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Primeros auxilios (priv.)
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Primeros auxilios (priv.)
Caelan se cruzó de brazos y apretó un poco los labios mientras se decidía a entrar o no. Ladeo la cabeza, pensativo, como si al hacerlo pudiera hacer que las cosas cambiaran y aparecieran opciones nuevas y maravillosas, pero... No. No había más que eso. Suspiró.
El profesor de fuego sabía que, a esa hora, Fred estaba de guardia en la enfermería, probablemente solo, sin trabajo por hacer. A Caelan no le hacía mucha ilusión la idea de provocar un encuentro entre ellos, menos de un modo tan directo como eso (¡y menos todavía de iniciarlo él!), pero después de lo sucedido hacía un par de días en las Ruinas Die Toten con Tomas, el alumno que había resultado herido por un par de demonios y que casi muere entre sus brazos, Caelan sabía que no podría quedarse tan tranquilo.
"Tengo que aprender magia curativa" se había dicho a sí mismo entonces, poco dispuesto a que algo como aquello le volviera a ocurrir. El saber que Tomas había estado a punto de perder la vida por el simple hecho que él había sido incapaz de ayudarle (y el saber también certeramente que lo habría hecho de no haber sido por la muy oportuna intervención de Fred), lo tenía lo suficientemente angustiado como para hacerle superar cualquier otro reparo.
Fred era, precisamente, su única opción, porque estaba claro que no podía confiar en Arsi, y Caelan sabía que tenía que hacer algo con eso. Suspiró otra vez. Luego, golpeó la puerta de la enfermería con los nudillos cerrados.
El profesor de fuego sabía que, a esa hora, Fred estaba de guardia en la enfermería, probablemente solo, sin trabajo por hacer. A Caelan no le hacía mucha ilusión la idea de provocar un encuentro entre ellos, menos de un modo tan directo como eso (¡y menos todavía de iniciarlo él!), pero después de lo sucedido hacía un par de días en las Ruinas Die Toten con Tomas, el alumno que había resultado herido por un par de demonios y que casi muere entre sus brazos, Caelan sabía que no podría quedarse tan tranquilo.
"Tengo que aprender magia curativa" se había dicho a sí mismo entonces, poco dispuesto a que algo como aquello le volviera a ocurrir. El saber que Tomas había estado a punto de perder la vida por el simple hecho que él había sido incapaz de ayudarle (y el saber también certeramente que lo habría hecho de no haber sido por la muy oportuna intervención de Fred), lo tenía lo suficientemente angustiado como para hacerle superar cualquier otro reparo.
Fred era, precisamente, su única opción, porque estaba claro que no podía confiar en Arsi, y Caelan sabía que tenía que hacer algo con eso. Suspiró otra vez. Luego, golpeó la puerta de la enfermería con los nudillos cerrados.
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
Fred sopló en su taza de café y le añadió un poco de azúcar. Había pedido una pequeña cocinilla para poder preparar café allí y no tener que ir a la cafetería pues cada vez que iba allí algo malo sucedía y ya tenía bastante. Inconscientemente giró la cabeza hacía la camilla donde dormía Tomas, ahora ya estable.
Volvió su mirada hasta el café y bostezó, le esperaba una noche larga, muy larga, sin más compañía que le chico dormido y su querido amigo el café. Dio un sorbo cuando oyó que alguien llamaba a la puerta.
Se levantó y fue a abrir con una sonrisa de oreja a oreja que borró cuando vio de quien se trataba. Puso mala cara y le espetó un - ¿Y tú qué quieres a estas horas?
Volvió su mirada hasta el café y bostezó, le esperaba una noche larga, muy larga, sin más compañía que le chico dormido y su querido amigo el café. Dio un sorbo cuando oyó que alguien llamaba a la puerta.
Se levantó y fue a abrir con una sonrisa de oreja a oreja que borró cuando vio de quien se trataba. Puso mala cara y le espetó un - ¿Y tú qué quieres a estas horas?
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
Caelan se cruzó de brazos automáticamente y le dirigió a Fred una mirada entre molesta y burlona cuando este abrió la puerta y lo miró con una clara expresión de desagrado en la cara.
- Hola pecoso, yo también me alegro de verte - murmuró con ironía. Levantó la cabeza para echar una mirada al interior de la enfermería y comprobar que el muchacho seguía allí tumbado, dormido y bien, y entrecerró un poco los ojos al darse cuenta, una vez más, que no hubiera echo falta que siguiera allí si él hubiera sido capaz de actuar más eficientemente. Bufó -. ¿Como está el chico? - questionó, pues aunque aquel no era el motivo real que lo había llevado hasta allí a esas horas de la noche, no dejaba de resultar un asunto importante (incluso espinoso) para él.
No hizo ningún ademán para entrar en la enfermería, porque por un lado Fred todavía se interponía entre la puerta y él y Caelan no quería añadir más tensión al ya de por sí tenso ambiente (sobretodo porque tenía intenciones de quedarse un buen rato allí con él, y no le parecía recomendable), y por otro lado porque, simplemente, tenía algo que pedirle y no quería despertar a nadie. Lo miró, y no pudo evitar esbozar una ligerísima expresión de desagrado, no solo porque el enfermero en sí le cayera mal, sino porque sabía que el pobre era lo suficientemente idiota como para haberse creído las patrañas de Arsi... Pero no le quedaba otra opción. Tenía que confiar en él.
- Hola pecoso, yo también me alegro de verte - murmuró con ironía. Levantó la cabeza para echar una mirada al interior de la enfermería y comprobar que el muchacho seguía allí tumbado, dormido y bien, y entrecerró un poco los ojos al darse cuenta, una vez más, que no hubiera echo falta que siguiera allí si él hubiera sido capaz de actuar más eficientemente. Bufó -. ¿Como está el chico? - questionó, pues aunque aquel no era el motivo real que lo había llevado hasta allí a esas horas de la noche, no dejaba de resultar un asunto importante (incluso espinoso) para él.
No hizo ningún ademán para entrar en la enfermería, porque por un lado Fred todavía se interponía entre la puerta y él y Caelan no quería añadir más tensión al ya de por sí tenso ambiente (sobretodo porque tenía intenciones de quedarse un buen rato allí con él, y no le parecía recomendable), y por otro lado porque, simplemente, tenía algo que pedirle y no quería despertar a nadie. Lo miró, y no pudo evitar esbozar una ligerísima expresión de desagrado, no solo porque el enfermero en sí le cayera mal, sino porque sabía que el pobre era lo suficientemente idiota como para haberse creído las patrañas de Arsi... Pero no le quedaba otra opción. Tenía que confiar en él.
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
Tras las palabras de saludo de Caelan, Fred solo pudo amplificar su mirada de molestia, pues prefería la silenciosa compañía del muchacho y de Jarpër, que dormía en un rinconcito a la del profesor. Tampoco entendía que quería y porque llegaba ahí a esas horas, porque era bastante tarde y aunque estaba herido y vendado no creía que Caelan estuviera allí para que lo curase.
Cuando le preguntó por el chico, echando una ojeada por encima de su hombro, fue consciente de que no lo había dejado entrar y se apartó para que pudiera ver al chico aunque suponía que esa no era la razón para molestar a esas horas. – Está estable, ahora duerme. Necesita un poco de tiempo, pero se pondrá bien. – dijo mientras volvía a sentarse detrás de la mesa, sin ganas de pelear con él ya que ese no era ni el momento ni el lugar. Esperó a que observara el chico para que se fuera o hablara, esperando a que fuese lo primero.
Cuando le preguntó por el chico, echando una ojeada por encima de su hombro, fue consciente de que no lo había dejado entrar y se apartó para que pudiera ver al chico aunque suponía que esa no era la razón para molestar a esas horas. – Está estable, ahora duerme. Necesita un poco de tiempo, pero se pondrá bien. – dijo mientras volvía a sentarse detrás de la mesa, sin ganas de pelear con él ya que ese no era ni el momento ni el lugar. Esperó a que observara el chico para que se fuera o hablara, esperando a que fuese lo primero.
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
Caelan le dirigió una breve mirada a Fred mientras este se encogía de hombros y volvía a resguardarse detrás de la mesa de despacho que habían plantado en un rincón de la enfermería (junto a... ¿eso era una máquina de café?), y tuvo que admitir para sí mismo que el hombre sabía actuar dependiendo las circunstancias. Alegrándose por no tener que iniciar con él una estúpida batalla de insultos venenosos y camuflados como pasaba siempre que se encontraban, Caelan ingresó en la enfermería y se acercó a la cama de Tomas para observar durante un segundo y con sus propios ojos que estaba estable y respiraba tranquilamente. Luego, inspiró profundamente él también y se acercó a Fred.
