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De regreso de las ruinas (priv.)
3 participantes
Página 1 de 1.
De regreso de las ruinas (priv.)
(Bien, este tema sigue a otro llamado "¡No pienso meterme ahí!", sucedido en las ruinas Die Totem. En principio están Caelan, Tomas, Arsi y Fred. No es que sea privado del todo, pero si alguien quiere intervenir, los posts deben tener coherencia C: Gracias)
Caelan no dejó de correr ni siquiera cuando volvió a divisar la Academia frente a sus ojos, aunque sabía que ya estaban a salvo y que allí, los demonios (si es que alguno había conseguido escapar a su barrera o al ataque de Moses (quién, otra cosa no, pero era un experto cazador)) no podrían alcanzarles. Siguió corriendo exactamente a la misma velocidad y con la misma prisa que cuando estaba en las ruinas porque, aunque él estaba a salvo, el muchacho que estaba entre sus brazos no lo estaba. Tomas seguía herido, y Caelan podía notar como un poco de sangre se escurría entre sus brazos a pesar de la compresión que le había aplicado hacía un rato. Y él, como buen profesor que era, no podía permitir que ningún alumno a su cargo muriera.
Corrió hasta llegar a la enfermería, olvidándose por un momento que, si Arsi había estado con él en las ruinas, allí solo podía encontrarse con el estúpido enfermerucho (y aquello no es que le hiciera mucha gracia, sobretodo después de su último encuentro). Abrió la puerta de golpe y entró.
La enfermería estaba vacía.
Caelan se acercó a la camilla más cercana y depositó al muchacho suavemente sobre ella, antes de girarse y llamar a Fred (- ¡Enfermerucho! ¿Estás ahí? ¡Alumno herido! ¡Fred!). El hombre no apareció por ningún lado, pero en cambio Caelan encontró una nota pegada a la puerta y en la que no había reparado al entrar.
"Enfermero tomando café, regreso en diez minutos. ¡Procurad no haceros daño!"
- Genial - masculló Caelan irónicamente, notando como su desagrado por Fred iba gradualmente en ascenso. Se acercó de nuevo a Tomas y apartó un poco la ropa, empapada en sangre, que cubría su torso herido, preguntándose qué podía hacer para ayudarle cuando la puerta de la enfermería se abrió de nuevo y una Arsi sucia, pálida y jadeante entró.
Entonces, Caelan recordó que la enfermera había salido corriendo tras ellos en las ruinas, aunque la verdad era que no le había estado prestando mucha atención a ella ni se había preocupado demasiado por saber si los seguía o no, teniendo como tenía la urgencia de regresar a la academia. Había supuesto, equivocadamente al parecer, que ella se separaría de ellos y escaparía, pero en cambio estaba allí parada, mirándoles con los ojos muy abiertos y, al parecer, sin saber qué hacer.
Aunque no se fiaba de ella (porque había visto que ella había sido quién había llevado a Tomas hasta Die Totem) y aunque tenía mil cosas por decirle, Caelan se acercó a ella de una zancada y la agarró bruscamente del brazo, arrastrándola hasta la camilla donde Tomas seguía inconsciente.
- Haz algo - siseó, apretando un poco más fuerte su brazo para luego soltarla. Se cruzó de brazos y entornó los ojos, dispuesto a vigilarla por si se le ocurría hacer algo extraño.
(Madre mía, no sé qué me pasa, pero últimamente no me convencen nada de nada los posts que hago con este hombre.... Lolly, me causas una gran presión. Yo estoy echa para rolear contigo como Neri xD)
Caelan no dejó de correr ni siquiera cuando volvió a divisar la Academia frente a sus ojos, aunque sabía que ya estaban a salvo y que allí, los demonios (si es que alguno había conseguido escapar a su barrera o al ataque de Moses (quién, otra cosa no, pero era un experto cazador)) no podrían alcanzarles. Siguió corriendo exactamente a la misma velocidad y con la misma prisa que cuando estaba en las ruinas porque, aunque él estaba a salvo, el muchacho que estaba entre sus brazos no lo estaba. Tomas seguía herido, y Caelan podía notar como un poco de sangre se escurría entre sus brazos a pesar de la compresión que le había aplicado hacía un rato. Y él, como buen profesor que era, no podía permitir que ningún alumno a su cargo muriera.
Corrió hasta llegar a la enfermería, olvidándose por un momento que, si Arsi había estado con él en las ruinas, allí solo podía encontrarse con el estúpido enfermerucho (y aquello no es que le hiciera mucha gracia, sobretodo después de su último encuentro). Abrió la puerta de golpe y entró.
La enfermería estaba vacía.
Caelan se acercó a la camilla más cercana y depositó al muchacho suavemente sobre ella, antes de girarse y llamar a Fred (- ¡Enfermerucho! ¿Estás ahí? ¡Alumno herido! ¡Fred!). El hombre no apareció por ningún lado, pero en cambio Caelan encontró una nota pegada a la puerta y en la que no había reparado al entrar.
"Enfermero tomando café, regreso en diez minutos. ¡Procurad no haceros daño!"
- Genial - masculló Caelan irónicamente, notando como su desagrado por Fred iba gradualmente en ascenso. Se acercó de nuevo a Tomas y apartó un poco la ropa, empapada en sangre, que cubría su torso herido, preguntándose qué podía hacer para ayudarle cuando la puerta de la enfermería se abrió de nuevo y una Arsi sucia, pálida y jadeante entró.
Entonces, Caelan recordó que la enfermera había salido corriendo tras ellos en las ruinas, aunque la verdad era que no le había estado prestando mucha atención a ella ni se había preocupado demasiado por saber si los seguía o no, teniendo como tenía la urgencia de regresar a la academia. Había supuesto, equivocadamente al parecer, que ella se separaría de ellos y escaparía, pero en cambio estaba allí parada, mirándoles con los ojos muy abiertos y, al parecer, sin saber qué hacer.
Aunque no se fiaba de ella (porque había visto que ella había sido quién había llevado a Tomas hasta Die Totem) y aunque tenía mil cosas por decirle, Caelan se acercó a ella de una zancada y la agarró bruscamente del brazo, arrastrándola hasta la camilla donde Tomas seguía inconsciente.
- Haz algo - siseó, apretando un poco más fuerte su brazo para luego soltarla. Se cruzó de brazos y entornó los ojos, dispuesto a vigilarla por si se le ocurría hacer algo extraño.
(Madre mía, no sé qué me pasa, pero últimamente no me convencen nada de nada los posts que hago con este hombre.... Lolly, me causas una gran presión. Yo estoy echa para rolear contigo como Neri xD)
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
(Jo, presión por qué? XD! Si a mi me gusta todo lo que escribes... no te presiones conmigo ¬¬ jajaja!! Pero si, creo que nuestros temas perfectos son los de Tomas y Neri, cambiar de personajes no nos va tan bien xDxD!)
Aunque hacía un buen rato que Arsi había perdido de vista al profesor y al chico, aunque no era necesario que ella fuese a la enfermería, ya que lo único que le apetecía en ese momento era tirarse en cualquier sitio y curarse su mano... a pesar de todo, y sin entender muy bien por qué, Arsi siguió los pasos de esos dos y se plantó en la enfermería. Mientras el profesor se percataba de su presencia, se mantuvo por un buen rato apoyada en la puerta, respirando hondo para recuperar toda la fuerza que había gastado corriendo de esa manera.
La enfermera miró hacia el interior, pero no encontró a Fred por ninguna parte. Tal vez su paciente hubiese llegado mucho antes de lo que ella pensaba y se encontrase rebuscando algo por el almacén...
Pero, al ver el rostro desesperado del hombre clavándose en ella, Arsi solo tuvo que mirar esa puerta que había atravesado corriendo para saber dónde estaba realmente su compañero.
De manera macabra, aquel hecho la alivió.
Sin darle tiempo a reaccionar, el hombre acababa de agarrarla de un brazo pidiéndole que "hiciese algo" y plantándola frente a Tomas, que parecía estar cada vez más pálido y cubierto de sangre.
- ¡Eh! -se quejó Arsi, revolviéndose para liberar su brazo de la mano de aquel tipo. ¿Pero qué se creía?- ¡Oye, guapo, que yo no cumplo órdenes de nadie!
El hombre se había cruzado de brazos y la estaba observando fijamente, así que Arsi se limitó a voltearse de nuevo y quedar otra vez frente al chico. Al mirar hacia su rostro de párpados caídos, no pudo evitar sentir una leve oleada de rabia, de dolor. Lentamente, puso dos dedos sobre su cuello y los mantuvo allí, apretados, hasta que notó el palpitar inquieto y descompensado de un corazón.
Entonces, Arsi comprendió por qué había querido ir allí. Porque sabía que el café de Fred nunca duraba diez minutos como rezaban sus notas. Porque, aunque era consciente de la suerte que había tenido, Arsi había esperado tenerla antes de plantarse en la enfermería sin ninguna intención de ayudar a nadie.
Quería esperar a que sus dedos dejasen de sentir los latidos de ese corazón, cada vez más débil. Y quería cerciorarse de que aquello ocurría de verdad.
- Ha perdido mucha sangre -anunció, como si aquella aclaración fuese primordial, cuando era de suponer. Intercambió sus manos, para poder colocar los dedos de su mano quemada (su mano más inservible) sobre el cuello de Tomas, y así poder palpar en la profunda herida con su mano más sana. Ladeó un poco la cabeza, antes de reconocer- No aguantará.
Y sonrió.
(Si, está medio loca xD!!)
