Conexión instantánea.

Nerine sonrió y dio un pequeño botecito en la cama, emocionada, esperando a que la puerta se abriera de una vez y Lirë entrase. Entrase cargada de bolsas. ¡Para quedarse!
Hacía ya un tiempo que la niña dormía sola en aquella habitación tan grande (bueno, tampoco era eso, al fin y al cabo se pasaba las noches durmiendo en el cuarto de Abby y Layla, en plan acoplado), y entonces Aiwe le había dicho que su hermana pequeña se había quedado sin compañera de habitación hacía poco también y, ¡bueno! Si era hermana de Aiwe, tenía que ser buena persona. Nerine había ido entonces a buscar a Lirë, para ver si eran compatibles y les salía a cuento compartir habitación... Y ahora, la castaña estaba trayendo sus cosas de su antiguo cuarto. ¡Eso si que era conexión instantánea!

- Si me hubiera dejado ayudarla, terminaríamos antes... - murmuró, ansiosa, dirigiendo miradas a la puerta de entrada y a la que conectaba la habitación con el cuarto de las pelirrojas -. ¡Jo! ¡Que ganas, que ganas!

- ¡Corcholis! No recordaba tener tantas cosas – se quejó Lirë mientras empujaba el carrito donde llevaba todas sus bolsas. No había pedido ayuda a Nerine porque en un principio tenía pocas cosas, pero des de que había llegado en la academia se había comprado varias cosas (ropa, peluches y cosas varias) y el carro estaba mas que lleno.
Cuando llegó abrió la puerta sin llamar (ahora era su habitación) y entró dejando el carro atrás. - ¡Ala! Es más grande que mi habitación de antes. – dicho esto miró a Nerine y luego a su equipaje - ¿cuál será mi cama? Y… ¿cómo nos organizamos?

Aún no se creía que se estuviera instalando en la habitación de una chica que había conocido hacía tan poquito, ni la ilusión que eso le hacía. Solo sabía que estaría muy a gusto allí.

En cuanto Lirë entró por la puerta, cargada como una mula con un montón de bolsas y paquetes (que, en un primer momento, hicieron que Nerine dudara del concepto "tengo pocas cosas" que la castaña había usado antes), se levantó de la cama como impulsada por un resorte y la ayudó a meterlo todo dentro. Luego la miró, y le dedicó una sonrisa porque... ¡Demonios!, estaba contenta, y asintió un poco a las palabras de la chica hasta que esta preguntó cuál sería su cama.

- Bueeeeeeeno... Mi cama es esa, la que está junto a la ventana - dijo, señalando aquella de la cual se acababa de levantar hacía un rato. La verdad era que, desde hacía algunas semanas, aprovechando que dormía sola, Nerine había hecho algunas remodelaciones en la habitación y había juntado las dos camas para que parecieran una de matrimonio grande, porque así tenía más espacio en la cama para dejar sus muñecos, y más espacio en general en todo el cuarto para desperdigar todas sus cosas (que no eran, precisamente, pocas). En cuanto había hablado con Aiwe y esta le había propuesto compartir habitación con Lirë, Nerine se había apresurado a dejarlo todo tal y como estaba antes, aunque se notaba que algunas cosas no encajaban y habían sido movidas por alguien pequeñito que no tenía fuerza para arrastrar esos muebles tan grandes sola. Además, aunque había avanzado bastante en su proceso de remodelación y reorganización del cuarto, todavía había cosas suyas desperdigadas por todas las estanterías (e, incluso, en el armario que había sido de Paige y que había hecho suyo al quedarse sola, porque el que ella tenía se le había quedado pequeño), porque era más cómodo tenerlas allí que metidas en el baúl de Ayashi.
Además, cuando Lirë le había dicho que no tenía muchas cosas, había pensado que quizá no necesitaría todo el espacio que podía ofrecerle. Ahora, viendo todas las bolsas y paquetes que traía, dudaba seriamente que solo medio cuarto fuera a ser suficiente.

- ¿Alguna idea de como lo acomodamos todo?? - preguntó, con una mezcla de resignación y diversión tiñiendo sus palabras.

En cuando vio la sonrisa de Nerine, se la devolvió mostrando que también estaba muy contenta. Miró la cama de Neri, y automáticamente miró la que sería su cama. Parecía que todo estaba movido, pero no dijo nada porque fijándose más en todo se dio cuenta de que todo estaba lleno de cosas de Neri y no había casi sitio para sus cosas…

Cuando Neri le preguntó miró el carro y volvió a echar un vistazo a la habitación. Pero de pronto le vino una idea a la cabeza. Acababa de dejar una habitación vacía, así que había muebles de sobra, la sonrisa (que se había esfumado mientras pensaba) volvió y se acercó a Neri – Le diré a mi hermana que nos traiga volando los muebles de mi antigua habitación y así tendremos dos de cada para cada una, ¿qué te parece?

