Baño bajo las estrellas ( abierto )

layla estaba un poco incomoda por lo largo que era el abrazo, pero el muchacho carraspeó, y la solto, ella se separo y se acomodo el pelo, totalmente roja, y el chico parecia tambien algo nervioso, asi que sonrrio para que no se molestara ni se sintiera mal. Para layla solo eran dos personas que buscaban compañia. De repente lyan se despidio y layla no pudo evitar sentirse un poco apenada, pero las ultimas palabras de lyan la tranquilizaron. Le vio levantarse, salir del agua y de repente desplumarse en el suelo.
- Lyan!! - layla se levanto corriendo y se fue donde estaba el, le cojio, y apoyo la cabeza del muchacho en su regazo. Penso que tal vez el calor de las termas le habia mareado, asi que lo movio un poco y lo abrazo.

El muchacho permaneció inconsciente unos minutos más, hasta que finalmente volvió en sí. Esta vez como Lyan.

El chico moreno intentó abrir los ojos, pero le costaba, y no podía ver más que figuras borrosas.

¿Dónde estaba y qué hacía allí? Fuera lo que fuese, tenía que ver con Alex y no podía ser nada bueno. De primeras (y aún luchando por abrir los ojos) sintió frío en el cuerpo... apenas notaba nada de ropa... y también notó que alguien lo sujetaba.

Hizo un último esfuerzo por espabilarse y enfocó la vista. Entonces se dio cuenta de la situación: estaba en las termas de las afueras de la Academia, solo con una toalla, y alguien lo abrazaba. No podía ver quién era, pero lo que sí era seguro es que era un pequeño cuerpo de mujer.

Se separó bruscamente, asustado. No quería ni pensar qué estaba haciendo Alex para que él hubiera acabado en aquella situación. Cuando se soltó del abrazo, pudo ver quién era la chica, pero tampoco se fijó mucho, porque pronto reparó en que también ella llevaba solo una toalla.

Un leve sonrojo borró momentáneamente las pecas de Lyan. No solía ser una persona vergonzosa y menos que se sonrojara fácilmente, pero debido a que Alex siempre había frustrado cualquier intento amoroso por su parte, no estaba acostumbrado a esas situaciones.

Para intentar centrarse (y apartar la vista de la toalla que cubría a la chica), la miró a la cara. Era una muchacha pelirroja y de ojos bicolor que Lyan había visto alguna vez, pero... ¿¡Qué cojones!? ¡Era una niña! ¿En qué demonios pensaba Alex?

Se incorporó y, sin ni siquiera pensarlo, cogió entre sus manos las cara de Layla: - ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado? - Lyan estaba nervioso, y preocupado por lo que Alex pudiera haberle hecho a la chica.

Layla seguia abrazando al chico , con su corazon a cien por hora, por los nervios y por el hecho de notar a piel de un hombre semidesnudo entre sus brazos. Sonrrojada espero unos mintos, hasta que el chico suspiro gemiendo, retorciendose un poco. Ella levanto la cabeza y le miro, pero derpente este la tiro al suelo con un movimientro brusco, y ella cayo de culo, por suerte cruzo las piernas a tiempo y no se le vio nada, pero su toalla se desabrocho un poco, devido a la sacudida- ay ay ay- gemio quejandose por el golpe
- perdona si te asute.... no tendria aue habte cojido asi, disculpa- le chico la miro a la cara y se incorporo cojiendole la cara y haciendole una pregunta muy rara. Ella se sonrrojo y encojiendose, respondio -p-pues.. no se.. estabamos hablando, dijiste que te ivas y... te caiste...al suelo... y yo.. te... coji. y hasta ahora...- susurro mientras desviaba la mirada avergonzada.
Se movio un poco nerviosa, sin darse cuenta que el nudo de la toalla se habia desabrochado y por culpa de la gravedad y el moviento, esta se cayo, quedando encima de sus caderas y descubrendo sus pequeños pechos.
En cuando se dio cuenta, sin poderlo evitar grito -KYYYYYYYYYYYYYAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!- pro estaba tan sorprendida que su cuerpo no reacciono.

(entrooo!!!!! wiii <-feliz (?))

Por norma general, Tomas no solía quedarse volando hasta tan tarde, porque solía revolotear alrededor de los árboles de las áreas verdes, y éstos quedaban cubiertos muy pronto con la oscuridad de la noche.
Sin embargo, aquella noche las estrellas habían cubierto el cielo y él casi ni se había percatado. Había estado sentado sobre la rama de un árbol, simplemente mirando las estrellas y reflexionando, y había tenido suerte de que la luna llena alumbrase levemente los árboles para no chocarse mientras regresaba a la academia.
Finalmente (y después de llevarse algún que otro porrazo con árboles que no distinguía), consiguió vislumbrar las luces de la academia. Se quedó por unos segundos en el aire, mirando la claridad de la luna y lo bonita que se veía la noche desde allí, se dio la vuelta y comenzó a aletear hacia su cuarto.
Cuando escuchó un grito que lo dejó parado en mitad del aire.
- KYYYYYYYYYYYYYAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!
Pero si hubo algo que lo desconcentró más, incluso, que ese grito, fue creer intuir de quien provenía.
- ¿Layla? -bajó rápidamente al suelo, y un poco dudoso se acercó a las termas, desde donde parecía provenir la voz. Se quedó parado en la puerta, incapaz de andar más, porque sabía que ese día era el turno de las chicas y... velozmente, sacudió la cabeza y preguntó:- ¿Layla, está... todo bien?
Todavía no sabía siquiera si era Layla quien gritaba, pero al no oír más voces (o, simplemente, sin dejar tiempo para responder), empujó la puerta y entró un poco cabizbajo, preparándose mentalmente para lo que iba a contemplar.
Pero no. Definitivamente no pudo imaginarse ni por un asomo previamente lo que halló.
Entonces, fue Tomas quien gritó.
- ¡¿Pero qué estáis HACIENDO?!
Se acercó rápidamente a los dos y enganchó a Layla de un brazo para que el chico la soltase, un chico que, por cierto, ni siquiera había tenido tiempo de reconocer. Le daba lo mismo. Miró tan rápido como pudo hacia otro lado (rojo, claro. Rojo hasta las orejas) y como pudo, con una mano se quitó la camiseta para tendérsela a Layla.
- Viste... viste... ¡¡vístete!! -le gritó, casi sin querer, agachándose finalmente para coger a Lyan (acababa de darse cuenta de que era Lyan) por los hombros y tirarlo de nuevo al suelo- ¡¿Qué le has hecho, salido de mierda?!
Pero antes de que nadie tuviera tiempo para reaccionar ya le había encajado un puñetazo en la cara. Por pasarse de listo. Ya se preocuparía por Layla después... y cuando se visitiera. Inconscientemente, se puso rojo otra vez y alzó el puño de nuevo para soltarle otro puñetazo a Lyan, sin esperarse a escuchar una respuesta.