Aunque hacía un buen rato que Arsi había perdido de vista al profesor y al chico, aunque no era necesario que ella fuese a la enfermería, ya que lo único que le apetecía en ese momento era tirarse en cualquier sitio y curarse su mano... a pesar de todo, y sin entender muy bien por qué, Arsi siguió los pasos de esos dos y se plantó en la enfermería. Mientras el profesor se percataba de su presencia, se mantuvo por un buen rato apoyada en la puerta, respirando hondo para recuperar toda la fuerza que había gastado corriendo de esa manera.
La enfermera miró hacia el interior, pero no encontró a Fred por ninguna parte. Tal vez su paciente hubiese llegado mucho antes de lo que ella pensaba y se encontrase rebuscando algo por el almacén...
Pero, al ver el rostro desesperado del hombre clavándose en ella, Arsi solo tuvo que mirar esa puerta que había atravesado corriendo para saber dónde estaba realmente su compañero.
De manera macabra, aquel hecho la alivió.
Sin darle tiempo a reaccionar, el hombre acababa de agarrarla de un brazo pidiéndole que "hiciese algo" y plantándola frente a Tomas, que parecía estar cada vez más pálido y cubierto de sangre.
- ¡Eh! -se quejó Arsi, revolviéndose para liberar su brazo de la mano de aquel tipo. ¿Pero qué se creía?- ¡Oye, guapo, que yo no cumplo órdenes de nadie!
El hombre se había cruzado de brazos y la estaba observando fijamente, así que Arsi se limitó a voltearse de nuevo y quedar otra vez frente al chico. Al mirar hacia su rostro de párpados caídos, no pudo evitar sentir una leve oleada de rabia, de dolor. Lentamente, puso dos dedos sobre su cuello y los mantuvo allí, apretados, hasta que notó el palpitar inquieto y descompensado de un corazón.
Entonces, Arsi comprendió por qué había querido ir allí. Porque sabía que el café de Fred nunca duraba diez minutos como rezaban sus notas. Porque, aunque era consciente de la suerte que había tenido, Arsi había esperado tenerla antes de plantarse en la enfermería sin ninguna intención de ayudar a nadie.
Quería esperar a que sus dedos dejasen de sentir los latidos de ese corazón, cada vez más débil. Y quería cerciorarse de que aquello ocurría de verdad.
- Ha perdido mucha sangre -anunció, como si aquella aclaración fuese primordial, cuando era de suponer. Intercambió sus manos, para poder colocar los dedos de su mano quemada (su mano más inservible) sobre el cuello de Tomas, y así poder palpar en la profunda herida con su mano más sana. Ladeó un poco la cabeza, antes de reconocer- No aguantará.
Y sonrió.
(Si, está medio loca xD!!)
Arsi- Mensajes : 161
Fecha de inscripción : 17/02/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
(Mu loca, sí xD Y no sé, me presionas. Pero yo lo intento igual)
Caelan sintió que su interior estallaba en una intensa oleada de rabia cuando vio esa sonrisa, e incluso le extrañó el echo que realmente todo a su alrededor no quedase arrasado por las llamas.
Debería haberlo supuesto. Debería haber imaginado que, después de haber llevado al muchacho hasta la misma boca del lobo y casi entregarlo a los demonios en bandeja, Arsi no tendría ninguna intención de ayudarle a sobrevivir. Debería haber supuesto que, si unos minutos antes lo había ayudado a pelear contra los demonios, había sido solo para conseguir salvar su propia vida. Debería haber visto que una mujer que ocultaba su verdadera identidad detrás de una apariencia como esa (porque Caelan no había dicho nada y ni siquiera lo había pensado, pero había visto esas orejas puntiaguda en las ruinas) no era de fiar. Debería haber supuesto muchísimas cosas. Pero, al verla aparecer por la puerta tras ellos en lugar de escapar, tal y como habría hecho él de haberse encontrado en una situación parecida, Caelan había supuesto que en el fondo Arsi sí quería ayudarles, y que tal vez él se había precipitado con sus sospechas.
Se dio cuenta que no.
- Mira, guapa - siseó, empleando un tono más grave y severo que el que usaba normalmente, incluso más enfadado que cuando les echaba la bronca a los alumnos. - No sé a qué mierda estás jugando. Pero en mi academia no - soltó agriamente - Con mis alumnos no.
Arsi le devolvió una mirada que parecía una mezcla entre la rebeldía (rebeldía contra él, contra su tono de voz autoritario, contra su poder) y la satisfacción (satisfacción por sus propias palabras, por el estado en que se encontraba el muchacho), y Caelan volvió a sentir que la rabia lo inundaba. Apartó a la enfermera de un empujón, todavía más brusco de lo que había sido antes, y se acercó a Tomas de nuevo, poco dispuesto a creer en sus palabras.
- Quédate ahí - casi escupió sus palabras, y aunque tenía los ojos fijos en el muchacho y estaba apartando cuidadosamente su ropa, se notaba que estaba hablando con Arsi. - No te atrevas a moverte. Si le pasa algo al muchacho, tu lo pagarás, así que... Más te vale haberte equivocado.
Y, como queriendo dar credibilidad a sus palabras, un par de llamas chasquearon a los pies de Arsi y la sorprendieron, para luego desaparecer igual de rápidamente. Caelan no estaba dispuesto a dejarla escapar fácilmente.
Se inclinó un poco más sobre la herida del muchacho y, de haber podido, se habría puesto pálido. Apretando los dientes y deseando que el imbécil de Fred resgresase de una buena vez, Caelan apoyó ambas manos sobre la herida del muchacho y comenzó a aplicar los pocos conocimientos de curación que tenía. Esperó que aquello fuera suficiente para mantenerlo vivo un rato más.
Caelan sintió que su interior estallaba en una intensa oleada de rabia cuando vio esa sonrisa, e incluso le extrañó el echo que realmente todo a su alrededor no quedase arrasado por las llamas.
Debería haberlo supuesto. Debería haber imaginado que, después de haber llevado al muchacho hasta la misma boca del lobo y casi entregarlo a los demonios en bandeja, Arsi no tendría ninguna intención de ayudarle a sobrevivir. Debería haber supuesto que, si unos minutos antes lo había ayudado a pelear contra los demonios, había sido solo para conseguir salvar su propia vida. Debería haber visto que una mujer que ocultaba su verdadera identidad detrás de una apariencia como esa (porque Caelan no había dicho nada y ni siquiera lo había pensado, pero había visto esas orejas puntiaguda en las ruinas) no era de fiar. Debería haber supuesto muchísimas cosas. Pero, al verla aparecer por la puerta tras ellos en lugar de escapar, tal y como habría hecho él de haberse encontrado en una situación parecida, Caelan había supuesto que en el fondo Arsi sí quería ayudarles, y que tal vez él se había precipitado con sus sospechas.
Se dio cuenta que no.
- Mira, guapa - siseó, empleando un tono más grave y severo que el que usaba normalmente, incluso más enfadado que cuando les echaba la bronca a los alumnos. - No sé a qué mierda estás jugando. Pero en mi academia no - soltó agriamente - Con mis alumnos no.
Arsi le devolvió una mirada que parecía una mezcla entre la rebeldía (rebeldía contra él, contra su tono de voz autoritario, contra su poder) y la satisfacción (satisfacción por sus propias palabras, por el estado en que se encontraba el muchacho), y Caelan volvió a sentir que la rabia lo inundaba. Apartó a la enfermera de un empujón, todavía más brusco de lo que había sido antes, y se acercó a Tomas de nuevo, poco dispuesto a creer en sus palabras.
- Quédate ahí - casi escupió sus palabras, y aunque tenía los ojos fijos en el muchacho y estaba apartando cuidadosamente su ropa, se notaba que estaba hablando con Arsi. - No te atrevas a moverte. Si le pasa algo al muchacho, tu lo pagarás, así que... Más te vale haberte equivocado.
Y, como queriendo dar credibilidad a sus palabras, un par de llamas chasquearon a los pies de Arsi y la sorprendieron, para luego desaparecer igual de rápidamente. Caelan no estaba dispuesto a dejarla escapar fácilmente.
Se inclinó un poco más sobre la herida del muchacho y, de haber podido, se habría puesto pálido. Apretando los dientes y deseando que el imbécil de Fred resgresase de una buena vez, Caelan apoyó ambas manos sobre la herida del muchacho y comenzó a aplicar los pocos conocimientos de curación que tenía. Esperó que aquello fuera suficiente para mantenerlo vivo un rato más.
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
( *llora amargamente* ¡P-pero yo no quiero presionarte...! ¡Despresiónate!)
(Y yo creo que Fred ya puede ir entrando, ¿no?; no sé si Nat está esperando a que le dejemos paso, yo lo digo por si acaso jeje!)
- Mira, guapa. No sé a qué mierda estás jugando. Pero en mi academia no. Con mis alumnos no.
Arsi quiso replicar ante aquellas palabras, supo que tenía muchas cosas que decir. Porque, efectivamente, él no sabía cuales eran sus planes, ni sabía qué motivos tenía ella para hacer una cosa así, ni le importaba. Porque ni siquiera la conocía, y, por tanto, no era nadie para decirle qué era lo que tenía o no tenía que hacer.
Sin embargo, se limitó a mirarlo sin decir nada. Sus ojos estaban repletos de rabia, y temió que pudiese atacarla con su habilidad de fuego de algún modo, así que supo que no debía decir nada.
