De vuelta al inicio...

Ese día se volvió un poco molesto. Había salido tarde de la escuela por culpa de unas revisiones de tareas y otros detalles con proyectos de profesores "que profesor Kris ayudeme en esto, que profesor Kris ayudeme en lo otro... ¡es demasiado! y encima llueve... falta que Terracanis se disuelva".

Me reía al ver al can de arena caminando tranquilamente a un lado mío, en realidad... a pesar de que caía agua por doquier y el estaba empapado, no le afectaba en lo más mínimo. Me entró curiosidad...

-Oye Spencer... digo Terracanis, tengo una duda que apenas me ha nacido el día de hoy- a lo que el familiar volteó a verme esperando la pregunta, a diferencia de mí venía contento -¿cómo es que te mojas y no te disuelves? eres de arena y... bueno la arena se densifica, entonces se hace pesada y...-
-Tu no te preocupes, recuerda que el tótem que me compone permite que mi forma sea natural y... soy tal y como un perro debe de ser: un saco de pelos con capacidad de ladrar- me dijo humorísticamente el familiar, una respuesta que no esperaba y que sin embargo me vino a alegrar por igual.
-Tengo tantas ganas de llegar a descansar este fin de semana Terracanis... llegar a casa y dormir un poco, relajarme, mirar las flores de los cerezos caer junto con la lluvia y refrescarme. Amo este lugar, es precioso y por su cercanía al bosque luminoso aún aquí se alcanza a sentir la paz...- le dije suspirando mientras aspiraba la tierra mojada que se levantaba con cada gota de agua del cielo, me empezaba a relajar y a sentir cómodo a pesar de que estaba empapado y el familiar también.

Luego de caminar despacio mientras la lluvia nos cubría, vi que detrás venía alguien corriendo... venía gritando mi nombre y traía una bolsa al hombro, por lo que deduje dos cosas: Es Clío y trae su bolso repleto de comida.

-¿Clío? bueno enseguida me explicas que ocurre, vamos a la cabaña rápido antes de que te resfríes- le dije mientras tomaba su bolso y corría junto con ella y Terracanis rápidamente hacia la cabaña, a fin de cuentas estabamos a unos minutos de llegar.

Un rato después, luego de entrar a la cabaña y dejar su bolso en mi mesa le dí una toalla y una cobija. Había calentado un poco de agua con té de yerbabuena del bosque luminoso, que era especial para evitar el resfriado y creí que a Clío le gustaría por lo que le serví una taza. Terracanis había subido a la segunda planta que hace tiempo hicimos el y yo para ampliar un poco la cabaña y fue a tomar una siesta luego de haberse secado.

-Y bueno... ¿qué te trae por aquí Clio? pensé que no nos veríamos hoy ya que no habías preparado nada de comer, pensé que también estabas en proyecto... me alegro mucho de verte- le dije mientras me sentaba junto a ella en el sofá y le abrazaba, ella estaba recargada y probando poco a poco el té. Solo buscaba confortarle en ese momento ya que la lluvia seguramente le había hecho correr bastante.

- Eh... - Me sonrojé mientras me abrazaba. - Pues yo... quería verte... - Susurré mientras desviaba un poco la mirada. - Espero... espero no te moleste. Solíamos vivir juntos en la cabaña, cuando nos ayudaste a Helio y a mi... ¡sé que te causamos muchos problemas! Pero... yo era muy feliz... contigo. - Dije mientras sorbía un poco más del té. Después me separé rápidamente y lo vi. - ¡Ay, pero... estoy empapada! Haré que tu también te enfermes si me abrazas. ¡Les traje panquecitos, ¡regresaré a la Academia a cambiarme! - Sonreí mientras me encogía de hombros.

-Umm... ¡No te preocupes! yo también lo estoy, será mejor que nos cambiemos... pero ¡no te vayas! tengo aquí ropa para ti y además allá afuera está lloviendo fuerte- le contesté también sonrojado, viendo su reacción era natural que yo reaccionara de la misma manera, le tomé la mano -por favor no te vayas...-

Le convencí de quedarse, a lo que fui rápidamente al armario a sacar la ropa que me había quedado de cuando ella vivía conmigo. Le entregué la ropa y le dije donde se cambiara mientras que yo me cambié en otro cuarto aparte, le dí una cobija seca y otra toalla para que se secase.