Lyan no se dió cuenta de lo nerviosa que estaba Layla en aquella situación, solo esperaba oir su respuesta, por eso, cuando la chica contestó, se sintió bastante más aliviado. Pero ese sosiego no duro mucho, puesto que de repente, a la chica se le había desatado la toalla y se le había caído hasta la cintura. Al notar el movimiento, Lyan miro inconscientemente hacia abajo y vio los pechos de la chica que, bueno, aunque eran pequeños, no dejaban de ser pechos.... Lyan se puso colorado, quizás lo más colorado que había estado en toda su vida porque, a pesar de todo, nunca había visto a una chica desnuda (Alex sí, pero Lyan no se acordaba). Aunque quería, no podía apartar la mirada.

Sin embargo, aquello no duró mucho, ya que alguien irrumpió en las termas y le "arrebató" a la chica. Sin darle tiempo a reaccionar ni asimilar qué estaba pasando, Tomas lo cogió por los hombros y lo volvió a tirar al suelo.

- ¡¿Qué le has hecho, salido de mierda?! - Y sin darle tiempo a Lyan de contestar, el muchacho castaño le dio un puñetazo en la cara. Y casi al segundo después, levantó el puño de nuevo para darle otro puñetazo, pero Lyan lo paró y le dio un codazo en la herida que le había visto en el estómago. Pero no le dio muy fuerte, porque sabía lo que jodía... solo quería tranquilizarlo. Si conocía bien ese tipo de heridas, y las conocía, eso sería suficiente para liberarse.

Como Lyan se esperaba, Tomas se dobló sobre si mismo y se apartó. El chico moreno se levantó, sujentándose bien la toalla y, mientras se sujetaba la cara donde había recibido el golpe, dijo:

- No deberías entrar malinterpretando todo. No le he hecho nada, al parecer solo estábamos hablando... - Lyan dijo aquello con toda la naturalidad del mundo, y no se dio cuenta que, para quien no conociera a Alex, aquello sonaba a majadería.

Despues de gritar y tras unos segundos en shock muy colorada, noto que alguien entraba en las termas, gritando algo y la cojia de un brazo apartandola de lyan, devido a la velocidad de las cosas y al shock producido por el hecho que alguien la viera desnuda, su mente funcionaba algo mas lenta y le costo asimilar lo que estaba pasando. Al mirar hacia arriba en un movimiento rapido vio a tomas sin camisa ofreciendosela y gritando que se vistiera, ella la cojio y se la puso rapidamente, dandole las gracias por lo bajo, pero tomas no pudo oirla porque estaba demasiado ocupado histeriqueando con lyan. Layla queria explicarle que no pasaba nada, que era un mal entendido, pero no le dio tiempo, tomas habia golpeado a lyan y este a el. Vio a tomas en el suelo y lyan cojiendose de la toalla, impotente se mordio el labio y se levanto, con lagrimas en los ojos, porque se sentia culpable de esa situacion, se abalanzo sobre tomas para comprobar que estaba bien y explicar que era un mal entendido.
-¿Tomas estas bien? escuchame, lyan no hizo nada, es un mal entendido, se me cayo, solo hablabamos, el se desmayo y yo lo coji, nada mas... - devido a los nervios y a la situacion layla a penas podia hablar, solo balbuceaba peqeñas frases sin sentido. Se abrazo a tomas y le dijo- no le hagas daño por favor, somos...amigos.....- eso ultimo no lo tenia muy claro, pero ella realmente queria ser amiga de lyan, tal vez por pena o afinidad. La niña de pelo rojo se habia tragado todas las mentiras de alex y estaba convencida que era una buena persona, y queria mostrar a los demas lo que ella creia que era ese chico.

Tomas no iba a atender a razones, ni siquiera tenía otro pensamiento en su cabeza que no fuese matar a ese idiota, fuese quien fuese, hubiese hecho lo que hubiese hecho, porque él estaba convencido de que sólo podía haber pasado lo que él estaba pensando.
Sin embargo, ese sentimiento de odio profundo que le había nublado la capacidad de pensar por unos segundos, se vio sustituido por un fuerte dolor en el vientre que ya no sólo le nubló la mente, le nubló la vista, el oído y hasta la voz. Porque la herida del estómago no había empezado a dolerle porque sí. Le estaba doliendo porque, al llevarla al descubierto, el muy salvaje la había visto y le había golpeado.
Enseguida retrocedió y se llevó las dos manos al estómago, sin poder musitar palabra y casi costándole escuchar lo que Lyan pronunció a continuación. Ya que de haber podido hablar sólo un insulto y no precisamente fino se le habría escapado de la boca.
- No deberías entrar malinterpretando todo. No le he hecho nada, al parecer solo estábamos hablando...
- ¿Qu-qué... mierda... quiere decir eso de...? -soltó un gruñido de rabia cuando se dio cuenta de que no podía pronunciar ni dos palabras seguidas sin hacer una pausa, y se quitó una mano del vientre subiendo la voz- ¡¿Qué quieres decir con "al parecer"?! A mi... a mi no me "parece" lo mismo...
- ¿Tomas estas bien? escuchame, lyan no hizo nada, es un mal entendido, se me cayo, solo hablabamos, el se desmayo y yo lo coji, nada mas...no le hagas daño por favor, somos...amigos...
Entre una mueca de dolor que se había contenido todo lo posible, Tomas la miró, clavó su mirada en esos ojitos multicolor, sin plantearse mirar más abajo o a cualquier otra parte. Sólo correspondía esa mirada que apoyaba los balbuceos de Layla. En verdad no parecía estarle mintiendo. Ella no, claro. Pero él...
Gruñó un poco y, mientras le devolvía el abrazo, le dedicó una mirada asesina a Lyan, una mirada con la que quiso dejarle bien claro que con la gente que él conocía y apreciaba no se jugaba.
- ¿Hablando, desnudos? -inevitablemente, se volvió a sonrojar y desvió la mirada, al recordar como acababa de ver a Layla antes de darle su camisa- ¿Y sois amigos, desde cuando, hm...?
Su voz ya no sonaba tan enfadada, ni tan histérica, porque esa mirada de Layla por algún motivo lo había calmado bastante. En cualquier caso, seguía asesinando con su mirada verdosa a Lyan... hasta que sus ojos chocaron con esa herida que el muchacho tenía en el pecho y se abrieron un poquito, solo un poquito, mientras bajaba su rostro para ocultar su boca detrás del hombro de Layla.
Verdaderamente, ese chico tenía muchas peculiaridades que no le gustaban. No le daban ni un mínimo atisbo de buena espina.
Más valía que Layla se alejase de él.

