Cabello tornasol ((libre!))

Reila caminaba entre las flores de cerezo. Sonrió, levantando un poco la mirada, dejando que un par de pétalos rozaran sus mejillas. Ladeó la cabeza y suspiro. - Que bonito... - Estiró las manos, tomando un par de pétalos, y sonrió de oreja a oreja. - Pareciera que... todo está tranquilo hoy... - De la nada, escuchó un estruendo, como si alguien se hubiese tropezado cerca. Reila abrió con fuerza los ojos, y volteó a todos lados, esperando encontrarse con aquel que había perturbado sus pensamientos.

((ñaaah, es hora de que Rei-chan conozca a más amigos!))

((Wiiii, ¡yo misma! (?)))


Moses se agachó justo a tiempo de evitar que un pedazo de hielo del tamaño de una roca se estampase contra su cabeza y, sin volver la mirada ni una sola vez atrás para no perder el valioso tiempo que su huída requería, apretó el paso y huyó. Durante un buen rato se sintió acechado, como si Fidel o cualquier otro monstruo de agua de los que Aurora podía crear estuviera persiguiéndole, y por eso no dejó de correr hasta que estuvo lo suficientemente lejos de la academia como para sentirse a salvo. Uf, cada vez era más difícil escapar de la elfa después de gastarle las bromas. Tal parecía que Aurora se había aprendido todas y cada una de sus triquiñuelas y ya sabía bien cómo pillarle, por lo que cada vez tenía menos éxitos y más fracasos...
"Tal vez ha llegado el momento de cambiar de víctima", pensó, deteniendo su carrera junto a uno de los árboles del camino de cerezos y provocando un golpe seco contra este al chocar.
El ruido de alguien respingando llamó la atención de Moses quién, frotándose el brazo con el que había chocado, se asomó al otro lado del árbol... Y vio a una muchacha peliazul y de mirada asustadiza.

"¡Hola!", la saludó enérgicamente, hablando directamente dentro de la cabeza de ella, sorprendiéndose de encontrarse a alguien allí. "¿Eres una alumna inocente, o uno de los bichos que Aurora ha mandado para cazarme?"

Reila movió la cabeza al escuchar la voz de Moses en su cabeza. - ¡Raro! - Se tapó los oidos y miró a todos lados. - ¿Puedes hablar sin mover la boca? Aww... quisiera hacer eso... casi te siento como... mi conciencia... - Se quedó callada. - ¡La profesora Aurora! ¿Dónde está? ¿Está dando clases? ¡Debería estar ahí! Me gustan las flores de cerezo... - Dijo viendo como los pétalos seguían cayendo, olvidándose por completo de lo que hablaba. - Tan rosados...

Moses se rió con ganas cuando aquella muchacha se tapó las orejas y le llamó raro por usar la telepatía en lugar de la voz para dirigirse a ella (¡Taparse las orejas! Jaja. Como si con eso fuera a poder evitar algo), y luego dijo, contradiciéndose a sí misma, que le gustaría mucho saber hacerlo también. Moses escuchó atentamente todo lo que aquella muchacha parecía tener por decir, tratando de encontrarle algún sentido o relación al montón de palabras juntas que había soltado, y de mientras se fijó en su uniforme de alumna y se encogió de hombros, tranquila, porque supuso que era inofensiva de verdad. O eso, o era una experta en hacerse la loca, pero eso no tenía mucho sentido si lo que quería era atraparlo, y Moses decidió confiar.

"Seeee, ¡deberías estar ahí!", la azuzó, levantando ambas cejas en una expresión burlona. "¿Qué se supone que haces aquí en lugar de estar en clases? Aunque claro, a esta hora ya da más o menos igual, más vale que intentes llegar a las de la tarde", soltó una risotada divertida y se acercó a ella con curiosidad. "¿Cuál es tu nombre, corderito? ¿Te has perdido?"

((*se esconde por el retraso de más de un mes XDU*))

Reila levantó un poco la mirada. - Oh.. ¿sabes acaso si la profesora Aurora está por aquí? - Miró de lado a lado como queriendo esconderse. - R-Rayos... llegué tarde a la clase... ¡espero que no se enfurezca conmigo! - Lo miró de nuevo y parpadeó un par de veces. - ¿P-Perdida? ¿Corderito? M-Me llamo... Reila... - Sonrió, dulcemente.

((¡Un mes! Verguenza debería darte olvidarte de Moses de este modo XD))



Viendo a la chica peliazul de expresión distraída y asustadiza, Moses se cruzó de brazos y no reprimió una sonrisa.
"¿Por aquí? Espero muy de veras que Aurora no ande cerca, porque eso significaría cosas muy malas para mi", dijo, soltando una risotada alegre y mirando a Reila con picardía. "Aunque a ti ya te ha ido bien. Si hubieras estado dónde deberías estar, que es tu clase, ahora estarías, probablemente, recubierta de plumas, como los demás alumnos de agua"
Se echó hacia atrás y flotó un poco, recordando alegremente la broma que había montado en la clase de Aurora y que había terminado casi en drama para él al casi ser atrapado por la efla, pero en drama completo para los alumnos al caer sobre ellos todo el peso de su malicia. Reila, en cambio, no parecía acabar de ser consciente de lo de que se había librado, y aquello le causaba gracia a Moses, porque las personas inocente siempre, siempre, le caían bien

"Así que Reila, ¿uh? Me gusta más corderito", dijo, picándo un poco su mejilla porque consideró que parecía blandita. "Yo me llamo Moses pero, si te da la gana, puedes llamarme también de otra manera"

((Nooo, Moses... yo te quiero Q7Q))

La peliazul parpadeó un par de veces. ¿Cubiertos de plumas? Seguro que habría sido otra práctica con Fidel, y alguien había hecho algo mal. - Pobrecito, Fidel.... - Dejó salir en casi un susurro, entrecerrando los ojos. Suspiró y lo vio de nuevo. - Ah.... puedes decirme como quieras... yo te diré... Moses... - Sonrió de oreja a oreja, ladeando la cabeza. - Es un lindo nombre... - Dijo sin dejar de sonreír, mientras le hacía pat pat en la cabeza. - Auh... quemas...

((¡Si claro! ¡Muy tarde! *Moses llora, dolido (?)*))



Cuando la chica le tocó la cabeza y soltó aquel quejido lastimero, alegando que se había quemado, el limníade masculló algo y se apagó.
"Lo siento", murmuró, alisándose el cabello que ahora ya no quemaba y que había perdido un poco aquel fulgor rojizo de antes. "Es que a veces se me enciende, ya sabes, cuando me emociono... Las huidas son siempre emocionantes. Y se me olvidó apagarme". Inclinó un poco la cabeza hacia ella, tal y como haría un perrito que quiere ser acariciado. "Prueba ahora"