Baile Navideño: Lugat y Ruth

A Lugat no le gustaban ese tipo de celebraciones ni de reuniones tan humanas y santas. Pero al pobre vampiro no le quedaba otra, una personita muy especial para él se lo había pedido con toda la ilusión del mundo y él no podía negarse.
Estaba en la puerta del gran salón esperando a que su preciosa acompañante llegara. El vampiro lucia un traje negro con una camisa blanco y lo único que le daba algo de color era la corbata roja sangre que lucia junto a su cuello. Sus manos nerviosas sostenían una preciosa flor del mismo color que su corbata para prendérsela del pecho de la chica para que ambos conjuntaran a la perfección.
El vestido que luciría la chica no era sorpresa alguna para el vampiro puesto que había sido el mismo quien se lo había regalado para aquella ocasión. Pero aún siendo de ese modo estaba ansioso por verla llegar.
Cuando alzó la cabeza de sus manos para mirar a la gran escalera de caracol que comunicaba el dormitorio con la entradilla Lugat sonrió, puesto que allí estaba su chica.

Estaba en su habitación, preparándose para la gran ocasión. Ruth había escogido una lencería blanca, mientras que el vestido que el vampiro le había regalado estaba sobre la cama. Miraba el vestido, de un color verde del mismo tono que sus ojos. Demasiado bonito para ella, pensó, aunque se sonrojó al recordar que fue Lugat el que se lo regaló. Suspiró, decidiendo el peinado que se haría, optando por ponerse un moño alto, con palillos chinos en él, como se ponían las jóvenes japonesas con el kimono, dejándose unos tirabuzones por encima de las largas orejas de elfo. Se probó el vestido, nerviosa por si no le quedaba bien.

Pero le quedaba perfecto. El vestido tenía un único tirante sobre su hombro derecho, con un corpiño debajo de su pecho, que le llegaba hasta la cadera, donde una tela finísima se abría hasta un poco más arriba de sus rodillas, pero con una cola por detrás que le llegaba hasta el suelo. Y , sobre esta tela, un tul de un verde más claro, al igual que ese tul le hacía unas mangas improvisadas a partir de los codos. Se puso unos tacones altos de plataforma cerrados, verdes como el vestido, y se dirigió hacia la puerta, para irse a la fiesta, que en breve empezaría.

Nerviosa porque nunca había usado un traje tan elaborado, vio las escaleras de caracol por las que tenía que bajar, intentando no caerse por ellas. Cuando bajó hasta media escalera, alzó su mirada, viendo enfrente de ella al vampiro de largos cabellos albinos, mirándola. Sonrió, sonrojada, y apresuró un poco sus pasos, para tirarse a los brazos de su amado.

Lugat la esperó ansioso al final de la escalera donde le tendió la mano para ayudarla a bajar los peldaños que le faltaban y cuando tubo a la chica en el suelo "segura" la miró y le sonrió.

- Estas preciosa.- Alzó una mano y le levantó la cara cogiéndola por la barbilla para besarle la frente suavemente.- Tendré que ponerme alerta para que no se te acerquen...- Le sonríe el vampiro dulcemente, lo hace de la manera que solo ella y nada mas que ella a visto jamas.

Se sitúa a su lado y la coge de la mano estrechándola tiernamente la mira de nuevo para acabar de contemplar su plenitud y le dice:
-Vamos pequeña?- Ambos van en dirección al gran salón.

Sonrojada, asintió al vampiro, estrechándole también la mano, con toda la fuerza que tenía. Caminó, algo nerviosa, por el pasillo. Algunas preguntas le rondaban la cabeza, de duda, de inseguridad, pero solo con saber que Lugat estaba a su lado... Eso le hacía feliz. En cualquier otra situación, nunca hubiera ido a un baile, y menos si lo hubiera echo sola. Pero ahora estaba con el peliblanco. Ese vampiro que había llegado a ser todo para ella en tan poco tiempo.

-Lugat...-empezó, aunque solo fuera un susurro-Gracias por venir conmigo. Sé que no querías venir al baile... y has tenido que venir por mí...-giró un poco la cara, para sonreirle-Gracias... Si no te hubiera conocido, creo que no vendría a este baile hoy- y, sin más que añadir, le besó suavemente la mejilla, sus mejillas tiñéndose de un rojo intenso.

Lugat la escucha. La mira con interés todo lo que la chica le expone., mientras le va acariciando la mano con el pulgar con el objetivo de alivairla de tranquilizarla.
- Ei pequeña... se que te hubiera encontrado tarde o temprano- le alza la mano y le besa el dorso de esta con mucho amor- Yo estaba destinado a enconrtarme contigo, tarde o temprano hubiera ido en tu busca y me hubiera enamorado de ti como ahora.

Aprovecha que no hay nadie en el pasillo para atraer a la chica a su pecho y abrazarla, besandole con ternura la cabeza.
- Sabes una cosa...me moría de ganas de venir contigo. Tengo ganas de ir por la academia con la mujer a la que amo prendida de mi brazo. - la coge de la mano y la hace dar una buelta sobre si misma acabando en una pose a lo tango echandola hacia tras meintras la sostiene de la espalda con firmeza. - Espero ser una buena pareja de baile princesa.- Le quiña un ojo.