Sueños y un secreto ((Libre))

Hoy el bosque luminoso mostraba todo su esplendo en la noche, las luces de los arboles parecieran como luciérnagas durmiendo en los troncos y hojas de estos además de las reales luciérnagas que volaban plácidamente en el lugar con completa libertad, los animales guardaban silencio mientras se oía una melodiosa voz en el viento, un dulce tarareo que calmaba a aquellas criaturas habitantes del bosque. Después de todo, se podría considerar otra criatura más del lugar aunque poseyera su apariencia humana.

Últimamente Blau no podía conciliar el sueño, le parecía casi imposible, apenas tocaba la cama sus ojos se abrían, sentía una inquietud bastante enorme que no la dejaba descansar, algo que debía hacer lo más pronto posible o las cosas empeorarían, su vida en la academia acabaría - ... - El tarareo dejo de sonar, los animales que permanecían en sus arbustos o cerca de arboles movieron sus orejas o miraron a la dragoncita que había dejado de usar su voz. Blau llevo con cuidado sus manos a su propio pecho mientras entrecerraba sus ojos, su expresión incluso era diferente a la usual sonrisa que llevaba, era una expresión dolorosa para quien la viera, como si estuviese cerca del llanto y no pudiese llorar - No quiero que estos sueños acaben... Pero no quiero vivir mintiendoles... - Susurro junto a un suspiro mientras indagaba un poco más - Quiero poder sobreponerme a esas expectativas que no quiero cumplir y ser fuerte por mi misma... - El silencio invadió al lugar, ni un solo animal se atrevió a hacer ruido y el viento guardo silencio también mientras los labios de Blau se seguían moviendo temblorosos, apenas y se pudo oír una palabra - Madre... -

Luego de unos momentos Blau sacudió la cabeza, no era momento se llorar o ser débil, tenía que mostrar y relucir su lado fuerte, mostrar que no era solamente una dragoncita temerosa y obtener el valor característico de los de su raza, los dragones. Blau sonrió un poco y lo que era un gato siamés se acerco a ella soltando un leve maullido apagado - Lo siento ¿Quieres que cante algo?... A ver que se me ocurre - Blau tomo algo de aire mientras que pensaba en que cantar "Si, cantaré esta..." Pensó para sí misma mientras cantaba una canción especial para ella con todo lo que podía para hacerla lo más hermosa que podía pero no superaría nunca la voz de quien la oyó por primera vez.

((Yaiii ya queria rolear contigo, Taruka es tan linda. No te creas, Blau le tiene afecto a tu niña XD))

Al terminar la canción Blau bajo sus manos dejándolas a ambos lados de su costado, sus mejillas se volvieron algo rojas y sus ojos vidriosos mientras su pecho ardía por dentro como si una llama insaciable la comiera por dentro, era esta una de las peores sensaciones del mundo ¿No es así? Sentirse inútil, tener miedo a perderlo todo en un instante - La pero sensación del mundo... Impotencia, incapacidad, ineptitud... - Blau cerró los ojos aguantando el llanto, no podía contar la verdad - Después de todo he tenido que mentir... En todo... Que soy, quien soy, que hago aquí... Lo siento... Espero que me perdonen algún día... Todos... -

Blau movió una de sus manos entre su ropa, sacando lo que era una carta ya abierta pues de los lados estaba ya cortada, era como cualquier otra a primera vista pero su sello era peculiar: un sello en forma de dragón de colore negro. La dragoncita estaba a punto de leerlo cuando escucho un pequeño y apenas sonoro - Ohhhh... - Rápidamente volvió a guardar la carta con nervios e intento buscar con la mirada al dueño de la voz cuando vio un pequeño arbusto moverse, con cuidado se acerco y se arrodillo levantando un poco las hojas para poder mirar quien era - Taruka... Que susto me has dado - Susurro Blau borrando su expresión deprimente y forzó una sonrisa que parecía bastante natural aunque sus ojos aun seguían algo vidriosos - ¿Qué haces aquí? ¿No es algo tarde para una caminata? - Pregunto mientras la ayudaba a salir del arbusto y levantarse.

Mientras esperaba la respuesta de Taruka la dragoncita solo se moría de nervios internamente "¿Abra escuchado lo que dije? ¿Estaría espiando?" Pensaba fugazmente mientras miraba a la chica apenas y temblando un poco, después de todo ¿Como podría seguir aguantando el dolor que a sentido por 3 largos años?

