Lo que provoca el exceso de faena en un vampiro

Lugat subió a la azotea simplemente para desconectar un poco del estrés de las clases. Llevan dos semanas sin parar, de un lado para otro hasta arriba de trabajos. Por lo que en esas dos semanas no pudo ir de caza y las fuerzas ya le fallaban.
Estaba medio recostado sobre la pared intentando no moverse mucho para poder recuperar fuerzas.
- En cuanto me recupere un poco intentaré ir volando hasta el pueblo y comeré algo.
Pasó un rato y el vampiro creía que ya había descansado suficiente, se incorporó para ver si podía extender sus alas, pero cuando lo intentó gastó la última chispa de fuerza que le quedaba, por lo que cayó semi inconsciente en el suelo.

Nerine corrió escaleras arriba y se adelantó a Abby para abrir ella primero la puerta de la azotea, riendo en voz alta.
- ¡Gané! - anunció, riéndo, a lo que Abby le respondió con una mirada sombría y un - ¿Pero qué dices? Esto no era una carrera - que ella ignoró mientras saltaba alegremente.
Las dos muchachas acababan de salir de la biblioteca, donde habían estado haciendo uno de los múltiples trabajos que habían tenido aquella semana, y para compensar la terrible experiencia Nerine había querido ir a merendar al aire libre, a la tranquilidad de la azotea, sabiendo que casi siempre estaba vacía y nadie las molestaría.
Se dio la vuelta, avanzó por la terraza saltando sobre las baldosas siguiendo el dibujo geométrico que tenían estas y entonces alcanzó a ver una figura oscura haciendo un movimiento brusco y se sorprendió. Parpadeando, reconoció al muchacho.
- ¡L! - gritó con una sonrisa. Se acercó a él un poco y luego se quedó pensativa, ¿por qué se había caído? ¿No se encontraba bien? La sonrisa se le borró y corrió en su dirección.

Abby miró como Nerine la adelantaba - ¡Gané! - Dijo cuando abrió la puerta de la azotea. Abby ahogó un suspiro, no podía hacer nada con esa chica. - ¿Pero qué dices? Esto no era una carrera - En ese momento sí suspiró ya qeu la niña no le había hecho el menor caso.

La había tenido que llevar a la azotea después de haber estado en la biblioteca haciendo uno de los muchos trabajos que tenían ya que Nerine quería ir a merendar fuera. Abby estaba segura de que en la azotea no habría nadie y podrían estar tranquilas, no el gustaba estar rodeada de mucha gente.

Mientras Nerine saltaba de baldosa en baldosa, Abby entró en la azotea casi esbozando una sonrisa cuando vio una figura que hizo que la sonrisa se le apagara y se pusiera a la defensiva. - ¡L! - chilló Nerine dirigiéndose hasta él. Abby lo reconoció, se había presentado al chico con toda su buena voluntad y él la había... aterrado. Persiguió a su amiga con cuidado, ese chico le daba miedo. Antes de que pudiera acercarse mucho cogió a Nerine por el brazo. - Ten cuidado Neri.

Mientrastanto Lugat estaba inconsciente en el suelo.

Nerine se detuvo cuando Abby la cogió del brazo, pero no se giró a mirarla porque vio que la figura en el suelo era claramente L y que no se movía, y aquello la asustó.
- Ten cuidado Neri - dijo su amiga. Ella se volteó a mirarla con los ojos muy abiertos y expresión de miedo.
- ¿De qué? - preguntó. Soltó el agarre de Abby sobre su brazo y la tomó de la mano para estirarla hacia allí. Lo que ella veía era que su amigo parecía necesitar ayuda, y ya está.
Llegó hasta él y se dejó caer a su lado. Abby se quedó muy quieta, como si no supiera qué hacer, y Nerine le dio la vuelta para mirarle. El vampiro tenía los ojos cerrados y expresión tranquila. Parecía dormir.
- L... ¿Lugat? L - lo llamó tres veces, sacudiéndolo un poco y esperando a que reaccionara. Miró a Abby e hizo un puchero.

Nerine se soltó de ella y le agarró al mano para acercarse al chico. La niña se inclinó e intentó reanimar al vampiro. Abby no sabía si acercarse o no. No quería volver a sentir esa sensación de terror de cuando se presentó, pero al verlo ahí, estirado, quería ayudarlo.

