Batalla en las murallas (Shyr, Golem, Isis, Aban, Evan, Sirius y Caelan)

Las murallas aun seguian tranquilas, al menos por el momento; a unos cientos de metros las abominaciones trataban de quebrar la puerta y gargolas entorpecian a otro grupo de profesores....pero este grupo aun estaba tranquilo, debatiendo si debian abandonar posiciones e ir a ayudar a sus compañeros. En eso estaban cuando un rugido sacudio el aire, haciendo que todos miraran hacia el oeste.

Desde las nubes se veian pequeños puntos negros que se iban hacercando...unas pocas gargolas y ya pensaron todos...pero de a poco los puntos se fueron haciendo mas y mas, hasta que abarcaban hasta donde daba la vista, un enjambre de gargolas, vampiros y vermis (como dragones pero sin piel ni nada) se acercaban hacia ellos...y al frente, liderandolos, un gran dragon negro, que rugia con fuerza a cada aleteo que daba: el gran y poderoso Radium; a su lado, cada uno montando una gargola, iban Shyr, Isis y Golem...pero antes de seguir avanzando, Golem tomo una bolsa del costado de su montura y se tiro al vacio, internandose en el bosque.

(Bueno, les paso a explicar el panorama: son masomenos unas 10 mil gargolas, algunas con jinetes, y obviamente Radium; ya que mandarles un dragon mas toooodo lo demas es un abuso, Radium no llegara a las murallas hasta dentro de 5 turnos: si logran causar estragos entre las filas de las gargolas Radium se retirara, sino deberan pelear contra el.Tips:

-Golem tiene un encargo de Boden mismo, no se sabe cual, asi que pueden optar entre dejarlo en paz o salir a perseguirlo.
-Las gargolas, si bien estan lejos, estan al alcance de poderes como bolas de fuego y relampagos.
-Hay 3 catapultas de largo alcance que pueden usar, con piedras embebidas en alquitran.
-Sopla MUCHISIMO viento, pero va en contra de los invasores.

Bueno, a matarse!

Miré como Golem se iba. - Pero... claro que esto facilita las cosas... - Volteé la mirada, el dragón se veía impotente. Me preguntaba si acaso aquellos estaban sudando frío... deberían pasarla bien.

Sólo esperaba encontrarme con una persona ahí, aquel "príncipe" alado. Sonreí pensando en lo mucho que podría destrozarlo si lo veía de nuevo. El viento no ayudaba en nada. - Maldición.... - Estaba perdiendo el control de la gárgola mientras más me acercaba a la muralla.

- Helio... no está aquí.... - Sonreí mientras soltaba a la gárgola, y me colocaba encima de la muralla. - ¡el querubín no está aquí, pero mira nada más qué me trajeron! - Y entonces, reconocí aquel rostro... uno de los "héroes" que acompañaban a Kenneth en el rescate de la ninfa de tierra. Sonreí con más entusiasmo. - Oh... hola, ¿será que me extrañaste, querido?

Miré de nuevo a Isis. - No te metas en problemas aún, mocosa... - Bajé la muralla, mientras planeaba un poco, cayendo de pie y llevandome las manos a la cintura. Troné los dedos, mientras la gárgola aparecía de nuevo. - ¿Les parece bien si nos divertimos un rato? - Dije mientras estiraba las manos y los veía soltando una risita.



((bien, Shyr está con ustedes... y su gárgola también! Péguenle duro!))

Aquel rugido de dragón proveniente del oeste había puesto en alerta al grupo de profesores que se encontraba en las murallas, entre ellos Evan. Su mirada se dirigió al cielo, logrando visualizar a los primeros enemigos acercándose. Enseguida echó un rápido vistazo a los alrededores del lugar y a la superficie, para asegurarse de que no estuvieran acercándose por tierra también, pero el alivio que sintió al ver que no había nadie se desvaneció al devolver la vista al cielo, notando que el número de atacantes era mucho más grande del que había visto segundos atrás.
-Ahí vienen...- murmuró, con la vista clavada en aquel ejército y mirando de reojo a Aban. Las piedras con alquitrán que estaban listas para ser lanzadas por las catapultas eran limitadas, y no sabía qué tanto podrían contar con el alquimista del grupo, debido a la luna llena y su influencia sobre él, por lo que lo más prudente sería reservarlas o usar muy pocas. Sus ojos se dirigieron entonces al profesor de fuego, y aunque no le gustase admitirlo, reconoció que era una suerte tenerlo en el grupo.
No tenía mucho tiempo para pensar, por lo que con un movimiento de manos comenzó a crear algunas burbujas de aire, condensando los gases en su interior y lanzándolas en dirección al ejército. -¡Caelan! - gritó, imaginando que el moreno comprendería su mensaje sin problemas. Si utilizaban bolas de fuego para hacer detonar algunas burbujas de gas frente a las filas enemigas, podrían provocar algunas explosiones en su contra.
No sabía qué tan efectivas podían ser aquellas explosiones hasta realmente ver los resultados, pero se decidió a preparar más burbujas para al menos ganar algo de tiempo. Sin embargo, los movimientos de una de las líderes del grupo enemigo lo distrajo.
Reconoció el cuerpo de Shyr en el momento que ésta le dirigió la palabra. Sin duda era ella, el demonio que había poseído a Clio y que había dejado malherido a Helio. Una de las pocas mujeres a la que podía mirar con repudio.

