Aire contra tierra

(Tal y como digo más abajo, aquí espero al otro enfermero, Fred ^^!)

Arsi llegó al campo de entrenamiento, manteniendo en su rostro su habitual sonrisa. Se había desprendido de su uniforme de enfermera, y ahora vestía ropa adecuada para un entrenamiento; unos pantalones de deporte y una camiseta sin mangas. Mirando a su alrededor, determinó que su "oponente" no había llegado todavía.
Fred y ella habían acordado que ese día estaría bien para probar sus habilidades y, por qué no, entrenar un poco juntos. Era un día soleado, y muchos más profesores y alumnos se habían atrevido a salir a entrenar. Había bastantes personas ocupando ese lugar.

Arsi se sentó sobre el suelo y esperó, cruzada de piernas. Esperaba que a Fred no se le hubiera pasado por la cabeza no aparecer. No sería tan cobarde... ¿verdad?

Fred llegó al campo de entrenamiento mientras se hacía una coleta alta para qeu el pelo no le molestase. Llevaba puesto unos pantalones un poco anchos, para tener una mayor movilidad y una camiseta de tirantes. Busco a Arsi con la mirada, se habían citado allí para entrenar un poco, la encontró en el suelo, sentada se acercó por detrás sin hacer ruido - Casi no te reconozco - le susurró en la oreja de golpe e hizo que Arsi se asustara un poco. Se rió. - ¿Empezamos?

Se separó un poco de ella y se elevó un poco, en posición de defensa. - Las damas primero - dijo con una sonrisa maliciosa mientras le guiñaba el ojo a Arsi.

- Casi no te reconozco.
Arsi se sobresaltó. Era extraño que no hubiese escuchado a Fred llegar, debía andar distraída entre sus pensamientos. Pensó en soltarle algo antes de comenzar el entrenamiento, pero no pudo.
Ella tampoco reconocía casi a Fred, quizá él hubiese tenido la misma sensación al verla a ella, sin estar vestida de enfermera. Pero el enfermero se veía, además, mucho más atractivo con aquella camiseta de tirantes...
"Vamos, no seas idiota" cortó sus pensamientos de raíz, mientras Fred le guiñaba un ojo al alegar que le dejaba atacar primero. Arsi no pudo evitar echarse a reír.
- Como quieras -se encogió de hombros, mientras alzaba las manos y todo el suelo que sus pies tocaban se llenaba de unas gruesas hiedras. Sin embargo, sería complicado hacer algo con ellas si Fred volaba. Le gustaba ese reto.

Arsi se rió e inmediatamente debajo suyo pudo ver que empezaban a crecer una gruesas hiedras. Había adivinado su primer movimiento - Previsible - se elevó un poco más para que las hiedras no lo cogieran e hizo que cerca de Arsi aparecieran tornados para así distraerla mientras él creaba una barrera protectora de aire a su alrededor.

Miró a Arsi y le sonrió mientras hacía que los tornados se acercaran a al enfermera, con un poco de dificultad pues había hecho demasiados tornados por el tiempo que hacía que no los invocaba.

-Previsible.
Arsi arqueó un poco las cejas al escuchar aquello, mientras Fred se alzaba y creaba un par de tornados. La mujer les dedicó una rápida ojeada. No parecían demasiado grandes, pero sí que la estaban despeinando. Y nadie tenía ningún derecho de tocarle el pelo.
Con un leve gruñido de rabia, alzó las hiedras para deshacer ambos tornados al mismo tiempo, rompiendo las corrientes de aire. Después, volvió a mantener su sonrisa y su rostro tranquilo.
-¿Qué, eso también era previsible?
Adelantó las hiedras hasta colocarlas frente a su cuerpo, y las lanzó hacia Fred para poder bajarlo al suelo... pero el hombre las evitó.

Fred ensanchó su sonrisa cuando vio la rabia con al que rompió sus tornados. - ¡No, eso no era previsible! - Dijo mientras cambiaba de posición intentado anticiparse a Arsi. Cosa que hizo ya qeu ella adelantó las hiedras para que lo cogieran. Se apartó de ellas y miró a Arsi - Pero esto si lo era. - Le guiñó el ojo.

Formó un su mano una lanza de aire y la tiró hacía una de las hiedras para que ésta se rompiera. Detrás de esa lanza la siguieron varias, hasta lanzó alguna para Arsi, aunque ella las esquivo.

Para evitar las lanzas de aire que Fred acababa de lanzarle, Arsi forjó una mueca enfadada y corrió hacia un lado, inclinándose sobre sus brazos cuando tomó suficiente velocidad. Así, podía esquivarlas más fácilmente y de manera más rápida. Fred no se lo estaba poniendo nada facil, y aquello comenzaba a sacarla de sus casillas.
Al dar un par de saltos, frenó derrapando bruscamente y, ya sin sonreír, levantó algunas rocas del suelo y las mantuvo en el aire, decidiendo si lanzárselas o no.
Hasta que, finalmente, se atrevió a dispararlas lo más alto que le fue posible, intentando alcanzar a Fred y así bajarlo hasta el suelo, donde únicamente ella podía competir con soltura...