Tras su empujón, Arsi notó como casi era incapaz de contenerse, pero sabía que estaba ganando... sabía que el chico no iba a durar mucho más de lo que Fred tardase en llegar, y sabía que era aquello lo que debía mantener tan enrabietado al profesor... y tan tranquila a ella. No pudo evitar dar un paso hacia atrás cuando vio dos llamas bajo sus pies, pero trató de recobrar su calma original, aunque sólo fuese para alterar más al profesor y evitar que, así, cumpliese sus propósitos de curar a Tomas, lo que parecía estar intentando en ese momento.
- En realidad, yo sólo le he hecho eso que tiene en la frente -alegó, sin inmutarse. Cruzó sus brazos y levantó una ceja- Está así por los demonios. No por mí.
(Y yo creo que Fred ya puede ir entrando, ¿no?; no sé si Nat está esperando a que le dejemos paso, yo lo digo por si acaso jeje!)
- Mira, guapa. No sé a qué mierda estás jugando. Pero en mi academia no. Con mis alumnos no.
Arsi quiso replicar ante aquellas palabras, supo que tenía muchas cosas que decir. Porque, efectivamente, él no sabía cuales eran sus planes, ni sabía qué motivos tenía ella para hacer una cosa así, ni le importaba. Porque ni siquiera la conocía, y, por tanto, no era nadie para decirle qué era lo que tenía o no tenía que hacer.
Sin embargo, se limitó a mirarlo sin decir nada. Sus ojos estaban repletos de rabia, y temió que pudiese atacarla con su habilidad de fuego de algún modo, así que supo que no debía decir nada.
Tras su empujón, Arsi notó como casi era incapaz de contenerse, pero sabía que estaba ganando... sabía que el chico no iba a durar mucho más de lo que Fred tardase en llegar, y sabía que era aquello lo que debía mantener tan enrabietado al profesor... y tan tranquila a ella. No pudo evitar dar un paso hacia atrás cuando vio dos llamas bajo sus pies, pero trató de recobrar su calma original, aunque sólo fuese para alterar más al profesor y evitar que, así, cumpliese sus propósitos de curar a Tomas, lo que parecía estar intentando en ese momento.
- En realidad, yo sólo le he hecho eso que tiene en la frente -alegó, sin inmutarse. Cruzó sus brazos y levantó una ceja- Está así por los demonios. No por mí.
Arsi- Mensajes : 161
Fecha de inscripción : 17/02/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
Caelan apretó los labios y siguió aplicando desesperadamente sus pobres conocimientos sobre sanación en el muchacho, ignorando completamente cualquier cosa que Arsi tuviera que decir, pero sin apartar del todo su atención de ella (no fuera que se le ocurriera de repente escapar o hacer algo peor). Se dio cuenta que la herida de Tomas había dejado de sangrar tan profusamente como antes, pero el profesor no podía estar seguro de si era gracias a sus cuidados o simplemente porque el muchacho cada vez tenía menos sangre que perder, y sintió que la desesperación subía rápidamente por su garganta.
- Vamos... Vamos... - le suplicó, ignorando el hecho que él, seguramente, no podía escucharle -. No me hagas esto, no te rindas...
Ignoró también la risotada sarcástica que le llegó en ese instante del rincón en que Arsi observaba sus inútiles esfuerzos, poco dispuesto a volverle a dar juego para pasarlo bien. Caelan apretó los dientes y se juró a sí mismo que, en caso que al muchacho le ocurriese algo, realmente iba a hacérselo pagar.
Justo cuando el profesor iba a rendirse, viendo que sus esfuerzos no estaban causando ningún efecto visible sobre Tomas y tras soltar un jadeo frustrado y desesperado, un par de manos firmes y fuertes lo tomaron por los hombros y lo apartaron de forma brusca. "Quita de ahí, Caelan", escuchó que decía Fred, mientras él mismo se lanzaba sobre el muchacho.
El hombre boqueó y supo que todavía quedaba una pequeña esperanza. Arsi debió de notarlo también, porque en cuanto se dio cuenta de la llegada del enfermero (al parecer, un poco antes de lo que ella misma había supuesto), esbozó una cara llena de sorpresa e hizo amago de acercarse a la camilla también. Caelan se lo impidió.
- Vamos... Vamos... - le suplicó, ignorando el hecho que él, seguramente, no podía escucharle -. No me hagas esto, no te rindas...
Ignoró también la risotada sarcástica que le llegó en ese instante del rincón en que Arsi observaba sus inútiles esfuerzos, poco dispuesto a volverle a dar juego para pasarlo bien. Caelan apretó los dientes y se juró a sí mismo que, en caso que al muchacho le ocurriese algo, realmente iba a hacérselo pagar.
Justo cuando el profesor iba a rendirse, viendo que sus esfuerzos no estaban causando ningún efecto visible sobre Tomas y tras soltar un jadeo frustrado y desesperado, un par de manos firmes y fuertes lo tomaron por los hombros y lo apartaron de forma brusca. "Quita de ahí, Caelan", escuchó que decía Fred, mientras él mismo se lanzaba sobre el muchacho.
El hombre boqueó y supo que todavía quedaba una pequeña esperanza. Arsi debió de notarlo también, porque en cuanto se dio cuenta de la llegada del enfermero (al parecer, un poco antes de lo que ella misma había supuesto), esbozó una cara llena de sorpresa e hizo amago de acercarse a la camilla también. Caelan se lo impidió.
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
((Siento el retraso u.u))
Fred caminaba silbando despreocupadamente con las manos en los bolsillos. Estar en la enfermería era más aburrido de lo que se había imaginado, tenían poco trabajo (para no decir nulo) y tenía que hacer visitas cada dos por tres a por café para no dormirse, sobretodo cuando le tocaba guardia y estaba solo.
Giró para coger el pasillo que llevaba a la enfermería cuando vio sangre delante de la puerta, empezó a correr, maldiciendo el tiempo de más que se había tomado en ese café y se plantó delante de la puerta.
Vio como Caelan intentaba sanar a un chico mientras Arsi se lo miraba, y aunque quería gritarle a Caelan (precisamente tenía que ser él...) que se fuera de allí y a Arsi por no hacer nada, corrió hasta el chico apartando el profesor bruscamente con un - Quita de ahí, Caelan - dicho de mala manera y se dispuso a examinar el chico. Tenía una herida muy fea en el pecho, de allí no paraba de salir sangre. Sin apartar al vista del muchacho extendió la mano - Arsi, acércame las gasas, esas grandes, tenemos que taponar eso. - De reojo vio que la mujer se quedaba quieta y mientras taponaba la herida con una mano y lo poco qeu tenía en al mesa repitió chillando - ¡Acércame las putas gasas! - La mujer no se movió y él giró al cabeza hacía donde estaban las gasas y con un movimiento de la mano libre las acercó. Se las colocó en el pecho y empezó a hacer presión para cerrar las heridas.
Miró a Caelan. - ¿Ha perdido mucha sangre? - El profesor asintió confirmando sus hipótesis.
Podría preparar un brebaje hecho a partir de una planta que podría acelerar su producción de sangre, pero tardaría demasiado en elaborarla. Por otro lado tampoco conocía la sangre del chico, pero si algunos de ellos era 0- podría salvarlo. Sin dejar de hacer presión en le pecho del chico y vigilando sus constantes vitales se giró. - Necesita una transfusión de sangre. ¿Alguno es 0-?
Fred caminaba silbando despreocupadamente con las manos en los bolsillos. Estar en la enfermería era más aburrido de lo que se había imaginado, tenían poco trabajo (para no decir nulo) y tenía que hacer visitas cada dos por tres a por café para no dormirse, sobretodo cuando le tocaba guardia y estaba solo.
Giró para coger el pasillo que llevaba a la enfermería cuando vio sangre delante de la puerta, empezó a correr, maldiciendo el tiempo de más que se había tomado en ese café y se plantó delante de la puerta.
Vio como Caelan intentaba sanar a un chico mientras Arsi se lo miraba, y aunque quería gritarle a Caelan (precisamente tenía que ser él...) que se fuera de allí y a Arsi por no hacer nada, corrió hasta el chico apartando el profesor bruscamente con un - Quita de ahí, Caelan - dicho de mala manera y se dispuso a examinar el chico. Tenía una herida muy fea en el pecho, de allí no paraba de salir sangre. Sin apartar al vista del muchacho extendió la mano - Arsi, acércame las gasas, esas grandes, tenemos que taponar eso. - De reojo vio que la mujer se quedaba quieta y mientras taponaba la herida con una mano y lo poco qeu tenía en al mesa repitió chillando - ¡Acércame las putas gasas! - La mujer no se movió y él giró al cabeza hacía donde estaban las gasas y con un movimiento de la mano libre las acercó. Se las colocó en el pecho y empezó a hacer presión para cerrar las heridas.
Miró a Caelan. - ¿Ha perdido mucha sangre? - El profesor asintió confirmando sus hipótesis.
Podría preparar un brebaje hecho a partir de una planta que podría acelerar su producción de sangre, pero tardaría demasiado en elaborarla. Por otro lado tampoco conocía la sangre del chico, pero si algunos de ellos era 0- podría salvarlo. Sin dejar de hacer presión en le pecho del chico y vigilando sus constantes vitales se giró. - Necesita una transfusión de sangre. ¿Alguno es 0-?
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
(No pasa nada ^^ Yo tmb siento mi retraso... estoy super liada con esta mujer... no sé que hacer con ella, sinceramente xD!)
La tranquilidad de Arsi desapareció tan pronto cuando vio que la puerta de la enfermería se volvía a abrir... y aparecía la única persona que podía chafar sus planes. La única persona que podía salvar al muchacho. La única persona que no quería ver allí.
