Conectarse
Últimos temas
¿Quién está en línea?
En total hay 15 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 15 Invitados Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 85 durante el Dom Oct 13, 2024 1:40 am
Los posteadores más activos del mes
No hay usuarios |
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios |
Mejores posteadores
Tomas (773) | ||||
Nerine (739) | ||||
Aurora (635) | ||||
Hana (597) | ||||
Helio Giorgatos (576) | ||||
eucrionon polstad (558) | ||||
Aiwe (520) | ||||
Clio Zeilan (441) | ||||
Evan (396) | ||||
Caelan (393) |
Efectos colaterales (Cae y Evan)
2 participantes
Academia Radium Alba :: Temás de años anteriores :: ARA 2011 :: Temas Abiertos :: Continente Akull (Alrededores de la Academia) :: Pueblo Mondphase
Página 1 de 1.
Efectos colaterales (Cae y Evan)
Pocas eran las situaciones que al profesor de arte le resultaban, a esa altura de su vida, surrealistas; principalmente por ser una persona de mente tan ridículamente amplia para la mayoría de las cosas, como solía autopromocionarse él. Sin embargo, percatarse de que se encontraba en aquella oscura, pequeña, y por qué no, barata habitación de hotel junto a uno de los sujetos que menos toleraba en su entorno de trabajo, le hacía pensar que por primera vez en su vida había cedido a fumar algún tipo de sustancia tóxica de las que acostumbraban a consumir algunas personas para quemarse un par de neuronas y alucinar un poco.
¿Qué demonios hacía él, en paños menores, observando estupefacto el rostro durmiente del moreno que le producía tanta irritación? Y más importante, ¿¡por qué estaban compartiendo habitación?!. Su cuerpo reaccionó mucho antes que su mente, y como si hubiese sido impulsado por un resorte en su trasero, se levantó de un rapidísimo salto (o sobresalto) del lugar.
Sin duda una de las peores decisiones que había tomado, puesto que al impactar contra el suelo, perdió el equilibrio y fue aplastado por el cuerpo todavía inconsciente de Caelan. Doblemente confundido, observó hacia su muñeca, en donde había sentido una fuerte resistencia al saltar - ¿!QUÉ DEMO--?! - y calló al descubrir que unas esposas unían su cuerpo junto al del sujeto que tenía ahora encima.
Su rostro empalideció, y tras unos segundos de inmovillidad, su cuerpo volvió a actuar por cuenta propia, proporcionando una patada en una de las piernas del profesor de fuego, algo que terminó doliéndole más a él que al moreno, puesto que se encontraba descalzo, pero le sirvió para llamar su atención. -¡D-despierta, imbécil! - llamó, aunque el que verdaderamente quería despertar de aquella horrible pesadilla fuese él.
¿Qué demonios hacía él, en paños menores, observando estupefacto el rostro durmiente del moreno que le producía tanta irritación? Y más importante, ¿¡por qué estaban compartiendo habitación?!. Su cuerpo reaccionó mucho antes que su mente, y como si hubiese sido impulsado por un resorte en su trasero, se levantó de un rapidísimo salto (o sobresalto) del lugar.
Sin duda una de las peores decisiones que había tomado, puesto que al impactar contra el suelo, perdió el equilibrio y fue aplastado por el cuerpo todavía inconsciente de Caelan. Doblemente confundido, observó hacia su muñeca, en donde había sentido una fuerte resistencia al saltar - ¿!QUÉ DEMO--?! - y calló al descubrir que unas esposas unían su cuerpo junto al del sujeto que tenía ahora encima.
Su rostro empalideció, y tras unos segundos de inmovillidad, su cuerpo volvió a actuar por cuenta propia, proporcionando una patada en una de las piernas del profesor de fuego, algo que terminó doliéndole más a él que al moreno, puesto que se encontraba descalzo, pero le sirvió para llamar su atención. -¡D-despierta, imbécil! - llamó, aunque el que verdaderamente quería despertar de aquella horrible pesadilla fuese él.
Re: Efectos colaterales (Cae y Evan)
La situación era tan surrealista que costaba de creer. Era, simplemente, absurda.
Caelan entreabrió los ojos unos segundos después de notar que impactaba contra el suelo, y lo primero que hizo al despertar, fue soltar un jadeo por culpa de la ligera luz que se coló a través de unas cortinas sucias y harapientas y que hizo que todo le diera vueltas y tuviera ganas de agarrarse la cabeza con ambas manos, solo para asegurarse que seguía allí. Lo segundo que hizo fue atender a esa necesidad y llevarse realmente las manos a la cabeza. Lo tercero que hizo fue gritar.
- ¡DIOS! ¿¡P-Pero qué coño...!? – se interrumpió a si mismo porque la imagen de Evan semidesnudo frente a él (Evan. Joder, joder, joderjoderjoder), casi pegado a su cuerpo por culpa de esas manillas que laceraba dolorosamente la piel de su muñeca, fue suficiente como para dejarle callado de golpe. Sin aliento. En shock. Anonadado (Y podría seguir con una larga lista de sinónimos más, lo prometo).Durante un segundo pensó estúpidamente si su voz habría sonado realmente tan ridícula y aguda como él le había parecido escuchar, y luego se dio cuenta que le importaba una mierda.
Parpadeó, y se llevó la mano de nuevo –la mano que tenía libre, la que no estaba enganchada a la de ese otro sujeto de un modo que todavía no alcanzaba a comprender- hasta la cabeza, acariciando hacia atrás su cabello. Bufó. Intentó evaluar la situación con rapidez, dirigiendo una mirada confusa a todo lo que les rodeaba, la situación (“¿Por qué mierda estoy desnudo?”) y la sucia habitación en la que se encontraban, pero todo se le hizo tan raro que no pudo sacar nada en claro de aquel examen.
- ¿Qué ha pasado aquí? – preguntó con voz ronca y entrecortada, evitando dirigirle la mirada al profesor de arte porque dudaba seriamente de ser capaz de mantener la compostura en aquella extraña situación. La mano sobre su cabeza presionó dolorosamente para tratar de mitigar un poco la punzante jaqueca mañanera que le indicaba que, realmente, la noche anterior la había cagado.
Pero se dio cuenta, con horror, que no se acordaba de lo que había estado haciendo.
