciese si perdía. Y muy, muy dentro de él, notó un escalofrío nada más de plantearse lo que se iba a reír todo el mundo de él si tenía que hacer eso.
- ¿qué dices, qué dices?
Cuando vio que Marien lo miraba con una enorme sonrisa de oreja a oreja, Tomas supuso que al fin era su turno para hablar.
- Pues digo... que, primero, no soy un niño -lo pronunció mientras avanzaba un paso amenazador hacia ella.
- Segundo, que me parece bien tu propuesta porque no pienso perder -soltó una risita tras decir eso, aunque en realidad no estaba tan convencido de ello. Su voz había sonado segura pero, para empezar, no le hacía gracia ni plantearse la idea de vestirse de chica y pasearse así por ningún sitio, y, para seguir, había visto lo suficiente a Marien como para saber que era de esa clase de chicas caracterizadas por su agilidad, y ese era su punto débil, uno de los puntos por los que podían vencerlo sin demasiada complicación.
Igualmente, prosiguió mientras daba otro paso, quedando ya bastante cerca de la chica.
- Tercero, si yo gano me vas a hacer las tareas que yo quiera y te den tiempo a hacerme en un día, y no te dejaré hablar hasta que acabes.
Se dio cuenta de que su idea no había sonado tan original ni tan ridícula como la de Marien, pero no tenía nada planeado y no quería gastar más tiempo pensando algo mejor.
Por último, con un cuarto paso se quedó a pocos centímetros de Marien y le dedicó una sonrisita.
- Y cuarto, ya puedes empezar a correr porque yo no soy de los que se entretienen hablando.
Y dicho eso, se las apañó para sujetarle los brazos y hacerle la zancadilla para que volviese a caer al suelo, dando por comenzado el entrenamiento.

Con el primer paso que Tomas dio, una amplia sonrisa se empezó a dibujar en el rostro de Marien. El chico parecía decidido a comenzar; sus ojos lo decían, y ella no pudo haber estado más emocionada por aquello.
Dejó que avanzara, mientras hablaba, y se concentró en sus palabras. Frente al "no soy un niño" del jovencito, no hizo más que encogerse de hombros rápidamente y mirar hacia un costado, despreocupada; en cuanto escuchó el segundo punto, se entusiasmó aún más, puesto que ella tampoco pensaba perder, y eso sólo podía significar que ambos darían lo mejor de sí mismos. Sin embargo, cuando escuchó el siguiente punto, sintió la necesidad de quejarse -¿N-no podré hablar?? ¿Por quéeeee?? - refunfuñó un poco, ni siquiera le molestaba tener que hacer doble tarea, pero el hecho de tener que hacerla calladita y sin chistar... le ponía la piel de gallina.
Le hubiese gustado intentar negociar aquel tercer punto, pero Tomas decidió comenzar con el enfrentamiento de repente, haciéndole una zancadilla mientras la sujetaba por los brazos, y eso logró provocarla lo suficiente como para olvidar las negociaciones. -Oh bueno... ¡de todas formas no perderé!...- aseguró con una sonrisa decidida.
De lo poco que había visto durante las peleas improvisadas entre Tomas y Kyle (y de lo que notaba a simple vista), el chico tenía más fuerza que ella, sus técnicas de ataque y defensa eran sólidas; no así su velocidad. En pocas palabras, era casi opuesto a ella, quien dependía de la velocidad para generar fuerza en sus ataques; "No tengo músculos ni huesos pesados... solo puedo ejercer fuerza con golpes secos a alta velocidad" pensó. Y entonces, considerando lo anterior, lo primero que hizo fue probar los reflejos de su compañero, por lo que se lanzó hacia él a una buena velocidad, y le dedicó una mirada firme a los ojos, a unos pocos centímetros de su rostro. Imaginó que aquella mirada desviaría su atención al menos por uno o dos segundos, los suficientes como para preparar una de sus piernas y entregar un rápido rodillazo en su abdomen.