Para desgracia y desagrado del enfermero, Caelan había escogido la segunda opción y, en lugar de irse, se había dejado caer en la silla que estaba frente a él y se lo había quedado mirando en silencio. Ambos compartieron esa mirada llena de rivalidad y parecieron retarse el uno al otro durante un momento, pero acto seguido Calean desvió la mirada y se inclinó hacia él, apoyando ambas manos sobre la mesa, entrelazadas.
- Fred... - murmuró en voz baja, conciliador, llamándole por su nombre de pila y no por uno de los múltiples apodos estúpidos con los que lo había bautizado. Lo miró un segundo, entre serio y resignado, y suspiró -. Tengo que pedirte un favor - el pelirrojo lo miró fijamente, levemente sorprendido durante un segundo, y antes que pudiera preguntar nada (o negarse sin saber de qué se trataba, que era peor), Caelan siguió hablando -. Necesito que me enseñes magia curativa.
Para desgracia y desagrado del enfermero, Caelan había escogido la segunda opción y, en lugar de irse, se había dejado caer en la silla que estaba frente a él y se lo había quedado mirando en silencio. Ambos compartieron esa mirada llena de rivalidad y parecieron retarse el uno al otro durante un momento, pero acto seguido Calean desvió la mirada y se inclinó hacia él, apoyando ambas manos sobre la mesa, entrelazadas.
- Fred... - murmuró en voz baja, conciliador, llamándole por su nombre de pila y no por uno de los múltiples apodos estúpidos con los que lo había bautizado. Lo miró un segundo, entre serio y resignado, y suspiró -. Tengo que pedirte un favor - el pelirrojo lo miró fijamente, levemente sorprendido durante un segundo, y antes que pudiera preguntar nada (o negarse sin saber de qué se trataba, que era peor), Caelan siguió hablando -. Necesito que me enseñes magia curativa.
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
Fred hacía ver que estaba mirando unos papeles de los que tenía por ahí encima mientras esperaba a que el profesor se fuera. Le echó una ojeada a Jarpër que seguía durmiendo y tomó un sorbo de café para no acabar igual que su familiar. Cuando dejó la taza en al mesa se dio cuenta de que tenía a Caelan delante suyo, sentado en una de las sillas del otro lado de la mesa y no intentó disimular una mirada de desagrado, retándolo a irse de ahí, porque pocas ganas tenía de estar de guardia con él ahí eran menos. Cuando el profesor desvió la mirada, Fred esbozó una sonrisa, pensando que se iría, pero no fue así, al contrario.
- Fred… - Lo miró incrédulo, ¿por qué lo llamaba por su nombre? Quería algo, seguro. – Tengo que pedirte un favor - ¡Touché! Lo miró fijamente, a punto de negarse cuando Caelan habló una vez más – Necesito que me enseñes magia curativa.
En ese momento Fred no supo si echarse a reír, si mirarle seriamente, si echarle de la enfermería o si hacer lago. ¿Lo estaba diciendo de verdad? ¿Por qué quería aprender magia curativa? No le podía negar algo así aunque no tuviera ganas de enseñarle.
Apoyó los codos en la mesa, entrelazando las manos y apoyando la cabeza allí. – Y si se puede saber, ¿por qué quieres aprender a hacer magia chispitas? Quieres hacerte pasar por un… espera, ¿cómo lo dices? A sí, enfermerucho.
- Fred… - Lo miró incrédulo, ¿por qué lo llamaba por su nombre? Quería algo, seguro. – Tengo que pedirte un favor - ¡Touché! Lo miró fijamente, a punto de negarse cuando Caelan habló una vez más – Necesito que me enseñes magia curativa.
En ese momento Fred no supo si echarse a reír, si mirarle seriamente, si echarle de la enfermería o si hacer lago. ¿Lo estaba diciendo de verdad? ¿Por qué quería aprender magia curativa? No le podía negar algo así aunque no tuviera ganas de enseñarle.
Apoyó los codos en la mesa, entrelazando las manos y apoyando la cabeza allí. – Y si se puede saber, ¿por qué quieres aprender a hacer magia chispitas? Quieres hacerte pasar por un… espera, ¿cómo lo dices? A sí, enfermerucho.
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
El hombre entrecerró un poco los ojos cuando escuchó a Fred llamarle de aquella manera (¿Chispitas? ¿Qué mariconada era esa?), sobretodo porque él había hecho el esfuerzo de intentar ser agradable y no había motivos para ponerse chulito. Abrió la boca para respoderle algo mordaz, pero luego se dio cuenta de que, si realmente quería que el hombre hiciera un esfuerzo para ayudarle, tenía que mantener la boca cerrada y portarse bien. Asintió, apretando los labios.
- No exactamente para eso, pero si, quiero aprender - murmuró, no pudiendo ocultar del todo su tono molesto. No dudaba que Fred estaría disfrutando de lo lindo viéndolo contenerse de ese modo para no devolverle las pullas -. Tengo nociones básicas, pero son... Demasiado básicas. Y, lo que ha estado a punto de ocurrir por culpa de esto con ese muchacho... - señaló la camilla de Tomas con un gesto resentido, de impotencia -, no puedo permitir que vuelva a ocurrir. Quiero ser capaz de hacer algo.
Volvió a girarse hacia él, pero evitó volver a entablar contacto visual con el enfermero, poco dispuesto a ver el gesto burlón que seguramente estaría esbozando. Después de todo, ahora tenía la ocasión perfecta para sentirse superior a él, no iba a desaprovecharla...
En lugar de mirarle, Caelan se dedicó a observar a la serpiente que dormitaba en una cesta, acurrucada, y a pensar en diversas cosas. Esperó a que Fred se decidiera a darle una respuesta, para saber si tenía que irse o, por el contrario... Bueno. Iban a estar entretenidos.
- No exactamente para eso, pero si, quiero aprender - murmuró, no pudiendo ocultar del todo su tono molesto. No dudaba que Fred estaría disfrutando de lo lindo viéndolo contenerse de ese modo para no devolverle las pullas -. Tengo nociones básicas, pero son... Demasiado básicas. Y, lo que ha estado a punto de ocurrir por culpa de esto con ese muchacho... - señaló la camilla de Tomas con un gesto resentido, de impotencia -, no puedo permitir que vuelva a ocurrir. Quiero ser capaz de hacer algo.
Volvió a girarse hacia él, pero evitó volver a entablar contacto visual con el enfermero, poco dispuesto a ver el gesto burlón que seguramente estaría esbozando. Después de todo, ahora tenía la ocasión perfecta para sentirse superior a él, no iba a desaprovecharla...
En lugar de mirarle, Caelan se dedicó a observar a la serpiente que dormitaba en una cesta, acurrucada, y a pensar en diversas cosas. Esperó a que Fred se decidiera a darle una respuesta, para saber si tenía que irse o, por el contrario... Bueno. Iban a estar entretenidos.
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
Fred sonrió casi sádicamente cuando vio que Caelan abrió la boca para contestar haciendo que fuera muy fácil tomar la decisión de echarlo fuera de allí. Pero cuando cerró la boca Fred se sorprendió, esperó a que acabara de hablar para tomar cualquier decisión. Suspiró, realmente quería aprender y no supo bien si fueron esas palabras que el profesor pronunció o su amor por la medicina lo que le ayudó a tomar la decisión.
Sin decir nada se levantó y se sentó en la silla que estaba al lado de Caelan, se sentó y suspiró otra vez. – Ahora no te puedo enseñar todo, todo. Pero supongo que te podría enseñar lo más básico e ir subiendo de nivel poco a poco. ¿Estas dispuesto a escucharme? Podríamos hacer una… tregua. – Le tendió la mano, esperando cerrar el trato.
Sin decir nada se levantó y se sentó en la silla que estaba al lado de Caelan, se sentó y suspiró otra vez. – Ahora no te puedo enseñar todo, todo. Pero supongo que te podría enseñar lo más básico e ir subiendo de nivel poco a poco. ¿Estas dispuesto a escucharme? Podríamos hacer una… tregua. – Le tendió la mano, esperando cerrar el trato.