-Oh... hola, ¿será que me extrañaste, querido? -

Él sonrió frente a su sarcasmo, y sin disimulo dirigió su mirada hacia debajo de la cintura de la joven, donde el viento hacía de las suyas con su falda. - ¿Encaje negro para la ocasión, querida? ♥ - preguntó. Hubiera preferido haber tenido más tiempo para encargarse del ejército flotante, pero con Shyr enfrente estaba seguro de que sus movimientos se verían limitados, por lo que se veía obligado a enfrentarla. Juntó los dedos de una de sus manos dejando un ínfimo espacio libre entre uno y otro, para que el viento se deslizara en finas y afiladas capas a través de ellos. Tuvo que acercarse para poder propulsar con mayor fuerza y precisión las láminas de viento a modo de proyectiles contra sus alas; pero ese movimiento lo dejó frente a una distancia peligrosamente corta de Shyr y su gárgola, dejándolo expuesto para cualquier contraataque de su parte.

((bien, no estaba segura de si podía atacar a Shyr o si tenía que esperar a la siguiente ronda ovo. En caso de que no pueda atacar todavía, avísenme y elimino esa parte del post =v=))

nos atacabandesde los cielos, a lo lejos observava ese enorme dragon... tenia miedo, sobre todo por la luna llena.. si veia la luna o la luz de ella me tocaba estaba perdido, seria un estorbo para ellos..pero debia ser fuerte, todos estan defendiendo la academia, fui rapido a la bodega por material, tome fierro de materiales viejos que ya no usaba rayen en su despacho, asi al menos haria un par de ballestas para atacar a esos seres... de la roca hice las flechas, delgadas y firmes para que se usaran mas

vi como evan le llevaba unas burbujar a cae, luego de eso escuche una explosion... cielos.. son tantos enemigos... debia hacer algo... evan estaba ocupado y cae igual... me quedaba una opcion peligrosa... agarre una lanza con mis manos... debia atacarlos en el aire al menos asi podria ayudarles mejor.

use mi verdadera forma, estaria peleando como un pegaso y a la vez estaba en desventaja al no poder usar mucha alquimia asi, sujete la lanza con mi boca y sali volando a eliminar algunas gargolas.. no era facil pero el viento me ayudaba un poco... debia mantener este ritmo antes de que saliera por completo la luna... debia evitar que la luz o mirar por error la luna.

Caelan era un hombre al que le costaba trabajo quedarse quieto en situaciones de peligro. Aunque todavía estuviese herido y resentido por culpa de la pelea que había librado contra Golem hacía solo un par de días, no le gustaba estarse ahí parado, en la muralla, esperando sin hacer nada mientras veía, a lo lejos, como los zombies se amontonaban en el frente sur, y escuchaba los amortiguados golpes lejanos de las puertas, intentando ser tumbadas. La ligera cota de malla que llevaba bajo el uniforme (finísima y muy discreta, hecha con puro mithril extraído de las minas de Costa Bismuto) le pesaba y, aunque no llevaba ninguna espada ni ninguna otra arma, también se sentía como si llevase rato sujetando algo muy pesado. Por eso, cuando vio que todos aquellos puntos negros aparecieron en el horizonte y comenzaron a acercarse directamente hacia donde estaban ellos, el profesor de fuego sintió un poco de alivio recorriéndole.
Aunque bueno, claro, el alivio duró poco. Concretamente, hasta que observó al dragón negro que, apostado entre las lineas enemigas, rugió amenazantemente.

- ¡Caelan! - gritó Evan, sacándole de su momentáneo ensimismamiento e indicándole que las burbujas de gases ya estaban preparadas y listas para detonar. Él solamente asintió y se preparó para lanzar unas pocas saetas de fuego, aunque la verdad era que se preocupó bastante por no rozar ninguna de las burbujas ni siquiera por accidente. Los enemigos todavía estaban demasiado lejos y juzgó que les convenía que se acercaran un poco más, pues el fuego era un elemento mucho más peligroso en un alcance corto y, si comprovaban que los primeros ataques de la defensa eran más bien torpes, quizá se confiarían y se acercarían más.
- Vamos... No me hagáis ir a buscaros - murmuró, preparando una segunda tanda de saetas de fuego. Aquellos ataques tan simples apenas consumían energía, de modo que, aunque no estuviera precisamente lo que se dice al cien por cien, Caelan podía lanzar a la vez medio centenar de flechas sin cansarse demasiado, y ahorrar energías para cuando tuviera que practicar ataques y técnicas más complejas y poderosas.
Al disparar otra vez, intentó ser mucho más certero que antes. Ayudándose con la fuerza del viento, que soplaba fuertemente a su favor, apuntó casi todas las flechas hacia donde se encontraban los vampiros. Sabía que aquellos bichos eran muy inteligentes y escurridizos, pero también sabía que eran vulnerables al fuego y valía más la pena intentar pillarlos a ellos en lugar de a las gárgolas, pues estas verían venir el fuego en su dirección y tendrían tiempo de sobra de transformarse en piedra para esquivarlas. Además, no quería herir a Aban.
Sin dejarles tiempo a reorganizarse después de dispersarlos, Caelan lanzó otra tanda de flechas de fuego, y luego otra, y finalmente otra más y, aunque casi no había acertado ningún blanco, consiguió desordenar bastante la firme estructura con la que los enemigos se habían estado acercando.
- ¡Aban!! ¡Ve, baja, rápido!! - gritó, llamando al pegaso para que retrocediera un poco y volviese a acercarse a la muralla. Caelan no quería arriesgarse a que la luna apareciera de golpe y lo debilitase estando tan expuesto a los ataques enemigos y prefería tenerlo cerca...
...Y, además, había creído que a era hora de caldear un poco el ambiente.
Apenas hubo regresado y puesto sus pezuñas de nuevo sobre la muralla, Caelan dirigió una nueva lluvia de saetas (esta vez, muchas menos que antes) hacia sus enemigos y, aprovechando la momentánea confusión de estos, hizo prender las burbujas de gases que Evan había preparado para él.
Varias de ellas explotaron y, válgame Dios, tal vez los enemigos no estuvieran echos de alcohol y madera, pero aquello le había tenido que doler a más de uno.

