Eslabones de amistad

Alexia al fin había tomado la decisión de dormir dentro de la escuela, luego de muchos días de su "transformación inédita" y donde su dormitorio estaba ubicado, como Scott, en el recinto masculino. Medea le asignó una habitación para que pudiera continuar con sus actividades y estuviera más cómoda, además de que pudiera irse adaptando con las chicas de la Academia.

La "canosa" entró a la habitación en silencio, debido a que eran horas en las que ya estaba atardeciendo y notó que todo estaba en perfecto orden, donde cualquier paso que daba se escuchaba y hacía eco alrededor de las paredes de la habitación. Dejó su maleta encima de su cama, la cual pesaba mucho y se sentó a la orilla de ésta procediendo a descalzarse para descansar.

Volteó en silencio hacia la ventana con balcón, mirando el atardecer... era una linda vista que hablaba por si sola, pero recargada en uno de los muros que sostienen la ventana se encontraba una silueta que se iba revelando lentamente: una chica de cabello rubio y complexión frágil miraba nostálgicamente hacia afuera.

-H-hola... vine aquí porque la directora Medea me asignó esta habitación... mi nombre es Alexia... ¿c-cómo te llamas?- pregunto la recién llegada con timidez.

La rubia estaba en el balconcito de su habitación, después de haber estado ausente con su hermano durante algún tiempo, por lo que le asignaron otra habitación. La chica contemplaba las nuevas vistas desde su balcón y colocaba múltiples jarrones en este, que adornaban y a la vez daban vida a la estancia. Sam, mientras, jugaba por el balcón persiguiendo mariposas y jugando con hojas traídas por el viento. Por eso Paige se sobresaltó cuando alguien habló desde la entraba al balcón.
- H-hola... vine aquí porque la directora Medea me asignó esta habitación... mi nombre es Alexia... ¿c-cómo te llamas?
- Em...ai, hola, encantada de conocerte Alexia- le tiende la mano cordialmente- Yo soy Paige.
Sam estaba gruñendo a los pies de Paige como si la estuviera protegiendo, aunque en realidad lo que le pasaba es que se había asustado.
La rubia se agacha y coge entre sus brazos al pequeño zorrito.
- Y este gruñón es Sam, mi familiar. Es muy cariñoso, pero se asustó jejejeje. - La sonrisa de al rubia bajo la luz del sol era más hermosa.