Tres cucharaditas de azúcar

((¡Libreee! =D Que mi niña aun no conoce a casi nadie y esto no puede serrr))


Cassandra llegó hasta el centro del pueblo y observó todo a su alrededor con curiosidad. Recordaba vagamente algunos edificios, calles y plazoletas de cuando ella misma estudiaba en la academia y bajaba al pueblo con sus amigas, pero de eso habían pasado ya diez años y los recuerdos se habían hecho confusos en su cabeza. No pudo evitar algunos ramalazos de nostalgia al pasar por los lugares que tantas veces había recorrido como adolescente y ver que casi todos estaban cambiados, como si no quisieran que quedara nada de lo que había sido con anterioridad y no quisieran dejarle a ella nada a lo que aferrarse. Algunos rincones que para ella habían sido especiales, porque había estado allí con personas (o con una persona, más concretamente) importantes, ahora parecían simplemente haber desaparecido sin dejar rastro.
O, tal vez, era que simplemente a ella se le había olvidado donde buscarlos.

No reprimió una sonrisa satisfecha cuando, al llegar a la enorme plaza principal del pueblo, que tal vez era el lugar que más había cambiado pero que, pese a todo, seguía siendo igual que antes, se encontró delante de aquella cafetería en la que había estado tantas veces.
Encogiéndose de hombros, se sentó ella sola en una de las mesas de la terracita y pidió un café con leche (y tres cucharaditas de azúcar), para tomar algo mientras veía a las personas de las cuales ahora formaba parte de nuevo, pasar.

Aliana no solía bajar mucho a Mondphase, pero no porque no quisiera, sino porque normalmente no encontraba tiempo o nadie con quien ir. Sin embargo, se moría de ganas de conocer el pueblo, así que aquel día había decidido dar una vuelta, aunque fuera sola. Cuando acabó de buscar unas cosas en la biblioteca para una de sus tareas, ni siquiera fue a cambiarse el uniforme, porque temía perder el valioso tiempo que había encontrado.

Cuando estuvo en Mondphase vagó por algunas calles, algo desconcertada. No sabía ni dónde estaba ni a dónde se dirigía. Pero no le importaba. Todo lo de alrededor le parecía nuevo y hermoso. Después de una hora andando sin rumbo por diferentes calles, llegó a una plaza. Miró alrededor y vio muchas tiendas, pero algo le llamó especialmente la atención: una hermosa cafetería con terraza.

Su estómago hizo un leve sonido, recordándole que hacía horas que no comía e instándole a acercarse. Antes que nada, sin embargo, metió la mano en su bolsillo y comprobó cuando dinero tenía. Suficiente.

Se acercó al lugar, y no puedo evitar fijarse en una mujer sentada en la terraza, tomando un café. No sabía cuantos años tendría, pero era muy guapa y tenía un porte elegante y orgulloso. Aliana se quedó mirándola por un momento, preguntándose si tendría sangre élfica (ya que le extrañaba que un humano pudiera inspirar tal aura de magnificencia).

Se sentó en una mesa cercana, para poder observarla (le había causado una gran impresión), y pidió un té con leche. Y lo endulzó con tres cucharaditas de azúcar.

((Hoooo... Ya tenía ganas de rolear contigo...))


El café estaba tan delicioso como ella recordaba que estaba la última vez que estuvo allí. Cassandra soltó un suspiro de satisfacción y se alegró de haber vuelto a aquella cafetería tan especial para sus recuerdos porque, definitivamente, en su casa nadie preparaba un café tan sabroso como aquel.
Pasó un buen rato allí, observando tranquilamente a la gente pasar, hablar unos con otros y detenerse delante de los escaparates. No le importaba demasiado estar sola, porque de hecho así no tenía que seguir la conversación de nadie y podía ir a su bola observando a los demás, como a ella le gustaba hacer.
En un momento dado, una muchacha con el uniforme de la Academia se acercó a dónde estaba ella sentada y tomó asiento en una mesa cercana. Cassandra la observó de reojo, con curiosidad, porque aquella chica rubia se le antojaba conocida y porque, además, el color de su uniforme le llamaba la atención. La observó con discreción durante un rato, reprimiendo una sonrisa al darse cuenta que la observación era mutua, y prestó especial atención a sus orejas picudas y a aquella expresión decidida en su rosto. Aquello le indicó, aunque no la conocía de nada, que la chica rezumaba orgullo, y Cassandra supo que se aferraba también a ese orgullo con uñas y dientes, reclamándolo suyo. Se dio cuenta de que lo que se le hacía conocido de esa chica era que, en cierto modo, le recordaba un poco a ella misma.