Caelan entreabrió los ojos unos segundos después de notar que impactaba contra el suelo, y lo primero que hizo al despertar, fue soltar un jadeo por culpa de la ligera luz que se coló a través de unas cortinas sucias y harapientas y que hizo que todo le diera vueltas y tuviera ganas de agarrarse la cabeza con ambas manos, solo para asegurarse que seguía allí. Lo segundo que hizo fue atender a esa necesidad y llevarse realmente las manos a la cabeza. Lo tercero que hizo fue gritar.
- ¡DIOS! ¿¡P-Pero qué coño...!? – se interrumpió a si mismo porque la imagen de Evan semidesnudo frente a él (Evan. Joder, joder, joderjoderjoder), casi pegado a su cuerpo por culpa de esas manillas que laceraba dolorosamente la piel de su muñeca, fue suficiente como para dejarle callado de golpe. Sin aliento. En shock. Anonadado (Y podría seguir con una larga lista de sinónimos más, lo prometo).Durante un segundo pensó estúpidamente si su voz habría sonado realmente tan ridícula y aguda como él le había parecido escuchar, y luego se dio cuenta que le importaba una mierda.
Parpadeó, y se llevó la mano de nuevo –la mano que tenía libre, la que no estaba enganchada a la de ese otro sujeto de un modo que todavía no alcanzaba a comprender- hasta la cabeza, acariciando hacia atrás su cabello. Bufó. Intentó evaluar la situación con rapidez, dirigiendo una mirada confusa a todo lo que les rodeaba, la situación (“¿Por qué mierda estoy desnudo?”) y la sucia habitación en la que se encontraban, pero todo se le hizo tan raro que no pudo sacar nada en claro de aquel examen.
- ¿Qué ha pasado aquí? – preguntó con voz ronca y entrecortada, evitando dirigirle la mirada al profesor de arte porque dudaba seriamente de ser capaz de mantener la compostura en aquella extraña situación. La mano sobre su cabeza presionó dolorosamente para tratar de mitigar un poco la punzante jaqueca mañanera que le indicaba que, realmente, la noche anterior la había cagado.
Pero se dio cuenta, con horror, que no se acordaba de lo que había estado haciendo.
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: Efectos colaterales (Cae y Evan)
¿Entonces era real, y no una pesadilla como había deseado?. Caelan se había movido, se había quejado y su rostro reflejaba el mismo desconcierto que el profesor de arte sentía en esos momentos, señales suficientes para confirmarle que lo que estaba viviendo no era una ilusión.
Sintió un dolor punzante en la cabeza al intentar volver a levantarse, dolor que parecía el resultado de una resaca y que le daba el indicio de que cualquier cosa que hubiese hecho la noche anterior, había sido producto de una borrachera. Comenzó a sudar frío, y miró automáticamente al sujeto que tenía en frente. Era extraño cómo ninguno de los dos podía pronunciar palabra alguna, seguramente porque sus mentes se encontraban muy ocupadas intentando descifrar el origen de aquella aberrante situación.
De homófobo no tenía nada, y por mucho que su enorme ego y orgullo odiasen admitirlo, el profesor de fuego tenía sus propios encantos físicos... ¡pero resultaba absolutamente inconcebible que, aún estando borracho e inconsciente, su cuerpo lo hubiera defraudado de tal forma! Sacudió la cabeza con una expresión de espanto. No, no había lugar para semejante disparatada posibilidad...
Se sorprendió al percatarse de que su fragancia se mezclaba con algún tipo de perfume de mujer, y los ojos se le iluminaron lentamente, llenándose de esperanza; pero al mismo tiempo, de confusión.
-¿Qué demonios hago aquí...? - volvió a preguntar, con la mirada clavada en algún objeto que no reconocía con exactitud, como recordando o adivinando algo - ¡Yo no pasé la noche contigo! - exclamó abriendo más los ojos -¿¡En dónde está Scarlet?! -
Scarlet era, según la poca información que su laguna mental le proporcionaba, la mujer con la que había salido la noche anterior; la señorita con la que debería estar compartiendo en realidad aquella habitación (bueno, no necesariamente la misma habitación, sino una un poco más decente), la mujer que, al parecer, se había fugado con todas sus cosas. Porque a menos que estuviese viendo cosas que no eran, (y eso que poco se veía), ni su ropa, ni su dinero, ni ninguna otra cosa suya, aparte de sus boxers, se encontraban en alguna parte de aquel horrible lugar.
((bien, se supone que el nombre Scarlet debería sonarle a Cae, porque, casualmente, es el mismo nombre que le proporcionó la mujer que estuvo con él también =v=))
Sintió un dolor punzante en la cabeza al intentar volver a levantarse, dolor que parecía el resultado de una resaca y que le daba el indicio de que cualquier cosa que hubiese hecho la noche anterior, había sido producto de una borrachera. Comenzó a sudar frío, y miró automáticamente al sujeto que tenía en frente. Era extraño cómo ninguno de los dos podía pronunciar palabra alguna, seguramente porque sus mentes se encontraban muy ocupadas intentando descifrar el origen de aquella aberrante situación.
De homófobo no tenía nada, y por mucho que su enorme ego y orgullo odiasen admitirlo, el profesor de fuego tenía sus propios encantos físicos... ¡pero resultaba absolutamente inconcebible que, aún estando borracho e inconsciente, su cuerpo lo hubiera defraudado de tal forma! Sacudió la cabeza con una expresión de espanto. No, no había lugar para semejante disparatada posibilidad...
Se sorprendió al percatarse de que su fragancia se mezclaba con algún tipo de perfume de mujer, y los ojos se le iluminaron lentamente, llenándose de esperanza; pero al mismo tiempo, de confusión.
-¿Qué demonios hago aquí...? - volvió a preguntar, con la mirada clavada en algún objeto que no reconocía con exactitud, como recordando o adivinando algo - ¡Yo no pasé la noche contigo! - exclamó abriendo más los ojos -¿¡En dónde está Scarlet?! -
Scarlet era, según la poca información que su laguna mental le proporcionaba, la mujer con la que había salido la noche anterior; la señorita con la que debería estar compartiendo en realidad aquella habitación (bueno, no necesariamente la misma habitación, sino una un poco más decente), la mujer que, al parecer, se había fugado con todas sus cosas. Porque a menos que estuviese viendo cosas que no eran, (y eso que poco se veía), ni su ropa, ni su dinero, ni ninguna otra cosa suya, aparte de sus boxers, se encontraban en alguna parte de aquel horrible lugar.