(Jo! pero qué cosas se te ocurren hacer con aire jajaja! Voy a tener que copiarme con Tomas... jajaja! -no, él no llega a tanto xD)

Fred miró divertido como Arsi escapaba de sus lanzas, pero su cara cambió cuando vio como elevaba las rocas. Al ver que salían disparadas hacía él intentó aturarlas controlándolas él con el aire, pero no pudo por lo que tuvo que descender, intentando no tocar el suelo, donde poco podría hacer.
Cambió a un pose horizontal y se acercó a ella de modo que si las rocas o las hiedras que quedaban lo seguían ella tuviera que pararlas para que no le hiciesen daño también. Mientras iba para ella empezó a formar a su alrededor una barrera de aire, invisible para cualquiera que no controlara ese elemento y tan fuerte que nada pudiese penetrar en ella.

(Bueno... es que ya he combatido con Aiwe que es del mismo elemento y me he sacado cosas de la manga, úsalo xD Y sino siempre estarán los pokemon y sus ataques de tipo viento xD)

Arsi contempló con satisfacción cómo Fred descendía un poco y comenzaba a volar en horizontal. Aquello le gustaba más.
Sin embargo, el alivio duró poco cuando comenzó a acercársele, Arsi trató de detenerlo con las hiedras ahora que estaba más cercano al suelo y... simplemente, no pudo. Era como si una especie de coraza invisible estuviera cubriendo al hombre, protegiéndolo de sus ataques.
Arsi no pudo evitar dejarse unos segundos para sorprenderse, unos segundos que tuvo que recuperar a toda velocidad. Hizo que el suelo que quedaba a su espalda se levantase, de manera que si Fred continuaba volando a esa velocidad, chocaría. Sonrió pícaramente. Dudaba que le fuese a dar tiempo a frenar... o a cambiar su dirección de vuelo.

(Jajajaja! Los pokemon... pues no lo había pensado, oye! ^^)

Fred vio una sonrisa pícara en la cara de Arsi, por lo que observó con atención lo que estaba haciendo y vio como se creaba una pared detrás de la enfermera. No podía hacer nada excepto chocar contra ella, y eso quería decir acabar en el suelo, en el dominio de Arsi.
Le dedicó una sonrisa a Arsi cuando pasó a su lado, había reforzado su barrera. Cruzó los brazos encima de su cabeza y chocó contra esa pared cayendo al suelo tan largo como era. Abrió los ojos tan rápido como pudo calculando los daños, le dolían los brazos, pero podría haber sido peor. Empezó a moverse poco a poco, su barrera seguía allí y con un poco de suerte Arsi sentiría un poco de pena por él y no atacaría, dejándole la oportunidad perfecta para ganar.

Sin embargo, Arsi ni siquiera titubeó cuando se volteó para ver a Fred tendido en el suelo, casi bloqueado. La mujer no entendía cómo había cometido la locura de intentar atravesar su pared sólo con sus brazos. Debía ser bastante insensato para intentar una cosa así.
No se dejó demasiado tiempo para pensarlo. Rápidamente, Arsi giró sobre sí misma para hallar las hiedras que había dejado inmóviles por el suelo y las lanzó sobre Fred con una sonrisa de oreja a oreja. Con ese movimiento, ya podía considerarse la ganadora. Con su cabeza bien alta y sonando casi presumida -como si el hombre no se lo hubiese puesto bien difícil-, se acercó a él y pronunció las palabras de su victoria.
-¡Ja! ¡Te teng...!
Pero su voz se cortó cuando no vio una de las hiedras que ella misma había creado la hizo tropezar... y caer justo encima del enfermero, que la miró con sorpresa. Arsi se levantó un poco con sus brazos, mostrando algo más que asombro por su caída... casi podía asegurar que nunca había estado tan cerca de Fred...

Fred veía la derrota delante suyo cuando de golpe Arsi se cayó encima de él, la miró sorprendido. No entendía como se había podido caer, la miró estaba roja, Fred sonrió. En ese momento ella se levantó un poco y Fred no pudo evitar bajar su mirada hacía los pechos de la enfermera, después de todo era un hombre. Ensanchó la sonrisa, satisfecho.

Se apoyó en su brazo derecho mientras que con el izquierdo cogía a Arsi y los dos dieron media vuelta. Una vez él estuvo encima de la chica el cogió las dos muñecas, aún con su sonrisa. - ¡Gané! Por cierto, deberías ponerte esto más a menudo. - le dijo mientras le guiñaba el ojo.

Arsi le devolvió la sonrisa e incluso rió levemente ante la afirmación del enfermero, que le correspondió guiñándole un ojo. La mujer cortó rápidamente su risita, dándole a entender que no podía haberla hecho más irónica, y cerró un poco los puños que todavía tenía bloqueados bajo las manos de Fred.
- O te apartas de mi dentro de cinco segundos, o te enseño lo que hago con las hiedras cuando alguien se pasa de listo conmigo -le espetó, moviendo una de las hiedras que tenía frente a ella y, aprovechando que él no la podía ver venir, azotándolo con ella en la espalda.
Como si no hubiese visto donde se paraban sus ojos al caérsele encima. Los hombres eran todos igual de asquerosos.