Cuando Tomas habló de nuevo, no sin dificultad debido al golpe en la herida, Lyan se dio cuenta de que había metido la pata a la hora de hablar. Decidió entonces que tendría más cuidado la próxima vez que dijera algo, porque lo único que le apetecía era irse de allí y no quería tener que hablarles de Alex a aquellos dos (y quedar como un loco). Además, realmente y por extraño que sonara, parecía que Alex se había comportado esta vez. Aquella chica parecía sincera al decir que solo habían estado hablando y no parecía para enfadada con él.

Lyan se sorprendió cuando Layla paró a Tomas y se extrañó ante las palabras de la chica. ¿Por qué le defendía? ¿Era verdad que solo hablaban? ¿¿que eran.... amigos?? Al chico moreno todo aquello le olía a quemado, y mucho. No entendía nada, porque ese no solía ser el modus operandi de su otra personalidad... No... él solía hacer que la gente odiara a Lyan, que le echara cosas en cara… y no solía "solo hablar" tranquilamente con una chica desnuda en las aguas termales. Lyan estaba tan confuso que, entre tanto pensamiento que no encajaba, no había apartado la mirada de la chica pelirroja. La miraba fijamente, pero en verdad no la veía, sino que intentaba buscar en los fondos de su mente un recuerdo, una imagen borrosa, que le indicara qué había pasado antes de que se despertara.

Es por eso que no se fijó en la agresiva mirada de "advertencia" de Tomas, ni tampoco cuando este le miró la cicatriz. Pero oyó sus preguntas y se sonrojó un poco. Por un momento, pensó en no contestar, porque él no tenía ninguna respuesta adecuada para aquello, al menos que no incluyera nombrar a Alex. Y sabía que Alex no podía estar tramando nada bueno. Fuera por lo que fuese, Lyan vio la oportunidad de joder a Alex, igual que él siempre le había frustrado a él. Y así evitaría que la chica tuviera problemas en el futuro, porque si no hacía algo ahora, se sentiría responsable de no haberlo evitado. Pero no sabía cómo hacerlo, porque él no tenía tan poco escrúpulos como Alex.... Lyan empezó a ponerse realmente nervioso con la situación y la confusión que sentía debido a todo lo que había pasado no ayudaba....

- ¡Dejadme en paz! ¿¿queréis?? Sí, está claro que quería aprovecharme de ella, ¿no lo ves? ¡Lo que pasa es que ella es demasiado inocente como para darse cuenta de mis intenciones! - Y para las últimas palabras, se dirigió a Layla - Y NO somos amigos, ¿queda claro? Sería mejor que no te acercaras a mí.

Después de decir eso, se dispuso a alejarse. Estaba algo afectado, porque se sentía un poco culpable de haberle gritado así a Layla, y de haber dicho aquellas cosas que, para él, no eran verdad.

Iba directo a la puerta de salida, sin mirar atrás, aún con la toalla... Y no porque no se hubiera dado cuenta, si no porque no sabía donde había dejado Alex sus pantalones y quería irse de allí lo antes posible.

Tomas le miraba a los ojos, ella intentaba decirle muchas cosas, pero los nervios y el miedo que tenia a esos gritos le impedian decir mas, pero el parecio entenderlo y la abrazo, correspondiendole y layla cerro los ojos. Pero de repente le pregunto ¿Y sois amigos, desde cuando, hm...? ella encojo los hombros y se sonrrojo un poco traspuesta, esperando la respuesta del chico. Pero lejos de contestar, este le dijo - ¡Dejadme en paz! ¿¿queréis?? Sí, está claro que quería aprovecharme de ella, ¿no lo ves? ¡Lo que pasa es que ella es demasiado inocente como para darse cuenta de mis intenciones! - y añadio - Y NO somos amigos, ¿queda claro? Sería mejor que no te acercaras a mí.- No lo podia creer, layla se quedo otra vez en shock y sus manos temblaban,¿ havia hecho ella algo malo? tal vez la reaccion de tomas le habia asustado..? muchas cosas pasaron por su cabeza, pero en cuanto vio a lyan girarse para irse, su mente se paro y su cuerpo actuo solo, aparto a tomas y corrio hacia lyan, cojendole del brazo. - Espera! ...hize algo que te molesto..? - lo miro con ojos de cachorrito indefenso- antes... hemos hablado... y.. parecia que... - sus ojos se llenaron de lagrimitas otra vez- yo te caia bien.... tomas... se asusto, él cuida muy bien de mi... es muy buen chico, atento y cariñoso, por favor... no te enfades con él.... - seguio sollozando un poco.. cojida del brazo de lyan- y perdoname.... todo este mal entendido a sido por mi culpa. -se giro hacia tomas.- de verdad... todo lo que dije es verdad....- apoyo su cabecita en la espalda desnuda de lyan.

Tomas no pudo evitar quedarse de piedra cuando escuchó esa brusca exclamación de Lyan. No pudo reaccionar cuando Layla se le escapó de los brazos y se fue corriendo a detenerlo, porque todavía no había conseguido procesar lo que el muchacho acababa de decir, la barbaridad que acababa de decir. "Sí, está claro que quería aprovecharme de ella" Si, claro que estaba cantado; estaban los dos solos en las termas, él a medio desnudar y ella desnuda del todo, y todo porque Layla... "ella es demasiado inocente como para darse cuenta de mis intenciones" Y si no había pasado nada era porque Tomas había llegado antes de que ese imbécil pudiera aprovecharse.
Entonces, Tomas parpadeó y sus cejas comenzaron a bajar casi sin que él se controlase, reaccionando justo a tiempo para escuchar las últimas palabras que decía Layla.
- Y perdoname.... todo este mal entendido ha sido por mi culpa. De verdad... todo lo que dije es verdad...
Al verla apoyar su cabeza en la espalda del que había estado a punto de hacerle eso (no quería ni pensarlo siquiera), Tomas no pudo más.
Se acercó a ellos y los separó de un empujón, y pensó en decir algo pero no pudo.
De otro empujón igual de violento, lanzó a Lyan al agua y él se tiró detrás, olvidandose del pequeño detalle de que todavía estaba vestido (con sus pantalones al menos) y de otro quizá más importante; él no sabía nadar.
- ¡¡Por tu bien que no se te vuelva a ocurrir algo así en tu sucia vida!! -le chilló, agarrándose al borde de las aguas termales aunque su primera intención había sido abalanzarse sobre Lyan y no sólo tirarlo al agua; también ahogarlo. Pero no se podía sostener en el agua y aparte no le hacía gracia intentarlo. Miró a Layla por un segundo, aunque, por supuesto, no a los ojos- ¿Que ha sido por tu culpa? ¡¡Por el amor de Dios!! ¿Es que no lo oyes? ¡Que te quería...! -no pudo terminar esa frase y se soltó del borde para abalanzarse sobre Lyan aunque se ahogase él también- ¡Eres un cabrón!
Y dicho eso se apoyó encima de Lyan pensando ya no sólo en ahogarlo; pensando también en que no se ahogase él.