((bien, se supone que el nombre Scarlet debería sonarle a Cae, porque, casualmente, es el mismo nombre que le proporcionó la mujer que estuvo con él también =v=))
Re: Efectos colaterales (Cae y Evan)
Pronto, el solo hecho de presionar su cabeza y masajearla echándose el pelo hacia atrás no fue suficiente para aliviar ni un poco el molesto concierto de bombos y platillos que tenía lugar en su interior. Caelan tenía ganas de cerrar los ojos de nuevo para dejarse morir en esa cutre cama de esa todavía más cutre habitación, pero no podía hacerlo (Ni de coña) mientras tuviera aquella laguna mental hondeando burlonamente en su mente, recordándole una vez más porque el alcohol era tan cabronazo, y al profesor de arte (Evan. Joder, joder, joderjoderjoder) colgando de su brazo y mirando hacia todos lados con la misma expresión confundida en la cara que seguramente tendría él.
Suspiró, observando levemente a Evan porque el dolor de cabeza no lo estaba dejando pensar bien en nada que no fuera precisamente él. Incluso sin ropa (y Caelan no admitiría nunca que estaba observando a un hombre desnudo), la delgadez y las delicadas facciones de Evan le otorgaban a su cuerpo cierto toque de suavidad que lo hacía parecerse un poco a una chica, y no resultaba tan extraño pensar que alguien, sumido en un momento de obcecación mental, hubiera podido confundirlo realmente con una, pero... ¿¡Él!? Que Evan se pareciera a una chica no significaba que realmente fuera una chica. Mucho menos que hubiera algo en él que pudiera atraerle y hacerle caer tan bajo de aquel modo.
Solo, mierda, no podía ser.
Caelan bajó la cabeza y la escondió un poco tras sus dos manos, arrastrando sin querer también la mano de Evan, porque un nuevo pinchazo lo hizo gemir de dolor. Ni siquiera se le pasó por la cabeza que podría haber separado las muñecas de ambos con un simple aplique de su magia de fuego sobre las manillas, que podrían fundirse sin más, porque estaba aturdido y confuso, y en ese momento no se le estaba dando muy bien pensar cosas con claridad. El profesor de arte refunfuñó algo que él no alcanzó a comprender, perdido como estaba todavía en aquella bruma de confusión y despecho que comenzaba a invadirle, pero tras unos segundos de silencio levanto de nuevo la mirada y la volvió a clavar en él.
- ¿Scarlet? - murmuró. Una especie de rayo de luz atravesó su mente y la despejó un poco, apartando ciertos pensamientos que no deberían estar ahí para recordarle un poco lo que había pasado en realidad -. ¡Claro, Scarlet! - su propia voz le retumbó en los oídos, pero no le importó.
La noche anterior había salido por ahí de copas con Yuki, pero el joven profesor había regresado a la Academia muy temprano y Caelan se había quedado solo en la taberna de Bill. Entonces había aparecido esa chica, Scarlet, con una larga cabellera rubia ondeando graciosamente a su espalda, y Caelan recordaba haberla invitado a tomar una copa con él, y luego otra, y luego otra más... Hasta que los dos habían terminado enredados en un lugar que Caelan no recordaba, pero que definitivamente no era esa misma habitación en la que ahora se encontraba con Evan.
Evan. La gran parte dudosa en todo aquel puzzle que era su mente en aquel momento. ¿Qué diablos pintaba él en toda esa ecuación?
Caelan cerró los ojos tratando de recordar en que momento aquello tan normal se había convertido en una locura bizarra en la que ambos acabaron metidos, pero sinceramente no consiguió demasiado. Todavía no se explicaba qué había pasado, ni qué diablos hacía allí, desvalijado, enmanillado a uno de los hombres que le caían peor de todos a los que conocía, y con aquella sensación pastosa en la boca que era una mezcla de resaca y algo más que no alcanzaba a identificar.
- A ver, espera - murmuró, rascándose la cabeza con frustración porque no entendía nada -. ¿Cómo sabes tu quién es Scarlet?
Suspiró, observando levemente a Evan porque el dolor de cabeza no lo estaba dejando pensar bien en nada que no fuera precisamente él. Incluso sin ropa (y Caelan no admitiría nunca que estaba observando a un hombre desnudo), la delgadez y las delicadas facciones de Evan le otorgaban a su cuerpo cierto toque de suavidad que lo hacía parecerse un poco a una chica, y no resultaba tan extraño pensar que alguien, sumido en un momento de obcecación mental, hubiera podido confundirlo realmente con una, pero... ¿¡Él!? Que Evan se pareciera a una chica no significaba que realmente fuera una chica. Mucho menos que hubiera algo en él que pudiera atraerle y hacerle caer tan bajo de aquel modo.
Solo, mierda, no podía ser.
Caelan bajó la cabeza y la escondió un poco tras sus dos manos, arrastrando sin querer también la mano de Evan, porque un nuevo pinchazo lo hizo gemir de dolor. Ni siquiera se le pasó por la cabeza que podría haber separado las muñecas de ambos con un simple aplique de su magia de fuego sobre las manillas, que podrían fundirse sin más, porque estaba aturdido y confuso, y en ese momento no se le estaba dando muy bien pensar cosas con claridad. El profesor de arte refunfuñó algo que él no alcanzó a comprender, perdido como estaba todavía en aquella bruma de confusión y despecho que comenzaba a invadirle, pero tras unos segundos de silencio levanto de nuevo la mirada y la volvió a clavar en él.
- ¿Scarlet? - murmuró. Una especie de rayo de luz atravesó su mente y la despejó un poco, apartando ciertos pensamientos que no deberían estar ahí para recordarle un poco lo que había pasado en realidad -. ¡Claro, Scarlet! - su propia voz le retumbó en los oídos, pero no le importó.
La noche anterior había salido por ahí de copas con Yuki, pero el joven profesor había regresado a la Academia muy temprano y Caelan se había quedado solo en la taberna de Bill. Entonces había aparecido esa chica, Scarlet, con una larga cabellera rubia ondeando graciosamente a su espalda, y Caelan recordaba haberla invitado a tomar una copa con él, y luego otra, y luego otra más... Hasta que los dos habían terminado enredados en un lugar que Caelan no recordaba, pero que definitivamente no era esa misma habitación en la que ahora se encontraba con Evan.
Evan. La gran parte dudosa en todo aquel puzzle que era su mente en aquel momento. ¿Qué diablos pintaba él en toda esa ecuación?