Fred.
Apartó al profesor de un empujón y comenzó a examinar a Tomas él mismo, moviéndose a velocidad sobrehumana y gritándole algo un par de veces, algo que Arsi ni siquiera llegó a comprender. Se tapó la boca con uno de sus puños, notando cómo se impacientaba. Si lo salvaba... ¿qué ocurriría si lo salvaba? Ella no habría cumplido el propósito que se había fijado al llegar a esa Academia, y tendría que marcharse sin más, claro, porque él la acusaría.
- Necesita una transfusión de sangre. ¿Alguno es 0-?
Esas fueron las primeras palabras de las que pronunció Fred que pudo alcanzar a comprender, y no porque aquello le interesase o le hubiese despertado algún sentimiento de lástima o remordimiento; simplemente, se bloqueó cuando vio que Fred se giraba y sus ojos se cruzaban por unos instantes. Unos momentos dolorosos, eternos, que no se acababan nunca. Él parecía extrañado por su actitud, y ella estaba quieta, lejana, ausente de ese lugar y de cualquier otro, sumergida en los ojos del enfermero que se habían quedado parados en los de ella.
¿Por qué todo aquello estaba siendo tan complicado? ¿Por qué no se estaba sintiendo como se suponía que debía sentirse, como había soñado durante años que se sentiría? ¿Era porque se estaba arrepintiendo? ¿Era porque... le dolía que Fred la mirase así...? Al fin y al cabo, él había sido su primer conocido allí, y la persona con la que más hablaba de esa Academia.
Arsi sacudió la cabeza, cada vez más enredada en su mente. Antes de atreverse a hacer nada, apartó la mirada del enfermero de una maldita vez. Después, se mantuvo un rato más petrificada, paralizada, hasta que determinó que sólo había algo que pudiese hacer en ese momento. De todas maneras, los dos hombres estaban muy entretenidos curando al chico como para reparar en su falta.
Salió corriendo y se encerró en el almacén de la enfermería, sin más. Sintiéndose estúpida, niña, cobarde... o sin saber directamente cómo sentirse.
(Vale, Arsi no aguantaba más y no le apetece que la vean por la academia asi xD Queda cutre, pero era mi única opcion jaja)
(Yy... bueno, ahora podéis hacer lo que querais... si cerráis ya, yo abro un tema con Tomas cuando se despierte, y si no, estaré al loro para ver cuando cerráis XD El tema de Arsi no lo voy a abrir aun... lo tengo que pensar un poco más ^^)
La tranquilidad de Arsi desapareció tan pronto cuando vio que la puerta de la enfermería se volvía a abrir... y aparecía la única persona que podía chafar sus planes. La única persona que podía salvar al muchacho. La única persona que no quería ver allí.
Fred.
Apartó al profesor de un empujón y comenzó a examinar a Tomas él mismo, moviéndose a velocidad sobrehumana y gritándole algo un par de veces, algo que Arsi ni siquiera llegó a comprender. Se tapó la boca con uno de sus puños, notando cómo se impacientaba. Si lo salvaba... ¿qué ocurriría si lo salvaba? Ella no habría cumplido el propósito que se había fijado al llegar a esa Academia, y tendría que marcharse sin más, claro, porque él la acusaría.
- Necesita una transfusión de sangre. ¿Alguno es 0-?
Esas fueron las primeras palabras de las que pronunció Fred que pudo alcanzar a comprender, y no porque aquello le interesase o le hubiese despertado algún sentimiento de lástima o remordimiento; simplemente, se bloqueó cuando vio que Fred se giraba y sus ojos se cruzaban por unos instantes. Unos momentos dolorosos, eternos, que no se acababan nunca. Él parecía extrañado por su actitud, y ella estaba quieta, lejana, ausente de ese lugar y de cualquier otro, sumergida en los ojos del enfermero que se habían quedado parados en los de ella.
¿Por qué todo aquello estaba siendo tan complicado? ¿Por qué no se estaba sintiendo como se suponía que debía sentirse, como había soñado durante años que se sentiría? ¿Era porque se estaba arrepintiendo? ¿Era porque... le dolía que Fred la mirase así...? Al fin y al cabo, él había sido su primer conocido allí, y la persona con la que más hablaba de esa Academia.
Arsi sacudió la cabeza, cada vez más enredada en su mente. Antes de atreverse a hacer nada, apartó la mirada del enfermero de una maldita vez. Después, se mantuvo un rato más petrificada, paralizada, hasta que determinó que sólo había algo que pudiese hacer en ese momento. De todas maneras, los dos hombres estaban muy entretenidos curando al chico como para reparar en su falta.
Salió corriendo y se encerró en el almacén de la enfermería, sin más. Sintiéndose estúpida, niña, cobarde... o sin saber directamente cómo sentirse.
(Vale, Arsi no aguantaba más y no le apetece que la vean por la academia asi xD Queda cutre, pero era mi única opcion jaja)
(Yy... bueno, ahora podéis hacer lo que querais... si cerráis ya, yo abro un tema con Tomas cuando se despierte, y si no, estaré al loro para ver cuando cerráis XD El tema de Arsi no lo voy a abrir aun... lo tengo que pensar un poco más ^^)
Arsi- Mensajes : 161
Fecha de inscripción : 17/02/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
(Naaaah, así está bien XD Así Arsi se está quietecita y Caelan puede delatarla vilmente ha ha ha)
Caelan se había quedado parado entre Arsi y la camilla, y aunque en un primer momento se sintió reacio a darle la espalda a la enfermera, considerando como la consideraba la culpable de todo aquello, finalmente la preocupación por el alumno Tomas se le hizo más importante y clavó en él una mirada angustiada. Fred le gritó algo a Arsi mientras intentaba taponar la herida del muchacho (que, joder, era enorme. ¿Cómo no se había fijado antes en lo grande que era?), y Caelan intentó decirle que lo dejara, que ella no iba a ayudarle igual que no lo había ayudado a él, pero no le salieron las palabras y solo pudo quedarse mirando con la misma cara de anonado que antes.
- Necesita una transfusión de sangre. ¿Alguno es 0-?
El hombre parpadeó, mientras los dos enfermeros cruzaban una mirada que se le hizo a Caelan muy larga, eterna, y luego se dio cuenta de que Arsi huía y entonces ya sí que le dio por reaccionar.
- ¡Eh! – gritó. La mujer se encerró en el almacén dando un fuerte portazo, y Fred pareció hacer ademán de acercarse hasta allí, olvidando durante un segundo al muchacho. Caelan lo agarró por el brazo y se lo impidió -. Yosoy0- - dijo, muy rápido. El enfermero lo miró confundido, como si no supiera que estaba haciendo todavía él allí, y Caelan se sulfuró -. ¡Yo soy 0-! – apretó un poco más su agarre sobre el brazo de Fred, mirándole muy serio -. Y no te fíes de Arsi. Si el alumno está así, es por culpa de ella.
Caelan se había quedado parado entre Arsi y la camilla, y aunque en un primer momento se sintió reacio a darle la espalda a la enfermera, considerando como la consideraba la culpable de todo aquello, finalmente la preocupación por el alumno Tomas se le hizo más importante y clavó en él una mirada angustiada. Fred le gritó algo a Arsi mientras intentaba taponar la herida del muchacho (que, joder, era enorme. ¿Cómo no se había fijado antes en lo grande que era?), y Caelan intentó decirle que lo dejara, que ella no iba a ayudarle igual que no lo había ayudado a él, pero no le salieron las palabras y solo pudo quedarse mirando con la misma cara de anonado que antes.
- Necesita una transfusión de sangre. ¿Alguno es 0-?
El hombre parpadeó, mientras los dos enfermeros cruzaban una mirada que se le hizo a Caelan muy larga, eterna, y luego se dio cuenta de que Arsi huía y entonces ya sí que le dio por reaccionar.
- ¡Eh! – gritó. La mujer se encerró en el almacén dando un fuerte portazo, y Fred pareció hacer ademán de acercarse hasta allí, olvidando durante un segundo al muchacho. Caelan lo agarró por el brazo y se lo impidió -. Yosoy0- - dijo, muy rápido. El enfermero lo miró confundido, como si no supiera que estaba haciendo todavía él allí, y Caelan se sulfuró -. ¡Yo soy 0-! – apretó un poco más su agarre sobre el brazo de Fred, mirándole muy serio -. Y no te fíes de Arsi. Si el alumno está así, es por culpa de ella.
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
Fred estaba esperando una respuesta, esperando que esta viniese de Arsi. La miró fijamente, como si pudiera verle la mente y leérsela, pero no podía y eso que se estaba dejando todo su ser por interpretar esos ojos marrones. Notó como Arsi meneaba un poco la cabeza, parecía que estaba hecha un lío. Quería abrir la boca para decirle algo cuando se dio cuanta que ya la tenía abierta, levanto los ojos y se encontró con su imagen en un espejo, llevaba una cara de idiota que era demasiado. Meneó la cabeza para poner su cara normal, la de siempre, y volvió a mirar a Arsi. Pero ella no estaba, se había ido, oyó un fuerte golpe de la puerta del almacén y seguidamente la voz de Caelan. Tenía unas ganas enormes de ir detrás de la chica, pero su deber como enfermero no podía dejar el chico como estaba, a parte estaba el hecho de que Caelan lo tenía agarrado por el brazo y sus palabras, ¿verdaderamente Arsi le había hecho eso al muchacho? Definitivamente, necesitaba hablar con ella. De mala gana (¿precisamente él tenía que ser 0-?) tapó bien la herida de Tomas y preparó una camilla al lado de la del chico. – Estírate aquí y súbete la manga, voy a hacer una transfusión. – Dicho esto empezó a preparar todas las agujas y los tubos necesarios para realizar la transfusión. Una vez estuvo iniciada y vio que todo estaba estable se dirigió a Caelan – Voy a ir a ver a Arsi un momento, ahora vuelvo, no te muevas y si te sientes mal llámame y vendré.
