El deseo de una chica

Era un día bastante bonito en el pueblo Mondphase, las personas en la calle parecían radiantes y los vendedores muy animados, la zona comercial del pueblo siempre estaba con esa aura de calidez y llena de personas amables.

Medea le había dado dinero a Blau para que comprará lo que desee en las tiendas, después de todo la bruja no siempre puede ir a acompañarla pues el día de hoy Boden le había cachado dejándose su trabajo a él por lo que no pudo acompañarla y así Blau fue sola por las tiendas del pueblo. Pero algo era diferente, las personas miraban más a la dragoncita de lo normal - Es el vestido... - Dijo muy bajito la dragoncita avergonzada de que tantas personas la mirarán pues llevaba un hermoso vestido que le había regalado Medea, esta vez más extravagante que la ropa que usa usualmente la dragoncita - Que vergüenza... -

Ya había pasado sola por varias tiendas pero sin ninguna sin llamarle la atención, o al menos hasta que vio una pequeña tienda de antigüedades, dentro, en el mostrador, había una hermosa y pequeña cajita de música, simple, y de madera. Blau nunca había tenido una propia y el precio era suficiente para que pudiera comprarla.


Pero cuando se iba acercando a la tienda dos hombres tropezaron con ella, primero se mostraron molestos pero luego miraron mejor a Blau - Yo… Lo siento… - Dijo la pobre muy avergonzada pero los chicos sonrieron cortándole el paso a la chica dejándola contra la pared.

- ¿Qué deberíamos hacer? Es muy linda ¿No crees? – Le dijo el más alto al de al lado – Creo que podríamos jugar con ella un rato… ¿Qué dices preciosidad? Ven con nosotros – Los ojos de la dragoncita se volvieron vidriosos mientras bajaba la cabeza, esas personas no eran definitivamente buenas personas pero como ¿Haría para salir de esa?

Blau escucho una voz conocida que llamaba su nombre, al levantar el rostro miro a Phyro y sin dudarlo dos veces Blau salió corriendo entre los dos chicos que estaban atónitos mirando a Phyro, Blau se coloco rápidamente tras de Phyro mirando por su hombro a los dos chicos que miraban a ambos familiares con mala cara - E-Ellos no... - Blau guardo silencio al ver como ambos la miraban al hablar y se escondió aun más tras Phyro murmurándole bajito - No son amigos... No parecen tener buenas intenciones tampoco... -

- Oye chico, estábamos hablando con la señorita primero, no deberías ser mal educado, niño - Menciono uno de los hombres mirando con mala cara a Phyro mientras el otro asentía - Eso es cierto, la chica iba a venir con nosotros ¿No? - Dijo mirando de reojo a Blau la cual se asusto un poco temblando, a pesar de ser un dragón era completamente pacifica y se rehusaría a toda costa a usar sus habilidades mágicas - Yo no quiero... - Murmuró Blau pero uno de los chicos la tomo por la muñeca - Vente, nos divertiremos -

Los dos hombres le clavaron la mirada a Phyro, claramente no lo veían como una amenaza - Mocoso molesto ¿Porque no te vas a molestar a otros mientras nosotros nos divertimos con la señorita? - Comento el que sujetaba a Blau de la muñeca acercándola más a él pasando su otra mano por sus caderas, los ojos de la dragoncita se volvieron vidriosos a punto de llorar y sus mejillas se coloraron de vergüenza mientras sus ojos se clavaban en los de Phyro - ¡Phyrooooooo! - El chico de inmediato le cubrió la boca con su mano a Blau la cual comenzó a llorar llena de nervios.

El chico que sujetaba a Blau se quedo helado al observar como las manos de Phyro se llenaban de llamas, no lo dudo ni un momento, soltó a la chica empujándola haciendo que se callera al suelo mientras el salió corriendo el que estaba bajo a Phyro se escapo como pudo - ¡E-Es un mago! ¡Está loco! - Gritaron ambos mientras Blau estaba sentada en el suelo sollozando un poco - Sniff sniff... - Blau se paso las manos por las mejillas y se levanto - Phyro... -

La dragoncita se acomodo la ropa dando un par de palmaditas a su falda, quitando el polvo que había tomado al caerse, junto sus manso y camino hasta quedar al lado del pajarito al cual le sonrió amablemente para luego abrazarlo - Muchísimas gracias Phyro - Dijo cerrando los ojos aun temblando un poco por el susto pero ya más calmada y aliviada.