Caelan cerró los ojos tratando de recordar en que momento aquello tan normal se había convertido en una locura bizarra en la que ambos acabaron metidos, pero sinceramente no consiguió demasiado. Todavía no se explicaba qué había pasado, ni qué diablos hacía allí, desvalijado, enmanillado a uno de los hombres que le caían peor de todos a los que conocía, y con aquella sensación pastosa en la boca que era una mezcla de resaca y algo más que no alcanzaba a identificar.
- A ver, espera - murmuró, rascándose la cabeza con frustración porque no entendía nada -. ¿Cómo sabes tu quién es Scarlet?
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: Efectos colaterales (Cae y Evan)
Evan pestañeó confundido, repitiendo sin darse cuenta la misma pregunta que le había hecho Caelan. - ¿Cómo sabes tú quién es Scarlet?? - y se quedó en silencio mirando al profesor de fuego. No hacía falta pensar mucho para darse cuenta de lo que había pasado allí, y por la cara que ponía Caelan, al parecer ambos habían llegado a la misma conclusión. - ¡¡...Nos han estafado!! - le gritó mirándolo a los ojos, como si hubiese hecho falta anunciarlo. - ¡¡Y ME ESTOY HACIENDO ENCIMA!! - completó, más dramático que antes. De hecho, de no haber sido por aquella necesidad, tal vez no se habría despertado momentos atrás.
No llegó a fijarse en la reacción de Caelan, porque se levantó tan rápidamente que incluso se golpeó el dedo meñique de uno de sus pies con el marco de la puerta del baño, emitiendo un grito épico que combinaba sus notas más agudas con las más graves, y una buena variedad de insultos.
Sin importar lo que el moreno dijera, tironeó de su brazo hasta donde fue necesario para no perder el equilibrio, y cerró la puerta hasta que ésta tocara el codo de Caelan. -Te mueves y me las pagarás! - amenazó, con una voz que de amenazadora no tenía nada. Prefirió no iluminar el ambiente, para no arrepentirse de haber entrado allí y tener que aguantarse las ganas todavía más.
-Scarlet, Scarlet... ¡sabía que lo del trío con su hermana rubia era sospechoso! Pero aún así nos fuimos de aquel hotel... TT_TT- se lamentó sobreactuadamente, recordando lo poco que se le venía a la mente de la noche anterior - Y luego... ¡Y luego, no recuerdo nada más... Sólo alcohol, alcohol... y más alcohol! - tiró la cadena con odio y se movió bruscamente hacia el lavabo. Tironeó del brazo que lo tenía aprisionado a Caelan para hacerlo entrar al baño también. No podía lavarse sólo una mano, ¿o si?.
No llegó a fijarse en la reacción de Caelan, porque se levantó tan rápidamente que incluso se golpeó el dedo meñique de uno de sus pies con el marco de la puerta del baño, emitiendo un grito épico que combinaba sus notas más agudas con las más graves, y una buena variedad de insultos.
Sin importar lo que el moreno dijera, tironeó de su brazo hasta donde fue necesario para no perder el equilibrio, y cerró la puerta hasta que ésta tocara el codo de Caelan. -Te mueves y me las pagarás! - amenazó, con una voz que de amenazadora no tenía nada. Prefirió no iluminar el ambiente, para no arrepentirse de haber entrado allí y tener que aguantarse las ganas todavía más.
-Scarlet, Scarlet... ¡sabía que lo del trío con su hermana rubia era sospechoso! Pero aún así nos fuimos de aquel hotel... TT_TT- se lamentó sobreactuadamente, recordando lo poco que se le venía a la mente de la noche anterior - Y luego... ¡Y luego, no recuerdo nada más... Sólo alcohol, alcohol... y más alcohol! - tiró la cadena con odio y se movió bruscamente hacia el lavabo. Tironeó del brazo que lo tenía aprisionado a Caelan para hacerlo entrar al baño también. No podía lavarse sólo una mano, ¿o si?.
Re: Efectos colaterales (Cae y Evan)
- ¿¡QUE TÚ QUÉ!? - los pensamientos e intentos de recordar lo sucedido de Caelan se vieron bruscamente interrumpidos por Evan cuando este anunció a voces que necesitaba ir al baño, y lo arrastró hacia allí con una fuerza que el profesor de fuego jamás hubiera creído que pudiera tener -. Eh, ¡eh! Para, ¡no pienso entrar ahí!
- ¡Te mueves y me las pagarás! - Caelan bufó y se agarró a la puerta, bien pegado a ella para no pasar de allí y con el brazo estirado hacia el interior. Escuchó al otro mascullar pero no le prestó demasiada atención, mientras pensaba que él también tenía ganas de usar el baño ("Jodido Evan". ¿Tenía que hacer notar todo lo que hacía siempre? Así no había manera de aguantarse), pero de ningún modo lo haría con ese tipo allí. Antes reventaba.
Se dedicó a observar otra vez la habitación, aunque ya comenzaba a conocerla de memoria, y meditó un poco la acusación que había lanzado Evan antes de... Antes de volver a ser tan estúpidamente él mismo. ¿Les habían estafado? Realmente parecía ser que sí. Caelan no acababa de recordar lo que había ocurrido la noche anterior, y la bonita resaca que lanzaba pitidos desde dentro de su cabeza no le ayudaba precisamente a concentrarse, pero creía acordarse bien de Scarlet ("Zorra"), y de la propuesta que esta le había hecho para acudir al encuentro de su hermana y hacer un trío ("Doblemente zorra. Y yo, gilipollas"). Llegados a ese punto ya no recordaba nada más - y, definitivamente, no se acordaba de Evan. ¿Cuando había aparecido él? -, así que suponía que por aquel entonces ya les habían drogado y... Jodido. Pero jodido bien.
- Mierda - masculló. Evan estiró de su brazo y, pillándolo un poco por sorpresa, le obligó a entrar en el pequeño y sucio baño (suponía que estaba sucio, en realidad, como no habían encendido la luz, no veía nada), por lo que le regaló un gruñido de advertencia.
- Haz lo que te de la gana, pero cuidado - le reprochó, molesto. Entornó los ojos en su dirección y carraspeó un poco -. Esto... Evan - lo llamó -, Bueno, veamos. Nos han estafado (vale), los han robado (de acuerdo), somos imbéciles (tú más que yo, por suuesto), y ahora... ¿Qué coño hacemos?
No supo si Evan puso realmente mala cara por el vocabulario que había empleado o solo imaginó que lo hacía, pero Caelan no prestó mucha atención y les señaló a ambos: desnudos, desvalijados, confusos, sin dinero y, al parecer, sin ideas. Las perspectivas para un paso inminente eran un poco confusas.