((Creo que empezaré a escribir menos a medida que la pelea avance, para darle dinamismo a la cosa XD, aunque no prometo nada Q_Q. Y por cierto, Marien le dio la patada, pero aún no se alejó, así que puedes aprovecharte de eso o3o *ayudando al rival (??)*))

(¿Escribir menos? Hm, pues este me ha salido cortito o.o <-alucina. Ahm, y gracias por lo que me has dicho, pero creo que tengo otra idea o.o *en realidad le ha hecho daño y huye como cobarde (?) xD*)

Tomas no pudo tragarse un gruñido cuando la chica le golpeó con una rodilla en el abdomen, porque dadas las circunstancias era uno de sus puntos más débiles, y supo que, aunque Marien se mantuvo cerca de él por unos segundos, no le iba a poder devolver el ataque de nuevo.
Así que sólo le quedaba una cosa por hacer. Volar.
Se elevó unos cuantos metros por encima de Marien y la observó desde el aire, con una mano en la zona que le había golpeado. La chica también podía volar y suponía que no tardaría en alzar el vuelo también, así que decidió olvidarse del dolor por un momento y concentrarse para hacer algo. Lo que fuese.
Al instante, tuvo una pequeña idea que le hizo destapar una entrecortada sonrisa. Su poder de aire todavía no daba para mucho, eso era cierto. Pero tenía algo su favor, y eso era la arena de la playa.
Con levantar un poco de viento que soplaba de frente a Marien, consiguió hacer que las minúsculas partículas de arena se levantasen del suelo y la golpeasen a su paso. Podía parecer un ataque inofensivo, pero en cualquier caso era molesto y podía conseguir que la chica alzase el vuelo. Y en el aire, por lo poco que había podido comprobar, estaba más cómodo él.

Marien sintió cómo la arena comenzaba a revolverse y a golpearla en la cara, y pensó que debía detenerse si no quería que su vista fuese afectada por aquel indoloro pero molesto ataque. -...Tsk!... muy inteligente... - dijo, sonrojándose un poco porque conocía las intenciones de aquel movimiento.
Elevó vuelo torpemente y se dirigió hacia él. Su objetivo eran sus hombros, pero por falta de práctica no pudo alcanzarlos y sólo llegó a su espalda, así que no le quedó otra más que afferarse a sus alas y cerrarlas manualmente para que perdiera el equilibrio, cayendo ambos sobre la arena. Una vez que quedó encima suyo, lanzó un puñetazo hacia su hombro derecho, con el fin de debilitar su fuerza muscular. Debía aprovechar esos pocos segundos, ya que al ser más ligera y tener menos fuerza que él, su oponente no tardaría en liberarse de aquella posición y contraatacar.

((perdón por haber tardado tanto x_x))

(no pasa nada X////DD)

Cuando Tomas notó que Marien se acercaba por su espalda, estuvo a punto de darse la vuelta para ver cuáles eran sus intenciones, pero por falta de velocidad sólo llegó a medio giro antes de que sus alas se cerrasen y cayese irremediablemente al suelo. No pudo evitar mantenerse por un segundo inmóvil, y no por el dolor de la caída, ya que, en cualquier caso, no estaba volando demasiado alto y había tenido caídas peores. Simplemente, le había sorprendido esa respuesta de la chica, y sabía que ahora el terreno estaba a su favor.
Al lanzar el golpe, Tomas tuvo el tiempo justo de levantar una mano para cubrirse (debía reconocer que se habría esperado más un golpe en la cara), y así poder frenarlo un poco con la palma de su mano. En cualquier caso, lo había pillado desprevenido y había llegado a impactar. Permaneció por unos instantes en esa posición, sin soltar el puño de la muchacha, para después colocar su otra mano en su hombro y ser ahora él quien la tumbaba en la arena. Se colocó de rodillas a su lado, sin soltar su brazo y quitando la mano de su hombro para sujetarle el otro. Sonrió.
- ¿Ahora qué?
Sin embargo, le bastó con inmovilizarla sin golpearle, por el momento. Sólo se dedicó a sujetarla por los brazos con más fuerza de la normal.