Neri intentó despertarlo pero no lo consiguió y la miró. - Esa mirada no, Neri - Siguió haciendo pucheros y Abby no se pudo resistir. Se arrodilló y colocó la cabeza del vampiro en sus piernas, le ladeó un poco la cabeza de modo qeu su boca se abriera y pudiera respirar. - Neri, levantale un poco las piernas. Le tiene que bajar la sangre de la cabeza - Dijo sin poder apartar la vista de los caninos de Lugat.

Lugat podía oír como un repiqueteo de campanas, la dulze voz de Nerine pronunciando su nombre.- L... ¿Lugat? L Podía llegar a percibir cierto tono de horror en cada uno de sus movimientos y en sus palabras. Luego pudo notar como unas manos lo agarraban por la nuca y colocaban su cabeza con mucha suavidad sobre algo blando. Lugat pudo notar el bombeo de sangre y por el aroma que desprendía supuso que eran unas piernas. Pero no las de Nerine.Por el olor y por lo que le provocaban en su interior pudo deducir que era la amiga de Nerine, Abby. Aquella maga de fuego engreída. Pero que ahora al parecer había dejado su odio a un lado para socorrerlo.
Lugat sentía cada vez como su ser se iba secando. Como cada gota de sangre se expiraba de su ser. Y como él poco a poco perdía más las fuerzas. Sabía que no le quedaban muchas, que aquel poco tiempo que había pasado inconsciente no había sido suficiente para recobrar un poco las fuerzas, pero aún sabiéndolo quiso utilizar sus últimas fuerzas para abrir los ojos.
Al abrirlos el sol molestó fuertemente a sus pupilas, pero no tardó mucho en acostumbrarse.Intentaba hablar pero no creía que le quedaran fuerzas para ello. Estaba muy débil y no sabía como explicar-se. Pero como si de un milagro se tratase Lugat pudo pronunciar una palabra, una sola palabra que sonó como un susurro. Pero que la dijo a un volumen adecuado para que Nerine se pudiera enterar.
- Hambre... E inmediatamente después calló otra vez inconsciente haciendo que sus piernas pesaran aún más y que Nerine cayera al suelo por no poder son el peso de estas.

Nerine gimoteó y las piernas se le doblaron cuando el peso muerto de L fue demasiado para ella. Gimió de nuevo y se miró las rodillas, peladas y ensangrentadas, mientras Abby estiraba una mano hacia ella y la miraba con preocupación. Neri estaba a punto de ponerse a llorar al no saber que hacer, y entonces escuchó como L abría la boca y pronunciaba una sola palabra. "Hambre...". Para ella, fue suficiente. Volvió a mirar a Abby y abrió mucho los ojos, como pidiendole perdon de antemano por lo que tenía que hacer, y esta abrió los ojos a su vez, horrorizándose al entenderla.
- ¡No! - le dijo efusivamente. Nerine apartó la mirada de ella y se mordió los labios. Se arrastró hasta acercarse a la boca de L y volvió a mirar a Abby un segundo, que la miraba como si fuera incapaz de creerse lo que estaba a punto de hacer, y suspiró.
- Perdón... - le dijo, mientras se subía la manga del uniforme hasta que quedó por encima del codo. Clavó la mirada en L y acercó su muñeca a sus labios, mientras inspiraba profundamente. Tembló, y luego rozó la piel contra los incisivos del vampiro.
Antes de que se dieran cuenta, L abrió la boca, clavó los dientes en ella y succionó, arrancándole un grito a Nerine.

Abby miró a Nerine porque la oyó gimotear, tendría que haberlo hecho al revés. Estaba buscando una solución cuando Lugat reaccionó - Hambre... - Abby abrió mucho los ojos, su corazón empezó a acelerarse y se puso muy nerviosa. Neri se movió y se acercó a L, Abby vio sus intenciones y no lo iba a permitir. - ¡No! - chilló ya que no se podía mover al tener al cabeza del chico en sus piernas. Nerine le apartó la mirada y acercó su muñeca a la boca del chico. - Perdón - Dijo mientras la miraba y se dejó morder la muñeca por le vampiro.

Abby apartó la vista en ese momento y cerró los ojos, estaba muy asustada. Nerine gritó y Abby miró asustada. Abrió la boca para chillar, quería impedir que ese monstruo le hiciese daño a su amiga pero no pudo hacer nada. Se quedó paralizada del miedo que sentía y solo pudo llorar.