Aunque, por supuesto, centrarse en eso era mejor que solamente seguir pensando en qué mierda debía haber hecho con él la noche pasada. Infinitamente mejor.
Cuando el agua del grifo lo salpicó en la mano, Caelan bufó.
- ¡Te mueves y me las pagarás! - Caelan bufó y se agarró a la puerta, bien pegado a ella para no pasar de allí y con el brazo estirado hacia el interior. Escuchó al otro mascullar pero no le prestó demasiada atención, mientras pensaba que él también tenía ganas de usar el baño ("Jodido Evan". ¿Tenía que hacer notar todo lo que hacía siempre? Así no había manera de aguantarse), pero de ningún modo lo haría con ese tipo allí. Antes reventaba.
Se dedicó a observar otra vez la habitación, aunque ya comenzaba a conocerla de memoria, y meditó un poco la acusación que había lanzado Evan antes de... Antes de volver a ser tan estúpidamente él mismo. ¿Les habían estafado? Realmente parecía ser que sí. Caelan no acababa de recordar lo que había ocurrido la noche anterior, y la bonita resaca que lanzaba pitidos desde dentro de su cabeza no le ayudaba precisamente a concentrarse, pero creía acordarse bien de Scarlet ("Zorra"), y de la propuesta que esta le había hecho para acudir al encuentro de su hermana y hacer un trío ("Doblemente zorra. Y yo, gilipollas"). Llegados a ese punto ya no recordaba nada más - y, definitivamente, no se acordaba de Evan. ¿Cuando había aparecido él? -, así que suponía que por aquel entonces ya les habían drogado y... Jodido. Pero jodido bien.
- Mierda - masculló. Evan estiró de su brazo y, pillándolo un poco por sorpresa, le obligó a entrar en el pequeño y sucio baño (suponía que estaba sucio, en realidad, como no habían encendido la luz, no veía nada), por lo que le regaló un gruñido de advertencia.
- Haz lo que te de la gana, pero cuidado - le reprochó, molesto. Entornó los ojos en su dirección y carraspeó un poco -. Esto... Evan - lo llamó -, Bueno, veamos. Nos han estafado (vale), los han robado (de acuerdo), somos imbéciles (tú más que yo, por suuesto), y ahora... ¿Qué coño hacemos?
No supo si Evan puso realmente mala cara por el vocabulario que había empleado o solo imaginó que lo hacía, pero Caelan no prestó mucha atención y les señaló a ambos: desnudos, desvalijados, confusos, sin dinero y, al parecer, sin ideas. Las perspectivas para un paso inminente eran un poco confusas.
Aunque, por supuesto, centrarse en eso era mejor que solamente seguir pensando en qué mierda debía haber hecho con él la noche pasada. Infinitamente mejor.
Cuando el agua del grifo lo salpicó en la mano, Caelan bufó.
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: Efectos colaterales (Cae y Evan)
-Hmm o.ô...- Evan se llevó la mano a la barbilla, mientras miraba su reflejo en el diminuto espejo del baño, y casi olvidando que la mano de Caelan también dependía de sus movimientos. - ...¿qué coño hacemos? ô.o...- repitió, viéndose a sí mismo a los ojos y encontrando interesante cómo las penumbras del lugar le daban un toque especial a su rostro. Le pareció que del 3/4 perfil derecho se veía mejor que del izquierdo, y también que debía alzar su dedo índice un poco más para que la posición de su mano quedara en perfecta armonía con sus espléndidos rasgos. Ah, pero sin duda, si cerraba ligeramente sus párpados, su mirada alcanzaba el atractivo máximo. O eso le parecía, así que volvió a intentar. -Hmm... ¿qué coño hacemos? ô.o....- Sí, sin duda ¡ésa era la cara perfecta! Ah...~ ¡habría dado cualquier cosa por poder autorretratarse ahí mismo!
De repente fue consciente del silencio que se había instalado a su alrededor, así que dirigió la vista hacia el moreno, curioso, y por alguna razón que desconocía, lo notó algo asqueado. Sólo alcanzó a pestañear confundido -¿Y ahora qué te pasa? - preguntó - Ah, si vas a vomitar, que sea lejos de mi mano, por favor -_- - pidió, y tras dar algunos pasos tranquilos, salió del baño. Cualquiera que no tuviera suficientes datos sobre el contexto de la situación en la que estaban, habría podido asegurar que la anterior tensión del profesor de arte se había escapado de su cuerpo luego de hacer sus necesidades.
Se sentó en la cama, intentando pensar las cosas más calmadamente. -Aunque lo piense, no me explico en qué momento apareciste en toda esta historia - dijo, siendo honesto, y luego lo miró entrecerrando un poco los ojos, como si le incomodara lo que estaba por decir. - Pero creo que será mejor olvidarlo... - no quería decir tan directamente que prefería no pensar en lo peor que pudo haber pasado entre ambos - Mejor concentrémonos en salir de esta pocilga, y una vez fuera, asunto olvidado, ¿qué dices? ¬w¬ - fue consciente de lo sospechoso que podía sonar el plan, pero a juzgar por la falta de explicaciones de cada uno acerca de la presencia del otro, le pareció lo más conveniente para ambos.
La verdad era que tendrían bastante trabajo intentando salir de aquel lugar. Las esposas que los tenían aprisionados no eran juguetes; eran manillas reales hechas del metal más seguro del mundo, aquel que inhibía los poderes mágicos de sus usuarios y el único con el que se creaban tales artefactos. Y la única salida decente que podían buscar (las ventanas) se encontraban clausuradas con unas tablas de madera clavadas azarosamente para impedir el paso. Más que un hotel, aquello parecía verdaderamente una prisión.
De repente fue consciente del silencio que se había instalado a su alrededor, así que dirigió la vista hacia el moreno, curioso, y por alguna razón que desconocía, lo notó algo asqueado. Sólo alcanzó a pestañear confundido -¿Y ahora qué te pasa? - preguntó - Ah, si vas a vomitar, que sea lejos de mi mano, por favor -_- - pidió, y tras dar algunos pasos tranquilos, salió del baño. Cualquiera que no tuviera suficientes datos sobre el contexto de la situación en la que estaban, habría podido asegurar que la anterior tensión del profesor de arte se había escapado de su cuerpo luego de hacer sus necesidades.