Cuando Lirë propuso una solución tan aparentemente brillante como aquella, Nerine no pudo evitar sonreír y dar un saltito emocionado, regalándole un aplauso admirado a la castaña por haber sido capaz de resolver con tanta brillantez aquel terrible (dudó un segundo, pero luego se reafirmó. ¡Claro que era terrible!) problema que tenían. No puso en duda en ningún momento que nadie les diría nada si desvalijaban uno de los cuartos, que al fin y al cabo eran los suyos, y en lugar de eso volvió a dirigir una mirada hacia la habitación.

- ¡Perfecto!! Aunque... - ladeó la cabeza en actitud pensativa -. El cuarto es grande, vale. Pero, con cuatro armarios, quizá estemos un poco... Apretadas. ¿Qué podríamos hacer?
Las dos se pusieron entonces en la misma posición pensativa que ella, y Nerine le dirigió una mirada de lado a Lirë porque hacía rato que se le había ocurrido la solución perfecta pero no se atrevía a decírsela por si la castaña la miraba raro, no quería, y ella quedaba mal. En lugar de eso, preguntó otra cosa.

- ¿Se lo pedirás a tu hermana? Pero tu eres alumna de aire, ¿por qué no lo haces tú?

Lirë sonrió y saltó con Neri cuando le aplaudió, pero se le pasó todo cuando vio el problema del espacio. No se le ocurría nada, ella tenía cosas, pero Neri tenía aún más, así que necesitaban todos los armarios y estanterías, pero claro estaba que no cabían.
Pero la pregunta de Neri la sacó de sus pensamientos. Bajó un poco la cabeza y la miró – Bueno.. soy alumna de aire pero… des de hace muy poco. No tuve poderes hasta hace unos meses así que soy como los niños pequeños, no controlo mis poderes para nada. Hay momentos que tengo, momentos que no y vuelo cuando a mi cuerpo le da la gana, no lo elijo yo… - levantó la cara de golpe - ¡Vuelo hasta durmiendo! Así que no te asustes… Porque me caigo al suelo cuando me despierto y estoy al aire. Por eso se lo quería pedir a mi hermana, ¿te molesta?

Nerine asintió distraídamente cuando Lirë comenzó a hablar, atendiéndola, pero cuando esta le dijo que, al hacer tan poco que tenía poderes, estos todavía eran inmaduros como los de un bebe, puso cara de pena y lamentó haber sido tan poco delicada al preguntarle sobre el tema.
- Oh, vaya, perdón, no lo sabía… - ladeó la cabeza y le palmeó cariñosamente el hombro -. Aunque bueno, no pasa nada, al fin y al cabo hemos venido aquí para aprender. Recuerdo que, cuando llegué a la academia, no podía ni siquiera hacer florecer un solo capullito por voluntad propia.
Ladeó la cabeza y miró la habitación. Si Aiwe les hacía el favor y trasladaba los muebles, pues ya tenían una parte del problema solucionado pero, después de todo, todavía les faltaba solucionar el problema del espacio. Quizá debería recoger algunas de sus cosas y devolverlas a casa… Aunque, claro, en ese momento y tal y como estaban las cosas, lo que menos le apetecía era tener que volver a casa.

- Espera, ¿y sí…? – le dirigió una mirada de lado a Lirë, porque había tenido una idea pero no estaba muy segura de poder anunciarla, porque al fin y al cabo, quizá espantaba a su nueva compañera de habitación siendo tan directa.
Decidió arriesgarse.
- Lirë, creo que tengo la solución – anunció, llamando su atención. Señaló las dos camas, que ahora estaban de nuevo separadas, y luego la pared que quedaría libre si una de esas camas desaparecía del lugar -. Si juntamos las dos camas en una de sola, tendríamos mucho más espacio y nos cabrían todos los armarios y estanterías que queremos meter – hizo una pausa y la miró, rascándose la mejilla para juzgar un poco su reacción -. ¿Qué te parece?

Lirë ladeó la cabeza cuando Nerine le explicó que al principio no sabia hacer nada, al parecer no era la única, aunque estaba claro que no era lo mismo.
Siguió buscando alguna solución a su problema, sin añadir nada, hasta que la chica habló. Sonrió ante la idea, si dormían juntas todo sería perfecto, cabría un armario más y quizá una estantería, y tampoco se vería pequeña, al contrario, ganarían espacio.