- Bonito día para pasear por Mondphase, ¿verdad? - dijo en voz alta, rompiendo el silencio y dirigiéndose a ella cuando se fijó en que la chica había vuelto a mirarla. Ladeó la cabeza en su dirección para mirarla también directamente y le sonrió -. Me he fijado en tu uniforme - le dijo, encontrándolo más adecuado que no "Me he fijado en que llevas diez minutos mirándome cuando creías que no te veía" -. Eres alumna de Yuki, ¿verdad? Yo soy Cassandra. Cassandra Krossite. Soy su hermana mayor - la saludó moviendo levemente la mano en su dirección -. Hey Jude.

((jujujuju Sí, yo tb tenía ganas de tener un tema contigo ya XD))

El té de aquel sitio estaba delicioso, y las vistas de la plaza desde la terraza eran muy agradables. Definitivamente, tenía que volver a esa cafetería. A pesar de eso, Aliana no miraba a la plaza en aquel momento, sino a la clienta que se sentaba en una mesa cercana a la suya. Intentaba desviar la mirada de vez en cuando, para no parecer muy descarada, pero a veces se quedaba mirándola fijamente sin darse cuenta. Aquella mujer era realmente guapa. Observaba la plaza, a la gente pasar, y la semielfa hubiera jurado que a veces le dirigía la mirada a ella.

No era muy consciente de cuanto tiempo llevaba en la cafetería, pero en un momento dado, la mujer castaña se volvió a ella en uno de los momentos que la miraba y dijo en voz alta, en dirección a su mesa: - Bonito día para pasear por Mondphase, ¿verdad? - Aliana enrojeció hasta la raíz. No sabía si era porque la mujer, que le había causado tan gran impresión se dirigiera a ella o por el hecho de que le hubiera hablado al darse cuenta de que llevaba varios minutos sin quitarle el ojo de encima.

Me he fijado en tu uniforme. Eres alumna de Yuki, ¿verdad? Yo soy Cassandra. Cassandra Krossite. Soy su hermana mayor. - Cassandra la saludó, moviendo levemente la mano en su dirección -. Hey Jude.

Aliana se quedó por un momento boquiabierta, con la taza de té entre las manos. ¿Pero cómo había pasado eso? ¿Se había fijado en su uniforme? ¿Conocía la academia? No, no, ¡mucho más! ¡Era la hermana mayor de su profesor de elemento! (y le había saludado con aquella expresión que a veces utilizaba Nerine... debía ser algo local). Era demasiada información para el cerebro distraído de Aliana. Sin embargo, reaccionó, porque no quería parecer tonta ni maleducada y sobre todo porque quería aprovechar la oportunidad de hablar con ella.

Inclinó la cabeza levemente, en señal de saludo, y a la vez, un tanto nerviosa, alzó un poco la mano para saludarla desde su mesa.- H-hola. Sí, soy alumna de Yuki - miró su propio uniforme y después volvió a mirar a Cassandra. - ¿su hermana? En verdad sí que se dan un aire. Aunque claro, son hermanos... No sabía que el profesor Yuki tuviera hermanos, y menos que vivieran en Mondphase. -empezaba a decir muchas tonterías sin relevancia.- Ha dicho que es su hermana mayor, ¿no? No parece usted mayor, no mayor que él... -¿qué estaba diciendo? Su cerebro estaba descontrolado y su boca aún más - ¡quiero decir! No es que el profesor parezca mayor, no sé cuantos años tiene, en verdad, pero usted parece jóven, ¡se conserva muy bien! - Estaba metiendo la pata hasta niveles insospechados y, en algún lugar de su mente, era consciente de ellos, por lo que su sonrojo solo iba en aumento. - ¡¡Di-disculpe, de verdad!! No pretendía ser impertinente... y-yo... solo me puse un poco nerviosa... - Bajó un poco la cabeza y decidió fijar su mirada en el poco té que le quedaba, para no ver la cara que le habría puesto la mujer desde la otra mesa.