Se sentó en la cama, intentando pensar las cosas más calmadamente. -Aunque lo piense, no me explico en qué momento apareciste en toda esta historia - dijo, siendo honesto, y luego lo miró entrecerrando un poco los ojos, como si le incomodara lo que estaba por decir. - Pero creo que será mejor olvidarlo... - no quería decir tan directamente que prefería no pensar en lo peor que pudo haber pasado entre ambos - Mejor concentrémonos en salir de esta pocilga, y una vez fuera, asunto olvidado, ¿qué dices? ¬w¬ - fue consciente de lo sospechoso que podía sonar el plan, pero a juzgar por la falta de explicaciones de cada uno acerca de la presencia del otro, le pareció lo más conveniente para ambos.
La verdad era que tendrían bastante trabajo intentando salir de aquel lugar. Las esposas que los tenían aprisionados no eran juguetes; eran manillas reales hechas del metal más seguro del mundo, aquel que inhibía los poderes mágicos de sus usuarios y el único con el que se creaban tales artefactos. Y la única salida decente que podían buscar (las ventanas) se encontraban clausuradas con unas tablas de madera clavadas azarosamente para impedir el paso. Más que un hotel, aquello parecía verdaderamente una prisión.
Re: Efectos colaterales (Cae y Evan)
Mientras Evan se observaba a sí mismo en el espejo fijamente y ponía caras raras, distraído (no, distraído no, haciendo el idiota) y sin decir nada coherente que fuera a ayudarles a salir de allí con rapidez y eficacia, Caelan notó que se iba poniendo cada vez más y más nervioso. Viendo, pero, que tampoco había perspectivas de poder quitárselo de encima en los minutos siguientes, prefirió ignorarle y no decirle nada, todavía menos hacerlo. Supuso que cargar con el cuerpo inconsciente de Evan solo sería más engorro para él.
- ¿Y ahora qué te pasa? Ah, si vas a vomitar, que sea lejos de mi mano, por favor - Caelan frunció el ceño y se lo replanteó. Tal vez pegarle un buen puñetazo no fuera tan mala idea después de todo.
Regresaron a la habitación y Caelan se frotó la muñeca apresada con frustración. Hacía ya un rato que se había dado cuenta de la inhibición de poderes que las esposas provocaban, y trataba de pensar lo menos posible en ello para no ponerse histérico.
- Digo que no podría estar más de acuerdo - murmuró, molesto por tener que darle la razón a Evan en un tema tan espinoso. Pero es que era verdad. Todo lo que Caelan quería era salir de allí, quitarse aquel fardo de encima y no volver a pensar en lo ocurrido nunca más.
Rodó, pese a todo, los ojos, haciéndole notar al castaño (una vez más y aunque era obvio) que no estaban vestidos.
- ¿Como llegamos hasta la Academia? - preguntó, para no repetir aquello de "¿qué hacemos?" otra vez -. Seguro que el pueblo está a reventar de gente, y a mi no me apetece que me vean en esta situación contigo.
Aunque se cubrieran con las sábanas (un cobertor azul marino y una sabanita que debía haber sido blanca en tiempos mejores), seguirían llamando mucho la atención. Y tenían, además, el problema de salir del motel sin que los vieran. Al fin y al cabo les habían dejado desplumados, y dudaba mucho que Scarlet y su "hermana" (o quien quiera que fueran) hubieran tenido la delicadeza de pagar la habitación.
Examinó los tablones que cubrían la ventana y meditó. ¿Sería la cabeza de Evan lo suficientemente dura como para romperlos? Y, lo que era más importante, ¿estaría dispuesto a bajar desde allí luego, pareciendo como parecía que se encontraban en un segundo piso?
- ¿Te apetece saltar? - preguntó con cierto retintín y una sonrisa torcida.
Total, siempre le podía obligar.
- ¿Y ahora qué te pasa? Ah, si vas a vomitar, que sea lejos de mi mano, por favor - Caelan frunció el ceño y se lo replanteó. Tal vez pegarle un buen puñetazo no fuera tan mala idea después de todo.
Regresaron a la habitación y Caelan se frotó la muñeca apresada con frustración. Hacía ya un rato que se había dado cuenta de la inhibición de poderes que las esposas provocaban, y trataba de pensar lo menos posible en ello para no ponerse histérico.
- Digo que no podría estar más de acuerdo - murmuró, molesto por tener que darle la razón a Evan en un tema tan espinoso. Pero es que era verdad. Todo lo que Caelan quería era salir de allí, quitarse aquel fardo de encima y no volver a pensar en lo ocurrido nunca más.
Rodó, pese a todo, los ojos, haciéndole notar al castaño (una vez más y aunque era obvio) que no estaban vestidos.
- ¿Como llegamos hasta la Academia? - preguntó, para no repetir aquello de "¿qué hacemos?" otra vez -. Seguro que el pueblo está a reventar de gente, y a mi no me apetece que me vean en esta situación contigo.
Aunque se cubrieran con las sábanas (un cobertor azul marino y una sabanita que debía haber sido blanca en tiempos mejores), seguirían llamando mucho la atención. Y tenían, además, el problema de salir del motel sin que los vieran. Al fin y al cabo les habían dejado desplumados, y dudaba mucho que Scarlet y su "hermana" (o quien quiera que fueran) hubieran tenido la delicadeza de pagar la habitación.
Examinó los tablones que cubrían la ventana y meditó. ¿Sería la cabeza de Evan lo suficientemente dura como para romperlos? Y, lo que era más importante, ¿estaría dispuesto a bajar desde allí luego, pareciendo como parecía que se encontraban en un segundo piso?
- ¿Te apetece saltar? - preguntó con cierto retintín y una sonrisa torcida.
Total, siempre le podía obligar.
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: Efectos colaterales (Cae y Evan)
Evan se tomó unos segundos para observar a Caelan, con cara de nada, y cuestionándose si la última pregunta que había hecho el moreno iba en serio. -¿Que si me apetece saltar? - repitió a modo de pregunta, arqueando una ceja e intentando hacerle entender sólo con ese gesto que no, no le apetecía nada saltar. No hasta agotar otras posibilidades. -Preferiría llegar a la Academia con, al menos, mi cuerpo íntegro y sano - desvió la mirada, acomodándose el pelo por inercia - Digo, ya que es lo último que nos queda y lo único que no se llevaron ... - no se atrevió a mencionar el "...esas perras..." que finalizaría la frase; debía mantener la caballerosidad ante todo.