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
Caelan clavó la mirada en Fred cuando este se levantó y volvió a sentarse a su lado, muy serio, observando con cierta sospecha la mano que el enfermero había tendido en su dirección. "¿Estás dispuesto a escucharme?", había dicho el pelirrojo, haciéndolo parpadear. La pregunta que se hacía él era más bien "¿Estás dispuesto a ayudarme?". Parpadeó otra vez.
- Por supuesto - Caelan asintió y negó con la cabeza, todavía un poco confuso, pero se puso muy serio y encajó la mano que le había tendido Fred, firmando así aquella especie de tregua extraña que ambos necesitaban si querían colaborar. El profesor de fuego no quiso tentar a la suerte (ni a la buena voluntad de Fred, que había accedido a ayudarle) añadiendo algún comentario del estilo "Pero sigues cayéndome como una patada en el estómago", así que dejó que su mirada lo dijera todo sin que él dijera en realidad nada, y ambos compartieron durante un segundo un silencio algo incómodo que se hizo muy largo.
Se soltaron al considerar que el apretón había durado lo suficiente, y Caelan se frotó automáticamente la mano contra el dorso del pantalón como si quisiera limpiarla de alguna impuraza (cosa que no pudo ofender de ninguna manera a Fred, que había hecho exactamente lo mismo pero con su batín). Carraspeó.
- Bien, bueno... ¿Y como lo hacemos? - el enfermero pareció volver en sí y asintió, pareciendo un poco confuso durante un momento (lo cual era normal, teniendo en cuenta que de repente tenía que impartir unas clases para las cuales no se había preparado), por lo que Caelan se apresuró a añadir -: Ya te he dicho que tengo las nociones básicas, ¿no? Quiero decir, conozco el procedimiento a seguir para los primeros auxilios (aunque podríamos repasarlos, no me importaría, ya sabes, por si acaso) y conozco el hechizo básico de sanación. Pero no me sale muy bien. Eso es lo que... Más tendríamos que trabajar - hizo una pausa y lo miró, incómodo -. Si no te importa, claro.
- Por supuesto - Caelan asintió y negó con la cabeza, todavía un poco confuso, pero se puso muy serio y encajó la mano que le había tendido Fred, firmando así aquella especie de tregua extraña que ambos necesitaban si querían colaborar. El profesor de fuego no quiso tentar a la suerte (ni a la buena voluntad de Fred, que había accedido a ayudarle) añadiendo algún comentario del estilo "Pero sigues cayéndome como una patada en el estómago", así que dejó que su mirada lo dijera todo sin que él dijera en realidad nada, y ambos compartieron durante un segundo un silencio algo incómodo que se hizo muy largo.
Se soltaron al considerar que el apretón había durado lo suficiente, y Caelan se frotó automáticamente la mano contra el dorso del pantalón como si quisiera limpiarla de alguna impuraza (cosa que no pudo ofender de ninguna manera a Fred, que había hecho exactamente lo mismo pero con su batín). Carraspeó.
- Bien, bueno... ¿Y como lo hacemos? - el enfermero pareció volver en sí y asintió, pareciendo un poco confuso durante un momento (lo cual era normal, teniendo en cuenta que de repente tenía que impartir unas clases para las cuales no se había preparado), por lo que Caelan se apresuró a añadir -: Ya te he dicho que tengo las nociones básicas, ¿no? Quiero decir, conozco el procedimiento a seguir para los primeros auxilios (aunque podríamos repasarlos, no me importaría, ya sabes, por si acaso) y conozco el hechizo básico de sanación. Pero no me sale muy bien. Eso es lo que... Más tendríamos que trabajar - hizo una pausa y lo miró, incómodo -. Si no te importa, claro.
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
Cuando Caelan encajó su mano no pudo evitar retenerle la mirada para asegurarle que solo era una tregua, una pequeña tregua, cosa que pareció leer de la mirada del profesor. Una vez se aseguró que ese pequeño detalle estaba entendido apartó la mano y se la limpió en su batín, como si la piel negra de Caelan se hubiera deshecho y tuviera la mano sucia (no tuvo que decir nada para “excusarse” ya que el profesor de fuego había hecho lo mismo son su camisa).
Escuchó a Caelan, ¿Cómo se lo iban a hacer? No tenía nada preparado, y tampoco sabía muy bien que hacer. Iba a preguntarle que sabía, pero una vez más él se avanzó. Si ya conocía los primeros auxilios se los podían saltar, ya le dejaría un libro que lo explicaba bastante bien, le interesaba más lo de la magia curativa.
Miró a su alrededor, necesitaban algo que curar, y él no se iba a cortar ni nada por el estilo, miró a Caelan, dispuesto a hacerle algún que otro corte cuando cayó en al cuenta de que no se dejaría cortar y volverían a estar como en un principio. Así que suspiró y giró la cabeza hacía su pitón. – Jarpër, bonito. Ven y transfórmate. Te toca trabajar.
La pitón se despertó y miró con mala cara a Fred mientras se transformaba en su forma humana. - ¡Estaba durmiendo! No es justo… ¿Y por qué no te haces tú los cortes? – se quejó mientras se estiraba un poco y se acercaba a ellos. Mientras el chico se iba quejando Fred había acercado a la mesa gasas, distintos bisturís y agua con jabón para limpiar las heridas en caso de emergencia.
- De acuerdo – miró a Caelan – Has dicho que sabes utilizar al magia curativa, veamos lo que sabes hacer y a partir de aquí trabajaremos. Le haré un pequeño corte a Jarpër, muy pequeño, a ver como lo curas. – dicho esto cogió el brazo que su familiar ya le tendía (acostumbrado de las practicas en casa de Fred) y le hizo un corte muy poco profundo.
Escuchó a Caelan, ¿Cómo se lo iban a hacer? No tenía nada preparado, y tampoco sabía muy bien que hacer. Iba a preguntarle que sabía, pero una vez más él se avanzó. Si ya conocía los primeros auxilios se los podían saltar, ya le dejaría un libro que lo explicaba bastante bien, le interesaba más lo de la magia curativa.
Miró a su alrededor, necesitaban algo que curar, y él no se iba a cortar ni nada por el estilo, miró a Caelan, dispuesto a hacerle algún que otro corte cuando cayó en al cuenta de que no se dejaría cortar y volverían a estar como en un principio. Así que suspiró y giró la cabeza hacía su pitón. – Jarpër, bonito. Ven y transfórmate. Te toca trabajar.
La pitón se despertó y miró con mala cara a Fred mientras se transformaba en su forma humana. - ¡Estaba durmiendo! No es justo… ¿Y por qué no te haces tú los cortes? – se quejó mientras se estiraba un poco y se acercaba a ellos. Mientras el chico se iba quejando Fred había acercado a la mesa gasas, distintos bisturís y agua con jabón para limpiar las heridas en caso de emergencia.
- De acuerdo – miró a Caelan – Has dicho que sabes utilizar al magia curativa, veamos lo que sabes hacer y a partir de aquí trabajaremos. Le haré un pequeño corte a Jarpër, muy pequeño, a ver como lo curas. – dicho esto cogió el brazo que su familiar ya le tendía (acostumbrado de las practicas en casa de Fred) y le hizo un corte muy poco profundo.
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
Caelan observó curiosamente como Fred parecía quedarse descolocado después de su explicación, como si realmente no supiera como actuar o qué decir al respecto y, acto seguido, llamaba a su familiar para que les ayudara. La serpiente (Caelan lo miró durante un segundo, admirado, pues las serpientes siempre le habían parecido unos animales fascinantes) se irguió y, silbando enfadada, tomó la forma de un muchacho de no más de veinte años que se quejaba porque su siesta había sido interrumpida. Sonriendo mucho más tranquilo que hacía unos segundos, Caelan sintió el impulso de disculparse con él, pero una vez más Fred se le adelantó y le indicó lo que tenían que hacer.
- De acuerdo. Has dicho que sabes utilizar al magia curativa, veamos lo que sabes hacer y a partir de aquí trabajaremos. Le haré un pequeño corte a Jarpër, muy pequeño, a ver como lo curas.
Caelan asintió, no muy convencido, pero no se quejó porque al muchacho serpiente no parecía importarle en lo más mínimo que lo cortasen de verdad o no lo hicieran. Le susurró un "Lo siento, chaval" mientras observaba, y luego Fred deslizó una hoja de bisturí sobre su brazo, causandole un corte de unos tres centímetros que no parecía profundo, y la sangre apareció.