Seguramente muy al contrario de lo que la muchacha pudiera haberse puesto a pensar, Cassandra no se sintió ofendida, ni la miró extrañada, y ni siquiera se molestó cuando le pareció que insinuaba que era una persona mayor. Más bien justo al contrario, dejó escapar una risa por lo bajo, entretenida, y tomó su taza de café para levantarse y acercarse a la mesa donde ella estaba sentada.
- ¿Te importa? - le preguntó antes de sentarse, sonriendo todavía divertida -. Creo que las dos estamos solas, y esto de hablar a voces de una mesa a la otra me parece, cuanto menos, grosero.
Esperó a que la muchacha elfa asintiera y entonces se sentó elegantemente en la silla libre que quedaba frente a ella, cruzando las piernas automáticamente y dirigiéndole una mirada curiosa a la alumna.
- En realidad es normal que no supieras que soy la hermana de Yuki, ¿no crees? - le dijo, queriendo calmarla y hacerle ver que no le importaba en absoluto no ser conocida por todos y cada uno de los miembros de la Academia -. Que yo sepa, los profesores no van por ahí hablando de su vida pública con los alumnos. Y, en el caso que lo hicieran - la mirada le brilló divertida, pensando que su hermano era precisamente el tipo de persona que sí haría esas cosas estúpidas -, tampoco tendrías por qué conocerme. Acabo de mudarme al pueblo esta misma semana, hacía unos diez años que no venía por aquí.
Sonrió y apartó la mirada de ella durante unos segundos para pasearla por la plaza que le traía tantos recuerdos de su juventud, y se preguntó vagamente si aquella chica que le recordaba a ella misma, tenía algo que ver con ese sentimiento de nostalgia que estaba experimentando. Negó con la cabeza y forzó una nueva sonrisa que, nada más nacer, creció sola en sus labios sin ningún tipo de esfuerzo, y volvió la mirada, otra vez, hacia ella.
- No te has presentado, por cierto, joven elfa - murmuró, dándole seguidamente un sorbo a su café templado.

((...y 1 mes después.... ·______· Perdón!))

Aliana notó un movimiento y levantó la vista para ver como Cassandra se acercaba a su mesa.

- No, claro, en absoluto... Tiene razón, no es muy elegante hablar de mesa a mesa. - dijo mientras asentía. La semielfa escuchó con atención e interés lo que la mujer le decía. - ¡Oh! Entonces, ¿se acaba de mudar? ¡Vaya! Yo es la primera vez que vengo a Mondphase, pero... - dirigió una rápida mirada a la plaza - parece un lugar bonito para vivir. Aunque... bueno, yo prefiero los sitios con más vegetación. Supongo que es a lo que estaba acostumbrada en mi aldea - Aliana bebió el último sorbo de té. Cuando miró a la mujer castaña, vio como esta observaba con nostalgia la plaza. La chica pensó que probablemente este lugar le debía traer recuerdos.

Con el último comentario de Cassandra, Aliana dio un pequeño bote en su asiento y se sonrojó levemente - ¡Oh! ¡Lo siento! Me llamo Aliana, Aliana Efembur... Aunque todos me llaman Ali. Encantada - dijo, mientras sonreía y le tendía la mano a la mujer frente a ella, ya que se había dado cuenta de que antes, debido a la distancia entre las mesas, no se habían presentado formalmente.

((Espero no tardar otro mes en acabar esto ·__· XDD))


Cassandra aceptó automáticamente la mano que la chica le tendía y la encajó con firmeza, pues aquel era, probablemente, uno de los gestos que la mujer realizaba con más afluencia a lo largo del día y ya le salía siempre con la misma soltura.
- Encantada de conocerte, Aliana Efembur - dijo, sonriendo tranquilamente y pensando, muy por encima, que la mano de la muchacha era mucho más delicada y suave que las manos de los empresarios con los que solía trabajar, y que aquello se le hacía agradable -. Tienes razón, Mondphase es un lugar muy bonito, pero no es el más acertado si lo que prefieres son los bosques y las llanuras. Aunque, para los negocios, es infinitamente mejor - hizo una breve pausa y la miró detenidamente -. ¿Tú no procedes de ninguna familia de comerciantes así importante?? - preguntó, pues el porte de Aliana le había dado a entender eso.

(Nop, prometo que no lo vuelvo a dejar ·____· Junio fue un mal mes, eso es todo XD)

Aliana notó la firmeza con la que Cassandra le estrechaba la mano. Parecía que era un gesto que estaba acostumbrada a hacer, pero a pesar de su determinación, estrechó la mano de la semielfa con suavidad y elegancia.

- ¿Comerciantes? Mmm.... Mi padre solía ser comerciante cuando yo era pequeña.... pero lo dejó hace 6 o 7 años. Ahora ya no se dedica a eso. No sé como de conocido era, porque apenas me acuerdo... ¿Por qué lo pregunta? ¿le sonó familiar mi apellido, por casualidad? Quizás conociera a mi padre o a mi abuelo... ¿Es usted comerciante, también?

Mientras decía esto, la chica rubia jugueteaba con su taza de té vacía intentando que no se notara la nostalgia y la tristeza que le habían inundado el pecho de repente. Nostalgia al pensar en su padre, al que echaba de menos... y tristeza al recordar por qué este tuvo que dejar de ser comerciante cuando perdió el negocio aquel fatídico día en el que su aldea fue atacada.