Blau siguió mirando por unos momentos a Taruka, realmente no pareciera que fuera el tipo de persona que se interesaría en saber de que hablaba para sí misma y eso la calmaba bastante. Taruka sacudió la cabeza de una manera bastante cómica pues Blau soltó una tierna sonrisita al verla hacer eso, pero luego sus mejillas se volvieron algo rojas pues aunque cante muy seguido no está acostumbrada a tener mucho público más que los animales o Evan - Oh... Gracias Taruka... - Dijo dulcemente pasando su mano por el cabello de la chica quitando un par de hojitas que tenia luego de haber estado bajo el arbusto - Esa canción es muy especial - Dijo con una pequeña sonrisa en sus labios - La persona de la cual aprendí esta canción la canta mil veces mejor que yo - Menciono con un tono algo triste, a penas con energía, cualquiera diría que estaría así por el cansancio pero no era eso.

Luego de terminar de hablar un pequeño silencio se hizo entre ellas cuando Taruka la miro fijamente a sus ojos cosa que no le molestaba ya que estaba acostumbrada a que la chica lo hiciera - ¿Nyu? - Dijo antes de oír la pregunta de Taruka.

- ¿Estás tristeee? o.o -

Los ojitos de Blau se abrieron un poco, estaba bastante sorprendida pues muy pocas personas sabían mirar tras sus sonrisas forzadas. Blau no supo cómo responder y dejo que la tristeza dominara su expresión borrando la sonrisa que aguantaba desde hace rato, solo asintió con la cabeza - Lo estoy... - Dijo deprimida frotándose los brazos con las manos para luego mirar al suelo, Blau era el tipo de chica que le gustaba consolar a la gente pero le costaba abrirse con ellos cuando quieren consolarla a ella - Es que... estoy pasando por momentos difíciles... - Volvió a hablar mirando a la chica ¿Sería buena idea hablar con ella?

Blau guardo silencio por largo rato observando a la pequeña e inocente Taruka sin tener necesidad de mirar en su interior podía notar la preocupación que sentía por ella y aunque a Blau no le guste hablar sobre sus preocupaciones el último comentario de la niña termino por hacer que hablase, sentía que esta vez si era necesario además de que se estaba ahogando en su propia frustración por no hablarle a nadie sobre lo que sucedía, e incluso si Taruka no comprendería lo que ella le iría a decir se sentiría mejor al hablarle.

Al ver que Taruka se sentaba en el suelo y Blau hizo lo mismo mirándola algo dudosa pero termino moviendo sus labios y hablando - Estoy en un problema bastante fuerte - Aclaró tomando algo de valentía para seguir hablando - Yo... Se supone que nadie puede saberlo... Solo se lo he contado a Evan... Pero sin muchos detalles aun... - Blau abrazó sus propias piernas mientras repasaba mentalmente el contenido de la carta que tuvo en manos hace unos momentos, cerrando sus ojos se imaginaba todo tipo de escenas indeseables pero al mismo tiempo recordaba o algo más... Menos desagradable, hermoso, pero igual de indeseado... - En realidad... Hay muchas cosas que la gente sabe de mi... ¿Sabías que realmente estoy por cumplir 18 años?... - No mentía, aunque siempre decía que llevaba 3 años que realmente eran solamente los años que llevaba presente en la academia - También... No soy lo que realmente piensa la gente que soy... - Sus labios no volvieron a pronunciar ni una palabra más, como si se hubiesen petrificado y no dejaran a la chica decir lo que era más importante. Por alguna razón también pensaba que solo decía incoherencias y que de seguro Taruka no entendía ni la mitad de sus balbuceos pero se sentía algo mejor de contar aunque sea un poco lo que sucedía, Taruka le brindaba bastante confianza.

La dragoncita quedo en silencio oyendo a Taruka repetir sus palabras y luego preguntarle un par de cosas. Blau no pudo contener una pequeña risita que se extinguió al instante, bajo su cabeza más sin apartar su vista del rostro de la niña notando la impaciencia de ella por que contara todo ¿No estaría mal confesarse, no es así? - ... Y-... Yo... - su mente pedía a gritos que terminara sus palabras, Blau comenzó a mover temblorosamente sus labios - Tengo... Que... Irme de la academia...- Rápidamente sacudió la cabeza - ¡No sé si volveré!... Estoy asustada... -

Llevándose las manos al pecho sentía que se ahogaba al querer continuar, sus ojos ya no podían contener por mucho tiempo el llanto que se mostraba con su voz llorosa y cada vez más ahogada y entrecortada - Y-Yo... No soy familiar de Medea... - Confesó apartando la mirada de la niña para mirar al suelo, cubriendo parte de su rostro con su flequillo. Las lagrimas comenzaban a caer - La... Verdadera familiar de Medea... Murió... hace mucho, mucho tiempo atrás... Y y-... Yo... Fui lo que quedo atrás luego de que su familiar muriera por lo que Medea tuvo que cuidar de mi... ¡Y-Yo-!... Yo... No debería estar diciendo esto... Sniff... - Mientras hablaba entrecortada las lagrimas caían con más rapidez al suelo en los pes de Blau, sabía bien que sus palabras seguían siendo bastante confusas y de seguro la pobre Taruka no entendería lo que queria decir.