Después de un rato bajó, yo ya había terminado pero ella tardó un poco más. La ropa que me había dejado en aquel entonces era un bonito vestido verde con bordados de flores, y esta ocasión lo lucía con su cabello completamente suelto.

Se sentó nuevamente en el sillón y me senté eventualmente junto a ella, el verla así me traía recuerdos bellos del pasado y a la vez me sonrojaba por lo que ahora significaba para mi -ese vestido... se te ve tan bonito de aquellos días cuando lo usabas... que recuerdos, malo que antes no usabas vestido-

Lo miré de reojo. - Llegué con unos harapos rotos, ¡igual que Helio! Tu nos trajiste ropas y... - Me sonrojé recordando... - Helio y yo teníamos costumbres diferentes, el cambiarnos unos frente a otros era normal. ¡A veces nos cambiabamos en la misma recamara él y yo! - Vi un poco sobre mi hombro, a pesar de los años... seguía preguntándome lo que diría Kris si viera esa cicatriz. - ¿Malo antes? Me... me veía mal... ¿no... no te gustaba con esos harapos, cierto? - Lo miré a los ojos, un tanto triste.

Recargué mi cabeza en el hombro de Clio, ella era... naturalmente muy suave, tal vez porque la piel de las ninfas sea así o simplemente por ser mujer o por ser ella. Me relajé y empecé a platicar con ella... olvidando un poco en ese momento el nerviosismo.

-No es eso... sino que algunas veces los llegué a encontrar con muy poca ropa, yo sé que el cambiarse unos frente a otros les era normal pero, tal vez por ser ninfa y querubín no conocían la vergüenza y andaban así a menudo. Llegaron así pero nunca me molestó verlos con ropas nuevas, creo que era lo mejor para ustedes también por el clima en el que vivíamos donde seguramente conocieron el frío, pero a pesar de ello no requirieron más que vestir...- me puse a recordar lo que había sucedido en esos años.

Entre un bombardeo de recuerdos me venía a la mente las veces que ví a Helio completamente desnudo urgando entre las plantas que crecían a las cercanías de nuestra cabaña, en otras tantas bañándose en el río que descendía de la montaña cercana a aquel lugar, e incluso alguna ocasión lo encontré en uno de los cuartos de mi cabaña durmiendo así sin ninguna inmutación... la mayoría de las veces que le decía algo se molestaba severamente contra mi, aunque se ponía la ropa que le había conseguido.

Clio no era la excepción... a diferencia de Helio le encontraba descubierta de casi todo, la excepción era la cadera y los muslos pero por igual, a ella le encontré varias veces también buscando así entre las plantas de primavera, cocinando y durmiendo.

Me llegué a alarmar cuando les veía a ambos, y les regañé en algunas ocasiones. Les entregaba su ropa indicándoles que se la pusieran... aunque con Helio me entraba molestia, mientras que con Clio me entraba un nerviosismo extremo.

Recordé un momento sumamente vergonzoso para mi, pero que marcaba en exceso la inocencia de ella.

-Clio... ¿recuerdas cuando me encontraste... bañándome en el río, que te mencioné que no entraras conmigo y que fueras... a ver a tu hermano... pero sin embargo... lo... hiciste? es decir... te quedaste conmigo... lanzándome agua a juego... ¿en serio sabías lo que hacías y por... por qué no debías?- me había sonrojado bastante al recordarlo, y moría de nervios.

Solté una risa. - ¡Oh, pues eso hacía cuando era pequeña y me bañaba con Helio! - Lo miré fijamente. - Pero decías: "no es correcto desnudarse frente a otros" - Dije poniendo una mirada severa y moviendo el dedo. - Supongo que no era lo correcto hacer eso... ¡eh! Espero no haber sido una molestia, yo... yo no quería estorbarte. Sólo quería jugar contigo... ¡tal vez... debí tallarte la espalda, o enjabonarte! - Sonreí. - ¿Eso era lo que debía hacer?