(oh mierda me han dejado lo mas dificil a mi XDDD a ver Aban esta lejos de la muralla y luego regresa, si cometo error me dicen no ando acostumbrada a post de batalla)

La mujer iba montada en su gárgola dispuesta a atacar en cualquier momento, pero claro esa mujer se le adelantó y no solo eso le llamó mocosa. -Soy mas mayor de lo que aparento anciana... -Dijo para si misma mientras veía como Shyr aterrizaba sobre la muralla.

Veía como el enemigo estaba preparado para la batalla, la mujer acercó su gárgola un poco y trató de esquivar todas las municiones que le lanzaban, aunque algunas de ellas le pegaron a su montura. De pronto de acercó un pegaso con una lanza en su boca a atacar al ejerctio, pero luego de unos golpes se alejó.

Lo que pasó después sorprendió mucho a Isis, habían lanzado burbujas y estas habían expltado, causándole daños a varias unidades y a ella. No le fue díficil darse cuanta quien había sido el culpable, pues miró al hombre que las había prendido en llamas. Sin bajarse de su montura se acercó mucho a la muralla, donde estaban él hombre de fuego y el pegaso. -Quiero al poni. -La mujer se preparó para la pelea.

(Tienen permiso de hacerle lo que les plazca a Isis, total ella va a morir luego XD asi que si quieren dejarla sin un brazo, pierna u ojo ya saben, y es que queria aprovecharme de Aban jojojoj)

(perdon si comento algun error o si es demasiado corto,ando espesa -_-)

Sisius observo como llego el dragon y todo lo demas por el aire,se preocupo,no sabia que hacer que hacer en ese momento y se sentia algo inseguro,pero en esos momentos estar asi no servia de nada.Los ataques a distancia no eran lo suyo y eso le hacia sentirse un poco inutil y sin saber bien que hacer,asi hasta que vio como las gargolas se iban acercando hasta la muralla,en ese momento se concetro en el agua que habia suspendida en el agua para volverla liquida y moverla con sus manos para que fuera en contra de las gargolas mas cercanas y a algunos de sus jinetes,aun asi no era algo muy agresivo y como mucho causaba unos pocos rasguños y era mas bien una manera de frenarlos un poco antes de llegar a la muralla y despistar un poco a los jinetes.

Primer turno terminado.

Shyr y Evan: tranzados en pelea epica.

Evan y Caelan: la combinacion que hicieron fue mortal, mataron al menos al 20% de las gargolas, que ahora caen todas carbonizadas a tierra...pero, como la causalidad siempre rige, ahora TODAS las gargolas restantes mas Radium los atacaran a ustedes.

Isis: a punto de pelear con Aban.

Sirius: algunas gargolas dañadas, pero ninguna muerta.

Golem: como nadie fue a pararlo, Golem esta libremente clavando esas varas en las lineas Ley, las lineas que transportan el mana por el mundo; pueden ignorarlo o ir a pararlo, pero no saben para que hace eso.

Siguiente turno! Ojala sea tan genial como este >w<

Miré fijamente al castaño. - Oh, ¿lo notaste? - Me llevé las manos a los costados de la cadera mientras le guiñaba el ojo. Se acercaba más, seguro no tenía idea de lo que estaba haciendo. - Me encantan los novatos ineptos... - Moví la mano mientras un camino de fuego lo rodeaba. Sonreí mientras me colocaba frente a él. - Fue una lástima desaprovechar la oportunidad de haberlos destrozado en las montañas.... pero, me alegra poder tener una segunda oportunidad... - Estiré las manos mientras las llamas se agrandaban y lo comenzaban a rodear, cada vez más cerca.

- Vamos... - Solté una carcajada mientras corría hacia él, no iba a escapar, de eso me encargaba.