Blau sacudió su cabeza y se limpio las lagrimas aunque sus ojos seguían vidriosos y algo rojos por el llanto - Esto será largo... Nunca se lo conté a nadie, ni si quiera Evan sabe, tan solamente Medea y yo... ¿Estás dispuesta a oírme?... - Menciono con voz débil mientras miraba nuevamente a la niña, deseaba desahogarse

Tallo nuevamente sus ojos al oír la respuesta de Taruka, realmente la tranquilizaba, esa chica le transmitía tanta paz y confianza, no entendía aun el porqué pero era así. Mostrando un leve sonrisita miró alrededor, se quedo mirando a algún punto fijo y con cuidado tomo la mano de la niña hasta acercarse a lo que era un tronco donde ambas podían tomar asiento.

- Si... Somos amigos Taruka - La dragoncita tomo asiento junto a Taruka en aquel tronco, brillante como los demás arboles, y tomo algo de aire, pensando por donde comenzar ya que el cuento iba a ser algo largo - Todos aquí me conocen como la familiar de Medea, pero, realmente no lo soy, nunca lo fui... En realidad... Lo fue mi madre - Blau jugaba con un pequeño mechón de su propio cabello mientras miraba perdida a algún punto en el panorama brillante del bosque luminoso - Mi madre fue una dragón azul de sangre pura, estaba casada con otro dragón más este no era azul, era una dragón negro, los dichosos dragones que son considerados como los de "mal corazón", se dice que odian tanto a los humanos que sus escamas volvieron negras, yo realmente no sé si eso es cierto... Pero bueno... Resulta que aquel matrimonio era preparado pues donde mi madre vivía ya no quedaban dragones azules por lo que, para conservar el linaje poderoso, obligaron a mi madre a casarse con la segunda raza más inteligente, los dragones negros, tengo entendido que ellos nunca congeniaron... Mi padre era un abusador de poder mientras mi madre siempre buscaba la manera de hacer lo correcto... Pasaron 3 años juntos y me tuvieron a mí, con suerte no salí con ningún rasgo o habilidad de dragón negro - Sonrió, de manera algo tierna para luego mirar a Taruka - Salí idéntica a mi madre, todos decían eso e incluso yo notaba el parecido entre nosotras. Mi madre siempre agradeció que me pareciera a ella mientras mi padre siempre me lanzaba miradas de desprecio pues para ser mestiza de ambas razas conserve todos los poderes de un dragón azul puro, cosa imposible si se mesclaban razas... Luego pasaron un par de años, mis recuerdos aun son borrosos en ese tiempo pues era bastante pequeña, mucho más que tú. Un día todos en aquel pequeño pueblo oculto se alteraron pues un mago había llegado, pero se equivocaron, no era un mago sino una bruja; Medea había podido cruzar la barrera que los dragones habían hecho para protegerse de los humanos sin mucha dificultad, nadie hizo nada pues Medea transmitía tranquilidad a todos... Aunque a papá no le agradó... - Bajó su mirada y levantando sus pies para colocarlos sobre el tronco, abrazo sus propias piernas, entrecerrando los ojos como si estuviera viendo todo aquello que ella estaba contando frente a sus ojos.