Lo que acababa de decir me hizo sonrojarme aún mas de imaginarlo... su inocencia aún se hacía presente y eso era muy lindo, conocer a alguien de corazón puro que pudiera amar... sin vicios ni dobles caras, siendo tal y como es.

-Claro que no... eso yo podía hacerlo pero... bueno, actualmente ya no importa. Yo te amo y... cualquier cosa que quieras hacer conmigo, sea jugar, bañarse juntos, dormir juntos, los abrazos, los besos, el pasar el tiempo juntos... lo puedes hacer- le dije mientras ella me volteó a mirar algo dudosa de a que me refería, pues no tenía idea ya que algunas de esas cosas las hacía con Helio... a excepción clara según el tipo como los abrazos y los besos -cuando dos personas se aman... se dejan llevar una por la otra en lo que al corazón uno le dicta. Hay cosas en las que no cabe el sentido común y hay cosas en las que la conciencia lo juzga a uno, en las cosas que la conciencia no lo juzgue a uno es en las cosas que debemos de proceder... pero incluso hay cosas que harías con determinadas personas, y hay cosas que no harías. Eso ya depende de ti- le dije algo confundido, creo que mi explicación había salido redundante y confusa.

Seguía lloviendo afuera, y no paraba. Clio estaba a pesar de ello tranquila y yo aún mas, teniéndola en casa me sentía muy bien.

-Recostémonos juntos en el sillón... si gustas- le dije mientras me movía a un lado. Ella asintió con la cabeza y se extendió a lo largo de el, recargando su cabeza en uno de los cojines que acompañan el sofá a su vez recargado en el descansabrazos; yo hice lo mismo a un lado de ella y... volvimos a seguir platicando.

-Dime Clio... esa marca que traes en tu hombro ¿es sobre lo que me comentó Helio cuando peleamos? ¿o por qué la tienes?- le dije algo preocupado, mientras le señalaba su hombro. Con esa ropa que se había puesto se alcanzaba a notar.

Me cubrí rápidamente la cicatriz con la mano, mientras abrazaba el cojín. - Yo... - Tal vez había llegado el momento, y debía saberlo. - Aquel día... Helio me abrazó mientras estaba envuelto en llamas, me rogó que lo liberara. Estoy... estoy segura que no estaba consciente de ello, el nunca haría nada que me lastimara... - Sonreí un poco, antes de eso, Helio me miraba con una cara de arrepentimiento y sólo decía que era su culpa... cuando me enteré de todo, fue más claro. Desvié un poco la mirada. - Es posible que ya no me ames igual... después de esto... - Dije mientras me volvía a sentar, y un nudo en la garganta se me formaba. - ... pero yo...

Sus ojos se envidrecieron, y yo le miré preocupado porque no quería que lo malinterpretara por ningún motivo. Su corazón se notaba profundamente mortificado por esas heridas del pasado, yo lo pude sentir en ese momento.

-Yo no te dejaré de querer ni aunque dejes de verte como lo haces... el físico no me importa, al final me importa que seas tu y estés bien contigo misma, que no sufras por el pasado porque ahora estamos juntos... y estamos bien- le dije intentando calmarle, pero no decía una sola palabra.

Alguna vez escuché que las acciones valen más que mil palabras... y era un buen momento de demostrarlo.

Me senté a un lado de ella y le abracé estrechamente mientras le besaba cálidamente... la llevé de nuevo hacia el sillón a recostar juntamente conmigo, sus lágrimas habían brotado de entre sus ojos cerrados pero... podía leerlo... se sentía feliz y su angustia se había apagado gracias a lo que acababa de hacer. Después de un largo beso... le dije despacio mientras me estrechaba a ella con el abrazo.

-Esto lo aclara ¿verdad? pase lo que pase... yo te amo y nunca te dejaré, eres mi todo...-

Nuevamente el beso volvió a hacer su magia, cosa que hizo ella en respuesta a lo hecho y dicho.