Lyan se disponía a irse, cuando notó que le agarraban la mano... Era una mano pequeña y suave, debía ser la de la chica. Se paró en seco y se quedó allí, sin darse la vuelta, escuchando lo que decía Layla, sus sollozos... Era incapaz de mirarla a la cara en ese momento. La había hecho llorar y sentirse culpable de lo sucedido... Entonces, notó cómo la chica pelirroja apoyaba su cabeza sobre su espalda, y le entraron muchísimas ganas de volverse y abrazarla. Quería pedirle perdón. Pero era una situación delicada y aquello solo empeoraría más las cosas.

Pero no tuvo mucho tiempo para pensar aquello, porque pocos segundos después, Tomas les separó con un empujón. A este lo siguió otro, antes de que Lyan pudiera reaccionar ni decir nada, y con este último, Lyan cayó al agua de espaldas. Al caer al agua, el chico moreno no pudo ver que estaba pasando ni oir lo que gritaba Tomas... luchaba por sacar la cabeza para respirar y seguir conservando la toalla.

Cuando al fin pudo incorporarse y sacar la cabeza del agua, dio grandes bocanadas de aire... pero no había hecho más que salir cuando vio a Tomas abalanzarse sobre él - ¡Eres un cabrón!

Ante esa segunda embestida, Lyan acabó otra vez con la cabeza bajo el agua. Estaba nervioso y no pensaba con racionalidad... Empezó a moverse, para luchar por su vida, sacó las manos y cogió lo que pensaba era el cuello o la zona de la mandíbula de su agresor y empezó a aplicar calor para quemarlo. También movió las piernas a la desesperada, a ver si le daba en algún punto débil como la entrepierna o la herida del estómago. Pero no sabía si había acertado en el blanco, porque estaba muy concentrado en no perder la conciencia... Si aquello no funcionaba, quizás no saldría de allí con vida....

Aunque por un momento, se le pasó algo por la cabeza. Layla. Layla estaba allí, y quizás podría ayudarle... con un último esfuerzo, se esforzó en sacar la cabeza del agua y gritó su nombre...

layla seguia con la cabeza apollada en la espalda de lyan, esperando que el chico recapacitara y contara la verdad, porque ella creia en el, sabia que no era capaz de hacer eso... De repente noto como tomas la empujaba, con la sorpresa aun en el cuerpo, vio como tomas empujaba a lyan al agua, y se avalanzaba encima de él. De repente todo se emborrono, su pequeño cuerpo empezo a temblar, y a ponerse nerviosa, solo veia como una supuesta mancha de tomas ahogaba a lyan y este como inentaba respirar. Se quedo parada, no oia nada, solo ruido de agua, insultos... ¿como havian llegado hasta alli? layla solo havia intentado ser amable... ¿porque tomas se lo tomaba tan a pecho?, ¿porque lyan le havia dicho esas cosas tan feas? su pequeña cabeza se paro, no podia pensar mas,solo llorar impotente... de repente oyo una sola palabra LAYLA reacciono, de pronto su cara se puso seria (como nunca se habia puesto) lyan la llamaba, lyan....la necesitaba.... sin dudarlo se levanto, corrio hacia ellos y puso las manos en el agua y la hizo evaporar, dejando a lyan y a tomas en el fondo de las termas, y un chorrito fino que hacia que la terma se volviera a llenar, lentamente. -Sueltale- salto encima de tomas y le mordio el brazo, este por el dolor de las quemaduras y el mordisco, le solto, pero lyan ya estaba inconsciente. Asi que sin pensarlo dos veces, la muchachita de ojos bicolor, le dio unas palmadas, un poco histerica, y al ver que no reaccionaba, con una mano cerro su nariz, con la otra elevo su mandibula y junto sus labios con los suyos dandole aire.

(aclaro, solo evapora el agua, no los cuece XD si alguien me pregunta contestare MAGIA ·___· )

Aunque el cuello le estuviese ardiendo de dolor, hasta el punto de cerrar los ojos y ahogar un ligero gruñido, aunque su cuerpo lo estuviese dominando y en realidad él supiese que intentar ahogar a una persona sin ninguna duda no estaba bien, Tomas no sabía lo que hacía y siguió manteniendo sumergido en el agua a Lyan y aguantando todo lo que le hiciese. Intentó apartar la cara para que dejase de quemarlo, porque aquello sumado a sus patadas y forcejeos empezaba a doler de verdad...
Cuando el agua repentinamente desapareció de las termas como por arte de magia y escuchó una palabra firme y clara.
- Sueltale
Seguida de un mordisco que le dolió más que cualquier otra quemadura o cualquier golpe en el estómago que le hubiesen propinado antes. Porque era Layla. Había sido Layla.
Obedeció.
Aunque las quemaduras del cuello le seguían ardiendo, aunque la herida había renacido y volvía a doler; aunque quería volver a abalanzarse sobre ese idiota y seguir haciéndole daño a pesar de ya haberlo dejado inconsciente... Tomas sólo pudo pasar una mano sin darse cuenta por la ligera marca que ese mordisco había dejado sobre su piel. Y sólo se quedó mirando como Layla intentaba reanimar a ese chico, quedándose inmóvil, tirado de rodillas en el suelo y tocando su brazo mientras escuchaba los latidos de su corazón exageradamente acelerado... y dolorido.
- Ah, ya lo veo. Pues, si estamos con esas, a la próxima dejo que te haga lo que le de la gana y punto.
Si bien sabía que Layla igualmente no lo estaba mirando, Tomas no pudo evitar retirar aun más la mirada, mirando hacia el suelo de las termas y acariciándose el brazo sumido en sus pensamientos. Al siguiente parpadeo, notó corriendo por sus mejillas un agua que no era el agua caliente de las termas, y eso fue todo lo que necesitó para darse la vuelta y quedarse allí, apoyado en la pared, golpeándola con un puñetazo. Era por la rabia, la pura rabia. Pero igualmente no quería que Layla intentase siquiera mirarlo o probase a descubrir entre el agua que lo empapaba la lágrima que le acababa de caer -si es que lo intentaba.
Poco a poco, percibió como se iba calmando y como poco a poco recuperaba la capacidad de pensar con más cordura.
¿Era él o acababa de intentar matar a alguien?