- Me parece estupendo - le dijo cogiéndole las manos - aunque corres el riesgo de que me caiga encima tuyo si me elevo cuando duerma - rió ante el comentario - Pero si no te molesta, me encantaría!

Nerine no reprimió un saltito y, como tenía las manos de Lirë entre las suyas, arrastró a su nueva compañera hacia ella y la atrapó en un abrazo, pensando que había tenido una suerte increíble con ella, pues las cosas parecían extremadamente fáciles cuando se ponían a pensarlas juntas.

- No me importa que vueles mientras duermes - rió -. Aunque quizá si que me asuste un poco. ¡Pero no pasa nada! - añadió, esbozando una gran sonrisa -, eso es mejor que simplemente no dormir acompañada, jajaja

Soltó las manos de Lirë y corrió hacia el otro extremo del cuarto, dónde había la cama que debían arrastrar hacia la suya, y agradeció a los cielos que todavía no había tenido tiempo para volver a clavarla en la pared. La primera vez que había tenido que quitarla, le había costado dios y ayuda ((y había tenido que hacerlo Abby, al final)).

- ¿Me ayudas? - preguntó, sonriendo y enseñando a la vez todos los dientes.

Lirë devolvió el abrazo que le Nerine le había dado, feliz de que fuese ella su nueva compañera de habitación y no otra persona, pues parecía que estaban conectadas y todo se volvía muy fácil.
Se rió con ella porque era cierto, mejor eso que la soledad, por eso estaban allí en ese momento juntas. También la observó irse para la cama, sin saber si ir detrás de ella o no, hasta que la vio sonriéndole y pidiendo ayuda.

Se acercó sonriente también – Pues claro – se puso en posición - ¿a la de tres? – hizo una pausa y empezó a contar – Una.. dos.. y tres. – Y empezó a empujar junto a Neri.

Nerine empujó con todas sus fuerzas junto a Lirë y entonces, entre las dos, consiguieron arrastrar la pesada cama, lentamente, hasta colocarla junto a la de la chica rubia, que enseguida saltó sobre ellas y saltó un poco.

- Genial, genial - canturreó, encantada, dejando de saltar para mirar fijamente a su compañera de cuarto -. Nos lo pasaremos genial, Lirë, ya verás. Y Abby y Layla te encantarán, son muy simpáticas y encantadoras, duermen aquí al lado y hacemos muchas fiestas de pijamas. ¿Te gustan las fiestas de pijamas? - la miró un momento, dudando que a la risueña muchacha pudiera no gustarle algo tan divertido -. ¡Ah! Y, como se acerca la navidad, me están ayudando a preparar adornos y regalos. ¿Que harás tú por navidad? ¿Te gusta? A mi me encanta!!! - se tumbó entonces sobre la cama y sacudió los pies, encantadísima. Tanto lo estaba que ni cuenta se dio de lo mucho y muy rápido que había soltado todo aquello...

Mientras empujaban la cama, Lirë se maldijo por no controlar aún su elemento, ¡con lo fácil que hubiera sido! Pero como al final el resultado fue el mismo, no se comió tanto la cabeza.

Iba a subir encima de la cama con Neri, cuando esta empezó a hablar con una velocidad más elevada de lo normal, así que Lirë intentó retener toda la información posible. Aprovechó el momento mientras se tumbaba a su lado para aclarar lo que diría y una vez puesta lo soltó - ¿fiestas de pijamas? ¡Me encantaría! Y si dices que las chicas me encantarán seguro que lo hacen, tengo ganas de conocerlas! ¿también te encanta la Navidad? Yo la adoro, y lo que más adoro es colgar cositas y decorar las cosas. ¡Y los regalos! ¿a quién no le gustan los regalos? ¿Os puedo ayudar con lo que estéis haciendo? Porfa, porfa, porfa – dijo eso último mientras le cogía de las manos.

Nerine rió y asintió enérgicamente cuando Lirë la cogió de las manos, provocando que todo su cabello se moviera y algunos mechones le taparan los ojos. Sopló para apartarlos y miró a la castaña con una enorme y sincera sonrisa.