Blau miro a Phyro algo sonrojada moviendo su colita, se iba calmando de a poco y comenzaba ya a sonreír como siempre - Gracias, la siguiente vez te llamaré para que vengas conmigo, es que iba a venir con Medea pero le vino trabajo de última hora… También me dio esta ropa para vestir ¿No me veo rara? - Blau se apartó un poco de Phyro y sujeto suavemente su mano sin dejar de mover su colita, se le había hecho costumbre tomarlo de la mano pues le había tomado mucho cariño.

- Oh, ¿Y qué haces aquí solo? ¿No estás con tu amo? - Menciono Blau mirando a los lados a ver si veía alguna cara familiar, pero se resigno al momento y miro a Phyro.

- Claro, tomare uno si no es molestia - Blau sonrió y tomo uno de los caramelos de la bolsita de Phyro mientras abría la bolsita que la envolvía - Yo vine porque Medea me dio dinero para comprarme algo, la verdad la ropa no me llama mucho la atención por lo que no pase por esas tiendas, busque algunos collares o pulseritas pero son demasiado caros, pensaba en algunos dulces pero Medea siempre tiene en la habitación para mi - mencionaba la dragoncita mientras se llevaba el caramelo a los labios - Luego vi una cajita de música aquí - Camino hasta la tienda de antigüedades pero no veía por el vidrio la cajita de música que había visto desde afuera, soltó la mano de Phyro y comenzó a mirar alrededor, entrando en la tienda, no veía por ningún lado la cajita de música.

- ¿Que estas buscando jovencita? - Menciono un anciano caminando hacia ella con un bastón, parecía ya bastante difícil para él caminar - Una cajita de música señor, era de madera, bastante sencilla, estaba en el mostrador - El anciano se llevo la mano tembloroso por la edad a la barbilla rascándose suavemente mientras pensaba - Esa cajita ya la vendí jovencita - Blau se desanimo un poco pero se reverencio amablemente - Oh, no lo sabía, muchas gracias de todos modos - Blau suspiro y salió de la tienda junto a Phyro - Al final que no compre nada para mi... -

Blau sonrió pero luego ladeo un poco la cabeza bajando sus orejitas- Oh... Pero me sentiría mal si le cambiara la cajita a la persona que la compro... Creo que simplemente debo conseguir una o desistir, al menos por el día de hoy - Blau tomo suavemente la mano de Phyro y comenzó a caminar junto a él por las tiendas, mirando en los vidrios de los mostradores poder encontrar alguna cajita de música pero o eran demasiado extravagantes para su gusto o muy caras como para poder comprar alguna.

Pasaron por varias tiendas hasta que Blau se sentó en un banquito cansada cerrando los ojos - No aguanto las piernas... No hemos podido conseguir ni una sola cajita de música decente... - Menciono mirando a Phyro algo decepcionada.

Blau ladeo la cabeza mirando a Phyro -¿Que porque a las chicas les gusta?... Hmmm... Supongo que es por el sonido que hacen, me parece muy relajante, cuando era apenas una cría Medea me colocaba a veces una cajita de música que ella tenia pero se daño con el tiempo... Quiero una de nuevo, es solo eso - Blau sonrío y luego movió su colita un poco - ¿Hacer una? L-La verdad soy bastante mala haciendo cosas con la mano... - Blau se sonrojó un poco sonriendo - ¿Si es así me ayudarías a hacer una? – pregunto al mismo tiempo que le dedicaba una dulce sonrisa.

- Si... suena bastante bien... - Dijo Blau quedando casi hipnotizada por la música. Luego al terminar de oír su interpretación pudo notar que oscurecía, el tiempo había volado y no pudo conseguir la caja musical en ningún lado - Oh... Ya es tarde Phyro, Medea se enojará conmigo si voy tarde a casa... Discúlpame, me marcho... - Dijo mientras hacia una pequeña reverencia para luego mirar al familiar y darle un cálido abrazo como despedida - gracias por acompañarme el día de hoy... Fuiste el héroe de mi día... - Musito algo sonrojada para luego depositar un tierno beso a su mejilla y disponerse a marchar, no antes de despedirse con la mano antes de comenzar a caminar.