Después de gritar el nombre de Layla, Lyan había quedado inconsciente. Por ello no sabía qué había pasado. Cuando despertó, se encontró con que sus labios estaban besando los de Layla... ¿besando? Tosió, y el agua salió de sus pulmones. Layla se había apartado para dejarlo respirar y recobrarse. Él se incorporó, sentado en el sueño prácticamente seco de las termas... ¿dónde había ido el agua? Pero los pensamientos de Lyan estuvieron poco tiempo en el agua y volvieron rápido a sus labios... inconscientemente, se llevó la mano a la boca y se los tocó... momentos antes habían estado pegados a los de Layla. Vale, había sido un boca a boca, pero.... pero... Lyan enrojeció. Además se unía el hecho de que solo tenía una toalla mal puesta.

¿Que lo habían intentado matar? A Lyan casi se le había olvidado... era una rutina demasiado común en su vida. Pero, ¿que una chica le salvara? ¿que le besara...ejem...hiciera el boca a boca? Lyan estaba muy confuso con la situación. No reaccionaba, estaba allí sentado, con la mano en la boca y colorado... no se había fijado en Tomas y ni siquiera había mirado a Layla. Él quería irse, pero su cuerpo no reaccionaba.

Layla noto como Lyan tosia, se aparto preocupada observandole como se reocuperaba y se incorporaba, se levanto,y se giro hacia Tomas, le miro fijamente, estaba furiosa, habia oido las palabras de tomas, y no le gustaron nada. Se acerco a él muy seria, levanto una mano y le dio un bofetón- ¡¡No vuelvas a hacer eso nunca mas!! ¡no tienes derecho a quitarle la vida a alguien!- dicho eso, le abrazo, muy fuerte, lo mas fuerte que havia abrazado aun chico en toda su vida y lloro... lloro mucho, desesperada, ahogada en sus propias lagrimas.- no te vuelvas un asesino, por favor...- sollozo y casi sin poder hablar, movio su cabeza varias veces, sobre el pecho de tomas, aun abrazadolo, con menos intensidad. Finalmente, cayo abatida y sin fuerzas, por el enorme gasto de energia.

Tomas retiró casi de manera refleja la mirada cuando Layla se le plantó enfrente, y tuvo ganas de espetarle algo cuando escuchó a Lyan toser, dedicarle otra vez unas palabras flojas pero llenas igualmente de furia...
Sin embargo, no pudo reaccionar antes de que se le echase encima con esa seriedad en su mirada y en sus pasos, y le pegase una bofetada que lo sacó por un instante de la realidad, como si de veras fuese un golpe tan fuerte como para dejarlo fuera del mundo.
Layla acababa de pegarle. Una bofetada. Layla le había pegado una bofetada.
Tomas clavó su mirada en el frente y no se movió, a pesar de que quería quitarse a la chica de encima cuando lo abrazó, a pesar de que lo único que quería era irse corriendo y olvidarse de toda aquella locura. Sin darse cuenta tenía una mano puesta en la cara, clavada en su mejilla donde la palma de la mano de Layla le había golpeado y le había echo un daño que no se medía con dolor, más incluso que el daño del mordisco. Casi más que el dolor que le estaba produciendo oírla llorar y notarla abrazada a él.
Pero no más que el daño de sus palabras:
- no te vuelvas un asesino, por favor...
Su rostro, que por un momento se había vuelto inexpresivo, se llenó definitivamente de horror, de incluso temor. ¿Por qué había hecho eso? ¡¿De veras estaba tan mal de la cabeza?! ¿Por qué nunca pensaba antes de hacer las cosas...?
- P-pero... -no hablaba con firmeza porque otra vez se había resbalado una lágrima por su cara. Le costaba respirar y le devolvió el abrazo como si así quisiera sentirse consolado, como si fuese a él a quien tenía que consolar- Pero yo no quería... yo no... joder, no iba a m-matarlo...
Apoyó un poco su cabeza sobre la de Layla y suspiró sin decir nada más, porque su voz ya no sonaba firme y... y definitivamente se daba asco a sí mismo. Quiso decir algo más y esperó a que la chica respondiese, pero cuando su abrazo se hizo más flojo, Tomas no pudo evitar apartar la mirada y abrir un poco más los ojos.
- ¿L-Layla? -murmuró, zarandeándola un poco. No, no se podía creer que eso estuviera pasando también. Primero se comportaba de esa manera... y... ahora... La frustración y el dolor ya no le cabían en el cuerpo- ¡¡LAYLA!!
Le gritó casi sin querer, mirándola fijamente y notando como cualquier sensación de volver a la normalidad que hubiese percibido antes se apartaba definitivamente de él. No se le pasaba por la cabeza que la chica pudiera estar cansada por haber empleado demasiado su poder, no se le pasaba por la cabeza nada, sólo aquella simple palabra que Layla había pronunciado segundos atrás: "asesino"
La abrazó más fuerte y, sin más, rompió a llorar.

Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando Layla se dirigió a Tomas y lo abofeteó, para seguidamente abrazarlo. Tampoco oyó nada de lo que hablaron. Sin embargo, poco después giró la cabeza para mirar Layla de reojo, para ver que hacía, por simple curiosidad.... cuando vio que se debilitaba y desplomaba en los brazos de Tomas. Lyan abrió mucho los ojos y se levantó de un salto, sujetándose la toalla. Tomas había impedido que Layla cayera al suelo, pero la chica estaba inconsciente en los brazos del castaño y él parecía no hacer nada...

Lyan se acercó, y apartó a Tomas de Layla, cogiendo a la chica él. Lo hizo sin dar explicaciones... Y Tomas no ofreció resistencia.

