Dificiles palabras....

Incomodo…. Asi podría definirse al rato que les había tomado a Ren y Abby ir desde la academia hasta el pueblo de Mondphase. Un silencio sepulcral se había instalado entre ellos y de su boca solo salieron algunos carraspeos de garganta pero no llegaban a articular ninguna palabra en concreto. Podría haber hablado de linda que estaba la mañana, o de lo concurrido que estaría el pueblo esa mañana de domingo, pero cada intento se frustraba en un balbuceo imperceptible que terminaba en la nada.

Solo miraba de reojo a Abby de vez en cuando esperando que ella iniciara una conversación, o una pelea, o lo que sea, cualquier cosa hubiese estado bien en ese momento. Pero nada…nada de nada…….al parecer la niña se sentía tan incómoda como él y eso no era buena señal. Una vez que en el pueblo, Ren decidió que quizá algo de azúcar extra los ayudaría a ambos, por lo que, luego de una breve caminata por los comercios que apenas comenzaban a abrir sus puertas, decidió cambiar su rumbo hacia una cafetería de aspecto bonito, con flores en la entrada. Suspiró y entorno los ojos antes de hablar pausadamente..

-Creo que aún es temprano para las compras ….- dijo aun sin mirar a Abby -…te parece si tomamos algo en la cafetería?...- después de todo, si bien había estado un largo rato en la cocina, apenas había probado una tostada y algo de café.

Abby estaba nerviosa, muy nerviosa, y no ayudaba el hecho de que Ren no dijera nada. Estaba segura que a la que dijera algo le contestaría mal, y tampoco quería eso porque aunque se lo negara cada vez no podía evitar sonreír cuando pensaba en él (efectivamente, se estaba mordiendo el labio para no sonreír).
Una vez al pueblo pensó que sería más fácil entablar una conversación, pero a la chica no le salían las palabras, miraba a Ren de vez en cuando, disimuladamente, como había hecho durante todo le camino, pero nada. El silencio otra vez.

Hasta que él dijo algo y el corazón casi se le salió. Miró la cafetería, de hecho había dejado el café a medias (si se podía considerar a medias dos sorbos) y casi no había comido, además dos desayunos con Ren en un día no sonaba nada mal. – Me parece bien, si invitas claro, no llevo nada de dinero – soltó de sopetón. “Mal Abby, ¡mal!” pensó la chica, si la quería invitar debía ser cosa suya tenía que salirle de dentro y ahora quizá lo estaba obligando a hacer algo que él no quería hacer.

Ren vio frustrado su intento de caballerosidad por el comentario de Abby. En sus planes había imaginado invitar a la chica al pueblo (cosa que le había costado más de lo esperado), llevarla a una cafetería y pagarle una porción de pastel o algo que le gustara….porque eso hacían los chicos en las citas…o al menos eso pensaba pues nunca había tenido una realmente y lo que estaba resultando en ese momento no se parecía a lo que tenía en mente.

Refunfuño un poco maldiciendo su mala suerte y pensando que quizá esa mañana no debería haber salido de la cama directamente. –Claro que yo invito…. Qué clase de hombre te crees que soy…=3=… anda vamos….- enfilo sus pasos hacia la cafetería mientras se decía muchas cosas poco agradables a si mismo, pues si quería conquitar a Abby de esa manera, sabia que iba por mal camino. Por uns instantes, se preocupo al no oir pasos detrás suyo. Pensó que luego de esa contestación la niña lo insultaría, daría media vuelta y se marcharía, pero no fue así. Buscó una mesa lo más apartada posible del resto, así al menos no se sentiría tan observado por la muchedumbre que comenzaba a circular por el lugar. Corrió una de las sillas para que Abby se sentara y luego el hizo lo mismo en la silla que estaba justo en frente. El sol de la mañana comenzaba a calentar y unos rayos dieron justo donde ellos se encontraban, resaltando el rojizo cabello de la niña que contrastaba con su blanca piel y las flores detrás de ella simplemente realzaban aun mas lo bonita que se veía y en la mente de Ren solo se dibujó una palabra….”hermosa”…. De inmediato escondió la cabeza detrás del menú que estaba sobre la mesa porque sentía que las mejillas le quemaban y aquello no era producto del sol.

-Ordena lo que quieras…..traigo suficiente dinero, no te preocupes, no deberemos fregar los platos antes de irnos…- bromeó intentando romper el hielo.