Gran apertura: "Baile" de Alice y Tomas

-¿Puedo sentarme contigo? -se había ofrecido Alice, inquieta, y sentándose a su lado casi antes de que él tuviese tiempo de asentir con la cabeza levemente.
"Bueno" se alivió Tomas "Al menos podré tener a alguien con quien hablar esta noche" Miró a Alice más detenidamente y se fijó por primera vez en su vestimenta; ella también se había puesto preciosa aquella noche...
Pasaron unos segundos sumidos en un lejano silencio, observando a la pista cada vez más llena de valientes parejas que bailaban al son de la música. Tomas tomó un trago de su bebida y, entre todas las parejas, encontró una que podía darles un pequeño tema de conversación.
-Mira -dijo, señalando hacia el frente y sonriendo levemente-, sabía que Hana no iba a tener ningún problema para bailar.

Alice por primera vez estaba perpleja, no podía creer lo que estava pasando, todo era tan surreal, ella y Tomas sentados viendo a Hana y a Silver bailar con esa energía que solo ellos dos tenían el uno con el otro. Alice miro a Tomas y le dijo - jajaj se ven tan lindos que parecen de otro mundo- y suspiró.
Alice miraba a Tomas a escondías y luego cambiaba su vista a la feliz pareja. Luego de un segundo mira a Tomas y piensa - "En el fondo era la persona con la que me quería encontrar"- y sonrie dulcemente.

-Sí, es verdad, parece como si estuviesen en su propio mundo... -agregó Tomas, sin desviar su mirada de la pareja. En realidad, mientras hablaba su mente se concentraba en asuntos diferentes. Hacía tanto tiempo que no conversaba con nadie, así, a solas... no sabía qué decir.
Sin embargo, cualquier cosa era mejor que aquel incómodo silencio. Le dedicó una rápida ojeada a Alice y se apresuró a tomar de nuevo la palabra mirando hacia otro lugar. Saber que había alguien escuchándolo frente a él lo ponía nervioso.
-Bueno... creo que... aun no sé mucho sobre ti, y... no sé -"Creo que se nota demasiado el tiempo que he pasado hablando solo con mi sombra" gruñó Tomas entre sus pensamientos, enfadado consigo mismo por titubear de aquella manera. La mirada de Alice empezaba a tornarse confusa- Por ejemplo, ¿qué edad tienes?

Alice sonrió, esa pregunta podría ser muy común pero no se la esperaba, le respondió a Tomas- 18, !pero ya estoy apunto de los 19!- y miro a Tomas muy curiosa a su respuesta - y tu Tomas, cuantos tienes?-

Tomas escondió una sonrisa y se apresuró a responder. Sin embargo, nada mas abrir sus labios cambió de idea.
-¿Cuántos crees tú que tengo? -le cuestionó, divertido.

Alice cambio su cara completamente, estaba un poco asustada, se mordio el labio y penso - "creo que estoy en un aprieto, cualquier cosa que diga puede resultar mal"- y le respondio a Tomas decidida - no te pongo mas de 20!- y cerro los ojos., no le quedaba más alternativa que ser sincera y esperar a atinar. Pero se adelanto a la reacción de tomas y le pregunto muy seriamente, haciendo la cuestión personal - dime cuantos tienes Tomas!- se le quedo mirando

Tomas permaneció serio durante unos instantes, hasta que finalmente dejó asomar una tenue sonrisa.
-Bueno, no te has equivocado por mucho -aceptó, esperando calmar la inquietud de Alice. ¡No esperaba que se tomase su especie de juego tan en serio!- Tengo 21 y... todo el mundo me suele quitar años, así que me he acabado acostumbrando; no voy a matarte ni nada de eso por no acertar -dejó escapar una tenue risita

Alice no pudo controlar la risa, se quito un gran peso de encima, mira a Tomas y le dice - !por un poquito y acierto!- baja su tono de voz y le añade - me alegra mucho que estés aquí-. - "no puedo creer que lo haya dicho, Tomas va a creer que lo estoy asechando o algo así por el estilo"-.