Volvió a observar al profesor de fuego, esta vez con una mirada incrédula - ...Y tú, no quieres que te vean en esta situación conmigo, ¿pero te daría igual si fuese con otro hombre? - una sonrisa burlona se le dibujó en los labios; conocía por Aban las tendencias homofóbicas de Caelan, y el hecho de pensar en que, según el pelinegro, la razón agravante de aquella situación era "Evan" y no "un hombre", le hacía soltar una pequeña risa. -...Por favor...- se dirigió hacia la puerta, arrastrando a su compañero de cuarto con él, y antes de abrirla le habló, con su inconsciente tono altanero de siempre - Enfrentemos esto como hombres, ¿quieres? Saldremos caminando, ¡como debe ser!... Y si nos persiguen por no haber pagado por esta pocilga...- pensó antes de continuar, ya que lo que iba a decir era un poco contradictorio con eso de "enfrentar las cosas como hombres", pero de todas formas le pareció la mejor alternativa -...¡correremos como el viento! -
Fue fácil para él proponerlo, así con el pecho lleno de orgullo (sí, orgullo por su falta de vergüenza ante casi cualquier situación), así que no se detuvo a considerar qué pensaría Caelan acerca de su propuesta, y sin darle tiempo a su compañero de responder, llevó su mano a la manija de la puerta, decidido a abrirla. Lo malo fue que, al girarla (y al jalarla, y tironearla, y forzarla y golpearla), la maldita tabla de madera que se hacía pasar por puerta nunca se abrió. En resumen, las ventanas obstruidas por aquellos tablones; y la puerta, llaveada o trabada con algún tipo de seguro barato pero eficiente. Evan llegó a preguntarse, perdiendo ya bastante la paciencia, si acaso estarían encerrados en algún tipo de cárcel en lugar de un hotel barato. Miró su mano y la del profesor de fuego [[Las esposas ya las tenemos...]]
Con el orgullo casi dañado, volvió a mirar a Caelan antes de bufar, y con una mueca de "detesto hacer las cosas a tu manera", habló. -...Ahora sí que me apetece saltar.-
((Lo sientoooo Q___Q, creo que no avancé mucho el thread con este post TT_TT, pero realmente tenía que hacer algo como esto antes de que Evan se pusiera de acuerdo con Caelan XDU. Por otra parte, si es que puedes, en el próximo post no rompas las tablas del todo aún. Luego te explico por msn o3o))
Volvió a observar al profesor de fuego, esta vez con una mirada incrédula - ...Y tú, no quieres que te vean en esta situación conmigo, ¿pero te daría igual si fuese con otro hombre? - una sonrisa burlona se le dibujó en los labios; conocía por Aban las tendencias homofóbicas de Caelan, y el hecho de pensar en que, según el pelinegro, la razón agravante de aquella situación era "Evan" y no "un hombre", le hacía soltar una pequeña risa. -...Por favor...- se dirigió hacia la puerta, arrastrando a su compañero de cuarto con él, y antes de abrirla le habló, con su inconsciente tono altanero de siempre - Enfrentemos esto como hombres, ¿quieres? Saldremos caminando, ¡como debe ser!... Y si nos persiguen por no haber pagado por esta pocilga...- pensó antes de continuar, ya que lo que iba a decir era un poco contradictorio con eso de "enfrentar las cosas como hombres", pero de todas formas le pareció la mejor alternativa -...¡correremos como el viento! -
Fue fácil para él proponerlo, así con el pecho lleno de orgullo (sí, orgullo por su falta de vergüenza ante casi cualquier situación), así que no se detuvo a considerar qué pensaría Caelan acerca de su propuesta, y sin darle tiempo a su compañero de responder, llevó su mano a la manija de la puerta, decidido a abrirla. Lo malo fue que, al girarla (y al jalarla, y tironearla, y forzarla y golpearla), la maldita tabla de madera que se hacía pasar por puerta nunca se abrió. En resumen, las ventanas obstruidas por aquellos tablones; y la puerta, llaveada o trabada con algún tipo de seguro barato pero eficiente. Evan llegó a preguntarse, perdiendo ya bastante la paciencia, si acaso estarían encerrados en algún tipo de cárcel en lugar de un hotel barato. Miró su mano y la del profesor de fuego [[Las esposas ya las tenemos...]]
Con el orgullo casi dañado, volvió a mirar a Caelan antes de bufar, y con una mueca de "detesto hacer las cosas a tu manera", habló. -...Ahora sí que me apetece saltar.-
((Lo sientoooo Q___Q, creo que no avancé mucho el thread con este post TT_TT, pero realmente tenía que hacer algo como esto antes de que Evan se pusiera de acuerdo con Caelan XDU. Por otra parte, si es que puedes, en el próximo post no rompas las tablas del todo aún. Luego te explico por msn o3o))
Re: Efectos colaterales (Cae y Evan)
Caelan reprimió una sonrisa burlona al escuchar el concepto que Evan tenía de "comportarse como hombres" y lo observó atentamente en sus intentos de forzar lo que parecía ser la puerta, sin mover ni un solo músculo para ayudarle. Pegó un tirón con la mano que tenía atrapada en las manillas y se cruzó de brazos, jactándose durante unos segundos del bufido y la mirada resignada que soltó Evan, y regalándole una sonrisa prepotente por ello.
- Bien - se limitó a decir, dándose la vuelta acto seguido para acercarse de nuevo a la ventana y arrastrando al otro tras de sí con poca delicadeza (igual de poca que había tenido él al arrastrarlo antes hacia la puerta). Colocó las manos sobre las tablas de las ventanas y se dedicó a examinarlas con paciencia, tratando de averiguar cuales de ellas estarían más flojas y le resultarían más fáciles de apartar, pero sin hacer nada realmente todavía porque no quería ni llamar la atención ni que pareciera que no sabía lo que se hacía. Fue, por supuesto, el turno de Evan de quedarse mirando en su dirección sin mover un pelo para ayudarle.
Durante unos largos minutos ninguno de los dos dijo nada. Caelan examinaba las tablas de la ventana y Evan lo examinaba a él, o a la habitación, o a la nada en concreto mientras arrugaba la nariz, pero tampoco era como si el silencio resultase incómodo.