Evan se alarmó al notar lo descuidado que había sido al acercarse tanto a Shyr, pero de alguna manera se sintió aliviado con el contraataque de la mujer. Al ver cómo las llamas lo rodeaban y se expandían rápidamente quemando un poco su ropa, hizo que emanara de su cuerpo una corriente de aire desoxigenado, para extinguir el fuego y alejarse con el impulso de la misma.
Aban había preparado algunas flechas con anterioridad, y no pudo haber estado más agradecido con él; pero antes de poder utilizarlas necesitaba una distracción. Se alejó un poco más de Shyr, creando una corriente de aire frío bajo sus pies y una de aire caliente justo por encima; el choque de calor y frío en el aire permitiría que la humedad del ambiente se condensara lo suficiente como para crear algo de niebla. Aquello le permitió tomarse unos segundos para atraer unas cuántas flechas hacia detrás de su espalda y dispararlas en serie y a alta velocidad en dirección a Shyr. -Lo siento, querida, no suelo tratar así a las damas, pero...- cada recuerdo de Clio poseída por aquella mujer le hacía hervir más la sangre y disparar con mayor velocidad las flechas. Debía asegurarse de, al menos, perforar sus alas y las de su gárgola por completo.
Al notar que había usado todas las flechas, echó una ráfaga de viento con intención de estrellar a la joven contra el piso.

((perdón por la tardanzaaa =n=. Semana caótica = ascooooo. Si tengo que corregir algo me avisan ovo. Abannn, perdón por usar todas las flechas XDU))

vi como evan usaba todas las flechas, cae combatia y... una chica venia hacia a mi, ella estaba sobre la muralla biendome detenidamente

Quiero al poni.

no esperaba que alguien me escogiera de contrincante, veia a evan ocupado, sirius, caelan... necesitaba ayuda, las nubes estaban desapareciendo lentamente, debia protegerme de la luna o estaria la merced de ellos... las gargolas se acercaban, tome de nuevo mi forme humana y use pocas partes de la muralla para hacer una flechas, necesitaba algo para apuntales y disparar, fui volando hacia las armas, unas ballestas, solo necesitaba un par de ballestas.

en eso senti un golpe en la espalda, era ella- alejate.. no quiero hacerte daño- intente asustarla... pero obviamente no sirvio, corri hacia las armas y alcance una ballesta apuntando sobre ella, use mi alquimia para moverme rapidamente bajo tierra y escapar de ella, espere a subir de nuevo a la muralla y apuntarles pero senti un jalon en los pies, ella me habia atrapado- evan!!!!! - le avente la ballesta, le señale con la mano las nuevas flechas que habia creado, esperaba que entendiera lo que le queria decir...me voltee y le di una patada en su mano volteo a ver y la luna estaba empezando a salir.

oh, a que le temes poni? acaso un poco de luz te molesta?- vi como se reia ella, la luna, no debia tocar la luz de la luna, no queria ser un estorbo para ellos, use parte del suelo para encerrarla a ella.

lo siento, no tengo tiempo para pelear contigo- me subi rapidamente a la muralla y sacar la otra ballesta que tenia, acerque unas flechas y les dispare a esas gargolas, estaba eliminando algunas, una sombra estaba detras de mi cuando siento una patada que me avienta lejos... la luz de la luna....me estaba dando, voltee a ver a caelan- CAELAN!!!!!!- intente que me viera pero estaba ocupado... estaba brillando, perdiendo energia rapidamente, nadie podia ayudarme ahora, pronto deje de soltar energia y tomar una forma mas jovial.. no podia recordar nada..nisiquiera quien era yo... mire temeroso a esa chica que estaba sobre mi....

((no seas cruel con el isis XD ))

((Lo siento, me ha quedado muy extenso TTxTT Pero es que entre las gárgolas que lo atacan, Aban que está desprotegido y que tiene que ir a por Golem, a Cae se le ha acumulado mucho trabajo en un solo post. Lamento haber ignorado a Radium, no doy más de mi para relatarlo sin escribir la Bíblia en verso))



Como Evan estaba demasiado ocupado peleando con aquella mujer alada (aunque en ocasiones casi pareciera más que estuvieran coqueteando), Caelan se encargó de atraer a las gárgolas, furiosas por el ataque que las había diezmado tanto hacía unos minutos, hacia él para enfrentarlas. Aquellos potentes bichos eran poderosos y peligrosos, pero Caelan no se permitió el lujo de mostrarles ni una pizca de miedo y las atacó, demostrando una vez más por qué motivo era el profesor de fuego de la academia.
Llamó a Sirius para que acudiera a luchar a su lado y, con órdenes rápidas y precisas lo puso al mando de las catapultas. Entre los dos colocaron las piedras alquitranadas para usarlas de proyectil una vez las hubo encendido, haciendo caer a las gárgolas del cielo, rotas y prendidas. Caelan lanzaba, además, abundantes saetas de fuego y algunos anillos ígneos que obligaban a los bichos a moverse hacia dónde él los quería, y agujereaba sus alas para hacerlos caer. Los agudos y rabiosos chillidos de dolor de las gárgolas casi sonaron bien contra sus oídos y, cuando una de las rocas ardientes impactó contra uno de los vermis y provocó aquel escalofriante sonido a huesos rotos, Caelan soltó una risotada amarga.
Las rocas alquitranadas estaban comenzando a escasear, de modo que Caelan destruyó parte de las almenas de la muralla para que pudieran usarlas y entonces, mientras estaba en eso, lo vio: un pilar de luz azulada que partió el cielo, nacido más allá del camo de batalla, entre los árboles, brillando tétricamente...
No podía significar nada bueno.