El chico moreno se arrodilló en el suelo, con el pequeño cuerpo de Layla entre sus brazos. Le apartó un poco el pelo de la frente y le acarició la cara, para después dirigir la mano hasta su cuello y comprobarle el pulso. La chica estaba bien, solo algo débil, como se imaginaba. Debía haber sido ella quien había hecho que el agua desapareciera para evitar que se ahogara.... Un sentimiento de gratitud inundó a Lyan... a pesar de que él también estaba algo débil, quería darle algo de su energía a Layla, para ayudarla, igual que ella lo había ayudado a él.

Se puso colorado cuando pensó en lo que iba a hacer, pero era la única forma. Sin embargo, cuando se estaba reclinando sobre la cara de Layla, se acordó de Tomas. Después de lo que había pasado, no podía liar más las cosas y no podía darle motivos para que malinterpretara otra vez, así que le dijo, con una voz algo entrecortada por el nerviosismo:

- Es-esta débil.... Probablemente haya usado mucha energía. Como yo también soy de fuego, vo-voy a pasarle algo de mi energía... N-no lo malinterpretes, por favor.... - Dicho esto dirigió a Tomas una mirada llena de sinceridad.

Entonces volvió a mirar a Layla y bajó hasta juntar sus labios con los suyos, fundiéndose en un beso... para trasmitirle parte de su energía.

layla intentaba mantenerse en pie, pero no pudo, se desmayo. Todo se volvio oscuro... y empezo a soñar, soño con su casa, con su padre... su abuelo... como corrreteaba por los pasillos, como descubrio que era diferente de los demas, como se fue su madre.... su cuerpo no era suyo, se sentia flotar, siguio soñando cosas, su llegada aqui, su primera noche, sus primeros amigos... sentia frio, mucho frio, pero de repente, dentro de la oscuridad pudo ver una luz, una pequeña llama que se encendia poco a poco, haciendose cada vez mas grande, y mas calida... un calor, muy agrable y un cosquilleo que le devolvio su cuerpo. Movio un poco la mano y fruncio el ceño, noto algo calido y humedo en sus labios. Al abrir los ojos vio unos ojos cerrados y unas pecas... que le eran familiares.... sin duda alguna, olio la fragancia de lyan.... era el. Noto como la magia volvia a fluir por ella, pero devido el beso se sonrrojo, mucho, muchisimo, era la primera vez que , mientras la besaban (solo havia recibido un par de besos y le havian parecido horribles) sentia un cosquilleo en el estomago y una sensacion calida en el pecho. Movio la mano y la puso en la mejilla de lyan, tal vez por que le apetecia o tal vez para avisarle que su energia fluia de nuevo, sea por lo que fuese, le acaricio con el dedo indice, cerrando levemente los ojos.

Durante unos segundos, Tomas no había podido realizar ningún otro movimiento, nada que no fuese abrazar a Layla y notar como sus lágrimas silenciosas y escondidas ya casi lo abrasaban, como si así fuese a conseguir algo con todo aquello, o como si su bloqueo mental no le permitiese hacer otra cosa.
Sin embargo, quizá aquel mismo bloqueo hizo que tampoco se moviese cuando de repente dejó de tener a Layla en sus brazos y Lyan le dio una explicación un tanto temblorosa de lo que iba a hacer, una explicación que, por supuesto, Tomas no procesó.
Se quedó mirándolos sin más, y notó como su respiración corría un poco más deprisa cuando veía ese beso, pero sin moverse, todavía sin moverse. Lo único que pudo sentir con un poco de fundamento fue una ligera sensación de alivió cuando comprobó que Layla volvía a dejar asomar sus ojos multicolor, y movía suavemente una mano para acariciar el rostro del chico.
Porque su otro sentimiento era tan estúpidamente estúpido que no podía estar. No, no podía ser que estuviera. Definitivamente, su cabeza ya no estaba pensando.
Miró hacia otro lado y reparó en lo decaída y cansada que parecía su posición. Rápidamente, se irguió y se pasó un brazo por la cara, acercándose al chorro de agua para lavársela un poco. Ya de paso, dejó que su mano resbalase hasta rozar el cuello y no pudo evitar forjar una mueca de dolor. La quemadura cada vez le dolía más. Entonces, como si aquello lo tranquilizase de algún modo, volvió a pasar de nuevo la mano, esta vez haciendo fuerza. Notó como la sangre le corría un poco por el cuello pero tardó un buen rato en detenerse. De todas maneras, el agua disimulaba bastante su sangre.
Volvió a mirarlos y tuvo claro que él no hacía ya nada allí. Layla de veras no parecía estar pasándolo mal, y Lyan por supuesto tampoco; estaba teniendo lo que quería, a pesar de que verdaderamente ya no le parecía que buscase aprovecharse de ella; porque ese beso lo compartían ambos, era de los dos. Se puso en pie y apretó los dientes cuando su mente le pidió a gritos pronunciar una disculpa, porque se estaba comportando como un idiota y odiaba comportarse así.
Pero por algún motivo en especial, esa disculpa no pudo atravesar sus labios cuando los volvió a mirar. No iba a detenerlos para, simplemente, pronunciar un estúpido "siento lo de antes" que no iba a servir de nada porque Lyan no iba a lanzarse sobre él (en el fondo, a Tomas no le habría parecido mal eso. Por lo menos se llevaba lo que se merecía)
Sin más, se sorbió la nariz y salió de las termas con el salto más enérgico que pudo, y se sentó en el suelo bien apartado de ellos para secarse las alas, y poder marcharse volando. No sabía por qué no se iba andando y se empeñaba en seguir allí para sentirse peor. Quizá sólo buscase eso. No olvidarse de ese sentimiento de culpa.

Lyan estaba totalmente metido en aquel beso. Notaba la energía fluir y cómo, poco a poco, el cuerpo de Layla se iba calentando. Pasados unos momentos, Layla empezó a reaccionar y llevó una mano a la mejilla de Lyan. Una parte de su cerebro entendió aquello como una señal de "es suficiente", pero la otra parte quiso ignorarlo... No quería separarse... ¿Por qué no quería separase? La cuestión es que Layla tampoco hizo nada por alejarlo. Sin pararse mucho a pensar en lo que hacía, Lyan cubrió la mano con la que Layla le acariciaba con la suya propia, como pidiéndole que no la alejara; mientras que con la otra la seguía sujetando.

El chico moreno sentía un cosquilleo muy agradable en el pecho... hacía muchos años que no se sentía así. Una parte de su cerebro le decía que aquello no estaba bien, que debía parar, pero Lyan no quería escucharla. Estaba alargando el beso, para mantener aquel sentimiento un poco más... y para ello parecía incluso dispuesto a quedarse él mismo sin energía, porque, sin darse cuenta le seguía pasando su calor a Layla.

