La lluvia duele... [priv. Husky + Phyro]

((ay qué bonito! ))

El rubio veía como la lluvia caía encima de él. Lo necesitaba, ese frío dolor recorriendo su cuerpo. Era débil, siempre lo había sido, y lo único que lo hacía seguir adelante... ya ni siquiera recordaba qué era. Las lágrimas se ocultaban tras las frías gotas de lluvia en sus mejillas, ahora heladas. Sus labios, azulados, y el titiriteo que apagaba la llama que tanto le caracterizaba... no decían nada. Sollozos... eso se podía escuchar. Una lluvia en los cerezos... no era el escenario común... y un pequeño en medio de este, seguro que llamaba menos la atención. Suspiró, limpiandose los ojos, fingiendo que eso detendría todo. - Duele... - Dijo al sentir que su garganta comenzaba a doler... a ese paso, no moriría por el agua, no... moriría de hipotermia...

-¡Cerezos!... cerezos rima con... - la voz de Husky se dejaba oír en aquel bosque, a pesar de la lluvia. Buscaba la palabra ideal haciendo una mueca con los labios y frunciendo el ceño -...hmm... ¡con esperezos! - se alegró - ¡cerezos esperezos! ahahahahah!.... ahh.. me pregunto si esa palabra en verdad existe... -
Disfrutaba caminar debajo de la lluvia, porque le gustaba sacudir su cabello cuando estaba lo suficientemente mojado para quitarse el agua de encima. Y además le gustaba andar por ahí en forma humana, porque al caminar en dos patas se parecía a un perro de circo, y él siempre había querido ser un perro de circo.
-Veamos... ¡lluvia! lluvia rima cooooooon...! - de repente, sus pies se encontraron con una roca, y su cuerpo perdió el equilibrio automáticamente, cayendo pesadamente sobre el piso - ...jhasffadlhkfjd... pero qué?!! - observó hacia atrás, porque necesitaba visualizar aquella roca malvada antes de patearla con todas sus fuerzas. Sin embargo, se encontró con que la roca no era más que la cabeza de un chico que se encontraba tirado en el suelo.

-OAO......................!!!!!!!!!!!!!!!!!!! - ahogó un grito al mismo tiempo que sus ojos se abrían como platos y las orejas se le paraban en punta - ¡u-un pájaro muerto!! - se desesperó. No supo por qué, pero se desesperó. - ¡un pájaro muerto! ¡Amaaaa! ¡un pájaro gigante y muerto! - anunció, pero recordó que Marien estaba en clase y, por lo tanto, no escucharía sus gritos. -...Es verdad, ¡estoy solo! ¿qué debo hacer en este caso? ¿¿debo llevarlo a la policía? ¿debo enterrarlo? ¿debo dejarlo aquí para que los cuervos se lo coman??? @.@ -
Podría haber estado toda la tarde preguntándose qué hacer, de no haber sido porque Phyro se movió y lo observó, y entonces él se llevó un buen susto, ahogando su segundo grito del día.

El rubio dirigió su mirada al que hacía tanto ruido. - Genial... - Dijo sin poder reconocerlo del todo bien. Tosió, doblándose un poco. - N-No estoy muerto... tristemente, no aún... - Susurró, entrecerrando los ojos. - ¿Quién eres y qué haces aquí? Pyo... - Dijo algo serio, y cansado. - ... te he visto... - Lo vio fijamente, un tanto molesto, por no poder recordar bien su rostro. Parpadeó, un tanto débil, volviendo a sentir el frío que le recorría todo el cuerpo.

-Ah, no eres un pájaro.- contestó Husky algo decepcionado. Arqueó una ceja mirándolo de cerca y entonces recordó que lo había visto más de una vez en la Academia.
-...Tú eres...- intentó recordar la palabra que utilizaba su dueña para llamar al rubio. - ¡Phyrorin! - sonrió - ¡Eres Phyrorin, y jugaste conmigo más de una vez! ¡ahora lo recuerdo! - exclamó contento, moviendo la cola de un lado hacia el otro. - ¿Por qué dices que tristemente no estás muerto? ¿quieres morir? ¿quieres morir tristemente? - preguntó con curiosidad, y entonces se le ocurrió una idea mejor. - ¿Quieres que juguemos a la presa y el depredador??? - preguntó entusiasmado. Pero como no percibió el mismo entusiasmo por parte de Phyro, volvió a bajar las orejas, decepcionado por segunda vez.

Finalmente, y para no quedar en silencio, Husky manifestó en voz alta una observación. - Hmmm... no pareces muy animado que digamos.... -

Phyro sólo observaba como parloteaba, y se veía tan entusiasmado. "Qué envidia... pero... parece no ser un perro muy listo..." Pensaba el pobre rubio, aún sintiendo el frío. - Sólo quiero desaparecer... - Se levantó de golpe y movió ligeramente las alas, soltando un gemidito. Sacudió la cabeza y se dio la vuelta, tambaleandose un poco. - Un familiar tan alegre como tu... jamás lo entendería... - Dijo casi en un susurro.