Salón de música 2

Al día siguiente de su llegada, el primer lugar al que se dirigió Evan por la mañana fue el salón de música. Había estado varios días tan ocupado con el viaje y los papeleríos, que no había tenido tiempo de relajarse tocando alguna melodía como solía hacer cada tanto.
Ingresó al amplio salón y, aliviado, vio que no había nadie. Sólo pisar aquel lugar lo llenaba de felicidad. Cada objeto, cada rayo de luz que ingresaba por la ventana y cada sombra que se reflejaba le parecía hermoso.

Sin embargo, a pesar de ser una persona alegre, soberbia y egocéntrica, ¿por qué no podía evitar sentirse solo en momentos como estos?

Finalmente se sentó frente al piano. -...Lo siento amigo, creo que te usaré por un momento...- sonrió.

Recordó una canción que había conocido bajo pésimas circunstancias, y casi por inercia, comenzó a tocarla y a cantar.


Al finalizar, dejó reposar la mente durante unos minutos, mientras el silencio invadía la sala luego de la última nota de aquella canción.

Guardé silencio al escuchar la última nota invadir la habitación. - Vaya... que... hermoso. - Sonreí mientras entraba con cuidado al salón, con mis manos juntas y los ojos cerrados. - Hacía mucho que no escuchaba a alguien interpretar una pieza tan bella.

Afortunadamente, su expresión de sorpresa mezclada con pánico al oir la voz de Clio quedó oculta debido a que se encontraba de espaldas a la profesora.
Tras un segundo de inmovilidad, volteó para ver a la chica.

-¡Oh, Clio-san~! ^_^...- dijo, devolviendo la sonrisa de galán habitual en su rostro - ¿qué te trae por aqui tan temprano? C: -

Decidió obviar los comentarios de Clio acerca de la canción. No era una persona a la que le gustara verse vulnerable frente a los demás, y mucho menos frente a una dama.

- Eh... pues... últimamente sólo me dedico a vagar en la Academia, jeje. Terminé aquí al escuchar la melodía. - Me encogí de hombros. - Espero que no te moleste que esté aquí, Evan - Sonreí.

-¡Para nada, para nada! ^_^... - Evan se levantó y comenzó a caminar con un poco de prisa para retirarse del salón - Sólo estaba viendo que el piano estuviera bien afinado... Por cierto, ¿ya desayunaste? - preguntó, cediéndole el paso disimuladamente a Clio para que lo acompañara en su camino.

Sonreí. - ¿No has desayunado aún? ¡Podría prepararte algo! - Caminé al lado del chico.

*los ojos del profesor se iluminaron mágicamente* -¿D-de verdad??? *3* -

Lo cierto es que no había comido nada desde el día anterior al mediodía, pero lo que lo hacía feliz en este caso era que alguien le preparara el desayuno. Había vivido tanto tiempo con su anciano maestro que se había acostumbrado a realizar todas las tareas de la casa él mismo.

-Oh, pero no puedo dejar que trabajes para mí... Qué te parece si lo preparamos juntos? ♥ - dijo, con un tono de coqueteo poco serio.

A Evan le gustaba coquetear. Tenía confianza de sobra para hacerlo ((Claro, con ese ego enorme suyo...¬¬)) y le divertía ver las reacciones de las demás personas frente a sus actos. Sin embargo, siempre sabía cuándo detenerse. Al fin y al cabo, raramente lo hacía en serio, solo era una parte de su superficialidad.

- Si eso es lo que quieres, lo prepararemos juntos entonces. - Sonreí mientras veía como el chico hablaba diferente. - Jiji... ¡yo no tengo problema por hacerte de comer! Soy la profesora de cocina, ya sabes.

[Ha ignorado mi intento de coqueteo... TAT] piensa Evan luego de oir aquella respuesta tan natural y amable por parte de Clio. Sin embargo, vuelve a sonreir - Entiendo, entiendo ^^ -

((Me acabo de dar cuenta de que los personajes se están alejando del salón de música XD. ¿Deberíamos seguir en otro lado? O seguimos aca? ^^'))

- Vayamos al comedor, entonces. - Sonreí mientras veía a Evan.

((Vamos al comedor XD))

La palabra comedor le devuelve la felicidad. Había recordado que se moría de hambre.

((ok ^^'' quién abre el tema? o nos unimos a uno ya abierto? XD))