Un chillido azul

Nerine se coló en el invernadero y se quitó la capa del uniforme para dejarla por allí colgada. Era de noche y llevaba un buen rato dando vueltas en la cama, pero todo lo que había ocurrido aquella tarde en la sala de música no la estaba dejando dormir, por lo que había decidido ir a dar una vuelta por los terrenos. Sin saber cómo, terminó en los invernaderos, ya que la noche estaba algo fría y aquel lugar estaba calentito, y observó maravillada a su alrededor.
- Waaaaaao... - murmuró. Allí había más flores que en todo su jardín junto, y la mayoría eran desconocidas para ella, que era una amante de la jardinería como pocas. Paró especial atención al rosal azul y se acuclilló para observar las flores, maravillada. Aquellos pétalos eran hermosos, y tenían mil usos y...
-Nyuuuuuuuuuw... - Nerine respingó al escuchar el sonido y apartó un poco las hojas para descubrir al pequeño dragoncito azul acurrucado sobre sí mismo.
- ¿Blau? - preguntó, reconociendo al familiar de la directora Medea.

Nerine abrió la boca y frunció el ceño, preocupada. ¡El dragoncito parecía enfermo!! Con cuidado, estiró los brazos hacia él y lo tomó gentilmente. No sabía cual era la temperatura habitual de los dragones, pero Blau parecía arder. Con preocupación le acarició la cabecita y lo miró.
- ¿Debería llevarte con Medea? - susurró.

Vio como Blau se quedaba dormidito y lo acunó un poco con cariño antes de recoger su capa y salir de allí. Era muy tarde como para ir a molestar a Medea en su despacho y seguro que se ganaría una buena regañina, pero supuso que no le quedaba de otra. Se arrebujó dentro de la capa y el dragón quedó escondido entre sus brazos, y la niña corrió hacia la academia y luego se dirigió con pasos inseguros al despacho de la directora. "Aunque seguramente no estará allí. Tal vez debería buscarla en los dormitorios". Dudosa, aprovechó que ya estaba cerca y golpeó la puerta del despacho de Medea con los nudillos.

Nerine se estremeció con todos los ruidos que se escuchaban entre el silencio de la noche, y abrazó un poquito más a Blau contra su pecho.
- Parece que ya estás un poco mejor, ¿eh...? - murmuró cuando este le lamió la mejilla, y le sonrió, acariciándole un poquitín más. - ¿Qué hacemos? -. Nerine se encogió un poco y miró a ambos lados del ancho pasillo, que estaba oscuro y daba miedo. Antes, con las prisas por llegar al despacho de Medea no había prestado demasiada atención, pero la verdad era que estaba empezando a tener un poco de miedo.

Nerine le sonrió al dragoncito y lo acunó como a un bebé.
- Vámonos de aquí - le dijo. - No sé como acabaste tan lejos de tu dueña, pero puedes quedarte conmigo si quieres. Eres una chica - dijo, riendo y echando a andar hacia los dormitorios - Así que seguro que nadie dirá nada si duermes en mi cuarto. Tengo leche, ¿te gusta la leche??


(Por cierto Adri, una curiosidad... ¿De donde sacaste el nombre de Blau? XD)

( Blau? Significa Azul en alemán owo)

- Supongo que eso es un sí - se rió cuando Blau comenzó a lamenrla como si le diera besitos, y la niña se apresuró a llegar a su propia habitación. Antes de entrar, miró al dragoncito una última vez.
- No hagamos mucho ruido - le dijo, sonriente. - Paige debe de estar durmiendo. Mañana iremos a buscar a Medes y le contaremos lo que te ha ocurrido, ¿si? - le acarició la nariz otra vez y luego ambas se metieron dentor. En silencio, Nerine le sirvió un tazón de leche a Blau y se puso el pijama, y luego se metieron en la cama de la muchacha. A Nerine le hizo gracia tener el cálido cuerpo del dragoncito allí.



(Ooooh, alemán! XD Es que yo (y Natsu, y Lis) hablo otro idioma a parte del castellano OwO El Catalán. Es la lengua de nuestra región. Y allí Blau significa azul también XD Y pues nos pareció curioso)

(Bueno, el traductor dice eso, no me creas del todo jajaja XD)