- ¡CAELAN!!! - el grito de Aban sacó al hombre de su ensimismamiento. Al parecer, su amigo tenía problemas. La luna había aparecido en el cielo y lo había debilitado, menguando sus energías y dejándolo vulnerable y expuesto a los ataques de aquella mujer.
Gruñendo, apartó la mirada del rayo de luz y lanzó una lengua de fuego hacia Isis y su gárgola, apartándola de Aban para alejarla de él. Le dirigió una mirada nerviosa al bosque, porque algo muy dentro de él (una mala sensación, opresora, angustiante) le decía que debía hacer algo para evitar lo que fuera que estuviera sucediendo allí.
- ¡Sirius! - gritó, señalando hacia Isis y hablando muy deprisa -. Encárgate de ella y protege a Aban, ¡él solo no lo conseguirá!
Lanzó un nuevo anillo ígneo hacia dónde estaba el pegaso, y este lo cercó y actuó a modo de barrera para desvíar ataques desviados que quisieran dañarlo mientras se recuperaba. Después, apretando los dientes y lamentando el estar dejando a sus amigos atrás por algo de lo que ni siquiera estaba seguro, Caelan se esfumó de allí y echó a correr todo lo rápido que pudo (teniendo en cuenta la herida de su pierna) hacia el bosque.

Se detuvo solo cuando alcanzó aquel poste metálico que producía la luz. Desconfiado, Caelan lo examinó para tratar de averiguar si aquella había sido cosa de Medea o no, y al llega a la conclusión de que no había sido así, intentó retirarla de la tierra. Al no conseguirlo, hurgó un poco en su interior para evaluar sus niveles de magia (todavía muy correctos, intactos, aunque él estuviera un poco cansado) y trató de destruir la vara, pero el intento fue inútil también.
Observando, confuso, a su alrededor, Caelan encontró varias señales de la reciente presencia de... ¿Golem? (Sí, Golem, sí) en el lugar, de modo que frunció el ceño y los siguió. Si el familiar de Boden estaba metido en eso, entonces seguro que lo que fuera que estuviera tramando, sería terrible, y salió tras él para detenerlo.

Caelan gruñó otra vez mientras seguía los pasos del familiar con rapidez. Golem... Oh, Golem sin duda, le debía una de buena.

((Lamente que este post sea algo cuquicá pero es que no me inspiero y no quiero retrasar. Segun tengo entendido Caelan le puso una barreara de fuego a Aban, pero como Isis es de agua se le hara muy facil romperla XD))

Isis no perdía el tiempo, mientras el pegaso intentaba escapar de sus garras ella encontraba la forma de alcanzarle para enfrentarlo. La mujer siempre le aparecía y le atraba, el pegaso le decía que no deseaba pelear, pero la sed de Isis era mucho más grande como para simplemente dejarle ir.

Aban estaba desesperado, se movía de un lado a otro buscando ballesta y pasándoselas a sus compañeros. Con la última ballesta le disparó a todas la gárgolas y luego la luz de la luna lo iluminó haciendo que este brillara y se transformara. Aprovenchando que su contrincante estaba indefenso la mujer se le tiró encima y trató de estrangularlo.

Era el día de suerte de aban porque justo en el momento que Isis iba a sacar su daga, una lengua de fuego la separó del pegaso. Le había salvado uno de sus compañeros, el mismo que había eliminado parte del ejército hace un rato. Este protegió a su amigo haciendo una barrera para protegerle y le pidió a Sirius que le protegiera, para luego desaparecerse por el bosque.

Aqui era donde Isis tenía tanto ventaja como desventaja, aunque no le importaba. Ella podía deshacerse de la barrera pero tendría que lidiar con el nuevo contricante que esta enfrente de ella y al parecer no cedería tan fácilmente. -Bien, esto va a ser divertido. -Guardó su daga de plata en uno de sus bolsilos y luego hizo unos movientos con sus manos haciendo que unas corrientes de agua la envolvieran, y luego le lanzón una de las corrietes a Sirius. -¿Qué pasa? ¿Es que no puedes contra mí? -Dijo mientras una sonrisa malévola se dibujaba en su rostro.

((Sirius tu puedes! XDD y Aban no te preocupes estaras a salvo... por ahora XDDDD))

Sirius ayudo a Calean con todo lo que le decía para poder deshacerse de las gárgolas,solo tenia la cabeza en eso hasta que escucho como llamaban a Caelan y vio que Aban estaba en problemas,para su suerte Caelan pudo protegerlo con una barrera de fuego.Poco después le pidió que protegiera a Aban para luego irse. Sirius fue corriendo hacia donde estaba encontrándose con Isis.

No estaba seguro de cuanto poder podría tener Isis,pero aun así no se rendiría fácil,se percato de que guardaba un daga,de momento parecía que no la usaría,pero podría usarla en cualquier momento así que no estaría de mas tener un poco de cuidado con ese detalle.

-Parece que esto de divierte-comento Sirius conservando la calma y esperando ver que haría Isis.Ahora tendría que confiar en si mismo para poder ganarla.

Observo las corrientes que le lanzaba y cuando estubieron cerca de él simplemente las congelo-creo que podre hacer algo contra ti-tras congelarlas hizo que explotaras en pequeños cristales de hielo que rodeo con agua para lanzarlas en direccion a Isis esperando que al menos consiguieran rozarla.

Evan y Shyr: Evan, por el fuego se te comenzo a prender fuego la ropa (para todas las q lo aman, ahi tienen fanservise =v=); Shyr, una flecha se te clavo en el muslo derecho.