Dicho esto se giró y se dispuso a ir hacía el almacén donde se encontró a Arsi en un rincón. – Arsi, ¿qué está ocurriendo? ¿Estás bien? – Lo dijo con un tono de preocupación, pero preocupación hacía ella, no hacía las palabras de Caelan.
Dicho esto se giró y se dispuso a ir hacía el almacén donde se encontró a Arsi en un rincón. – Arsi, ¿qué está ocurriendo? ¿Estás bien? – Lo dijo con un tono de preocupación, pero preocupación hacía ella, no hacía las palabras de Caelan.
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
(Creo que ya me he aclarado un poco... siii! No tengo ni que abrir otro tema jeje!
Voy a escribir mucho, pero... esk tengo que explicarlo todo xD No me matéis jeje!)
Al principio, Arsi se encontraba tan sólo apoyada en la pared, dejando que sus pensamientos la invadieran sin ningún remedio, ya.
Recordó el motivo por el que estaba allí, disfrazada bajo una identidad que no era la suya, y notó cómo resbalaba un poco de la pared en la que se apoyaba. Fuera, las voces seguían escuchándose, pero Arsi no les hacía ni el más mínimo caso. Estaba sumergida en sus recuerdos. En el recuerdo de un hombre al que no había podido olvidar desde esa lejana noche, porque en algún momento lo había sido todo para ella. Todo.
Se dejó caer un poquito más.
Recordó esa tarde calurosa de verano, en la que él la había invitado a comer a casa, bastante serio, por cierto. Arsi no le había dado la más mínima importancia; un mal día, supuso. Pero toda tranquilidad se esfumó cuando comprobó que lo que ocurría realmente era que aquello se había terminado, porque para él ya había otra. Porque ella sólo era una compañera de trabajo, y punto. Y lo que significaba algo para él de verdad eran su mujer y ese crío de alas verdes que jugueteaba por el sofá.
Ya casi estaba sentada en el suelo.
Sólo le quedaba recordar una tarde. La tarde que no había aguantado más. La tarde que los había matado, la tarde que había perdido los papeles y había conseguido invocar aquella hiedra venenosa para acabar con la vida de esa mujer... y del niño. La idea era perfecta...
¿Y por qué Tomas se había escapado...? ¿Y por qué su padre había muerto... había muerto por su culpa?
Arsi acabó enterrando la cabeza bajo sus brazos, sabiendo que todo aquello no tenía ningún sentido, y que ninguna de sus preguntas tendría jamás una respuesta.
Una lágrima le resbaló por la mejilla.
– Arsi, ¿qué está ocurriendo? ¿Estás bien?
Arsi levantó la cabeza de golpe al escuchar esa voz tan familiar y tan cercana a ella, olvidando que, en ese momento, una gota de agua estaba corriendo con total descaro por su rostro. Se la apartó velozmente, esperando que hubiese sido antes de que Fred la viese.
Fred... su voz había sonado con tal preocupación... Arsi sabía que no podía contarle la verdad. No, de ninguna manera.
Asintió un poco entrecortada con la cabeza y se encogió en su sitio (no podía creerse que estuviera comportándose de una forma tan estúpida y acobardada, porque ella no era así), preparada para idear una mentira. Una mentira que la haría salir airosa, porque Fred parecía dispuesto a creerla. Entornó los ojos y respiró con cuidado, deseando de veras que así fuese, y que el profesor no lo hubiese convencido todavía de lo contrario...
Voy a escribir mucho, pero... esk tengo que explicarlo todo xD No me matéis jeje!)
Al principio, Arsi se encontraba tan sólo apoyada en la pared, dejando que sus pensamientos la invadieran sin ningún remedio, ya.
Recordó el motivo por el que estaba allí, disfrazada bajo una identidad que no era la suya, y notó cómo resbalaba un poco de la pared en la que se apoyaba. Fuera, las voces seguían escuchándose, pero Arsi no les hacía ni el más mínimo caso. Estaba sumergida en sus recuerdos. En el recuerdo de un hombre al que no había podido olvidar desde esa lejana noche, porque en algún momento lo había sido todo para ella. Todo.
Se dejó caer un poquito más.
Recordó esa tarde calurosa de verano, en la que él la había invitado a comer a casa, bastante serio, por cierto. Arsi no le había dado la más mínima importancia; un mal día, supuso. Pero toda tranquilidad se esfumó cuando comprobó que lo que ocurría realmente era que aquello se había terminado, porque para él ya había otra. Porque ella sólo era una compañera de trabajo, y punto. Y lo que significaba algo para él de verdad eran su mujer y ese crío de alas verdes que jugueteaba por el sofá.
Ya casi estaba sentada en el suelo.
Sólo le quedaba recordar una tarde. La tarde que no había aguantado más. La tarde que los había matado, la tarde que había perdido los papeles y había conseguido invocar aquella hiedra venenosa para acabar con la vida de esa mujer... y del niño. La idea era perfecta...
¿Y por qué Tomas se había escapado...? ¿Y por qué su padre había muerto... había muerto por su culpa?
Arsi acabó enterrando la cabeza bajo sus brazos, sabiendo que todo aquello no tenía ningún sentido, y que ninguna de sus preguntas tendría jamás una respuesta.
Una lágrima le resbaló por la mejilla.
– Arsi, ¿qué está ocurriendo? ¿Estás bien?
Arsi levantó la cabeza de golpe al escuchar esa voz tan familiar y tan cercana a ella, olvidando que, en ese momento, una gota de agua estaba corriendo con total descaro por su rostro. Se la apartó velozmente, esperando que hubiese sido antes de que Fred la viese.
Fred... su voz había sonado con tal preocupación... Arsi sabía que no podía contarle la verdad. No, de ninguna manera.
Asintió un poco entrecortada con la cabeza y se encogió en su sitio (no podía creerse que estuviera comportándose de una forma tan estúpida y acobardada, porque ella no era así), preparada para idear una mentira. Una mentira que la haría salir airosa, porque Fred parecía dispuesto a creerla. Entornó los ojos y respiró con cuidado, deseando de veras que así fuese, y que el profesor no lo hubiese convencido todavía de lo contrario...
Arsi- Mensajes : 161
Fecha de inscripción : 17/02/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
Fred corrió hacía ella tan pronto como vio una pequeña lágrima deslizarse por su mejilla, quería abrazarla, para consolarla, cuando se secó la lágrima. Fred prefirió seguir de pie, esperando a ver la reacción de la chica, recordando las palabras de Caelan. Le resultaba imposible creer que ella fuese la causante de esa herida tan fea en el chico.
Arsi no respondió, se limitó a encogerse en su sitio para la sorpresa de Fred. La miró hecho un lío, no se suponía que tenía que actuar así, la Arsi que conocía se habría levantado, poniéndose bien el vestido y el cabello y hubiera salido de allí con un “me encuentro perfectamente” seguida se una de sus sonrisas. Se quitó la cola que se había hecho para atender al muchacho y mientras se ponía bien el pelo se sentó a su lado, pero no la miró, si quería que le explicara algo tenía que preservar su espacio. Suspiró y al ver que la chica no hablaba decidió romper el hielo. - ¡Joder! Me apetece muchísimo un piti, pero aquí esta prohibido fumar. Me tendré que contentar con hacerlo ver. – Dicho esto cogió un cigarrillo invisible e hizo ver que se lo fumaba.
Miró de reojo a Arsi, a ver si hablaba, necesitaba una explicación, la que fuera. No podía creer las palabras de Caelan, no quería creérselas.
Arsi no respondió, se limitó a encogerse en su sitio para la sorpresa de Fred. La miró hecho un lío, no se suponía que tenía que actuar así, la Arsi que conocía se habría levantado, poniéndose bien el vestido y el cabello y hubiera salido de allí con un “me encuentro perfectamente” seguida se una de sus sonrisas. Se quitó la cola que se había hecho para atender al muchacho y mientras se ponía bien el pelo se sentó a su lado, pero no la miró, si quería que le explicara algo tenía que preservar su espacio. Suspiró y al ver que la chica no hablaba decidió romper el hielo. - ¡Joder! Me apetece muchísimo un piti, pero aquí esta prohibido fumar. Me tendré que contentar con hacerlo ver. – Dicho esto cogió un cigarrillo invisible e hizo ver que se lo fumaba.
Miró de reojo a Arsi, a ver si hablaba, necesitaba una explicación, la que fuera. No podía creer las palabras de Caelan, no quería creérselas.
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
Arsi quiso sonreírle, aunque sólo fuera un poco, cuando lo escuchó soltar aquella estupidez que no venía al caso y fingiendo que se fumaba un cigarro. Que ella recordase, nunca había visto fumar a Fred delante de ella. Seguramente lo habría dicho por quebrar un poco el silencio incómodo que se había formado allí.
Rindiéndose ante la perspectiva de poder sonreírle, Arsi desvió la mirada y se encogió más (si eso era posible) Tomó aire, a sabiendas de que era el momento de hablar. Pero... algo se lo estaba impidiendo. Algo le hacía complicada la tarea de pronunciar una mentira, de... engañarlo. No podía engañarlo.
Pero tenía que hacerlo.