- Bueno, allá vamos -. En cuanto el enfermero apartó las manos del brazo del familiar, Caelan lo tomó y colocó la palma de su mano sobre la herida, sin llegar a rozarla. Frunció un poco el ceño y buscó en su mente el hechizo que necesitaba, así como la energía que requería llevarlo a cabo (cosa que le llevó más tiempo del que cualquier enfermero hubiera necesitado), y luego dejó que esta fluyera a través de sus dedos. Un leve fulgor, muy fugaz, apareció entre la piel de su mano y la del brazo de Jarpër, y luego, lentamente, el tejido de la piel se recompuso y la herida desapareció. Caelan deslizó los dedos sobre esta, limpiándolos de restos de sangre, para comprobar que realmente lo hubiera hecho bien, y se sintió satisfecho al observar que no quedaba nada más que una ligera marca rosada que desaparecería en poco rato.
- ¿Y bien? ¿Qué tal? - observó a los dos hombres, tratando de no sonreír demasiado porque era consciente de lo ridícula que era la herida qe acababa de sanar, pero... Bueno, por algo se empezaba.
- De acuerdo. Has dicho que sabes utilizar al magia curativa, veamos lo que sabes hacer y a partir de aquí trabajaremos. Le haré un pequeño corte a Jarpër, muy pequeño, a ver como lo curas.
Caelan asintió, no muy convencido, pero no se quejó porque al muchacho serpiente no parecía importarle en lo más mínimo que lo cortasen de verdad o no lo hicieran. Le susurró un "Lo siento, chaval" mientras observaba, y luego Fred deslizó una hoja de bisturí sobre su brazo, causandole un corte de unos tres centímetros que no parecía profundo, y la sangre apareció.
- Bueno, allá vamos -. En cuanto el enfermero apartó las manos del brazo del familiar, Caelan lo tomó y colocó la palma de su mano sobre la herida, sin llegar a rozarla. Frunció un poco el ceño y buscó en su mente el hechizo que necesitaba, así como la energía que requería llevarlo a cabo (cosa que le llevó más tiempo del que cualquier enfermero hubiera necesitado), y luego dejó que esta fluyera a través de sus dedos. Un leve fulgor, muy fugaz, apareció entre la piel de su mano y la del brazo de Jarpër, y luego, lentamente, el tejido de la piel se recompuso y la herida desapareció. Caelan deslizó los dedos sobre esta, limpiándolos de restos de sangre, para comprobar que realmente lo hubiera hecho bien, y se sintió satisfecho al observar que no quedaba nada más que una ligera marca rosada que desaparecería en poco rato.
- ¿Y bien? ¿Qué tal? - observó a los dos hombres, tratando de no sonreír demasiado porque era consciente de lo ridícula que era la herida qe acababa de sanar, pero... Bueno, por algo se empezaba.
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
- ¿Qué tal? – Repitió irónico Fred mientras pasaba el dedo encima de la marca rosa de Jarpër haciendo que ésta desapareciera. Levantó la mirada para mirar a su familiar - ¿Tú que crees? ¿Aprobó? – Le sonrió a Jarpër y ensanchó más su sonrisa al ver como éste negaba con la cabeza. Suspiró y miró a Caelan que tenía cara de no entender nada, y antes de que pudiera decir algo le explicó – Lo has sanado bien, un poco lento pero bueno. Lo que no has hecho es lo previo, lo que se supone que ya sabes. No has mirado si la herida estaba infectada, no has limpiado… No has hecho lo básico. Si cuando empiezas a curar una herida hay algo malo dentro, vas a cerrarla con eso dentro y entonces… tendremos problemas. ¿Lo has entendido? – Hizo una pausa - Ahora vamos a subir un poco más el nivel, ya te has familiarizado con el hechizo de sanación, así que ahora irás más rápido, solo tienes que darle más de tu energía, sin miedo. – Dicho esto se levantó haciendo que Jarpër se sentara en la silla mientras él se colocaba delante de él, haciendo que Caelan no viera lo que estaba haciendo. Cogió el bisturí y le realizó otro corte, más profundo (aunque controlado para no hacerle mucho daño al chico serpiente) y le colocó piedrecitas (previamente esterilizadas) dentro. Le guiñó el ojo y le susurró un – Que comience la función.
Acto seguido Fred se apartó sonriendo maliciosamente – Todo tuyo – Dijo mirando a Caelan. Fue entonces que Jarpër empezó a gritar, con lagrimas en los ojos que le dolía mucho mientras se movía.
Acto seguido Fred se apartó sonriendo maliciosamente – Todo tuyo – Dijo mirando a Caelan. Fue entonces que Jarpër empezó a gritar, con lagrimas en los ojos que le dolía mucho mientras se movía.
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
((Esto... Lo siento, me ha quedado muy largo u.u))
“Cabronazo”, pensó Caelan, entornando los ojos, cuando Fred le regaló aquella sonrisa burlona que decía claramente que se había equivocado y era un gilipollas. De todos modos, asintió diligentemente y se quedó callado, asumiendo que el enfermero tenía razón y se había olvidado de hacer, precisamente, lo único que sabía hacer de verdad. Se había equivocado, o mejor dicho, había omitido un paso importante. Era solo que lo había visto tan claro…
- Todo tuyo – Caelan parpadeó al darse cuenta de que Fred había practicado un nuevo corte en el brazo de su familiar y asintió de nuevo, levantándose esta vez para acercarse a la camilla y sanarle. Apenas había dado un paso en su dirección, dirigiendo la mirada hasta la herida del muchacho serpiente (que parecía un poco más grande que antes, aunque no lo habría podido asegurar), cuando Jarpër comenzó a revolverse mientras gritaba y lloraba de dolor.
Sinceramente, se asustó un poco. Se volvió rápidamente hacia Fred, pero el enfermero solo miraba a su familiar con expresión divertida, y Caelan se dio cuenta de que todo estaba controlado. Solo estaban intentando ponérselo difícil. Evidentemente, si alguna vez tenía que sanar a alguien de verdad, lo más probable era que el susodicho herido no se estuviera quieto y relajado. Bufó.
- Tranquilo – dijo automáticamente, dirigiendo una mano hasta la cabeza de Jarpër para intentar calmarle (aunque él mismo había sonado bastante inseguro, la verdad). El familiar abrió mucho los ojos y lo miró fijamente, lloroso, mientras se quejaba de lo mucho que le dolía el brazo y trataba de evitar que Caelan lo tomase -. Vamos, tranquilo, por favor – le rogó. Fred soltó una risita sarcástica a su espalda (como estaría disfrutando el muy cabrón) pero Caelan solamente lo ignoró y acabó pillando a Jarpër por la muñeca. El muchacho se quedó quieto entonces, pero siguió soltando lloriqueos y quejidos que lo único que conseguían era que al profesor de fuego se le encogiera el corazón de lástima (aunque supiera que estaba fingiendo, porque si no, Fred no estaría tan tranquilo), y Caelan finalmente pudo examinar la herida. Comprobó que, tal y como le había parecido observar en un principio, la herida era esa vez un poco más grande y profunda que antes.
Poco dispuesto a cometer el mismo error otra vez, Caelan susurró un nuevo “Tranquilo” y alcanzó el paño y el agua con jabón. Limpió la herida con rapidez (no quería que Fred volviera a llamarlo lento) y, al examinarla, encontró las piedrecitas y las sacó. Una vez la tuvo limpia y se aseguró que todo estaba correcta, volvió a buscar la energía que necesitaba para sanar (sabiendo exactamente dónde encontrarla esta vez) e inició las curas.
Pese a sus esfuerzos, pero, le costó tanto o más tiempo que antes lograr que la heridita de Jarpër cicatrizase, dejando tras de sí la misma marca rosada que antes. Bufó.
- Mierda, esto es muy chungo - se rascó la cabeza y soltó la muñeca del familiar para parársela por el cabello verdoso -. Me siento como si algo estuviera bloqueándome…
“Cabronazo”, pensó Caelan, entornando los ojos, cuando Fred le regaló aquella sonrisa burlona que decía claramente que se había equivocado y era un gilipollas. De todos modos, asintió diligentemente y se quedó callado, asumiendo que el enfermero tenía razón y se había olvidado de hacer, precisamente, lo único que sabía hacer de verdad. Se había equivocado, o mejor dicho, había omitido un paso importante. Era solo que lo había visto tan claro…
- Todo tuyo – Caelan parpadeó al darse cuenta de que Fred había practicado un nuevo corte en el brazo de su familiar y asintió de nuevo, levantándose esta vez para acercarse a la camilla y sanarle. Apenas había dado un paso en su dirección, dirigiendo la mirada hasta la herida del muchacho serpiente (que parecía un poco más grande que antes, aunque no lo habría podido asegurar), cuando Jarpër comenzó a revolverse mientras gritaba y lloraba de dolor.