Aban: a salvo tras su barrera de fuego

Isis y Sirius: peleando entre ustedes; 2 gargolas bajan a ayudar a Isis

Golem y Caelan: bueeeeno, creo q esta pelea sera la mas memorable del post debido a lo q paso antes entre Aiwe y Golem...asi que bueno, Cae, te dejo a tu imaginacion los poderes q usaras, pero algo q tenes q tener en cuenta: cuanto mas tardes en ganarle, mas poderes usara Golem.

Tercer turno, sigan como hasta ahora

estaba confundido... odiaba esta amnesia temporal... vi fuego al rededor de mi, no reconocia a nadie ni sabia que estaba pasando... solo veia destruccion...
me levante e intente salir de la barrera de esa barrera, escuche un estruedo, algunas rocas se desprendian de la muralla hacia donde estaba yo... algunas calleron unos metros de donde estaba..pero unas me terminaron golpeando la cabeza, lo que necesitaba, un golpe para poder recuperar la memoria....

estaba aturdido... la barrera se estaba apagando y varias gargolas vinieron a mi sigilosamente....

que.... que paso?- me sobaba la cabeza... escuchaba los pasos de esos seres aproximandose a mi, voltee a ver a evan.. ella estaba en su propia batalla y cae.. a cae no lo encontraba... estaba asustado, tenia poca alquimia.

me fui rapidamente a lo alto de la torre por armas, sin mucha alquimia solo me quedaba la defenza personal, busque las ballestas, las lanzas... pero ya no habia ninguna- rayos...- las gargolas subian rapidamente a donde estaba, escuchaba sus pasos, como se estrellaban con las paredes... encontre una espada, cielos estaba en desventaja... ya estaban ahi, mirandome... gruñenome y rugiendo...- no.. no les temo... no me dejare vencer por ustedes!!!!- fui contra ellos, destrozandoles la cabeza, eliminando uno por uno, las escaleras me daban algo de ventaja al poder atacarlos uno a uno...

me sentia furioso, destruyendo la academia, atacando a mis amigos, no podia detenerme, empece a atacarlos salvajemente... estaba cansado..., cai de rodillas al suelo... esperando que dante estuviera bien...

La flecha que atravesaba mi muslo era molesta. Miré de reojo al castaño, soltando una risa floja. - De tantas flechas, solo lograste hacer esto... dime si no eres patético. - Saqué la flecha, soltando un grito de dolor. Lo miré fijamente, acomodandome el cabello. - ¿Así tratas a las damas? Oooh, ahora entiendo todo... - Intenté mantenerme en pie, pero era inútil. No tenía suficiente fuerza en aquella pierna, lo miré de reojo, guiñandole un ojo, fingiendo que estaba mejor de lo que aparentaba. - Oh, y por cierto... ¡te ves mejor con la ropa así! - Moví las manos, creando algunas bolas de fuego que arremetieran contra el profesor, intentando detener la hemorragia de la pierna. Ningún esfuerzo era inútil, ni en vano. Tomé aire, y saqué un pequeño frasco de entre mi ropa. El contenido lo había hecho Kenneth, una gota era suficiente como para calmar el dolor. Debía mantenerme de pie y seguir luchando, aunque me costara la vida. - ¿Qué esperas, bombón? ¿Quieres que yo vaya por ti? - Guardé el frasco, discretamente, relamiendome los labios.

((Vale, yo iba a esperar a que Evan le contestase a Shyr para postear, pero Izu dice que no le sale nada por ahora, así que voy yo y a ver si los demás miembros de mi grupo se animan...))


Caelan no tardó demasiado en darse cuenta de que sus ataques no estaban surtiendo el efecto que deberían. Golem se dedicaba solo a esquivar sus ataques o a detenerlos con esos puños de diamante que había hecho surgir de la tierra, y de vez en cuando este se lanzaba contra él y era Caelan quién debía esquivarle, convirtiendo aquel combate en una especie de danza de a ver quién caía antes de los dos. A parte de eso, pero, no estaban consiguiendo nada. El profesor de fuego era plenamente consciente de que Golem estaba intentando no simplemente vencerlo, sino además, agotarlo y enfadarlo para hacerle perder los nervios (por eso había usado ese sucio truco del vestido de Aiwe, haciéndole hervir la sangre al hombre como si la muchacha volviera a estar allí, entre ambos). Y, si realmente quería detenerle y evitar que cumpliera lo que fuera que estaba haciendo con esos báculos... No podían seguir así.

Después de lanzar una llamarada cuyo objetivo había sido poco más que distraer un poco a Golem, Caelan se apartó un poco y cerró los ojos, meditativo, diciéndose que tenía que hacer algo para detener a su adversario.
Tras ese breve segundo que empleó para inspirar profundamente, Caelan se concentró en los puños de diamante de Golem y creó una burbuja de fuego a su alrededor. En un primer momento, aquello pareció una incoherencia más que una ayuda en su favor. ¿Por qué motivo el profesor sumaba una arma más al ya de por sí peligroso ataque de Golem, dotando a sus puños de aquella mortífera capa ardiente que ni siquiera a él, maestro del fuego, podría resultarle indiferente? Por supuesto, todo tenía un por qué.
En una atmósfera con la presión adecuada y carente de oxígeno (una atmósfera como la que él acababa de crear dentro de la burbuja, alterando la presión y extinguiendo rápidamente el aire), la estructura del diamante se alteraba y se convertía en grafito. Este seguía siendo duro y peligroso, pero adquiría una importante cualidad a la que Caelan pretendía sacar ventaja… Se convertía en uno de los mejores conductores sobre la faz de la Tierra. Un conductor, por ejemplo, de calor.