- ¡Perfecto! Ya era hora de encontrar a alguien a quién le gustase la navidad en este lugar. ¡Empezaba a pensar que tendría que decorar yo sola la academia! Aunque claro, mis amigas me ayudan. Oh, ¡mira! - pegó un brinco otra vez y saltó de la cama, soltando las manos de Lirë para acercarse a uno de los armarios y abrirlo. Se arrodilló delante de él y casi metió el cuerpo dentro mientras trataba de alcanzar algo, y luego, no sin esfuerzo y sin tirar también algunos pares de zapatos que le obstruían el camino, sacó a rastras una caja de cartón grande.
Sonriendo anchamente, porque sabía que a Lirë le gustaría lo que estaba a punto de enseñarle, Nerine abrió la caja y sacó algunas de las cosas que contenía: adornos navideños, guirnaldas de diferentes colores, gorros de papá noel y astas de reno, lazos de diferentes tamaños y tonalidades doradas, moldes de pasteles con motivos navideños, figuritas y muñecos de arcilla... El arsenal navideño que cualquier forofo de esa época del año que se preciara un poco debía tener.

- ¿Qué te parece? - rió.

Lirë se quedó sentada al borde de la cama mientras miraba con una sonrisa nerviosa a Nerine, ¿Qué le iba a enseñar? Vio un par de zapatos volar, pero aun así siguió con la mirada fija en la rubia. Mirada que pasó a una caja de cartón gigante.

Cuando la chica abrió la caja, a Lirë se le iluminó la cara, no sabía a donde mirar y empezó a sacar cositas para mirarlas mejor. Eso era… ¡increíble! Había tenido que dejar todos los adornos en su casa y ya se pensaba que tendría que mendigar dinero para comprar adornos decentes que colgar pero por lo que veía no sería necesario.
Miró a Neri, ensanchando la sonrisa y mientras le colocaba una guirnalda a modo bufanda le contestó - ¿Qué que me parece? ¡Me parece estupendo! ¿Cuándo empezamos? – dijo como quien prepara algo grandioso mientras se ponía unos cuernos de reno y añadía un lacito rozo en un lado.

Soltando una risa divertida, Nerine se pasó la guirnalda alrededor del cuello de modo que quedase algo más ajustada que antes, y luego empezó a separar los adornos junto a Lirë.

- Ahora mismo, ¿no?? - sonrió, divertida -. Mira, podemos colgar esas guirnaldas en la puerta, las lámparas y la ventana, y yo podría hacer crecer un arbolito a los pies de la cama ((vaya, eso creo)) y adornarlo también - miró el lugar y se engoció de hombros, pensando que necesitaba una maceta grande -. También podemos colocar la estrella y algunas figutiras y... Lo demás, lo colgamos en las puertas de los demás cuartos. ¡Y los calcetines! - señaló el montón de calcetines rojos, verdes y blancos que había amontonado en un rincón, y sonrió -. ¿Crees que cabrán todos en la chimenea?? Si no, tendremos que poner otro arbol junto a ella...

Lirë iba paseando la mirada por la habitación, mirando a Nerine de vez en cuando asintiendo, para que viera que la estaba escuchando. Lo del árbol era una buena idea, de hecho todo lo era, y no podía esperar el momento de empezar.
Empezó a sacar calcetines de la caja, había muchos, demasiados quizá. - Si no nos caben los calcetines en la chimenea podríamos aprovecharlos para colgarlos de las puertas con algo dentro, ¿no querías hacer algo para todos? Podríamos ponerlos dentro. - dijo mientras los iba separando por color.

Escuchando atentamente, Nerine llegó a la conclusión de que la idea de Lirë no era buena, no... ¡Era deliciosamente exquisita!!! Se llevó las manos a las mejillas y dio un brinco de excitación, pensando en la cantidad de posibilidades que les daba eso.

- ¡Si, haremos eso!!! Tenemos calcetines suficiente para todas las puertas, así que solo tenemos que hacer... ¡Los jabones!!! - miró a Lirë con ojos brillantes, porque a ella no le había dicho que quería hacer jabones para sus compañeros -. ¿Te parece que adornemos un poco el cuarto y luego vayamos a hacer jabón? Tengo moldes con muchas formas - se los mostró, había de todo tipo: renos, arbolitos de navidad, estrellas, galletas de gengibre, gorritos de papá noel, pastorcillos, muérdago, trineos, regalos... -. ¡Y también tengo muchos aromas y colorantes! Cuando antes nos pongamos, antes terminaremos, ¡vamos!

Dicho esto, se levantó y tiró de la mano de Lirë para que ambas se pusieran a trabajar. Esa tarde hicieron muchísimas cosas, y terminaron con un cuarto navideño y radiante como se verían pocos en la academia, con tanta complicidad que hacía que pareciera increíble pensar que aquella misma mañana solo había una inquilina en la habitación, y que ellas dos ni siquiera se conocían.
A veces, existían conexiones instantáneas.