Inspiró con fuerza, otra vez, atreviéndose finalmente a entreabrir los labios y susurrar algo:
- É-él... yo... -su voz apenas se escuchaba, era como si tuviese que escupir esas palabras, como si toda la valentía y la frialdad que tanto le había costado conseguir se estuviese esfumando en ese momento, por un hombre. Por otro maldito hombre. Suspiró un poco y sus siguientes palabras sonaron más firmes- L-le dije que no entrara, pero se empeñó... después vinieron los... demonios, y... le hicieron eso... no sabía qué hacer... no sabía qué hacer...
No entendía muy bien por qué, pero después de pronunciar aquello (aquello que había sonado creíble, aquello que había salido bien), Arsi sintió una enorme oleada de remordimiento, de tristeza... una enorme fuerza que la arrastraba hasta el llanto.
Sin poder contenerse más, apoyó su cabeza sobre uno de los hombros de Fred y pasó un brazo por delante de su pecho, abrazándolo un poco.
Y sollozó.
Rindiéndose ante la perspectiva de poder sonreírle, Arsi desvió la mirada y se encogió más (si eso era posible) Tomó aire, a sabiendas de que era el momento de hablar. Pero... algo se lo estaba impidiendo. Algo le hacía complicada la tarea de pronunciar una mentira, de... engañarlo. No podía engañarlo.
Pero tenía que hacerlo.
Inspiró con fuerza, otra vez, atreviéndose finalmente a entreabrir los labios y susurrar algo:
- É-él... yo... -su voz apenas se escuchaba, era como si tuviese que escupir esas palabras, como si toda la valentía y la frialdad que tanto le había costado conseguir se estuviese esfumando en ese momento, por un hombre. Por otro maldito hombre. Suspiró un poco y sus siguientes palabras sonaron más firmes- L-le dije que no entrara, pero se empeñó... después vinieron los... demonios, y... le hicieron eso... no sabía qué hacer... no sabía qué hacer...
No entendía muy bien por qué, pero después de pronunciar aquello (aquello que había sonado creíble, aquello que había salido bien), Arsi sintió una enorme oleada de remordimiento, de tristeza... una enorme fuerza que la arrastraba hasta el llanto.
Sin poder contenerse más, apoyó su cabeza sobre uno de los hombros de Fred y pasó un brazo por delante de su pecho, abrazándolo un poco.
Y sollozó.
Arsi- Mensajes : 161
Fecha de inscripción : 17/02/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
Fred miró a Arsi, con ganas de abrazarla, nunca la había visto así y no le gustaba. Prefería esa Arsi altiva de siempre, la que le sonreía las gracias, la que le tomaba el pelo… la de siempre.
Cuando se volvió a encoger antes de hablar, él se giró para ella, dispuesto a romper esa barrera que parecía estar entre los dos para abrazarla, pero no hizo falta porque cuando ella acabó de hablar lo hizo. Fred pasó uno de sus brazos por encima de ella, rodeándola, y con el otro le acarició el pelo mientras miraba adelante con su cabeza apoyada un poco a la de ella. Mientras estaban así, en silencio, esperando a que ella se tranquilizara un poco Fred suspiró, fue un suspiro de alivio.
Ella le había dicho que fueron los demonios quienes atacaron al chico, no ella, seguramente Caelan lo había visto mal o no lo había visto, simplemente la había acusado porque sí, porque necesitaba acusar a alguien. Pero a él le daba igual lo que dijese el profesor, con las palabras de Arsi tenía suficiente.
Como veía que le costaba tranquilizarse decidió hacer algo – Tranquilízate Arsi, el chico ya esta bien, le estoy haciendo una transfusión. – una vez dijo eso se recordó que tenía que ir a ver como iba, no sabía exactamente cuanto tiempo llevaba ahí dentro. - ¿Quieres quedarte aquí un poco más? Yo ahora te traigo una manzanilla, ¿te apetece? – dijo bajando la cabeza para mirarla mientras le sonreía.
Cuando se volvió a encoger antes de hablar, él se giró para ella, dispuesto a romper esa barrera que parecía estar entre los dos para abrazarla, pero no hizo falta porque cuando ella acabó de hablar lo hizo. Fred pasó uno de sus brazos por encima de ella, rodeándola, y con el otro le acarició el pelo mientras miraba adelante con su cabeza apoyada un poco a la de ella. Mientras estaban así, en silencio, esperando a que ella se tranquilizara un poco Fred suspiró, fue un suspiro de alivio.
Ella le había dicho que fueron los demonios quienes atacaron al chico, no ella, seguramente Caelan lo había visto mal o no lo había visto, simplemente la había acusado porque sí, porque necesitaba acusar a alguien. Pero a él le daba igual lo que dijese el profesor, con las palabras de Arsi tenía suficiente.
Como veía que le costaba tranquilizarse decidió hacer algo – Tranquilízate Arsi, el chico ya esta bien, le estoy haciendo una transfusión. – una vez dijo eso se recordó que tenía que ir a ver como iba, no sabía exactamente cuanto tiempo llevaba ahí dentro. - ¿Quieres quedarte aquí un poco más? Yo ahora te traigo una manzanilla, ¿te apetece? – dijo bajando la cabeza para mirarla mientras le sonreía.
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
(Pero qué penica me da Fred, con lo buenazo que ess!! Lo sieento, Arsi es malaaa!! *snif* Y perdón por tardar tanto en responder...)
En cuanto sintió cómo los brazos de Fred también la recubrían, pegándola aún más a él, Arsi se acurrucó sobre su pecho sin darse cuenta. También sin darse cuenta, sus lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. También, sin darse cuenta, dejó salir todo ese dolor que había cargado con ella desde esos últimos nueve años, dejó que todo se escapara, porque, sin darse cuenta, su cuerpo acababa de convertirse en algo independiente que no esperaba sus órdenes frías y distantes para actuar.
Ese silencio lejano se extendió completamente en esa habitación, mientras Fred proseguía abrazándola, mientras ella seguía lloriqueando. Hacía tanto tiempo que no lloraba que casi no recordaba haberse escuchado así nunca.
Y sólo pudo volver a tomar posesión de su cuerpo, cuando escuchó a Fred susurrarle algo, y cuando levantó su mirada y vio aquella sonrisa dulce que le estaba dedicando, aquella sonrisa tan sincera, tan... entregada.
Arsi volvió a hacer descender su mirada, sin poder creer que su corazón acabase de palpitar como ella creía que había palpitado. Con fuerza. Con un sentimiento que había sentido sólo una vez en su vida y no quería volver a sentir. Pero un sentimiento precioso al fin y al cabo.
Casi sin darse cuenta, entornó los ojos e intercaló un suspiro mientras pegaba su frente a la de él, sin responder a su pregunta, sin moverse de esa posición, sin atreverse a hacer lo que, ahora, a su cuerpo se le había antojado hacer.
Abrió de nuevo los ojos, con su cabeza todavía pegada a la del hombre.
"¡¿Qué tontería estoy haciendo?!"
Se apartó de él en cuanto aquel pensamiento le cruzó la mente, y la hizo regresar a la normalidad. No podía creer que hubiese querido... que hubiese estado a punto de... era una completa idiota.
- N-no... -su voz sonaba horrible. Carraspeó, intentando aclararse la garganta, y luego se puso en pie. Fred pareció mirarla algo sorprendido- Estoy bien... per...dona, no... quería ponerme así -sonrió algo nerviosa (¡Nerviosa! Era increíble) mientras se limpiaba con el brazo algunas lágrimas que quedaban en su cara. Al intentar pasarse la mano, se había dado cuenta de que la quemada estaba empezando a dolerle. Sería mejor que saliese de allí y se la curase- Estoy bien.
Y lo repitió de nuevo, como si quisiera metérselo bien en su propia cabeza.
En cuanto sintió cómo los brazos de Fred también la recubrían, pegándola aún más a él, Arsi se acurrucó sobre su pecho sin darse cuenta. También sin darse cuenta, sus lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. También, sin darse cuenta, dejó salir todo ese dolor que había cargado con ella desde esos últimos nueve años, dejó que todo se escapara, porque, sin darse cuenta, su cuerpo acababa de convertirse en algo independiente que no esperaba sus órdenes frías y distantes para actuar.
Ese silencio lejano se extendió completamente en esa habitación, mientras Fred proseguía abrazándola, mientras ella seguía lloriqueando. Hacía tanto tiempo que no lloraba que casi no recordaba haberse escuchado así nunca.
Y sólo pudo volver a tomar posesión de su cuerpo, cuando escuchó a Fred susurrarle algo, y cuando levantó su mirada y vio aquella sonrisa dulce que le estaba dedicando, aquella sonrisa tan sincera, tan... entregada.
Arsi volvió a hacer descender su mirada, sin poder creer que su corazón acabase de palpitar como ella creía que había palpitado. Con fuerza. Con un sentimiento que había sentido sólo una vez en su vida y no quería volver a sentir. Pero un sentimiento precioso al fin y al cabo.
Casi sin darse cuenta, entornó los ojos e intercaló un suspiro mientras pegaba su frente a la de él, sin responder a su pregunta, sin moverse de esa posición, sin atreverse a hacer lo que, ahora, a su cuerpo se le había antojado hacer.
Abrió de nuevo los ojos, con su cabeza todavía pegada a la del hombre.
"¡¿Qué tontería estoy haciendo?!"
Se apartó de él en cuanto aquel pensamiento le cruzó la mente, y la hizo regresar a la normalidad. No podía creer que hubiese querido... que hubiese estado a punto de... era una completa idiota.