Sonreí. - Siempre creí que... la felicidad y el amor eran cosas que se encontraban en cuentos y leyendas infantiles. - Acaricié un poco su rostro. - Pero... pero... te conocí y... todo fue diferente. Podía ser la niña que siempre había querido, una niña sonriente y devota... a lo que sentía. - Sonreí mientras tomaba su mano y la colocaba en mi corazón. -Eso es lo que siento... y sólo lo siento contigo...

Me sonrojé severamente con la acción de Clío por inicio, y me encogí separándome un poco de ella. No quise que lo malinterpretara de ningún modo.

-¿Sabes? me encantas pero... no sé... por qué me pongo así...- bajé la mirada y me puse rojo, cosa que sé que Clio notaría al instante -si me ves rojo... no es que ande enfermo... es que-

Clio se rió un poco luego de verme, creo que ya comprendía el porque me había puesto así. Para aliviarme sin decir nada me acerqué y volví a besarle, aunque me causaba a cambio otras reacciones... era extraño eso de enamorarse después de todo.

Bajé un poco mi cabeza y puse mi oído en su corazón -late algo rápido... ¿ocurre algo Clio? ¿estás bien?- lo dije a pesar de que ella me había dicho la causa... estaba tan nervioso y perdido por el sonrojamiento que no sabía que hacer.

- Eh... no lo creo... - Solté una risita. - Desde la primera vez que te vi siempre ha sido igual, ¡supongo que a mi corazón le emociona verte! - Suspiré mientras lo abrazaba un poco.

A pesar de todo, Kris siempre me había tenido mucha paciencia, habían mil y un cosas que yo no entendía de los demás. Los elfos que vivían cerca de nuestra aldea eran groseros con nosotros, y qué decir de los humanos... pero, Kris siempre fue alguien completamente diferente. Aunque siempre se ponía rojo y casi susurraba cuando hacía algo que no debía, no era grosero conmigo; era dulce y simpático. - Por ti comencé a cocinar... ¡a Helio le fastidiaba tanto! No estabamos acostumbrados a... a hacer casi nada más que cantar en la aldea... la primera vez que cociné algo en la cabaña, tu dijiste que estaba muy bueno, mientras el se revolcaba del coraje. Me... me agradaba verte así... me agradaba verte... sonreír, yo quería hacerte feliz...

Enmudecí un poco al escuchar lo del final y pasé de felicidad a un tono más lúgubre, otra ola de recuerdos me invadía... unos bastante más amargos y aún bastante más antiguos. Me levanté del sillón y me senté en la mesa luego de escucharla, aunque sé que ella no comprendería en absoluto que me ocurría.

Le hice para atrás una silla para que se sentara junto conmigo, quería probar los panques que había traído en la bolsa pues... eran bastantes, había hecho como para varios días. Cuando se iba a sentar le dije:

-Hacerme feliz... a decir verdad, eres la primer persona que me hace sentirme realmente feliz... antes no lo fui, y por eso creo que padezco a veces de arranques de bipolaridad. Si antes hubiese sido como ahora... creo que no vería tanto el contraste, para bien y para mal ha pasado así- bajé la cabeza mientras me limpiaba los ojos, me había puesto algo sensible pues los recuerdos eran vastos y el dolor aún más... creo que ya era momento de mostrar algo que había ocultado ya más de 200 años.

-¿Recuerdas alguna vez que me preguntaste sobre mi pasado y que te desvié el tema? ¿nunca te preguntaste por qué lo hice?- le mencioné mientras veía a sus ojos y tomaba su mano -bueno pues fue... porque nunca quise que nadie se enterara de lo que fui antes, me lastimaba el recordar los años de mi niñez... y me lastimaba el pensar que podría volver a ser lo que fui en aquel entonces: una persona llena de infelicidad e impotencia. Porque... a decir verdad... ni siquiera Terracanis sabe con exactitud lo que pasé-

Lo miré fijamente. Pensaba que si él no hablaba de su pasado, era por lo mismo que yo no quería. - No... no creo que seas una mala persona, Kris... ¡creo que no ves lo grandioso que eres! - Sonreí un poco. - Flo es una chica madura y ruda, lo contrario a mi... ¡solo que yo era parecida cuando era más joven! - Bajé un poco la mirada. - Helio y yo debíamos aparentar siempre algo que no eramos, nuestra familia vivía de apariencias... apariencias frente a todo el pueblo. - Sonreí. - No... no importa lo que digas, nunca pensaré algo diferente de ti... ¡eres Kris Alvestam, la persona a la que amo!