Sinceramente, se asustó un poco. Se volvió rápidamente hacia Fred, pero el enfermero solo miraba a su familiar con expresión divertida, y Caelan se dio cuenta de que todo estaba controlado. Solo estaban intentando ponérselo difícil. Evidentemente, si alguna vez tenía que sanar a alguien de verdad, lo más probable era que el susodicho herido no se estuviera quieto y relajado. Bufó.
- Tranquilo – dijo automáticamente, dirigiendo una mano hasta la cabeza de Jarpër para intentar calmarle (aunque él mismo había sonado bastante inseguro, la verdad). El familiar abrió mucho los ojos y lo miró fijamente, lloroso, mientras se quejaba de lo mucho que le dolía el brazo y trataba de evitar que Caelan lo tomase -. Vamos, tranquilo, por favor – le rogó. Fred soltó una risita sarcástica a su espalda (como estaría disfrutando el muy cabrón) pero Caelan solamente lo ignoró y acabó pillando a Jarpër por la muñeca. El muchacho se quedó quieto entonces, pero siguió soltando lloriqueos y quejidos que lo único que conseguían era que al profesor de fuego se le encogiera el corazón de lástima (aunque supiera que estaba fingiendo, porque si no, Fred no estaría tan tranquilo), y Caelan finalmente pudo examinar la herida. Comprobó que, tal y como le había parecido observar en un principio, la herida era esa vez un poco más grande y profunda que antes.
Poco dispuesto a cometer el mismo error otra vez, Caelan susurró un nuevo “Tranquilo” y alcanzó el paño y el agua con jabón. Limpió la herida con rapidez (no quería que Fred volviera a llamarlo lento) y, al examinarla, encontró las piedrecitas y las sacó. Una vez la tuvo limpia y se aseguró que todo estaba correcta, volvió a buscar la energía que necesitaba para sanar (sabiendo exactamente dónde encontrarla esta vez) e inició las curas.
Pese a sus esfuerzos, pero, le costó tanto o más tiempo que antes lograr que la heridita de Jarpër cicatrizase, dejando tras de sí la misma marca rosada que antes. Bufó.
- Mierda, esto es muy chungo - se rascó la cabeza y soltó la muñeca del familiar para parársela por el cabello verdoso -. Me siento como si algo estuviera bloqueándome…
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
Jarpër le sonrió a Caelan cuando este acabo. Sin decir nada se pasó el dedo por la linea rosa que le había dejado haciendo que esta desapareciera. - ¡No es tan chungo! Los has hecho bastante bien. - dijo mientras se examinaba el brazo, ahora completamente sanado - Solo te falta mejorar la rapidez, estas demasiado nervioso. - Inconscientemente se pasó la mano por el pelo para "ponérselo bien" después de qeu Caelan se lo tocara, era una manía que tenía.
Miró a Fred, que le indicó que podía seguir. - Estas demasiado pendiente en curar como antes mejor. Eso es importante, pero puede hacer que no transmitas bien tu energía. Para poder sanar es muy importante estar seguro de lo qeu haces, sin miedo. - Hizo una pausa para mirar al profesor de fuego y se rió - Es todo practica, ¡no puedes hacerlo perfectamente a la primera!
Miró a Fred, que le indicó que podía seguir. - Estas demasiado pendiente en curar como antes mejor. Eso es importante, pero puede hacer que no transmitas bien tu energía. Para poder sanar es muy importante estar seguro de lo qeu haces, sin miedo. - Hizo una pausa para mirar al profesor de fuego y se rió - Es todo practica, ¡no puedes hacerlo perfectamente a la primera!
Jarpër- Mensajes : 24
Fecha de inscripción : 21/04/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
Fred escuchó atentamente a su familiar, después de todo los dos sabían lo mismo y parecía que Jarpër estaba a gusto con Caelan. Realmente lo había hecho bien, lo único que le faltaba (tal y como había dicho Jar) era practica. Se levantó y se fue hacia uno de los armarios de donde sacó un brazo de mentira. - Esto es un brazo-maniqui. Esta hechizado y puedes cortarle y hacerle heridas feas, te reaccionara como si fuese un brazo humano. Ya tienes la manera de hacerlo, solo necesitas practicar para hacerlo más rápido y no quiero cortar más a Jar... - Cogió un cuchillo e hizo un corte feo al brazo - Aquí tienes, tu mismo.
Después de que Fred le hiciera la herida, del brazo empezó a brotar sangre y la mano se abría y se cerraba.
Después de que Fred le hiciera la herida, del brazo empezó a brotar sangre y la mano se abría y se cerraba.
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
(Wiii tengo permiso para colarmee! (?) xDD Perdon por lo laargo... como acabo de entrar *<-excusa barata*)
El sueño de Tomas era profundo, muy profundo.
Había llegado a dormir noches enteras acurrucado en el frío suelo del bosque, o incluso sin un techo resguardándolo. Por ese mismo motivo, desde que estaba en esa Academia pocas eran las noches que el muchacho no dormía de un tirón -así hubiese fiestas montadas en los pasillos del recinto masculino.
Pero, claro, esa característica tenía un límite. Y, esa noche, el límite fue escuchar unos tremendos aullidos de dolor que Tomas no pudo ni siquiera ubicar.
Frunció un poco los labios cuando percibió, molesto, que algo acababa de despertarlo, y se volteó bruscamente como si así los gritos fuesen a escucharse menos. Sin embargo, con ese gesto sólo consiguió hacerse daño en la herida y tener ganas de gemir él también. Se encogió un poco y se sujetó el estómago con una mano, mientras utilizaba la otra para taparse con su manta hasta la cabeza...
Cuando, entre los gritos, escuchó una voz que atrajo toda su débil atención:
- Tranquilo. Vamos, tranquilo, por favor...
Si bien Tomas estaba medio adormecido y el dolor que empezaba a sentir no ayudaba en absoluto, podía asegurar que esa voz la había escuchado antes. Más concretamente, hacía poco tiempo. Concretando aún más, en las ruinas.
Tomas se atrevió a desplegar sus párpados lentamente, confundido. Su mente se había sumergido en un caos de preguntas que lo hicieron empezar a incorporarse, y observar la escena, y escuchar las voces sin prestar atención a lo que decían. ¿Ese hombre era quien lo había salvado? ¿Y por qué estaba allí a esas horas de la noche? ¿Y por qué también le resultaba familiar pero no sabía de qué era profesor? ¿Y... y qué era eso que soltaba sangre y estaban el enfermero y él mirando?
Tomas cesó su tanda de preguntas cuando reparó en que estaba siendo observado, y comenzó a frotarse un ojo sin mucha gracia, porque, para qué se iba a engañar, tenía más sueño que otra cosa.
- Eh... perdón... he... oído gritos, y me he despertado... -pronunció, con voz seca, creyendo que interrumpía algo o, simplemente, sin saber muy bien qué pronunciar. Paseó su mirada por las tres personas que lo acompañaban, pero la detuvo inconscientemente en el hombre del que creía que provenía la voz, en el que... en el que le había salvado la vida. Se removió, un poco nervioso, y luego murmuró, sin pretender decir eso exactamente y mirando hacia esa especie de... ¿brazo? - ¿Qu.. qué es eso? -ladeó la cabeza, curioso.
El sueño de Tomas era profundo, muy profundo.
Había llegado a dormir noches enteras acurrucado en el frío suelo del bosque, o incluso sin un techo resguardándolo. Por ese mismo motivo, desde que estaba en esa Academia pocas eran las noches que el muchacho no dormía de un tirón -así hubiese fiestas montadas en los pasillos del recinto masculino.
Pero, claro, esa característica tenía un límite. Y, esa noche, el límite fue escuchar unos tremendos aullidos de dolor que Tomas no pudo ni siquiera ubicar.
Frunció un poco los labios cuando percibió, molesto, que algo acababa de despertarlo, y se volteó bruscamente como si así los gritos fuesen a escucharse menos. Sin embargo, con ese gesto sólo consiguió hacerse daño en la herida y tener ganas de gemir él también. Se encogió un poco y se sujetó el estómago con una mano, mientras utilizaba la otra para taparse con su manta hasta la cabeza...