- N-no... -su voz sonaba horrible. Carraspeó, intentando aclararse la garganta, y luego se puso en pie. Fred pareció mirarla algo sorprendido- Estoy bien... per...dona, no... quería ponerme así -sonrió algo nerviosa (¡Nerviosa! Era increíble) mientras se limpiaba con el brazo algunas lágrimas que quedaban en su cara. Al intentar pasarse la mano, se había dado cuenta de que la quemada estaba empezando a dolerle. Sería mejor que saliese de allí y se la curase- Estoy bien.
Y lo repitió de nuevo, como si quisiera metérselo bien en su propia cabeza.
Arsi- Mensajes : 161
Fecha de inscripción : 17/02/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
(Siento haber tardado tanto... era muy complicado y bueno.. salió esto T.T)
Fred observó a Arsi, atento a sus movimientos. Quería ir a fuera, para comprobar como iba todo el asunto del chico pero no podía dejar a la chica así. No la conocía tanto como para saber como iba a reaccionar, él se esperaba que dijera que sí a la manzanilla y se esperara allí un rato hasta que se le pasase el llanto por eso cuando vio que Arsi se empezó a acercar a más a él se sorprendió.
Notó la frente de la enfermera en contacto con la suya y sus ojos cerrados. Se quedó quieto, ¿realmente estaba a punto de besarle? ¿Qué había ocurrido allí? No podía reaccionar de ninguna manera aunque no estaba realmente preparado par alo que iba a ocurrir allí, ¿o sí? No lo sabía, no sabía nada. No sabía si debía moverse, si besarla, si apartarla, si irse, si quedarse, si….
Arsi abrió los ojos y antes de que él pudiera hacer algo ella misma se apartó. Habló muy nerviosa, excusándose y Fred no sabía ni que decir. Estaba hecho un lío, ¿había hecho algo mal? Se levantó y le colocó la mano en el hombro, para tranquilizarla un poco. – Arsi… Quédate aquí mientras te tranquilizas, debes de estar en shock por lo que ha pasado. Y voy a fuera a ver como están Tomas y Chispitas y vuelvo ahora, ¿de acuerdo? – Dijo con una de sus sonrisas.
Acto seguido se fue para fuera, vio alos dos en sus camillas correspondientes, todo parecía correcto. Se acercó a Cae. – tú, ¿estas bien?
Fred observó a Arsi, atento a sus movimientos. Quería ir a fuera, para comprobar como iba todo el asunto del chico pero no podía dejar a la chica así. No la conocía tanto como para saber como iba a reaccionar, él se esperaba que dijera que sí a la manzanilla y se esperara allí un rato hasta que se le pasase el llanto por eso cuando vio que Arsi se empezó a acercar a más a él se sorprendió.
Notó la frente de la enfermera en contacto con la suya y sus ojos cerrados. Se quedó quieto, ¿realmente estaba a punto de besarle? ¿Qué había ocurrido allí? No podía reaccionar de ninguna manera aunque no estaba realmente preparado par alo que iba a ocurrir allí, ¿o sí? No lo sabía, no sabía nada. No sabía si debía moverse, si besarla, si apartarla, si irse, si quedarse, si….
Arsi abrió los ojos y antes de que él pudiera hacer algo ella misma se apartó. Habló muy nerviosa, excusándose y Fred no sabía ni que decir. Estaba hecho un lío, ¿había hecho algo mal? Se levantó y le colocó la mano en el hombro, para tranquilizarla un poco. – Arsi… Quédate aquí mientras te tranquilizas, debes de estar en shock por lo que ha pasado. Y voy a fuera a ver como están Tomas y Chispitas y vuelvo ahora, ¿de acuerdo? – Dijo con una de sus sonrisas.
Acto seguido se fue para fuera, vio alos dos en sus camillas correspondientes, todo parecía correcto. Se acercó a Cae. – tú, ¿estas bien?
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
Caelan abrió los ojos en cuanto escuchó que la puerta del almacén volvía a abrirse, y cuando vio salir a Fred de allí, solo y serio, se preguntó qué diablos habría ocurrido. El enfermero cerró la puerta tras de sí y Arsi no hizo acto de presencia, por lo que Caelan supuso que se había quedado encerrada allí por órden de Fred. Lo deseó. Fred la habría obligado, a la espera de decidir qué hacían con ella, ¿no?
- Tú, ¿estás bien? - al profesor de fuego casi le sorprendió el tono ausente de su voz que, a su entender, no era presagio de nada bueno. ¿Por qué esaba ausente? ¿Tanto le había afectado descubrir las intenciones de su compañera de trabajo? Sí, sería aquello
- Claro - murmuró, porque se dio cuenta de que, aunque había asentido, Fred no le estaba prestando atención. Dirigió una mirada de lado a la camilla en la que estaba tumbado Tomas y preguntó -: ¿Está bien él? Parece que ha recuperado un poco el color - y ya podría haberlo recuperado, porque Caelan tenía la sensación de que le había dado tanta sangre que él mismo se había acabado poniendo pálido. Negó con la cabeza y clavó los ojos en Fred para pregntarle, antes que a él le diera por responder, cambiar de tema y hacer que se le olvidara -: ¿Qué vamos a hacer con Arsi? Tenemos que entregarla a Medea.
Y supo, en el mismo instante en que Fred lo miró, que definitivamente las cosas no estaban como él las había sospechado. Oh, no.
- Tú, ¿estás bien? - al profesor de fuego casi le sorprendió el tono ausente de su voz que, a su entender, no era presagio de nada bueno. ¿Por qué esaba ausente? ¿Tanto le había afectado descubrir las intenciones de su compañera de trabajo? Sí, sería aquello
- Claro - murmuró, porque se dio cuenta de que, aunque había asentido, Fred no le estaba prestando atención. Dirigió una mirada de lado a la camilla en la que estaba tumbado Tomas y preguntó -: ¿Está bien él? Parece que ha recuperado un poco el color - y ya podría haberlo recuperado, porque Caelan tenía la sensación de que le había dado tanta sangre que él mismo se había acabado poniendo pálido. Negó con la cabeza y clavó los ojos en Fred para pregntarle, antes que a él le diera por responder, cambiar de tema y hacer que se le olvidara -: ¿Qué vamos a hacer con Arsi? Tenemos que entregarla a Medea.
Y supo, en el mismo instante en que Fred lo miró, que definitivamente las cosas no estaban como él las había sospechado. Oh, no.
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
Después de la respuesta de Caelan, Fred meneó la cabeza, como para hacer que sus pensamientos se fueran de una vez y se acercó a Tomas. Su herida estaba bien y sus constantes eran correctas, por lo que se dispuso a para la transfusión y dejar descansar al chico. Al oír al profesor preguntar por el chico lo informó sin dejar de hacer lo que había empezado, dejando el comentario para Arsi para más tarde. – Tomas ya esta estable, ahora estoy parando ya la transfusión. Supongo que te debo un gracias. – dijo mirándolo con media sonrisa (forzada) y sin dejar de parar la transfusión.
Una vez acabó levantó al cabeza para Caelan y lo miró, había estado pensando en lo que le había dicho. Él creía que Arsi había atacado el chico, pero ella el había asegurado que no había sido así y él quería creerla a ella, lo necesitaba. - ¿Cómo qué que vamos a hacer con ella? Pues nada, no ha hecho nada. – Y antes de que el profesor pudiera añadir algo él habló – Y punto. Ahora levántate poco a poco, no sea que te marees. – Movió la mano y le acercó algo de comida – Toma, necesitas comer.
Una vez acabó levantó al cabeza para Caelan y lo miró, había estado pensando en lo que le había dicho. Él creía que Arsi había atacado el chico, pero ella el había asegurado que no había sido así y él quería creerla a ella, lo necesitaba. - ¿Cómo qué que vamos a hacer con ella? Pues nada, no ha hecho nada. – Y antes de que el profesor pudiera añadir algo él habló – Y punto. Ahora levántate poco a poco, no sea que te marees. – Movió la mano y le acercó algo de comida – Toma, necesitas comer.
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
Caelan aceptó la comida casi sin darse cuenta, pero no la miró demasiado porque había abierto mucho los ojos y los había clavado en Fred. Tenía ojeras, y su piel, normalmente de un saludable color marron, se había acetrinado un poco hasta volverse cenicienta por culpa de la pérdida de sangre, dándole un aspecto algo enfermizo que no redujo ni un poco el respeto que infundía a través de su seria mirada.
Esperaba no haberlo entendido bien.
- ¿Qué? - escupió mordazmente. La expresióntranquila y ausente del enfermero no cambió ni un ápice -. Vamos Fred, no me jodas. Ni siquiera tú eres tan estúpido como para... - ...creerte esas patrañas.
Caelan sabía lo que había ocurrido. Vale, no conocía toda la historia, ni sabía por qué había empezado ni qué motivación había tenido, pero sabía lo que había ocurrido en Die Totem, porque lo había visto, y con eso tenía suficiente. Arsi había intentado asesinar a un alumno (o, más bien, lo había llevado a un lugar en el que estaba segura que moriría), y el hecho que, después de la intervención de Caelan, lo hubiera ayudado a escapar, no la hacía menos culpable. Solo había intentado salvar su propia vida cuando se había visto atrapada.
Todo era culpa de Arsi (aunque ahora llorase amargamente, se hiciera la víctima y les saliera con excusas que no se creería nadie. Todo era culpa de ella).
Pero, al parecer, Fred sí la había creído.