-Gracias... por el apoyo que siempre me das, eres de un corazón tan puro... y una persona tan linda. No tengo idea de que hubiera hecho sin ti... e incluso sin tu hermano con el cual nunca me llevé bien- me puse reflexivo un momento, mientras tomaba un poco de té al mismo tiempo que consumía un panque. Estaban muy buenos, nunca probé pan así.

La lluvia no tenía pinta de detenerse, por el contrario había arreciado... las gotas se corrían sobre la ventana junto con algunas hojas rosadas de cerezo, el roble también estaba desprendiendo parte de sus hojas sobre mi techo y sobre el lugar en general. La cabaña después de todo... era acogedora, como la concebimos Terracanis y yo.

Creo que era buen momento para decirle a Clío sobre mí... a lo que le cuestioné.

-Clío ¿no tienes problema si te quedas esta noche aquí? se que la proposición es algo... pues... rara, pero me agradaría comentarte varias cosas sobre mí que creo que es bueno que sepas, después de todo si nos amamos es bueno que sepas todo sobre mí... serás a la única persona que no le guarde absolutamente nada. Pero quiero saber si no tienes inconveniente alguno... tengo espacio de sobra donde hospedarte-

- ¡Por supuesto que sí! Me encantaría quedarme aquí, ¡sería como cuando estabamos en las montañas! Jiji, ¡podría prepararte el desayuno, pero esta vez sin quejas de Helio! - Tomé sus manos. - Oh... ¡te prometo que no me verás desnuda en la mañana! Ya entendí, "no debo estar desnuda frente a otros", se me quedó grabado. - Dije mientras tocaba un par de veces mi frente.

Me reí bastante con su último comentario, se me fue algo de té hacia la nariz y empecé a toser. Por vez primera, su preocupación me había causado bastante gracia.

Tomé su mano y le dije tranquilamente -Clio... ya no te preocupes por eso, si quieres puedes estar como tu quieras por la mañana o por la noche mientras estés aquí conmigo y solo conmigo. Es tu casa tanto como la mía, y puedes estar como gustes en ella-

Creo que le causé una gran confusión, su rostro lo reflejaba ¿cómo antes le dije lo contrario y ahora le digo esto? era seguro que no entendía el porque del "cambio de opinión".

- Pe-Pero... ¡no lo haré! Se supone que no debo quitarme la ropa frente a otros... - Dije mientras me sacudía un poco el vestido y desviaba la mirada. - Está mal y no está bien visto. ¡Debo cubrirme de pies a cabeza! - Sonreí. - Más si esta noche hará frío, ¡y seguro así será! - Dije mientras veía a una ventana, seguía lloviendo a cántaros.

En ese momento Clio había tomado una actitud algo extremista, lo noté por como se expresó y porque en realidad no sabía el porque... es tan inocente pero tan fija, es genial.

-Pero mira... Clio, te explico ¿recuerdas que te dije que lo de bañarse juntos no era bueno porque era desnudarse con otras personas? pues mira hay algo que tal vez no comprendas muy bien que se llama pudor, y es una parte en la conciencia que te dicta con quien está bien desvestirse y con quienes no... es un poco difícil, son emociones de los humanos que uno tiene que aprender y tarde que temprano uno comprende y asimila, pero que nos ayudan a vivir entre su sociedad predominante sin mayores problemas- Clío asintió con total atención, era notable que quería saber en qué consistía todo y entender porque no importaba con ciertas personas... me resultó bastante tierno el verla tan interesada con cosas que no alcanzaba a comprender del todo -mira... cuando tu vas al médico y te necesita revisar de algo que requiere desvestirse ¿lo haces no? o también cuando te vas a bañar, cuando te vas a cambiar de ropa, cuando tienes calor... en fin, son muchas las razones... y una de ellas, te la mencioné anteriormente...-

Clío me mira algo extrañada, a mi me daba algo de pena expresarle sin que sonara raro o pretencioso...