Lugat estaba totalmente inconsciente pero pudo sentir como la fina muñeca de Nerine se introducía en su seca y hambrienta boca. Notó como esta rasgaba su fina y sabrosa piel contra sus colmillos. Luego de eso todo era bastante confuso, Lugat empezó a beber algo descontrolado de la muñeca de Nerine, quien dio un grito debido al dolor por los colmillos rasgando y hiriendo su muñeca. Incorporó la cabeza de las piernas de Abby y con ambas manos agarró la muñeca de Nerine. Aquel sabor era placentero y delicioso. Bebió hasta que supo que podría valerse por si mismo y poder bolar hasta el pueblo para cazar. Retiró la boca toda llena de sangre de la muñeca de Nerine y dijo:
- Gracias, estoy mucho mejor. Se incorporó del todo y se sentó encorvando un poco la espalda.

Nerine lloriqueó un poco mientras L bebía, porque el vampiro había agarrado cun fuerza su brazo y tiraba de él haciéndole daño. Además, bebía más fuerte que la primera vez y era menos cuidadoso, y la niña gimoteó un par de veces mientras lo miraba, incapaz de levantar los ojos y enfrentar la mirada horrorizada de Abby.
Cuando L la soltó, se echó para atrás y encogió el brazo. Se miró la muñeca ensangrentada y presionó con fuerza, notando como el picor se extendía por la herida.
- Gracias, estoy mucho mejor -. Nerine hipó y vio como L se incorporaba. Pese a todo esbozó una sonrisa.
- Genial... - murmuró con voz apagada y un poco afectada. Apretó con más fuerza su muñeca y gimoteó, ladeando la cabeza y mirando a su amiga. - ...¿Abby?

Abby no se podía creer lo que acababa de ver. Miró a Lugat a al cara y aunque estaba muerta del miedo no pudo evitar defender a Nerine. - Pero.. pero ¿Tú quién te crees que eres? ¿Crees que puedes ir por allí mordiendo a alumnas? - Abrió la boca pero ya no le salían las palabras, por lo que se limitó en volver a cerrar la boca y mirar desafiante a Lugat. No le volvería a pasar lo mismo qeu la última vez, el miedo no la volvería a vencer.

- Pero.. pero ¿Tú quién te crees que eres? ¿Crees que puedes ir por allí mordiendo a alumnas?
Lugat miró con cara de indiferencia. Le importaba una mierda lo que aquella humana pensara de él o de lo que hacía. Su intención no era hacerle daño a su amiga pero era tanta el hambre que tenía que su inconsciente fue el que actuó, él no se percataba de lo que estaba haciendo hasta que paró. Vio como Nerine se sujetaba su muñequita ensangrentada.
- Anda ven aquí.- Cogió a Nerine y se la sentó entre sus piernas. Agarró la muñeca de la chica con muchísima delicadeza y la examinó.- Te voy a curar criatura, perdóname por hacerte daño.- Mordió su propia muñeca y la hizo sangrar. Se la buso en sus finos labios. - Bebe.

Nerine miró a Abby haciendo pucheros para pedirle perdón, porque la miró y vio que parecía enfadada, o asustada, y aquello no le gustaba nada. Quiso decirle algo y abrió la boca, pero L la cogió (- Uuuui - dijo, sorprendida) y la colocó sobre sus rodillas.
- Anda ven aquí. Te voy a curar criatura, perdóname por hacerte daño - Nerine abrió la boca para decirle que no pasaba nada, puesto que sí presionaba aquello dejaría de sangrar en un momento, pero él fue más rápido y se mordió a sí mismo, colocando su propia muñeca ensangrentada frente a ella. Abrió mucho los ojos. - Bebe
- ¿Que beba? - Nerine lo miró con los ojos muy abiertos, como si se hubiera vuelto loco, y luego miró a Abby, la muñeca de L y al vampiro de nuevo. - Pero yo no soy un vampiro - lloriqueó. Tal vez L todavía estaba aturdido por lo de haberse desmayado...

Abby se quedó con al boca abierta al ver qeu el vampiro no le hacía ni el menor caso por lo que se sentó cruzada de brazos. No pensaba hacer nada más, solo observar que no le pasara nada de malo a Nerine.

Vio como Lugat se la colocaba encima y le decía qeu bebiese su sangre. Levantó la ceja esperando la reacción de Nerine, cuando vio como arrugaba la nariz no pudo evitar reírse, se colocó la mano en la boca y esbozó una sonrisa de satisfacción "que grande eres Neri" pensó divertido. Se quedó mirándolos, sin decir nada.

- Pero yo no soy un vampiro - Lugat enarcó una ceja y miró a Nerine para añadirle.
- Confías en mi?-En parte era una pregunta retórica por lo que acercó un poco más su muñeca a la boca de la chica.- La sangre de vampiro es muy beneficiosa para los humanos, cura las heridas y las enfermedades. Bebe hasta que se te cure la herida.
Lugat sabía que podía beber todo lo que ella quisiera, pero en Nerine no era muy recomendable el consumo excesivo, ya que actuaba como un excitante. Y lo que menos falta le hacía a la chica era acelerarse más de la cuenta.