- Dios, ¡si que eres tan estúpido! - Caelan se golpeó en la frente con la palma de la mano abierta, y bufó -. Te la has creído, ¿verdad? Te ha soltado cualquier chorrada y tú la has creído - volvió a bufar, notando que se mareaba por culpa del enfado y la debilidad que llevaba encima, y se recostó tapándose los ojos ocn el brazo -. No estabas allí... - le reprochó -. Tú no la viste. Y yo... - apartó el brazó y miró a Fred de lado, con los ojos entornados y expresión decidida -, yo no me la creo.
((Sooooorry Nat, sé que dije que iba a cerrar, pero luego vi que tenía que poner algo así o no sería Caelan =w= Contesta tranquilamente y ya, en el próximo, juro que se levanta, dice cuatro cosillas a un par de ciertos enfermeros, y cierro (a no ser que Lolly o tú queráis añadir entonces algo más) ))
Esperaba no haberlo entendido bien.
- ¿Qué? - escupió mordazmente. La expresióntranquila y ausente del enfermero no cambió ni un ápice -. Vamos Fred, no me jodas. Ni siquiera tú eres tan estúpido como para... - ...creerte esas patrañas.
Caelan sabía lo que había ocurrido. Vale, no conocía toda la historia, ni sabía por qué había empezado ni qué motivación había tenido, pero sabía lo que había ocurrido en Die Totem, porque lo había visto, y con eso tenía suficiente. Arsi había intentado asesinar a un alumno (o, más bien, lo había llevado a un lugar en el que estaba segura que moriría), y el hecho que, después de la intervención de Caelan, lo hubiera ayudado a escapar, no la hacía menos culpable. Solo había intentado salvar su propia vida cuando se había visto atrapada.
Todo era culpa de Arsi (aunque ahora llorase amargamente, se hiciera la víctima y les saliera con excusas que no se creería nadie. Todo era culpa de ella).
Pero, al parecer, Fred sí la había creído.
- Dios, ¡si que eres tan estúpido! - Caelan se golpeó en la frente con la palma de la mano abierta, y bufó -. Te la has creído, ¿verdad? Te ha soltado cualquier chorrada y tú la has creído - volvió a bufar, notando que se mareaba por culpa del enfado y la debilidad que llevaba encima, y se recostó tapándose los ojos ocn el brazo -. No estabas allí... - le reprochó -. Tú no la viste. Y yo... - apartó el brazó y miró a Fred de lado, con los ojos entornados y expresión decidida -, yo no me la creo.
((Sooooorry Nat, sé que dije que iba a cerrar, pero luego vi que tenía que poner algo así o no sería Caelan =w= Contesta tranquilamente y ya, en el próximo, juro que se levanta, dice cuatro cosillas a un par de ciertos enfermeros, y cierro (a no ser que Lolly o tú queráis añadir entonces algo más) ))
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
Fred suspiró ante la reacción de Caelan. Vale, sí, las dos versiones no se parecían en nada excepto en que el chico había sido atacado, pero él había decidido creer a Arsi y eso haría. Pero las palabras de Caelan, ante su reacción de ausentismo, le cayeron como un jarrón de agua helada. Desvió la mirada del profesor un momento para coger fuerzas para contestar. Porque vale, había decidido creer a Arsi y lo que le había dicho tenía sentido pero… ¿qué necesidad tenía Caelan de mentir de esa manera? Meneó la cabeza mientras empezaba a limpiar la enfermería, había decidido creer a Arsi y eso haría. Por eso la segunda tanda de palabras de Caelan le sentaron aún peor.
- Primero, no soy estúpido. Segundo, sí, me la he creído y si tienes algún problema te lo solucionas solito que ya eres mayorcito. Tercero, Yo no la vi y tú… Tú tampoco, llegaste más tarde. Así que te callas y ya. Ahora… ¿Puedes levantarte o necesitas más tiempo? Si necesitas más tiempo nada quédate lo que necesites, pero en silencio y si ya te puedes levantar adiós. Recuerda no hacer esfuerzos hoy ni en unos días ¡y come bien! – le dijo mientras seguía a lo suyo. Vio como el profesor se levantaba y mientras se cruzaba con él le susurró – Necesito creerla, no lo hago porque sí. – Dicho esto siguió con lo suyo, ignorando la reacción o cualquier respuesta de Caelan.
- Primero, no soy estúpido. Segundo, sí, me la he creído y si tienes algún problema te lo solucionas solito que ya eres mayorcito. Tercero, Yo no la vi y tú… Tú tampoco, llegaste más tarde. Así que te callas y ya. Ahora… ¿Puedes levantarte o necesitas más tiempo? Si necesitas más tiempo nada quédate lo que necesites, pero en silencio y si ya te puedes levantar adiós. Recuerda no hacer esfuerzos hoy ni en unos días ¡y come bien! – le dijo mientras seguía a lo suyo. Vio como el profesor se levantaba y mientras se cruzaba con él le susurró – Necesito creerla, no lo hago porque sí. – Dicho esto siguió con lo suyo, ignorando la reacción o cualquier respuesta de Caelan.
Fred- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 16/02/2011
Re: De regreso de las ruinas (priv.)
Aunque todavía no estaba recuperado del todo (pues se sentía mareado, y débil, y estaba seguro que las paredes no se movían aunque él las viera temblar un poco), Caelan se irguió con repidez y presteza y se puso de pie, luchando por mantener el equilibrio. Apoyando una mano en la camilla durante el segundo que le costó mantenerse de pie, juntó toda la mala leche que pudo y clavó en Fred una mirada acusadora, pasando acto seguido a su lado lo más dignamente que pudo, silencioso (porque sí, porque el enfermerucho ese era idiota y no se merecía ni siquiera que lo mirase con desprecio).
- Necesito creerla, no lo hago porque sí
Caelan se detuvo un segundo y le dirigió una leve mirada a la tensa y ancha espalda del pelirrojo, meditando sobre si darle una respuesta mordaz, recordándole todo lo que pensaba de él o, por el contrario, callarse.
- Haz lo que te de la gana... - murmuró, sin inclinarse al final hacia ninguna de las dos opciones (y no porque no le parecieran atractivas, sino porque estaba mareado y aturdido y su cuero no acababa de obedecer las órdenes que el cerebro mandaba) -. Pero haznos un favor a todos y no le quites el ojo de encima a esa bruja. ¿Necesitas creerla? Pues vale, creéla. Pero luego, cuando mate a alguien, que no te pille por sorpresa - hizo una pausa y miró a Tomas un segundo, notando que se angustiaba al dejarlo allí. Pensaba volver en un rato y seguir de cerca su evolución. Eso seguro -. Y asegúrate de ser tú quién cure al muchacho, ¿quieres?
Echó a andar hacia la puerta otra vez, meditando si sería capaz de arrastrarse hasta la cocina o si sería más efectivo volver a su habitación directamente y mandar a Moses a buscar algo para comer, pero al último momento se desvió un poco y pasó al lado de la puerta del almacen.
No la abrió, ni hizo ningún gesto brusco, solo se quedó mirando la madera con rencor, como si quisiera rebentarla con la mirada, y luego se acercó más hasta casi apoyar la frente sobre ella.
- Voy a vigilarte de cerca - susurró, flojito, sabiendo que Arsi lo escucharía aunque hubiera vuelto a ocultar sus orejas bajo ese ridículo disfraz humano -. No dejaré que te salgas con la tuya.
Y, después de eso, sin volver a dirigir la mirada hacia atrás, Caelan abandonó la enfermería.
Solo hasta la noche.
(Bueno, chicas, dudo que tengáis nada más que añadir, así que, a la que me lo confirméis, mando el tema a cerrados OwO)
- Necesito creerla, no lo hago porque sí
Caelan se detuvo un segundo y le dirigió una leve mirada a la tensa y ancha espalda del pelirrojo, meditando sobre si darle una respuesta mordaz, recordándole todo lo que pensaba de él o, por el contrario, callarse.
- Haz lo que te de la gana... - murmuró, sin inclinarse al final hacia ninguna de las dos opciones (y no porque no le parecieran atractivas, sino porque estaba mareado y aturdido y su cuero no acababa de obedecer las órdenes que el cerebro mandaba) -. Pero haznos un favor a todos y no le quites el ojo de encima a esa bruja. ¿Necesitas creerla? Pues vale, creéla. Pero luego, cuando mate a alguien, que no te pille por sorpresa - hizo una pausa y miró a Tomas un segundo, notando que se angustiaba al dejarlo allí. Pensaba volver en un rato y seguir de cerca su evolución. Eso seguro -. Y asegúrate de ser tú quién cure al muchacho, ¿quieres?
Echó a andar hacia la puerta otra vez, meditando si sería capaz de arrastrarse hasta la cocina o si sería más efectivo volver a su habitación directamente y mandar a Moses a buscar algo para comer, pero al último momento se desvió un poco y pasó al lado de la puerta del almacen.
No la abrió, ni hizo ningún gesto brusco, solo se quedó mirando la madera con rencor, como si quisiera rebentarla con la mirada, y luego se acercó más hasta casi apoyar la frente sobre ella.
- Voy a vigilarte de cerca - susurró, flojito, sabiendo que Arsi lo escucharía aunque hubiera vuelto a ocultar sus orejas bajo ese ridículo disfraz humano -. No dejaré que te salgas con la tuya.
Y, después de eso, sin volver a dirigir la mirada hacia atrás, Caelan abandonó la enfermería.
Solo hasta la noche.
(Bueno, chicas, dudo que tengáis nada más que añadir, así que, a la que me lo confirméis, mando el tema a cerrados OwO)
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
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