Efembur... Efembur...
Cassandra pensó durante un rato si aquel apellido le sonaba realmente o no, o si todo era un lapsus que estaba teniendo. Hacía exactamente siete años que había comenzado a ocuparse de los negocios de la familia junto a su padre, y si realmente el padre de la muchacha lo había dejado por aquella época...
- Es posible que me resulte familiar, sí - admitió -. Aunque no sé exactamente de qué. Mi familia se mueve entre muchas ramas, y no sería capaz de acordarme de todas sin hacer trampas - hizo una breve pausa y la miró, sonriente -. Porque sí, me dedico a los negocios también. Y es posible que haya conocido o oído hablar de...
Se detuvo poco antes de terminar la frase porque se fijó en la chica y se dio cuenta de que no parecía escucharla. Aliana había bajado la mirada y ahora esta relucía, algo triste y encantada, como si recordara algo que le hacía mal. Cassandra se preguntó si había dicho algo malo pero, repasando la conversación, no encontró nada que pudiera haber inducido a la chica a ese estado reflexivo. Carraspeó.

- Esto... Aliana. ¿Te encuentras mal? ¿Quieres que pida otro té o algo para ti?

Aliana escuchó lo que decía Cassandra de fondo, un poco amortiguado por sus pensamientos. Sin embargo, el carraspeo de la mujer la sacó de su ensimismamiento.

- ¿Eh? Ah... - Le dirigió la mirada - Perdone señorita Krossite... Estaba... bueno, me acordé de mi padre... - pensaba que eso sería suficiente para excusar su actitud - Lo echo un poco de menos - sonrió y volvió a mirar su taza vacía - La verdad es que no, gracias. No creo que me esté mucho rato más, tengo que hacer tareas para el profesor Yuki - rió levemente, pensando que era gracioso que su profesor fuera hermano de aquella mujer. - Perdone por lo de antes... ¿qué es lo que decía? - preguntó, intentando mostrar un renovado interés.

La mujer le devolvió la sonrisa a la muchacha otra vez por pura inercia, porque era un gesto conciliador que realizaba constantemente incluso cuando no tenía ganas de hacerlo (ante acreedores, ante hombres de negocios, ante deutores...), pero era vagamente consciente de que ella no le hacía mucho caso.
- No te preocupes, no tenía mucha importancia - le aseguró, negando con la cabeza de forma leve. Entrecerró los ojos con curiosidad y siguió mirando a la chica -. Siento si he dicho algo que te haya hecho recordar algo malo - susurró, pues no sabía si, al hacerle pensar en su padre, había tocado algún tema espinoso. Que ella se llevara bien con su padre (su padre, su amigo, su socio...) no significaba que todo el mundo tuviera la misma suerte. Su hermano Yuki era un ejemplo. Aquella niña con la que había vivido tiempo atrás, también...
- No te preocupes - repitió -. Si tienes que trabajar, por mi no te quedes. Espero que Yuki no esté siendo demasiado duro... - advirtió con cierto tono de regaño, a lo que ambas rieron un poco. Cassandra hizo un gesto con la mano para llamar la atención del camarero que atendía a las mesas y le indicó que trajera la cuenta, y luego otro hacia Aliana como para que no se moviera -. Sht, yo invito.


((Vaya, ha quedado algo desprolijo o.ô lo lamento))

(( no me eches cuenta... es que me pareció que este tema quedó cojo, así que respondo para dejarlo finiquitado del todo y lo llevo a temas cerrados ))

- Oh, no, no... no se preocupe. Solo le echo de menos, es la primera vez que... estoy lejos de casa... Pero pronto tendremos unos días libres e iré a verle. - sonrió, feliz - Solo pensaba en eso... perdón por ausentarme mientras me hablaba... - Entonces, el reloj de la plaza dio la hora. - Oh, ¿ya es esta hora? Pues sí que voy a tener que irme... - se levantó - Y no se preocupe, Yuki es un profesor muy amable. - La semielfa rió levemente.

Cuando Cassandra llamó al camarero, Aliana metió la mano en su bolsillo, dispuesta a pagar su taza de té, pero la mujer le hizo un gesto con la mano. - Sht, yo invito.

Ante esas palabras, la chica rubia se sonrojó. Aquella mujer que acababa de conocer había sido muy amable, y le estaba muy agradecida. Le hizo una leve reverencia para mostrarle su gratitud - ¡Muchas gracias, de verdad! - se irguió otra vez para mirarla - Siento mucho tener que marcharme tan pronto... espero verla en otro momento. - Y le dirigió una sonrisa a Casandra, antes de darse media vuelta y marcharse, volviéndose para despedirse con la mano antes de desaparecer tras una esquina.