Nerine observó la muñeca de L con el ceño fruncido. La verdad era que aquello... Le resultaba bastante asqueroso. Hizo un nuevo puchero y miró a ambos muchachos como esperando a que alguien le dijera que aquello era una broma y que no pasaba nada, pero L la miró fijamente y sonrió.
- Confías en mi? - La cara de Abby dijo claramente "no", pero Nerine sí que confiaba en él. Volvió la mirada hacia la muñeca de L y cerró los ojos.
- Bueno. Que sea rápido - desistió finalmente. Abby jadeó, horrorizada, y Nerine inspiró profundamente antes de acercar su boca a la herida de L y beber.
Abrió mucho los ojos porque el sabor la sorprendió gratamente.
"Oh", pensó distraídamente. La sangre de L no sabía como supuestamente debería saber la sangre. No tenía aquel toque metálico y desagradble que notaba en ella cuando se mordía la lengua y probaba la suya propia, sino que era espesa y dulce, y entraba facilmente en su boca como una bebida refrescante. Le recordó vagamente al sirope de frutas que preparaba para las tortitas de los domingos. Sin darse cuenta, separó sus manos (pues ya no hacía falta que sujetase su propia herida, que estaba cicatrizada) y las llevó hasta el brazo de L para sujetarlo mejor.

Lugat se dejaba hacer mientras Nerine zugava su sangre. Pero cuando miró hacía la muñeca de Nerine vió que esta ya estaba del todo curada. Y como era natural, enganchada por el frenesí de la sangre vampiresa, Nerine seguía bebiendo de él. No podía dejarla que bebiera más ya que la sangre la haría sentirse realmente bien y se aceleraría mucho.
- Ya está pequeña. Por hoy ya has bebido suficiente.-Diciendo esto apartó lentamente su cabeza de si brazo. Y dejó que la herida cicatrizara sola.- Si sigues bebiendo señorita esta noche no podrás dormir. Y creo que con eso tendrás suficiente energía para todo lo que queda de día.
Vio cono Nerine se incorporaba y empezaba a bailar y a saltar. Lugat en parte se reía, pero sabía que aquella noche la compañera de habitación de Nerine tendría muchísimo trabajo con ella. Luego el vampiro miró hacía la amiga de Nerine, y después de mucho tiempo le dirigió la palabra. Ya que antes estaba mucho más preocupado por la salud de Nerine que por lo que les rodeaba.
- Abby no? Gracias por ayudar a Nerine cuando estaba inconsciente. No te enfades con ella por haberme dado sangre. Es que con los trabajos no puedo ir a cazar, y llevaba mucho tiempo sin comer nada. Cuida de ella porque estará acelerada para lo que le queda de día.

Abby miró con cara de asco como Nerine bebía la sangre de Lugat mientras se preguntaba porque aún estaba allí. Apartó al mirada, no podía soportar esa imagen. Cuando Nerine acabó de beber se levantó y empezó a bailar y saltar llena de energía. Abby se la quedó mirando, esbozando una sonrisa pensando en como podía ser tan feliz aquella muchacha.

De golpe notó que la mirada de Lugat estaba clavada en ella y se giró rápidamente hacía él, no le hacía nada de gracia ese chico. - Abby no? Gracias por ayudar a Nerine cuando estaba inconsciente. No te enfades con ella por haberme dado sangre. Es que con los trabajos no puedo ir a cazar, y llevaba mucho tiempo sin comer nada. - Abby se lo quedó mirando a la defensiva. - Si, Abby. Antes eh podido comprobar qeu eres Lugat. Y no me des las gracias, no lo he hecho por ti, lo he hecho por Neri. Y procura que no vuelva a pasar o voy a avisar a los profesores. - No sabía de donde estaba sacando la fortaleza para decir todo eso pues estaba aterrada.

- Cuida de ella porque estará acelerada para lo que le queda de día. - Abby se quedó mirando muy feo a Lugat. - Muy bonito, la aceleras y me la dejas a mi, podrías quedarte con ella, ¿no?