Caelan nunca había sido un hombre especialmente devoto y no solía pedir demasiadas cosas en nombre de Rune, pero en ese momento, en ese lugar, mientras lanzaba contra Golem algunas llamaradas curvas cuyo objetivo eran poco más que distraerle del proceso que, esperaba, se estaba llevando a cabo sobre sus manos, deseó que la jugada le saliera bien. Intuía que muchas cosas dependían de que a él le fuera bien en esa lucha, y no le apetecía fallarle a todo el mundo por el mero hecho de haber cometido un error.

El fuego alrededor de los puños de Golem se extinguió, pero el calor permaneció allí, transmitiéndose capa a capa a través del grafito, y para cuando el familiar se dio cuenta de que aquello estaba demasiado caliente para ser normal, el calor hubo alcanzado la piel de sus manos y le había quemado, obligándole a soltar un alarido de dolor.
Caelan no detuvo entonces las lenguas de fuego, sinó que las aumentó. Con Golem distraído con el fuego y el calor que abrasaban sus manos bajo los guantes y que pretendían dejarlas lo más inservibles posible, Caelan lanzó sobre él una vez más su poder de fuego, variando a cada lengüetazo el nivel de calor y deseando que ojalá le estuviera doliendo mucho… Tanto como le había dolido a Aiwe el enfrentarse a él días atrás.

Sí. Caelan no era un hombre especialmente devoto y por eso no solía pedir demasiadas cosas en nombre de Rune. Pero era, definitivamente, un hombre rencoroso, muy rencoroso, y deseaba por ello que las cosas le hubieran salido lo mejor posible. Y por eso esa vez, en ese momento, en ese lugar… Rezó.



((Vale, releyendo me doy cuenta de que parece que haya dejado a Golem como a un tonto que no se da cuenta de las cosas que pasan. Nada más lejos de la realidad… Lo que ocurre es que todo ha ocurrido muy, muy deprisa, pero yo soy muy lenta relatando las cosas y parece que hayan ido a paso de tortuga… Lo siento xD *Neri va a esconderse detrás de una sábana de animalitos y desea que no sean demasiado duros con ella, que lo ha hecho lo mejor que ha sabido*))

Isis lo miró fijamente mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro. -Claro que me divierte, eres un oponente con el mismo poder que yo. Ahora si me estoy divirtiendo. -Dicho esto le lanzó un dardo de hielo, sabiendo que este lo iba a esquivar le lanzó otro. Sirius se la pasaba esquivando y devolviéndo sus ataques. Tubo mucha suerte de que dos gárgolas vinieran a ayudarla y también contaba con su daba, la cual tenía guardada entre sus ropas. -Y bien? al parecer estamos en el mismo nivel, aunque... -Viendo a una de las gárgolas. -Tal vez quieras jugar con ellas... -Inmediatamente le dió instrucciones a una de las gárgolas para que atacara a Sirius y así cuando se distrajera lo atacaría.

((bueno hice lo que pude pero fue lo único que se me ocurrió no me maten por tardanza o por post cutre Q.Q ahora le toca a Izu XDDD))

-Bueno,sobre gustos no hay nada escrito-

Comento ante la respuesta de Isis,a el no le gustaba pelear,pero hace rato que sabia que no le quedaba otra.
Aun asi el estaba mas a la defensiva que a la ofensiva.En eso pudo observar como las gargolas venian,se imaginaba que Isis se aporvecharia de estas y las usaria como una distraccion,asi que debia pensar rapido en que para no resultar herido tan pronto.

-no es que me apetezca mucho,pero veo que no tengo mas remedio y que es una oferta que no puedo rechazar ^^-

Sirius creo varios pinchos de hielo que atacaron a las gárgolas,pero por su seguridad después de lanzar estos pinchos,antes de que incluso le dieran a la gargola,creo un escudo de hielo a su alrededor para evitar un ataque por parte de Isis.