Blau volvió su vista a Taruka - El hecho fue que Medea llego cuando yo tenía alrededor de unos 5 años, tenía el cabello más largos en ese entonces y un traje distinto al usual... Ella vino buscando a mi madre, dijo que... Mi madre tenía el vinculo para ser su familiar, no sabría explicártelo muy bien pues fue cosa que oí de pequeña y no entendía, creo que lo que decía era que mi madre estaba destinada a ser su familiar pero Medea no podía invocarla por razones que ni yo podría explicar incluso ahora... Mi madre siempre se negaba a ir con ella, pues mi padre la tenía bajo amenaza, si hubiese sido por mi madre se hubiese marchado conmigo junto a Medea... Pero aun así Medea seguía viniendo todos los días en busca de mi madre, hablaban, llegaba mi padre y la sacaba de la casa... Luego se llevaba a mamá a su habitación y discutían, cuando las cosas se volvían agresivas las sirvientas de la casa me tomaban y llevaban fuera... Mi madre amanecía cada vez más con más moretones en el cuerpo, que aunque cubriera con su ropa podía darme cuenta de su estado delicado puesto que cada día estaba más pálida y tenía menos ganas de jugar conmigo... Llego a aguantar unos 10 años más antes de que solo pudiera estar en cama, mi padre seguía despreciándome pero incluso débil mi madre me defendía de él hasta que él se volvió loco una noche... - La dragoncita comenzó a temblar ya abrazarse a sí misma con algo más de fuerza - Comenzó a gritarle a mamá y a romper cosas alrededor de ella, hablaban... Nunca recuerdo de lo que hablaban... Solo recuerdo que mi mamá comenzó a gritar y... De un momento a otro... La habitación donde se encontraban ellos... Las puertas de papel... Se mancharon de sangre... Medea llegó y me cubrió los ojos por detrás mientras yo lloraba, sus manos eran cálidas pero pude oírlo, oír que ella también estaba llorando... Me tomo en sus brazos y antes de que mi padre se diera cuenta me saco de aquel lugar y me llevo con ella a la academia... Ella tampoco supo que fue lo que paso entre mis padres, me tomo como a la hija que nunca tuvo y convenció a todos de que era su familiar...!Pero no puedo recordarlo!... No puedo recordar que le dijo a mi madre esa noche... Yo lo oí... Pero no puedo recordarlo... - Blau miró a Taruka - Los de aquel pueblo me están llamando... Quieren que resuelva unos asuntos importantes... Pero no me han dado detalles... Tengo miedo pero si no voy me llevaran por la fuerza... -

Los ojos de Blau se abrieron de par en par, era Taruka una de las pocas personas a las cuales le había contado por completo su historia o al menos lo que ella recordaba con claridad pero lo que le sorprendía más era que la niña, a pesar de haber oído lo cruel que fue su padre, sugería acompañarla en el viaje que quizás sería algo peligroso. Comenzó a llover sobre las dos, Blau ignoraba que era Taruka la que hacia caer la lluvia e incluso ni cuenta se daba de que se estuviera mojando.

- ¿Lo dices enserio?... - Preguntó con un tono de voz bajo mientras pasaba los dedos por el borde de su propio vestido -M-Me encantaría que me acompañaras... Pero puede ser peligroso... ¿Estás segura?... - Preguntó nuevamente mostrando en cierto punto, algo de emoción al pensar que Taruka podría acompañarla aunque aun tenía el miedo de que le sucediera algo, después de todo, pocos son los dragones agradables en el lugar donde ella vive y poco les agradan los humanos puesto que oía de parte de su madre que las relaciones con los humanos eran mal vistas en su pueblo e incluso las parejas que intentaban estar con un humano eran desterradas o en algún momento asesinadas si eran de la nobleza. Cuanto más lo pensaba más le parecía terrorífico aquel lugar pero al mismo tiempo pensaba que tuvo bastante suerte al tener una madre cariñosa que le ayudaba a llevar su vida sin tantos problemas - No quiero que te hagan daño... - Susurro para luego, sin previo aviso, abrazar a su amiga - Así que ten cuidado... -

Un pequeño sentimiento de seguridad se formaba en la dragoncita al ser correspondido su cálido abrazo, aunque aun sentía miedo por aquella pequeña aventura que tendría pronto, si Taruka y Evan la acompañaban ya no tendría que sentir tanto temor ya que tendría a dos personas que estima mucho a su lado, era así, les daba valor para poder ir.

- Tienes razón... - Dijo mirándola con dulzura en el rostro mientras sonreía, un poco, pero lo hacía - Además... Creo que si es posible Evan vendrá con nosotras... No sé si lo conozcas, es el profesor de arte en la Academia, de seguro el podría defendernos bien ¡No por nada es profesor! - Dijo intentando sentirse mejor - Bueno... es algo tarde, deberíamos irnos... ¿Te acompaño a casa? Prometo que te haré saber cuando vayamos al viaje... - Blau acaricia los cabellos de Taruka antes de levantarse del tronco y tenderle la mano con su usual apariencia placida y dulce de siempre, es como si nunca hubiesen hablado de algo tan malo... O quizás simplemente la inocencia de Taruka alegro a la jovencita como ninguna otra persona lo hubiese hecho - ¿Vamos?... -