Lugat miró a Nerine que estaba aún dando botes y brincos por toda la azotea.
- Muy bonito, la aceleras y me la dejas a mi, podrías quedarte con ella, ¿no? Lugat enarcó una ceja.
- Tranquila que suelo alimentarme por los pueblos a una distancia considerable de la academia. Simplemente es que Nerine a tenido que salvarme la vida en dos ocasiones en las que el hambre ocupaba todo mi ser. Y te digo que cuides de ella porque con lo que he bebido solo tengo para subsistir unas horas. Me tengo que ir de caza. Lugat lo soltó todo de manera muy cortante. Estaba hasta las narices de las contestaciones bordes de la humanita caprichosa. Él la trataba con respeto por ser lo que era, amiga de Neri. Pero ella le hablaba con tanto pasotismo que al vampiro le estaban hinchando las narices. Por lo que añadió.-Y tranquila que si temes por tu cuello te aseguro que antes muero deshidratado a beber ni una sola gota de tu sangre. Debe saber a coles de bruselas con moho.

Abby levantó una ceja y esbozó una sonrisa maliciosa, si quería ver quien era más borde tenía las de perder. Podía estar muerta del miedo, pero a chulería no le ganaba nadie, sino que le preguntaran a todos los descarados con las que se había cruzado por las calles. Se levantó y se acercó al vampiro - Estoy muy tranquila, ¿no me ves? Y puedes dormir tranquilo, ni que te estés muriendo te doy yo mi sangre. Solo estoy preocupada por Neri y su salud, tú me das igual, la verdad. - Se quedó plantada enfrente de él con pose de chulería aunque por dentro estaba muerta del miedo.

Lugat que le sacaba unas cuantas cabezas miró con cara de superioridad a Abby.
- Pues tu olor no dice lo mismo. Desprendes miedo por todos tus poros, por lo que muy tranquila no estarás. Y señorita te recuerdo que hablas con un vampiro hambriento. Tienes las de perder si o si. Y con una simple mirada puedo hacer que no recuerdes nada de lo que ha pasado. Osea que no tientes a la suerte, porque a mi lado muy buena no tendrás.
Neri continuaba con su hiperactividad debido a la sangre ingerida.
- Además Nerine a mi lado es donde mas segura puede estar. Yo tengo fuerza y recursos suficientes para cuidar su salud. Ya has comprobado que con unas gotas de mi sangre puedo curarla. Tu puedes hacer eso a caso? Tengo mas interés en ella de lo que cualquier humano puede llegar a imaginarse ni entender. Por eso me la refanfinfla que confíes o no en mi. Yo estoy de parte de Neri. Tu me eres indiferente.

Abby siguió con su posado chuleta aunque sabía que Lugat tenía razón. Aunque quiso probar una cosa. - No me vas a morder ni me vas a hipnotizar y menos con Neri delante. - ensanchó su sonrisa maliciosa. - A no ser que quieras que la directora Medea sepa lo qeu le has hecho a Neri, aunque sea para tu supervivencia. - Miró un momento a Nerine, Paige y ella tendrían trabajo para tranquilizarla. - Quizá no pueda hacer tanto por Nerine como tú, pero yo siempre voy a estar allí para ella, cosa que ella sabe. Así que vigila tus acciones. - En realidad poca cosa podría hacer ella y eso le daba mucha rabia. Aún así no le apartó la mirada a Lugat.

Lugat esbozó una media sonrisa. Una de esas que caracterizaba al vampiro. Y miró muy retantemente a la chica.
- No me pruebes. Porque saldrás perdiendo. Con una sola mirada puedo hacer que estés bajo mi dominio. Y hacer contigo lo que me plazca. Con una sola mirada puedo hacer que te olvides de toda esta conversación y que no recuerdes lo que has visto. Y hacer que cuides a Neri haciéndote creer que lo que ha bebido es café. Lugat estaba muy cerca de la chica susurrándole estas palabras muy cerca de su rostro para que ella y nada más que ella pudiera oírlas.

Abby tenía la mirada clavada en los ojos rojos de Lugat, pero eso no evitó que viera la media sonrisa que esbozó. Mientras el vampiro se le iba acercando más nerviosa se estaba poniendo, pero sabía que no podía mostrarse vulnerable así que cogió todas sus fuerzas para tapar todo ese miedo que estaba sintiendo. Escuchó todo el discurso de Lugat sintiendo su aliento en la cara, se mordió el labio mientras hablaba y se tomó un tiempo para contestar.

Estaba luchando para que sus piernas no temblaran y aunque sabia que podría hipnotizarla solo abrir la boca, algo dentro suyo sabía que no lo haría, así que reunió fuerzas, ladeó un poco la cabeza y esbozó algo parecido a una sonrisa. - Sí, eres capaz de hacer todo eso y más, sin embargo no lo vas a hacer. No con ella aquí.