- ¡Ei! - Se quejó Fred cuando la hiedra le azotó en medio de la espalda. Le dejó ir los brazos a Arsi y se arrodilló frente a ella. - Supongo que me lo merezco - susurró. En ese momento se miró los brazos, en busca de alguna excusa para cambiar de tema, cuando vio que los tenía llenos de rasguños y un poco de sangre por culpa de su choque con la pared de tierra. - Mierda, mis brazos. - Dijo sin apartar la mirada de ellos, solo le faltaba eso, marcas feas en los brazos, tenía que curarselo rápido para que no le salieras cicatrices. Levantó al cabeza - A ti no te he tocado con las lanzas, ¿verdad? ¿Estas bien?

Arsi se irguió cuando Fred la liberó de las muñecas, y mostró una pícara sonrisa cuando susurró aquello entre dientes. Bien, al menos le había quedado claro.
Cuando inquirió por su estado, Arsi se apresuró a responder:
- Por supuesto que estoy bien, perfectame... -entonces, la mujer reparó en los brazos del enfermero. Borró su sonrisa y tomó uno de ellos rápidamente, examinándolo- Oh... oh, oh, esto tiene mala pinta, ¿no te parece...?
Le palpó alrededor de la herida que parecía más grave, y Fred pareció contenerse un quejido de dolor. Arsi comenzó a gruñir en voz baja.
- Si es que... a quien se le ocurre estamparse contra una pared así... será mejor que vayamos a curarte.

- Por supuesto que estoy bien, perfectame... - Fred sonrió, por suerte no le había dado. - Oh... oh, oh, esto tiene mala pinta, ¿no te parece...? - Dijo mientras le palpaba la herida que más preocupado le tenía. Ahogó un quejido a causa del dolor, no pensaba que le dolería tanto y, como si se tratara de un niño pequeño, apartó el brazo para qeu parara.

- Si es que... a quien se le ocurre estamparse contra una pared así... será mejor que vayamos a curarte. - Fred la miró, esperó un momento para no soltar algo de lo que después se arrepintiera (sobretodo con todas esas hiedras ahí) y después de suspirar le contestó - Sabiendo que no podía frenar ni cambiar de dirección porque estaba muy cerca, ¿a quién se le ocurre hacer una pared delante mío? - Le sonrió sarcásticamente. Se levantó - Anda, vamos a curarme esto.

Arsi se puso también en pie, cruzando sus brazos y devolviéndole la sonrisa. Aunque la suya no era tan sarcástica.
- Y, sabiendo que veníamos a pelear, ¿a quién se le ocurre pensar que iba a dejar ganarte? -le correspondió Arsi... a pesar de que luego recordó que, finalmente, había sido el enfermero quien la había dejado bloqueada en el suelo y se le había quedado mirando las... prefería no recordar aquello- Y que sepas que me has ganado por una estupidez, por favor, pero si ya te tenía... No tendrías ninguna posibilidad si peleásemos otra vez -gruñó, mientras comenzaban a caminar hacia la enfermería.

Fred se cogió el brazo herido con el otro, cada vez le dolía más. Aún así no pudo evitar reírse de los comentarios de Arsi. - Perdona, pero si hubiese querido la primera lanza hubiera ido directa a ti y se habría acabado el combate. Y no te he ganado por una estupidez, cuerpo a cuerpo no tenías nada que hacer y estirando el brazo te podría haber hecho caer para pelear. - anunció con la cabeza muy alta. Aunque si la hubiera hecho caer no hubiera tenido esa imagen de ella.... Sonrió más, y la miró. - Te dejo la revancha para cuando quieras. Incluso con el brazo malo. - dijo señalando la herida.

Arsi no pudo evitar soltar una risotada ante la última queja de Fred. Tenía ambos brazos llenos de pequeñas heridas y uno de ellos peor que el otro, pero él seguía asegurando que le podía vencer en una próxima pelea. Arsi lo observó arqueando una ceja con soltura.
- Lo que tú digas... -y después comentó- Pero qué pasa, ¿es que los hombres no sabéis aceptar una derrota, o qué? Me habrás ganado cuerpo a cuerpo, pero basta con mirarnos un poco por encima para saber quién es la ganadora aquí realmente.
Fred abrió la boca para replicar, pero entonces Arsi, cansada de su discusión, se frenó en seco y cruzó sus brazos, musitando irónicamente:
- Vuelve a discutirme eso, y ya te estás buscando otra enfermera para curarte ese maldito brazo. -y le sonrió, con esa sonrisa entre pícara y superior que sólo ella sabía forjar.

Fred se quedó mirándola, haciendo pucheros como si se tratara de un niño pequeño. Al ver que Arsi se reía le dio un golpe de cadera - Ya te vale, no es justo que me amenaces así. Anda, ya puedes curarme bien, ¿eh? - Finalizó riéndose. Ya le volvería a sacar el tema otro día y así podría contraatacar.

((¿Cerramos ya?))