Cuando, entre los gritos, escuchó una voz que atrajo toda su débil atención:
- Tranquilo. Vamos, tranquilo, por favor...
Si bien Tomas estaba medio adormecido y el dolor que empezaba a sentir no ayudaba en absoluto, podía asegurar que esa voz la había escuchado antes. Más concretamente, hacía poco tiempo. Concretando aún más, en las ruinas.
Tomas se atrevió a desplegar sus párpados lentamente, confundido. Su mente se había sumergido en un caos de preguntas que lo hicieron empezar a incorporarse, y observar la escena, y escuchar las voces sin prestar atención a lo que decían. ¿Ese hombre era quien lo había salvado? ¿Y por qué estaba allí a esas horas de la noche? ¿Y por qué también le resultaba familiar pero no sabía de qué era profesor? ¿Y... y qué era eso que soltaba sangre y estaban el enfermero y él mirando?
Tomas cesó su tanda de preguntas cuando reparó en que estaba siendo observado, y comenzó a frotarse un ojo sin mucha gracia, porque, para qué se iba a engañar, tenía más sueño que otra cosa.
- Eh... perdón... he... oído gritos, y me he despertado... -pronunció, con voz seca, creyendo que interrumpía algo o, simplemente, sin saber muy bien qué pronunciar. Paseó su mirada por las tres personas que lo acompañaban, pero la detuvo inconscientemente en el hombre del que creía que provenía la voz, en el que... en el que le había salvado la vida. Se removió, un poco nervioso, y luego murmuró, sin pretender decir eso exactamente y mirando hacia esa especie de... ¿brazo? - ¿Qu.. qué es eso? -ladeó la cabeza, curioso.
Tomas- Mensajes : 773
Fecha de nacimiento : 20/06/1993
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Re: Primeros auxilios (priv.)
Caelan asintió mientras observaba a Jarpër, y se permitió el lujo de dirigirle al muchacho serpiente una sonrisa confiada. Le caía bien.
- De acuerdo - murmuró, concentrándose en las palabras del muchacho -. Practicaré, e intentaré no ponerme nervioso.
Fred añadió algo más sobre seguir practicando también, y dijo que no quería cortar más a su familiar. Caelan estuvo de acuerdo con ese punto y por eso observó el brazo artificial con curiosidad. Alargó las manos hacia él para tomarlo y comenzar a practicar de inmediato, pero no llegó a hacerlo porque entonces un gimoteo lastimero procedente de otra camilla, llamó su atención. Caelan se volvió hacia él rápidamente.
- Tomas - murmuró, acercándose a la camilla con un par de pasos rápidos. Se inclinó sobre él y se acercó un poco para observar su rostro, bañado en la penumbra, buscando alguna señal que le indicase que todo estaba bien y que nadie había intentado hacerle daño de nuevo -. ¿Cómo estás? - cuestionó. Se preguntó a sí mismo como era posible que aquel alumno (del que un par de días antes ni siquiera había oído hablar prácticamente) le preocupaba tanto, y se dijo que era porque, después de haberle salvado la vida en las ruinas, se sentía atado a él de alguna manera. Su obligación era protegerle. Quería protegerle.
Aunque todavía no estuviera muy seguro de qué.
- De acuerdo - murmuró, concentrándose en las palabras del muchacho -. Practicaré, e intentaré no ponerme nervioso.
Fred añadió algo más sobre seguir practicando también, y dijo que no quería cortar más a su familiar. Caelan estuvo de acuerdo con ese punto y por eso observó el brazo artificial con curiosidad. Alargó las manos hacia él para tomarlo y comenzar a practicar de inmediato, pero no llegó a hacerlo porque entonces un gimoteo lastimero procedente de otra camilla, llamó su atención. Caelan se volvió hacia él rápidamente.
- Tomas - murmuró, acercándose a la camilla con un par de pasos rápidos. Se inclinó sobre él y se acercó un poco para observar su rostro, bañado en la penumbra, buscando alguna señal que le indicase que todo estaba bien y que nadie había intentado hacerle daño de nuevo -. ¿Cómo estás? - cuestionó. Se preguntó a sí mismo como era posible que aquel alumno (del que un par de días antes ni siquiera había oído hablar prácticamente) le preocupaba tanto, y se dijo que era porque, después de haberle salvado la vida en las ruinas, se sentía atado a él de alguna manera. Su obligación era protegerle. Quería protegerle.
Aunque todavía no estuviera muy seguro de qué.
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
Fred se giró para el chico cuando éste habló, e iba a ver como estaba cuando de golpe se encontró un brazo sangrante en sus brazos. - ¡Mierda! - solo pudo salir eso de su boca. En un abrir y cerrar de ojos el brazo estaba totalmente curado y quieto y en el regazo de Jarpër que no paraba de reír por la escena, por lo que se acercó a la camilla (en el lado contrario al que se encontraba Caelan, no se quería poner a su lado).
Aprovecho que Caelan ya le había preguntado como estaba para empezar a mirarle las contantes vitales y hacerle un examen rápido para ver que todo iba bien. Antes de que Tomas pudiera decir algo agregó a alas palabras del chispitas - Sentimos, bueno al menos yo, lo del ruido. Le estaba enseñando a curar.. por eso esta ahí ese brazo artificial. - le aclaró antes de que el chico pudiese hacer hipótesis en su mente.
Aprovecho que Caelan ya le había preguntado como estaba para empezar a mirarle las contantes vitales y hacerle un examen rápido para ver que todo iba bien. Antes de que Tomas pudiera decir algo agregó a alas palabras del chispitas - Sentimos, bueno al menos yo, lo del ruido. Le estaba enseñando a curar.. por eso esta ahí ese brazo artificial. - le aclaró antes de que el chico pudiese hacer hipótesis en su mente.
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
(Perdón por tardar taaanto, pero es que no tenía ni idea de que poner -sigo sin tenerla *snif*-)
Tomas no pudo evitar mirar a ambos lados de su camilla con los hombros algo encogidos, con las cejas un poco levantadas, porque los dos hombres habían andado hacia él sin dudarlo nada más verlo despertarse. Dejó que el enfermero lo examinase, todavía algo adormecido, pero intentó mantenerse mirando al profesor mientras tanto, como si quisiera encontrar algo en su rostro que le resultase familiar. Pero no. Sólo recordaba su voz.
- Eh... bien...-murmuró como respuesta a su pregunta, de manera automática, casi robótica, mientras el enfermero se apartaba y hablaba.
- Sentimos, bueno al menos yo, lo del ruido. Le estaba enseñando a curar.. por eso esta ahí ese brazo artificial.
Tomas abrió la boca y se preparó para responder, algo, lo que fuese. Todavía le seguía resultando extraño ese brazo que el que parecía ser el familiar del enfermero sostenía en su regazo; también podía interesarse por esa tarea de curación que estaban llevando a cabo, o, simplemente, asegurar que no le había molestado tanto el ruido.
Pero luego volvió a mirar al profesor y se le olvidó todo lo que quería decir. Porque su mente todavía estaba echa un caos que necesitaba calmarse. Ni siquiera cayó en la cuenta de que ese profesor que no le daba clase sabía cómo se llamaba y a él no le sonaba ni su rostro (como para recordar él su nombre)
Cuando quiso hablar, tras una pausa que le pareció eterna, de su voz sólo salió un simple:
- ¿Usted... usted fue quien me salvó?
Tomas no pudo evitar mirar a ambos lados de su camilla con los hombros algo encogidos, con las cejas un poco levantadas, porque los dos hombres habían andado hacia él sin dudarlo nada más verlo despertarse. Dejó que el enfermero lo examinase, todavía algo adormecido, pero intentó mantenerse mirando al profesor mientras tanto, como si quisiera encontrar algo en su rostro que le resultase familiar. Pero no. Sólo recordaba su voz.
- Eh... bien...-murmuró como respuesta a su pregunta, de manera automática, casi robótica, mientras el enfermero se apartaba y hablaba.
- Sentimos, bueno al menos yo, lo del ruido. Le estaba enseñando a curar.. por eso esta ahí ese brazo artificial.
Tomas abrió la boca y se preparó para responder, algo, lo que fuese. Todavía le seguía resultando extraño ese brazo que el que parecía ser el familiar del enfermero sostenía en su regazo; también podía interesarse por esa tarea de curación que estaban llevando a cabo, o, simplemente, asegurar que no le había molestado tanto el ruido.