Es decir, veamos. Entre ellos dos, los silencios siempre solían resultar incómodos. Los silencios y lo que no eran silencios también. Cuando estaban juntos se miraban mal y convertían la atmósfera del lugar en algo tenso y pesado y, si los dejaban a solas, pues se miraban todavía peor. Por eso ahora, en ese momento, mientras ninguno de los dos le reprochaba nada al otro (porque los dos habían caído en ese berenjenal por su propio pie y porque tendrían que colaborar lo quisieran o no si querían salir de allí), la situación no estaba resultando tan incómoda como cabría suponer.
Fue, quizá, por eso que Caelan carraspeó en un momento dado y, sin volverse hacia Evan ni mirarle directamente, centrado todavía en lo que tenía entre manos, se atrevió a intentar, tal vez, mantener con él una conversación medianamente normal. Sin reproches, ni insultos, ni nada que se le pareciera. Solo por probar.
- Y... ¿Qué hacías anoche en un bar ligando con una mujer como esa? - preguntó, imaginándose que la tipa que había engañado al profesor de arte debía ser medianamente parecida a la que lo había engañado a él, o no le habría echado ni cuentas -. No eres precisamente el tipo de hombre que imagino yendo a los bares a beber y a ligar con desconocidas - irguió una ceja ante esas palabras y pensó que, en realidad, no imaginaba a Evan haciendo realmente ninguna cosa, a parte de molestar y dar clases. Nunca se lo había parado a pensar -. Tampoco imaginaba que eras de los que se dejan enredar.
- Bien - se limitó a decir, dándose la vuelta acto seguido para acercarse de nuevo a la ventana y arrastrando al otro tras de sí con poca delicadeza (igual de poca que había tenido él al arrastrarlo antes hacia la puerta). Colocó las manos sobre las tablas de las ventanas y se dedicó a examinarlas con paciencia, tratando de averiguar cuales de ellas estarían más flojas y le resultarían más fáciles de apartar, pero sin hacer nada realmente todavía porque no quería ni llamar la atención ni que pareciera que no sabía lo que se hacía. Fue, por supuesto, el turno de Evan de quedarse mirando en su dirección sin mover un pelo para ayudarle.
Durante unos largos minutos ninguno de los dos dijo nada. Caelan examinaba las tablas de la ventana y Evan lo examinaba a él, o a la habitación, o a la nada en concreto mientras arrugaba la nariz, pero tampoco era como si el silencio resultase incómodo.
Es decir, veamos. Entre ellos dos, los silencios siempre solían resultar incómodos. Los silencios y lo que no eran silencios también. Cuando estaban juntos se miraban mal y convertían la atmósfera del lugar en algo tenso y pesado y, si los dejaban a solas, pues se miraban todavía peor. Por eso ahora, en ese momento, mientras ninguno de los dos le reprochaba nada al otro (porque los dos habían caído en ese berenjenal por su propio pie y porque tendrían que colaborar lo quisieran o no si querían salir de allí), la situación no estaba resultando tan incómoda como cabría suponer.
Fue, quizá, por eso que Caelan carraspeó en un momento dado y, sin volverse hacia Evan ni mirarle directamente, centrado todavía en lo que tenía entre manos, se atrevió a intentar, tal vez, mantener con él una conversación medianamente normal. Sin reproches, ni insultos, ni nada que se le pareciera. Solo por probar.
- Y... ¿Qué hacías anoche en un bar ligando con una mujer como esa? - preguntó, imaginándose que la tipa que había engañado al profesor de arte debía ser medianamente parecida a la que lo había engañado a él, o no le habría echado ni cuentas -. No eres precisamente el tipo de hombre que imagino yendo a los bares a beber y a ligar con desconocidas - irguió una ceja ante esas palabras y pensó que, en realidad, no imaginaba a Evan haciendo realmente ninguna cosa, a parte de molestar y dar clases. Nunca se lo había parado a pensar -. Tampoco imaginaba que eras de los que se dejan enredar.
Caelan- Mensajes : 393
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Temas similares
» Efectos Secundarios (priv. Shawn y Sora)
» Daños colaterales (privado entre Kira, aliana y layla)
» Habitación de Evan
» Día de hermanos ( Axis y Evan )
» Evan (Profesor de arte)
» Daños colaterales (privado entre Kira, aliana y layla)
» Habitación de Evan
» Día de hermanos ( Axis y Evan )
» Evan (Profesor de arte)
Academia Radium Alba :: Temás de años anteriores :: ARA 2011 :: Temas Abiertos :: Continente Akull (Alrededores de la Academia) :: Pueblo Mondphase
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Mar Ago 28, 2012 3:49 pm por Charlotte Cervant
» Charlotte Cervant
Mar Ago 28, 2012 3:39 pm por Charlotte Cervant
» Entrenamiento militar (zoja y fala)
Mar Ago 07, 2012 2:44 am por eucrionon polstad
» lugar nuevo para una siesta?
Miér Jul 11, 2012 6:29 pm por Hugue
» Leyendo tranquilamente (libre)
Sáb Jun 23, 2012 5:43 pm por Hinohana
» De visita en casa.part2 (Andras/Tytania)
Mar Jun 12, 2012 7:27 pm por Andras
» De visita en casa. (priv Dimitri/ Tytania)
Dom Jun 10, 2012 7:40 am por Tytania
» Familia ARA - iconos
Dom Jun 03, 2012 11:54 pm por Galie Vancroft
» Ficha de la ayudante Alice Margatroid
Jue Mayo 31, 2012 10:26 pm por Alice Margatroid
» Y a hacer ruido donde no se debe
Miér Mayo 30, 2012 10:42 pm por Tytania
» Un conjuro nuevo
Mar Mayo 29, 2012 6:40 pm por Astaroth
» Buscando roomy
Mar Mayo 29, 2012 5:53 am por Lotte
» De las minas de Costa Bismuto (priv. Medea y Caelan)
Sáb Mayo 26, 2012 6:13 pm por Caelan
» De vuelta a un lugar indeseado (Priv. Evan-Taruka)
Vie Mayo 25, 2012 7:55 pm por Evan
» András Rurik (flamante hdp)
Miér Mayo 23, 2012 6:59 pm por Andras
» Lotte Lennard
Miér Mayo 23, 2012 6:58 pm por Andras
» algo para dejar de pensar (libre)
Lun Mayo 21, 2012 4:02 am por Maya Livih
» algo que leer (libre)
Dom Mayo 20, 2012 8:47 am por Lina Broken
» Quiero un Aro (Libre~)
Dom Mayo 20, 2012 8:39 am por Theodoro
» Awakening (Priv/Inglés solamente)
Sáb Mayo 19, 2012 6:20 am por Axis