-Cuando tu amas a alguien... das todo por esa persona, y cuando ambos comparten ese amor no debe haber tabúes entre ellos para verse uno al otro ¿por qué? sencillo... porque ambos se aman, porque ambos están dispuestos a dar todo el uno por el otro, incluso su vergüenza porque confían en que se quieren tal y como son...-

- Oh... - Desvié un poco la mirada. - Entonces... - Tomé los tirantes del vestido y los bajé un poco. - ¿Me quito el vestido, cierto?

Mi reacción pasó de seriedad a nerviosismo y sonrojamiento total -¡No es que tengas!... que hacerlo, si tu quieres hazlo... no es algo que yo te ordene porque como verás, yo sigo vestido... aún... es algo que haces por voluntad, y regularmente entre las parejas lo hacen para... compartir cariño digamos, es una manera de- le dije a Clio intentando explicarlo, era tan difícil de detallarlo... aún para mi lo era en cierta forma.

No podía creerlo, antes esto no me causaba tantos nervios y no me sonrojaba tanto... ¿por qué pasaba eso ahora?

Sonreí. - ¿Para... bañarse juntos? ¡Podría tallarte la espalda! - Solté una risita mientras lo tomaba de los hombros. - !Te... te dejaré tallar la mia! - Ladeé un poco la cabeza mientras le volvía a sonreír.

Me sonrojaba con todas sus expresiones y maneras... cada cosa que hacía solo me hizo enamorarme mas y mas de ella -no... no creo que sea necesario... no hace falta tal cosa... yo sé que sentirás cuando quieras hacerlo y... si tu gustas cederás, no creo que quieras saberlo hasta su momento ya que es muy complicado- le terminé diciendo ya que no sabía de que manera explicarle -seguramente fuere lo que fuese, ya lo has hecho con Helio debido a que es tu hermano-

Guardé silencio un poco confundido de como decirle las cosas, parecía una niña... su entendimiento era tan inocente... tan puro.

Guardé silencio mientras desviaba la mirada. - No es... muy diferente a lo que hacía con él, entonces. - Después toqué mis labios. - Salvo los besos... y mis latidos.... - Guardé silencio mientras tomaba aire. - ¿Los novios actúan así, entonces?

-Los novios actúan de diferentes maneras... cada pareja tiene su manera muy única y diferente de actuar de entre otros. Yo... es la primera vez que tengo novia y no sé de que manera actuar para serte honesto, pero empezamos por lo de los besos y lo de los latidos- le dije algo avergonzado, no sabía tampoco como eran los novios aunque había visto algo de las parejas en algunos libros y en la calle, pero para nosotros... no tenía idea.

Caí en la cuenta luego de un momento de silencio, que es algo que uno no hace porque tenga que hacerlo, sino porque lo siente.

-Pero ¿qué te impulsó a besar? ¿por qué lo hiciste y te sentiste atraída a ello?- puse su mano junto con la mía en su corazón -porque tu corazón así lo dicta, así que... si sientes algo en particular que debas de decirme hazlo, o si sientes algo que quieras hacer conmigo hazlo... tu corazón y tus impulsos te lo dictarán, yo estaré dispuesto. Si tu hacías alguna de las cosas que hiciste con tu hermano ¿qué te impulsaba a hacerlo? algunas cosas simplemente las haces por seguir lo que los demás hacen como lo de bañarse juntos, andar desnudos o dormir juntos, nadie les decía nada y lo hacían simplemente porque estaban permitidos para ello. En el noviazgo... tu haces lo que tu corazón te dicta, es fácil y complicado a la vez...-

Le besé despacio nuevamente...