Pero luego volvió a mirar al profesor y se le olvidó todo lo que quería decir. Porque su mente todavía estaba echa un caos que necesitaba calmarse. Ni siquiera cayó en la cuenta de que ese profesor que no le daba clase sabía cómo se llamaba y a él no le sonaba ni su rostro (como para recordar él su nombre)
Cuando quiso hablar, tras una pausa que le pareció eterna, de su voz sólo salió un simple:
- ¿Usted... usted fue quien me salvó?
Tomas- Mensajes : 773
Fecha de nacimiento : 20/06/1993
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Re: Primeros auxilios (priv.)
Caelan abrió la boca cuando escuchó aquella última pregunta que había el muchacho pero, al final, como no encontró nada inteligente que decir, la cerró y asintió lentamente. Le dirigió una rápida mirada a Fred, que se había deshecho del brazo artificial y repasaba las constantes vitales del muchacho para ver si se encontraba bien, y asintió también, torpemente, a sus palabras de disculpa. Si. Habían armado bastante jaleo, ¿como no se iba a despertar? Que estúpidos.
- Sí - dijo al final casi sin darse cuenta, cuando su mirada todavía vagaba entre las manos del enfermerucho y las vendas de Tomas. Volvió la mirada hacia él e hizo una mueca que quedó oculta por la penumbra y el tono oscuro de su piel -. Si, fui yo. Te vi ir hacia las ruinas con... Y te saqué de allí cuando los demonios te atacaron.
No supo exactamente por qué no había mencionado a la enfermera en aquella frase, pero notó que las manos de Fred se crispaban un segundo antes que él rectificara y la omitiese de sus asuntos, y supuso que, lo que había ocurrido, era que no había querido romper ese pacto silencioso que había hecho con él y que tenía que hacer que se llevasen bien, al menos, hasta el final de la noche.
Y, a parte, también, tenía que reconocer que le dolía un poco en el orgullo que Tomas no se acordase de él. Porque vale, era posible que un par de demonios lo hubiesen atacado casi mortalmente y lo hubiesen dejado atontado para cuando él había llegado a rescatarle, pero le jodía que una acción tan heroica como esa quedase en el olvido. Carraspeó.
- Soy Caelan - pronunció, extendiendo la mano hacia la de Tomas y encajándola suavemente con la de él al darse cuenta de la expresión de desconcierto del muchacho, que definitivamente no tenía ni idea de con quién hablaba -. El profesor de fuego.
- Sí - dijo al final casi sin darse cuenta, cuando su mirada todavía vagaba entre las manos del enfermerucho y las vendas de Tomas. Volvió la mirada hacia él e hizo una mueca que quedó oculta por la penumbra y el tono oscuro de su piel -. Si, fui yo. Te vi ir hacia las ruinas con... Y te saqué de allí cuando los demonios te atacaron.
No supo exactamente por qué no había mencionado a la enfermera en aquella frase, pero notó que las manos de Fred se crispaban un segundo antes que él rectificara y la omitiese de sus asuntos, y supuso que, lo que había ocurrido, era que no había querido romper ese pacto silencioso que había hecho con él y que tenía que hacer que se llevasen bien, al menos, hasta el final de la noche.
Y, a parte, también, tenía que reconocer que le dolía un poco en el orgullo que Tomas no se acordase de él. Porque vale, era posible que un par de demonios lo hubiesen atacado casi mortalmente y lo hubiesen dejado atontado para cuando él había llegado a rescatarle, pero le jodía que una acción tan heroica como esa quedase en el olvido. Carraspeó.
- Soy Caelan - pronunció, extendiendo la mano hacia la de Tomas y encajándola suavemente con la de él al darse cuenta de la expresión de desconcierto del muchacho, que definitivamente no tenía ni idea de con quién hablaba -. El profesor de fuego.
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
((Es cortito pero tampoco tengo mucho que decir XD))
Todo estaba correcto en el chico, solo le faltaba un poco de reposo, aunque no lo anunció por lo que parecía allí estaba un poco de más. Por un lado lo entendía, en principio el profesor le había salvado la vida, pero él también había contribuido. Suspiró, aunque se volvió a poner en tensión cuando escuchó al profesorucho explicar lo ocurrido, no quería romper la tregua discutiendo otra vez y por lo visto no era el único que pensaba así ya que Caelan omitió el nombre de Arsi.
Por eso cuando vio que Tomas no conseguía recordar al profesor y al ver la cara de dolido de éste, decidió intervenir. se sentó al lado de Jarpër, que seguía jugando con el brazo artificial y miró a Tomas. - Es normal que no recuerdes nada o recuerdes muy poco. La herida que te hiciste es muy seria así qeu si consigues recordar, ni que sea vagamente, alguna cosa, date por satisfecho. - Aún no sabía porqué pero esperaba haber tranquilizado tanto al muchacho como a Caelan.
Todo estaba correcto en el chico, solo le faltaba un poco de reposo, aunque no lo anunció por lo que parecía allí estaba un poco de más. Por un lado lo entendía, en principio el profesor le había salvado la vida, pero él también había contribuido. Suspiró, aunque se volvió a poner en tensión cuando escuchó al profesorucho explicar lo ocurrido, no quería romper la tregua discutiendo otra vez y por lo visto no era el único que pensaba así ya que Caelan omitió el nombre de Arsi.
Por eso cuando vio que Tomas no conseguía recordar al profesor y al ver la cara de dolido de éste, decidió intervenir. se sentó al lado de Jarpër, que seguía jugando con el brazo artificial y miró a Tomas. - Es normal que no recuerdes nada o recuerdes muy poco. La herida que te hiciste es muy seria así qeu si consigues recordar, ni que sea vagamente, alguna cosa, date por satisfecho. - Aún no sabía porqué pero esperaba haber tranquilizado tanto al muchacho como a Caelan.
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
(Profesorucho, enfermerucho, me encantáis xDDDDDDD!! Pero los tengo a disgusto a los dos T__T)
Tomas dejó la mirada un poco baja cuando el profesor le explicó lo ocurrido, cuando recordó esa parte de lo sucedido que era lo único que su mente alcanzaba a rememorar. Sin embargo, incluso con la cabeza algo agachada se percató de la leve tensión de Fred, como si aquello lo molestase en algún sentido. Es más, no sólo el enfermero estaba tenso; Tomas también creyó atisbar una pequeña chispa de molestia cuando Caelan se presentó, como si necesariamente tuviese que conocerlo. Al instante, reflexionó; claro que debía conocerlo, era profesor, de la Academia, y además quien le había salvado la vida. Tras estrechar su mano, agachó la cabeza aun más, si eso era posible.
Después de escuchar las palabras de Fred, percibió una ligera sensación de alivio, pero muy ligera. Se tenía que acordar. Una herida en su estómago no tenía nada que ver para que su cabeza olvidase de repente. Tragó saliva y empezó a murmurar en voz baja:
- Bueno... bueno, me acordaba de su voz -asintió levemente mirando al profesor, esperando, aunque fuese un poco, que eso disimulase ese sentimiento molesto que había encontrado en su mirada- Y... también del fuego... pero... no tuve tiempo de ver nada. Fue... muy... rápido -suspiró por lo bajo y luego se atrevió a murmurar, casi en voz más apagada que antes- Lo siento.
Entonces, reparó en que, más que un "lo siento", Tomas necesitaba pronunciar algo con mucha más urgencia, algo que quizá no servía de mucho, pero que ya constituía un ligero agradecimiento.
- Gracias -susurró finalmente, relajando un poco su posición y alternando la mirada de Fred a Caelan- Gracias a... los dos.
Luego volvió a encogerse y no supo qué más podía decir para calmar un poco ese ambiente que, al menos él, encontraba tenso.
Tomas dejó la mirada un poco baja cuando el profesor le explicó lo ocurrido, cuando recordó esa parte de lo sucedido que era lo único que su mente alcanzaba a rememorar. Sin embargo, incluso con la cabeza algo agachada se percató de la leve tensión de Fred, como si aquello lo molestase en algún sentido. Es más, no sólo el enfermero estaba tenso; Tomas también creyó atisbar una pequeña chispa de molestia cuando Caelan se presentó, como si necesariamente tuviese que conocerlo. Al instante, reflexionó; claro que debía conocerlo, era profesor, de la Academia, y además quien le había salvado la vida. Tras estrechar su mano, agachó la cabeza aun más, si eso era posible.
