Uno y uno no son dos libros... ¿O si? (Libre)

Juro se había adentrado a aquella libreria para encontrarse con un libro en concreto.

Afuera hacía frío, pero aun así, era muy curioso pues los pajaros seguían cantando en las copas de los arboles y volando arriba. Juro no le dió importancía y entró en la biblioteca sin querer hacer mucho ruido.

Pasaron horas y horas, que para Juro solo fueron minutos, buscando aquel libro, pero no lo encontraba. Kohaku parecía intranquila pero muy callada. Eso a Juro no le sorprendió, total, el libro era para ella. El pulso de la pequeña hada era acelerado y su respiración entrecortada, pero seguia sin decir nada y su mirada fija en los titulos de los libros que se advertian en las estanterias. No sabía si querer encontrar el libro o dejarlo allí. Dejó que Juro lo hiciera.
El muchacho se puso a buscar, con el hada sentada en su hombro. Sonrió al verla tan tensa y suavemente giró su cabeza para darle un beso que pretendia llegar a su mejilla, pero que ocupo gran parte de la cara izquierda de Kohaku. Ella solo sonrió un poco, pero igualmente, intranquila a pesar de que sabía que su amo lo había hecho para que se calmara.

Siguieron buscando el dichoso libro cinco, seis u siete horas, pero seguían sin verlo.