Entonces, como si aquella parte del cerebro de Lyan, que hacía rato que le estaba advirtiendo, se hubiera hartado de ser ignorada, grito: ALEX. Aquella palabra resonó dentro de la cabeza del chico y le heló la sangre, haciendo que el beso también se helara. Durante unos segundos estuvo en esa posición, pero aunque su cuerpo pareciera paralizado, su mente no lo estaba. Le había entrado mucho miedo. Miedo de que Alex supiera lo que había sentido y quisiera hacerle daño a Layla. Lyan no podría perdonárselo... no podría perdonarse no haber aprendido de sus errores y dejar que aquello sucediera otra vez... Lyan se separó de la chica con un gesto de terror que no podía ocultar. ¿En qué había estado pensando?

Se levantó, dejando a Layla sentada en el suelo, y miró alrededor. ¿Dónde se había metido el otro? Lyan miró a la chica pelirroja, no sin que una parte de él echara de menos su contacto y el sentimiento que le inspiraba, pero decidido a que no dejaría que le pasara nada si él podía evitarlo. Con una voz débil (no sabía si por el gasto de energía, la pelea o el miedo), se dirigió a Layla:

- Y-yo... me alegro que estés bien... Solo te faltaba energía... Ahora, de-debo irme... - Se volvió, pero antes de empezar a andar en dirección contraria, dijo: - gracias por acudir en mi ayuda.

El chico se alejó y salió de las termas, que poco a poco empezaban a llenarse con agua nueva. Cuando se dirigía a la puerta, vio a Tomas sentado en el suelo, secándose las alas. Se acercó a él, y le dijo:

- Lo de antes está olvidado... y-yo... sé que solo querías protegerla. Yo hubiese hecho lo mismo. - esto lo dijo con total convicción. Carraspeó, y luego añadió: - Debo irme... Por favor, acompáñala a la Academia... Es tarde y no debería ir sola.

Dicho esto, se dirigió a la puerta de salida.


((aun os he dejado la baza de los pantalones, si no queréis terminar el tema XDDD que el tonto se va con la toalla ·_____·))

(òwó no kiero, no te dejo marchar!XD)

Lyan puso su mano encima de layla y eso hizo que ella se sonrrojara aun mas, y abriera los ojos de par en par... ¿que... queria decir eso..? ¿que no solo estaba pasandole energia si no que ademas la estaba....besando..? era tan agradable ese sentimiento... se sentia... tan agusto... por primera vez el la vida, cerro los ojos y se dejo llevar, con su mano aun en la mejilla del muchacho. Layla noto como su energia iva aumentando, tal vez su pequeño cuerpo no iva aguantar tanta, y empezo a sobrecalentarse de nuevo, hechando humo, pero no podia separar sus labios de los de lyan, no podia...ni queria... De repente el chico se separo de ella, con cara de horror, ella abrio los ojos y le vio con esa cara que no supo interpretar ¿acaso ella havia hecho algo mal? se sentia como si se ubiera aprobechado de el, por averle quitado demasiada energia, o quiza haberle obligado a alargar el beso de magia. Lyan le ablo con voz debil, sus palabras le tranquilizaron un poco y su corazon se acelero cuando le agradecio haverle ayudado. Lyan era la primera persona que le agrdecia algo, los ojos bicromaticos se llenaron de lagrmias y se llevo las manos a la cara. Algo paso por la cabeza de layla, "no te vayas " queria decirlo pero no podia, la voz se le havia conjelado en ese agradecimiento, su corazon latia muy rapido, escucho como le daba indicaciones a tomas que cuidara de ella, en su cabeza solo una frase "no te vayas....no te vayas....no te vayas." al fin pudo hablar abrio la boca y solto un pequeño grito ahogado- ¡No te vayas!- roja como un tomate siguio- estas... solo con la toalla... te vas a resfiar....- des del fondo de las termas, el agua le llegaba por los tobillos- yo...espero aqui, no veo nada, cambiate... y... la ropa esta a la derecha, donde las cestitas....cambiate..- lo ultimo casi ni se oyo. Layla se giro y se tapo la carita humeda por las lagrimas.

Tomas no pudo evitar dejar escapar un suspiro mientras seguía dándoles vueltas a sus alas (y provocando ruido a propósito), hasta que las encontró lo suficientemente ligeras como para poder volar y ya no encontró más excusas para seguir allí haciendo el idiota. Ya estaba preparándose para ponerse en pie y largarse, cuando Lyan se le plantó delante y casi le hizo pegar un brinco por la sorpresa.
- Lo de antes está olvidado... y-yo... sé que solo querías protegerla. Yo hubiese hecho lo mismo. Debo irme... Por favor, acompáñala a la Academia... Es tarde y no debería ir sola.
Tomas lo escuchó con la cabeza baja y muy quieto, y sólo se atrevió a mirarlo cuando se dio media vuelta para marcharse. Su mente estaba sumida en un caos, repleta de pensamientos entremezclados que no tenían nada que ver. Seguía queriendo disculparse con él, pero al mismo tiempo todavía quería volver a abalanzarse, volver a golpearlo, y lo quiso con más furia cuando escuchó a Layla hablarle desde las termas.
Entonces, supo que ahora sí que podía hacer sólo una cosa. Porque no se quería descontrolar otra vez y no parecía que el idiota fuese a intentar hacer algo con ella de nuevo. Por su bien. Porque si no a la próxima no se volvería a parar por una simple quemadura y un mordisco.
Se puso en pie y siguió tocándose el cuello, expulsando su rabia contra él mientras musitaba, más para sí mismo que para que lo oyera alguien:
- Me voy a la enfermería. El besito de buenas noches que te lo dé él.
Indudablemente no se iba a ningún sitio; solo quería salir de allí cuanto antes. Seguía queriendo proteger a Layla, ya no sólo acompañarla a la academia para que no le ocurriese nada; también quería protegerla de ese imbécil porque seguía con la certeza de que sus intenciones no eran buenas en absoluto, pero... no podía hacer nada más. Y eso lo frustraba. Ella no quería que se fuera y Tomas no se iba a quedar de acompañante. Ya había hecho lo que tenía que hacer. Por lo menos le había dejado claro que a la próxima no tendría tanta suerte.
Siguió pasándose una mano por el cuello y movió un poco sus alas salpicando a Lyan de paso, quitándose un poco más de agua.
Se plantó frente a la puerta y, sacudiendo la cabeza, la abrió.