Después de escuchar las palabras de Fred, percibió una ligera sensación de alivio, pero muy ligera. Se tenía que acordar. Una herida en su estómago no tenía nada que ver para que su cabeza olvidase de repente. Tragó saliva y empezó a murmurar en voz baja:
- Bueno... bueno, me acordaba de su voz -asintió levemente mirando al profesor, esperando, aunque fuese un poco, que eso disimulase ese sentimiento molesto que había encontrado en su mirada- Y... también del fuego... pero... no tuve tiempo de ver nada. Fue... muy... rápido -suspiró por lo bajo y luego se atrevió a murmurar, casi en voz más apagada que antes- Lo siento.
Entonces, reparó en que, más que un "lo siento", Tomas necesitaba pronunciar algo con mucha más urgencia, algo que quizá no servía de mucho, pero que ya constituía un ligero agradecimiento.
- Gracias -susurró finalmente, relajando un poco su posición y alternando la mirada de Fred a Caelan- Gracias a... los dos.
Luego volvió a encogerse y no supo qué más podía decir para calmar un poco ese ambiente que, al menos él, encontraba tenso.
Tomas- Mensajes : 773
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Re: Primeros auxilios (priv.)
((Me veo en la obligación moral de aclararos que a Caelan no le ha molestado no ser reconocido. Jo, ni que fuera una rock star. Solo le ha sabido mal darse cuenta de que Tomas no recuerda un momento qué a él le ha parecido tan especial. Es un cursi. Como lo voy a poner abajo con las mismas palabras, corro un tupido velo y prosigo))
Caelan mantuvo la mirada fija en la expresión confusa de Tomas aun y cuando Fred se apartó, explicando que era normal que no recordase nada de lo sucedido por culpa de la conmoción, y observó en esa cara mareada del muchacho de todos modos, buscando algo que le indicase que no le había olvidado del todo.
Era na sensación estúpida. Caelan entendía perfectamente lo que era una conmoción y comprendía que era normal que Tomas hubiera sufrido una cuando los demonios le habían atacado y, por lo tanto, era normal que no se acordase de cuando él había irrumpido en las ruinas y prácticamente lo había arrastrado hasta allí para salvarle la vida. Pero le molestaba. No por el muchacho, o porque creyera que su obligación era reconocer al menos su cara, ni nada parecido. Solo era que se le hacía extraño pensar que, para Tomas, aquel momento que para él había resultado ser tan especial, tan íntimo, tan de los dos... No existía. Y se decepcionó un poquito.
- Bueno... bueno, me acordaba de su voz - Caelan reprimió una sonrisa, y la mano que había estado apoyada sobre la almohada, junto a la cabeza de Tomas, se levantó y se paseó un poco sobre su pelo -. Lo siento...
- No tienes por qué disculparte - le aseguró en voz tan baja que supuso que ni Tomas mismo lo habría escuchado. Se sintió ligeramente paternal mientras le acariciaba al cabello, casi como cuando alguno de sus alumnos hacía algo bueno por primera vez y ambos se emocionaban, y se dijo a sí mismo que no podía dejar que nada malo le ocurriese a él. Nada.
Gracias. Gracias a... los dos - volvió a hablar Tomas. Caelan abrió los ojos y le dirigió una mirada a Fred, que se había sentado en la camilla de al lado y los miraba fijamente con los ojos entrecerrados (o, mejor dicho, miraba a Tomas. Ya se había dado cuenta que el enfermero procuraba no mirarlo demasiado a él), y carraspeó un poco.
- No hay de qué, muchacho - le aseguró, apartando la mano de su pelo y apartándose un poco para sentarse a los pies de la camilla. Se mantuvo un poco serio y siguió mirándole. No podía decirlo delante de Fred, pero... Le hubiera gustado asegurarle sinceramente que todo saldría bien, que Arsi no volvería a intentar hacerle daño y qué, de ser posible, él mismo lo protegería.
- ¿Y bien? - le dirigió una mirada al enfermero, intentando cambiar de tema con el festival que se sucedía en su propia cabeza -. ¿Queda algo por hacer? ¿Tienes que hacer algo con el muchacho? ¿Algo más para aprender?
Caelan mantuvo la mirada fija en la expresión confusa de Tomas aun y cuando Fred se apartó, explicando que era normal que no recordase nada de lo sucedido por culpa de la conmoción, y observó en esa cara mareada del muchacho de todos modos, buscando algo que le indicase que no le había olvidado del todo.
Era na sensación estúpida. Caelan entendía perfectamente lo que era una conmoción y comprendía que era normal que Tomas hubiera sufrido una cuando los demonios le habían atacado y, por lo tanto, era normal que no se acordase de cuando él había irrumpido en las ruinas y prácticamente lo había arrastrado hasta allí para salvarle la vida. Pero le molestaba. No por el muchacho, o porque creyera que su obligación era reconocer al menos su cara, ni nada parecido. Solo era que se le hacía extraño pensar que, para Tomas, aquel momento que para él había resultado ser tan especial, tan íntimo, tan de los dos... No existía. Y se decepcionó un poquito.
- Bueno... bueno, me acordaba de su voz - Caelan reprimió una sonrisa, y la mano que había estado apoyada sobre la almohada, junto a la cabeza de Tomas, se levantó y se paseó un poco sobre su pelo -. Lo siento...
- No tienes por qué disculparte - le aseguró en voz tan baja que supuso que ni Tomas mismo lo habría escuchado. Se sintió ligeramente paternal mientras le acariciaba al cabello, casi como cuando alguno de sus alumnos hacía algo bueno por primera vez y ambos se emocionaban, y se dijo a sí mismo que no podía dejar que nada malo le ocurriese a él. Nada.
Gracias. Gracias a... los dos - volvió a hablar Tomas. Caelan abrió los ojos y le dirigió una mirada a Fred, que se había sentado en la camilla de al lado y los miraba fijamente con los ojos entrecerrados (o, mejor dicho, miraba a Tomas. Ya se había dado cuenta que el enfermero procuraba no mirarlo demasiado a él), y carraspeó un poco.
- No hay de qué, muchacho - le aseguró, apartando la mano de su pelo y apartándose un poco para sentarse a los pies de la camilla. Se mantuvo un poco serio y siguió mirándole. No podía decirlo delante de Fred, pero... Le hubiera gustado asegurarle sinceramente que todo saldría bien, que Arsi no volvería a intentar hacerle daño y qué, de ser posible, él mismo lo protegería.
- ¿Y bien? - le dirigió una mirada al enfermero, intentando cambiar de tema con el festival que se sucedía en su propia cabeza -. ¿Queda algo por hacer? ¿Tienes que hacer algo con el muchacho? ¿Algo más para aprender?
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: Primeros auxilios (priv.)
Fred se acomodó la lado de Jarpër que le tendió el historial medico del chico y, con un ojo puesto a los dos, buscó el informe y lo empezó a rellenar con los datos del pequeño estudio que le había hecho al muchacho. Era consciente que necesitaban un momento para ellos dos, pero no pensaba dejar a Tomas solo con el intento de profesor, por mucho que éste le hubiera salvado la vida...
- Gracias. Gracias a... los dos - Fred levantó la vista y miró fijamente al chico, des de la silla le sonrió y (aunque no era una cosa de su agrado) asintió ante las palabras del chispitas - exacto, no hay de qué. - Acabó de garabatear cuatro palabras mientras Caelan le hablaba, y hasta que no acabó no habló. - Pues.... Yo diría que esta todo - se levantó y se acercó a ellos, mirando a Tomas - ¿te encuentras bien? Sin estar al 100% pero bien, ¿no? Y en lo de aprender.... - dijo mirando el brazo que tenía Jar en sus brazos - Ya sabes que te toca...
- Gracias. Gracias a... los dos - Fred levantó la vista y miró fijamente al chico, des de la silla le sonrió y (aunque no era una cosa de su agrado) asintió ante las palabras del chispitas - exacto, no hay de qué. - Acabó de garabatear cuatro palabras mientras Caelan le hablaba, y hasta que no acabó no habló. - Pues.... Yo diría que esta todo - se levantó y se acercó a ellos, mirando a Tomas - ¿te encuentras bien? Sin estar al 100% pero bien, ¿no? Y en lo de aprender.... - dijo mirando el brazo que tenía Jar en sus brazos - Ya sabes que te toca...
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
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