Al fin algo de tranquilidad (priv. Ikki y Chris)

¡Las vacaciones! Unos días de relax que se agradecían mucho, después de tantos meses llenos de clases. Y sobre todo si los pasaba con la persona que más quería en el mundo, con Chris, su amor. Habían ido a Ënnya unos días, gracias a la gran fortuna de Chris. La extensa y variada vegetación, las escarpadas y altas montañas... Un espectáculo digno de ver y disfrutar.

El pueblo, aparte de ser una completa hermosura, estaba casi en la cima de una de las montañas, y los jóvenes tuvieron que ir hasta allí, a pie, pues no se podía entrar con ningún tipo de carruaje u animal. Excepto volando. Ikki dio gracias al cielo por tener a Kir como familiar de Chris, pues no le agradaba demasiado la idea de ir a pie hasta arriba. Al llegar allí, se bajaron de lomos de la serpiente y se hospedaron es una posada. Después salieron a la plaza del pueblo.

Ikki, respiró el aire puro de montaña que se podía respirar allí, agradeciendo esos días de tranquilidad que necesitaba. Se recogió el pelo en la coronilla con una pinza, una simple camisa blanca y unos pantalones grises con unas botas marrones de cuero en sus pies. Estaba deseando empezar a buscar algo por allí.

Chris junto con Kir se dedicaban a deshacer las maletas y organizar las ropas colocándolas ordenadamente en el armario de la habitación. Le encantaba hacer este tipo de cosas junto a Ikki, sacarlo de la academia para darle un paseo y hacerlo sonreír. Cuando Ikki sonreía el era feliz. Todo su mundo giraba entorno al pequeño lobo. No sabia como había podido estar tantísimos años sin él pero ahora el mero echo de pensar en dejarlo, en separarse de su lado, le provocaba tristeza y no le gustaba.

Acompañó a Ikki a dar un paseo por el pueblecito para enseñarle la belleza del lugar. Le sostenií la mano calurosamente mientras miraba el rostro de fascinación que su lobo tenia.

- Te gusta el lugar? Espero haber elegido un buen sitio para que descansaras...

Cuando sintió la mano del joven sobre la suya, se la estrechó, girando la cabeza para dejar de ver el paisaje y centrarse en el hombre que tenía al lado. Le sonrió con dulzura, le encantaba estar con él, definitivamente.

-¿Bromeas? Es un sitio genial, me encanta -dijo, con alegría- No sabes cuanto he deseado estar así de vacaciones contigo por una vez...

Se sonrojó, bajando un poco las orejas y poniéndose enfrente del otro. Movió la cola, mientras le acariciaba con dulzura la mejilla, acercándose poco a poco hasta que sus labios se rozaron, para después besarlo con ternura, disfrutando el tímido beso.

-Gracias...

El chico le pasó la mano por el pelo, acariciándolo, acercándolo mas a él para abrazarlo. El lobo le dio las gracias y Chris solo supo sonreír ante aquello, sonreír y acariciarle la mejilla con dulzura.

- No las des...Eres mi chico no? - le sostuvo la mano de nuevo para hacerlo caminar. Cuando paseaban de nuevo le soltó la mano para pasar-le el brazo en torno sus hombros para acercarlo más a su cuerpo. Más parejas paseaban de ese modo por la playa, pero ninguna como ellos, eran todos chicos y chicas en su tierno noviazgo y ellos destacaban mucho entre el gentío, pero a Chris no le importó para nada, es mas, intimaba mucho mas con Ikki para demostrarles que le importaba un pimiento lo que miraran. Pero cansado de sus miradas críticas y burlonas se llevó a Ikki dentro de la playa, ya que ya anochecía y el atardecer en el mar era lo mas hermoso del mundo para ver.

-Ven vida...te mostraré algo precioso.- lo condujo hasta la orilla, se quitó los zapatos y se remangó un poco el pantalón para dejar que la tibia agua del mar remojara dos pies.- Ven...- estiró una mano hacia el lobo que lo miraba expectante.- Miremos el atardecer juntos.