(En el otro lo retuve, pero ahora ya es imposible o___o)

Mientras salía, Lyan escuchó la voz de Layla gritar:

-¡No te vayas!

Una pequeña parte de él saltó de alegría al oír eso... Otra se sintió atrapada sin poder irse, que era lo que quería... y lo quería para no poner en peligro a Layla. Lo demás que dijo la chica lo escuchó, pero no le echó tanta cuenta. Levemente procesó que la ropa estaba a la derecha... Así que se dirigió hacia allí, porque la verdad es que quería recuperar sus pantalones. Cuando fue a dirigirse hacia donde le había indicado la chica, pasó Tomas refunfuñando y le echó agua con las alas. Vio a Tomas dirigirse a la puerta y reaccionó sin pensar:

- ¡¡Eh!! ¡Tú! ¿Dónde te crees que vas? ¿¿¿No vas a hacer lo que te he pedido??? - Pero era demasiado tarde... Tomas ya había salido por la puerta. Lyan suspiró... él también quería irse de allí, pero bajo ningún concepto quería dejar sola a Layla. Se dirigió a los cestos y pronto encontró sus calzoncillos, pantalones y camiseta. Miró alrededor para asegurarse que Layla no había entrado y se vistió.

Se dio cuenta que cerca estaba la ropa de Layla... su uniforme y su... ropa interior... Lyan enrojeció al verla, no solo por la visión de la bonita lencería, sino porque también le vino a la cabeza lo que había visto antes. Carraspeó e intentó quitar aquella imagen de su mente. Pensó en llevarle la ropa a Layla, porque también se querría vestir, pero sería de imbécil llevársela fuera, así que la dejó donde estaba y volvió con la chica.

La pelirroja seguía sentada y estaba llorando... ¿por qué lloraba? ¿Era por el beso? ¿No le había gustado? ... Quizás pensaba que se había aprovechado de ella mientras estaba inconsciente. No, no podía ser eso, porque si no se equivocaba, le había gritado que se quedara... Entonces, ¿qué era?

Layla, yo... - no sabía qué decir - Mmm.... Tomas se ha ido... Así que... bueno, que... si quieres, puedes ir a vestirte... - Enrrojeció de nuevo al pensar que no llevaba nada debajo de la camiseta - yo me quedaré aquí, te prometo que no voy a entrar... - Se llevó la mano detrás de la nuca. Estaba nervioso - cuando acabes vuelve, y te acompañaré a la academia, que ya es tarde y no deberías ir sola...

Lyan quería seguir con Layla, pero a la vez no quería. Estaba confuso y tenía sentimientos encontrados. Pero en ese momento no podía hacer otra cosa, porque no pensaba dejar que la chica tuviera que regresar sola a esas horas de la noche.

layla lloro aun mas, cuando escucho que tomas se iva, sobre todo su ultima frase. -El besito de buenas noches que te lo dé él- esa frase tan corta, fue mortifera para ella, porque a ella le gustaba que su "hermano mayor" le diera el beso de buenas noches antes de dormir, porque asi, dormia tranquila sin sentirse tan sola. Apreto las manos con fuerza hacia su carita y lloro mucho mas, cayendo sobre sus rodillas. Oyo la voz de lyan detras de ella, se havia quedado! saco las manos y le miro sorprendida, con las mejillas rojas de tanto llorar -... - intento decir algo pero no pudo, salio de las termas con dificultad, se planto delante de lyan y puso cara de agonia y con una mano en la cara volvio a llorar- t-tomas....se ha enojado conmigo... ya... ya...no querra darme el beso de buenas noches..... yo...me siento ...sola....- se encojio un poco y se abrazo a al chico moreno.- ... no me quiero ir.... no quero estar sola....- enterro su cabeza entre los brazos del muchacho se quedo un rato en silencio y despues de sollozar ya mas calmada pero con la grimas en los ojos, levanto la mirada , miro a lyan a los ojos y con cara de pena y asustadiza le dijo- Duermes hoy conmigo..? porfavor.....-

Layla seguía llorando desconsoladamente. Cuando Lyan le habló, volvió la cara hacia él. Estaba muy roja de llorar y se la notaba algo desesperanzada. Salió de las termas con algo de dificultad y se plantó delante de Lyan, mirándole con aquella cara de pena absoluta.

La pelirroja empezó a llorar de nuevo, le explicó lo que le pasaba, por qué se sentía tan triste, y le abrazó. Lyan la miró por un momento... no estaba acostumbrado a aquel tipo de situaciones y no sabía cómo actuar. Sin embargo, en ese momento Layla se le antojó tan débil, tan... sentía que tenía que protegerla y quererla, así que, sin pensarlo más, le correspondió al abrazo, mientras la chica seguía sollozando, hundiendo su roja cabeza en su pecho, humedeciéndole la camisa con sus lágrimas... Lyan la había cogido pasándole ambos brazos por los hombros y apoyando su mejilla en la cabeza de ella... intentándole transmitir todo el apoyo del que era capaz. Quería hacer algo por ella, pero ¿qué?

Cuando al fin Layla pareció más calmada, le miró. Le miró con aquellos ojos bicolor que transmitían tanta tristeza, tanta soledad... estaba asustada. Lyan le devolvió la mirada, fijando en ella sus ojos verdes... En ese momento, Lyan la estaba cogiendo por los hombros y le estaban entrando muchas ganas de... de... besarla. Sí, besarla de nuevo, pero no para pasarle energía ni nada, sino simplemente por... besarla.

Cuando estuvo a punto de acercarse a ella para juntar sus labios, Layla dijo algo que no se esperaba en absoluto:

- Duermes hoy conmigo..? porfavor.....-

Lyan se quedó de piedra ante esa pregunta... Se puso blanco, para segundos después ponerse muy rojo... tanto, que incluso se le tiñeron un poco las raíces del pelo de ese mismo color, debido a esa habilidad que tenía pero que con esta personalidad no controlaba muy bien. Era consciente de que su temperatura corporal había subido...

- La-layla... vete a vestir, anda... a-ahora seguimos hablando de eso... - No sabía qué hacer, qué contestar... Quería, pero no quería... ¿¿Qué cojones le pasaba?? Todo era culpa de Alex... era su culpa que no pudiera llevar una vida normal, y dudara si debía dormir con una chica o no. Esperaba que Layla le hiciera caso y fuera a vestirse... así tendría tiempo de tranquilizarse y pensar qué hacer.