Al ver cómo sólo una de las tantas flechas que había lanzado hacia Shyr había logrado atravesarla, Evan sintió que estaba perdiendo demasiado el tiempo. El ejército seguía avanzando y acercándose hacia donde estaban ellos, sin mencionar que el profesor más fuerte del grupo se había tenido que separar de ellos para seguir a Golem.
-Demonios...- murmuró, encerrando las bolas de fuego que Shyr le había lanzado en unas burbujas de aire y manteniendo el oxígeno dentro de las mismas para no extinguir las llamas aún; no se quejaba por el ataque, sino porque sabía que no podía seguir dando vueltas y debía actuar de una vez.
Así que creó un poco de niebla, aprovechando la humedad del ambiente, y voló rápidamente hacia a ella, apareciendo justo enfrente suyo. -Quería conservar al menos tu bonito cuerpo, pero no me dejas opción...- le abrió la boca de la mejor forma que conocía, besándola, y luego de aspirar el poco oxígeno que había dentro de su cuerpo le cubrió la boca abierta con la palma de su mano. De allí emanó una corriente de aire que llenó el interior del cuerpo de la mujer y que comenzó a crecer en densidad, aumentando la presión lo suficiente hasta percibir el sonido de sus órganos desintegrándose internamente.
Le dedicó una última mirada agria, observando los detalles de su rostro, y procedió a cubrirse con una barrera de viento. Entonces sólo tuvo que manipular el aire que todavía controlaba con la palma de su mano, para que éste se convirtiera en un centenar de lanzas y flechas que, con la ayuda de la presión incesante, atravesaron el cuerpo de Shyr desde su interior hacia afuera, formando algo que para los ojos del artista se veía como un horrible conjunto de púas de puercoespín teñidas de rojo. No llegó a ver el rostro de la mujer por última vez, ya que la sangre que había emanado por los infinitos cortes en su cuerpo empañó por completo la barrera de viento que lo cubría. Sólo llegó a escuchar un conjunto de ruidos secos y al unísono, producto de los diferentes tejidos y componentes corporales despedazándose; el resto, para bien o para mal, quedó a su imaginación.
La sangre comenzó a caer hacia el piso, recorriendo la barrera de viento, y Evan permaneció unos segundos en silencio, con un amargo sabor en la garganta. No disfrutaba de ese tipo de espectáculos, nada le parecía de peor gusto que cortar un cuerpo de manera salvaje, pero en una guerra no podía darse el lujo de no matar, porque no sólo su vida estaba en juego; también la de personas a las que quería proteger a toda costa.


Un viento ajeno a su magia sopló en dirección hacia él, recordándole que cada segundo perdido de aquella noche valía oro, así que sin pensar demasiado, volvió en sí y echó un rápido vistazo a sus compañeros para estudiar el panorama. Al ver que cada uno estaba concentrado en lo suyo, decidió enfocarse en el resto de gárgolas que se veían en el cielo.
Se tomó unos pocos minutos para crear la mayor cantidad de burbujas de aire comprimido que pudo y las lanzó hacia el ejército; esta vez la cantidad fue menor a la que había lanzado en un principio, cuando había sido asistido por Caelan, ya que se encontraba más cansado tanto física como emocionalmente. Aprovechó las burbujas que mantenían el fuego vivo del último ataque de Shyr y las utilizó como detonante para crear nuevas explosiones en el cielo, pero además se aseguró de crear otro tipo de explosiones, en formas de ondas de choque, para evitar que el grupo se dispersara y así garantizar la efectividad del primer ataque.

((Eh.. XDD Si a alguien tienen que matar por la tardanza, es a mí! >_>. Perdón a todosssss T__T!!!! Y bueno, Jen, ahí está, querías a Shyr muerta, al menos murió feliz (?) Evan manteniendo la galantería hasta en los momentos mas difíciles XDDDDD. Yo ya hice el trabajo sucio, ahora pagame con dibujos!!! Q_Q ))

(Bueno al fin respondo esto, la vagancia y la uni me habian ganado pero bueno, sigamos la pequeña peleita entre Cae y mi familiar soso xD)

Grite intensamente, no me quedaba otra cosa por hacer; solte los puños de inmediato, que cayeron al suelo con gran estrepito y se partieron en mil pedazos... Mis puños definitivos, destrozados por mi propia manera de crearlos, me costaba creer que ese humano hubiera sido capaz de descubrir como cambiar el material del que estaban hechos... Suspire con gran pesar y mire mis manos, cubiertas de heridas abiertas, piel quemada y pequeñas llagas, y supe lo que tenia que hacer, no quedaba otra manera.

Golpee con fuerza el suelo con ambas manos, pero estaban tan debiles que al contacto los huesos dentro se hicieron mil pedazos, crujiendo al mismo tiempo desde los dedos a la muñeca; soporte el dolor y sumergi mas las manos en la tierra mientras la sangre se filtraba y la teñia de un humedo carmesi. Entrecerre los ojos ya al borde de gritar del dolor y las saque de a golpe, salpicando un poco de sangre en los arboles y arbustos cercanos, y mire con satisfaccion mi trabajo: donde antes estaba la piel quemada y las heridas ahora habia arenilla, y las llagas eran ahora pequeños domitos de hierro blanco y reluciente.Las sacudi para quitarles un poco el exceso de polvillo y mire de nuevo a Caelan, maldito humano, habia lastimado a un ser supuestamente indestructible.Note, por primera vez, que la rabia acudia en mi ayuda, energizaba cada celula de mi cansado cuerpo y me daba un motivo para seguir peleando.

Trate de decir algo para disuadirlo de pelear pero las palabras no brotaron de mi boca, se ahogaron en mi garganta mientras mis puños hacian lo opuesto a ellas, me lanze contra Caelan sin armas ni magia, dispuesto a combatirlo a mano limpia...si claro. Ni bien logre acercarme a el, me lanze al suelo y le tome ambos tobillos, hundiendolo en la tierra y haciendole unos lindos zapatos de hierro; luego gire el cuerpo y patee con fuerza su barbilla, haciendole perder el equilibrio y que cayera hacia atras, tenia mi oportunidad, corri hacia mi morral y tome una de las dos varas que quedaban, corri hacia Caelan y la clave a su lado, cerca de las raices de un roble muerto. El efecto fue instantaneo, y mientras me alejaba con regocijo vi como la vara no solo lanzaba hacia el cielo la magia que habia debajo de ella, sino tambien la magia del propio Caelan, cuyas llamas se fueron haciendo cada vez mas debiles hasta desaparecer por completo.