Tomas se sorprende un poco tras sus últimas palabras.
-¿En... serio? -no se le ocurre nada más original. Intenta arreglar sus palabras- Quiero decir... bueno, es que creo que nunca nadie me había dicho nada parecido

Alice no queria incomodar a Tomas, se soba la cabeza un poco ansiosa y le dice- jajaja supongo que siempre hay una primera vez... No? - y añadio -por lo menos de mi parte no va a ser la ultima vez que te lo diga-.
Alice por unos segundos se da cuenta que talvez estaba confiando mucho en Tomas y eso de confiar en el pasado no le dio buenos resultados pero no se explicaba como Tomas era diferente.

Tomas permaneció en silencio durante unos instantes. No comprendía por qué a Alice le importaba tanto... no entendía que hubiese a alguien a quien pudiese importarle algo. Nunca se había planteado nada semejante. Amigos, gente que se alegrase con su compañía, a la que le importasen sus problemas... sin duda esa academia iba a cambiar definitivamente su vida.
Salió de sus pensamientos al chocar sus ojos contra la mirada dudosa de Alice. Sonrió levemente.
-Oh, perdona... estaba... distraído -se excusa rápidamente, pero al instante se percata de que con aquellas palabras puede que Alice lo malinterprete, pensando que no le interesa lo que le dice- Me ha... sorprendido un poco eso que me has dicho.

- la verdad a mi también me sorprende haberlo dicho - responde Alice un poco confundida. Alice se levanta de un momento a otro de la mesa, le costaba un poco acostumbrarse a sus zapatos y le dice a Tomas - Quieres algo de comer?- pero cuando se dirige a la mesa de bocadillos torpemente se tropieza con sus propios pies

Tomas se levantó justo a tiempo para frenar su caída.
-¡Cuidado! -gritó inconscientemente, abrazándola antes de que perdiese por completo el equilibrio. Aquel grito que Tomas acababa de soltar sin darse cuenta había sido suficiente... para hacer que en ellos se clavase la mirada de algunos asistentes del baile, que rieron por lo bajo.
Tomas pudo asegurar que se sonrojaba. No sabía exactamente cómo era esa reacción, pero estaba seguro de que estaba rojo como un tomate. Seguro.
-No s-sé por qué las chicas os empeñáis en llevar tacones, si luego no sabéis... andar... con ellos...
Sin embargo, su voz se fue apagando cuando intentó separar a Alice de sus brazos y... no pudo. Ella continuaba apoyada en su pecho, aunque ya poseía de nuevo el equilibrio. Y él seguía sujetándola, aunque sabía que no volvería a caer.

Alice baja la cabeza, no quería ver a Tomas a los ojos, por unos segundos no pronuncio ninguna palabra, se mantuvo quieta con los ojos cerrados y la cabeza baja. Luego se repuso tenia tanta pena con Tomas que no le quería dar la cara, se lleno de fuerza y le dijo un poco preocupada - lo siento Tomas, discúlpame por mi torpeza, me doy cuenta que estos zapatos definitivamente no son lo mio- y añadio ( estaba un poco sonrojada que intentava mirar hacia otro lado para disimular))- gracias por ayudarme-con una sonrisa y asiendo un movimiento inconsciente con la nariz(lo hace cuando está avergonzada) luego cayó en cuenta que seguia apoyada en su pecho ( tan cómodo) que se quito rápidamente. En ese segundo que se despego de el, no pudo quetarle la mirada de encima a Tomas ( Nunca había estado tan cerca de un chico que no haya sido su hermano o su padre)

Sin embargo, Tomas fue incapaz de dirigirle la mirada. Mantuvo sus ojos fijos en el suelo, mientras sentía que lo atormentaban todos sus pensamientos.
Aquello... no estaba bien. No estaba bien que él estuviese tan ruborizado como Alice, ni que estuviesen conversando alegremente esa noche, ni que él conversase con nadie. Porque Tomas ocultaba demasiados secretos... porque tenía un asunto pendiente ante el que no quería distracciones...
Y porque ella no se merecía a un chico que sólo guardaba ansias de venganza, consumido por el odio. Como él.
-Alice... yo... -Tomas miró hacia sus manos, cubiertas por esos dos guantes negros que escondían todas sus heridas. Cerró una de las dos en un puño, y sus siguientes palabras fueron más veloces- Creo que tengo que irme.