Despertando en algún sitio

(Bueno,este es privado con Taruka.Si se nos quiere unir alguien y nos lo dice, pues le dejamos)

En un lugar de Mondphase,un cetro se volvio agua y luego adquirio la forma de Fukuroo,miro a su alrededores y se percato de que estaba en Mondphase,en eso se acordo de que él apenas conocia el pueblo y no sabia bien como volver a la academia.Asi que salio del callejon en el que se habia despertado(ya ni queria saber como habia acabado alli) y comenzo a andar un poco por las calles que estaban un poco vacias y no se encontro a nadie con pintas que estar lo suficientemente cuerdo como para indicarle como volver a la academia.Suspiro y miro al cielo un poco,pos como estaba el Sol parecia que habia amanecido hace poco.Fukuroo suspiro y siguio caminando.

(Perdón por lo largo ^^" Es mi primer tema con Taru y me he emocionado jajaja)

El callejón desierto y poco agraciado en el que Taruka solía dormir y estar no tenía en absoluto buen aspecto, y ella lo sabía bien.
Sin embargo, ese lejano día que se había marchado de casa, la niña había acabado en ese callejón y nunca se había planteado buscar otro. En una esquinita se escondía un pequeño bar que, si bien no era agradable estar cerca de él por las noches por la gente que lo frecuentaba, durante el día era, en resumidas cuentas, gracias al cual no se moría de hambre. Sus sobras no solían acabar en el contenedor.

Esa mañana, Taruka se despertaba más tarde de lo habitual por no tener que trabajar. Se incorporó un poco y se frotó los ojos mientras bostezaba, y luego gateó un poquito hasta alcanzar su osito de peluche. Lo tenía tumbado graciosamente en una cunita vieja que había encontrado por ahí. Era increíble la compañía que le daba.
- Buenos diiiiaaas, señor osooo -habló arrastrando las vocales mientras volvía a bostezar, y, al tomarlo, se puso en pie para caminar hasta el rinconcito donde solía aparecer mágicamente su comida. Esa mañana no había nada. La noche anterior tampoco había cenado, así que ya empezaba a notar algo de hambre.
Tomó una pequeña lata de metal y la agitó para oír el ruido que hacían las pocas monedas que guardaba en ella. Eran sus ahorros, por decirlo de algún modo. Sacó unas cuantas y guardó la lata en su bolsita, para salir del callejón (con el señor oso en brazos. No faltaba más) y comprar algo para desayunar.
Al avanzar un par de calles, se encontró con alguien que acaparó su atención. Olvidando por un segundo su desayuno, andó más deprisa hasta alcanzarlo y ponerse delante. Sabía con certeza que lo conocía.
- Hola O.O -la niña lo obligó a frenarse para poderle mirar los ojos, y a los pocos segundos los abrió un poquito más. Ya lo recordaba- Ohh. El inexpresivoooo... eres ese, ¿a que siiii?
Taruka asintió firmemente antes incluso de que Fukuroo lo hiciera y dejó de mirarle los ojos, quedándose frente a él con la cabeza ladeada y sin decirle nada más. Su pequeño estómago hizo un ruidito, como si le recordase que lo que iba buscando en verdad era un desayuno, y no pararse a mirar los ojos del primero que se le cruzase por delante.

Fukuroo se sorprendio de encontrarse con Taruka,sabia que vivia alli,pero no se imaginaba que se la encontraria a esas horas.

-hola niña de la lluvia,si,soy yo -_- -

La saludo devoliendole el que no le habia llamado por su nombre,aunque eso no era algo que le preocupara mucho.

-¿que haces ha estas horas por la calle que no estas durmiendo? -_- -


En verdad él no sabia a que hora se solia levantar la gente de normal,como siempre se la solia pasar dormido.Se quedo pensando hasta que las tripas de Taruka le sacaron de sus pensamientos.

-Esto -_- ¿tienes hambre no?-

Pregunto,aunque por el ruido de sus tripas ya se imaginaba la respuesta.

Taruka abrió un poquito más sus ojitos cuando escuchó a Fukuroo preguntándole por qué estaba despierta a esas horas, ya que ella no consideraba que fuese temprano.
- Pero yo normalmente madrugo mucho maaaaaaaas -alargó la "a" cuando su estómago volvió a rugir, como si así apaciguase el ruido. Se llevó las dos manos junto con el osito al estómago y asintió ante la última pregunta del chico.
- Quiero desayunaar -asintió frenéticamente y luego se detuvo a mirar los ojos amarillos de Fukuroo de su habitual manera atenta- O.O ¿Tú quieres desayunar? Es que... es que... no lo veoooo ¡O.O! -se quejó, sin dejar de mirarle los ojos a pesar de que no encontraba ninguna señal que le diese una respuesta afirmativa a su cuestión.
Sin más dilación y sin darle tiempo a responder (porque tenía que verlo ella, porque sí), el osito le resbaló de las manos y levantó sus brazos para tomarlo de la cara y mirarlo completamente pegada a él.
Y se olvidó del todo de que a ese que conocía como "el inexpresivo" no le gustaba que lo tocasen.

Fukuroo la escucho con atencion ya hora que mencionaba lo de desayunar en verdad él tenia un poco de hambre,asi que comer un poco no le sentaria nada mal.

-Pues ahora que lo mencionas....-

Le iba a decir que si queria desayunar,pero en ese momento lo agarro y por sus problemas con el contacto fisico,no pudo evitar gritat.

-SUELTAMEEEEE-

Dio un buen grito,si alguien que estaba durmiendo por ahi cerca se despertaba,le pareceria normal.Ahora Fukuroo solo esperaba y desaba que Taruka lo soltara pronto.

Taruka apartó sus manos de golpe en cuanto oyó ese grito, que le hizo pegar un pequeño saltito por el susto (porque, claro, ella no recordaba que a Fukuroo no se le podía tocar). Pasó sus dos manos por sus piernas sin prestarles atención, como si necesitase limpiarlas por algún motivo, y luego encogió un poquito sus hombros.
- Perdóon -bajó un poco la cabeza y se mantuvo así por unos escasos segundos, para luego volver a alzarla de golpe y, olvidándose del grito y su error y todo, inquirirle de nuevo- Entonces, ¿vamos a ir a desayunaar?
Ladeó la cabeza, dando ya por echo que él también tenía hambre aunque no lo hubiese visto en sus ojos, y, además, dando por supuesto que iba a querer ir a desayunar con ella. Taruka no pensaba en esas cosas. Sólo tenía claro que le apetecía comer algo, donde fuese, con quien fuese, y punto.

Cuando lo solto suspiro aliviado,en verdad,detestaba que lo tocaran y aun mas cuando era tan de golpe.

-Bueno,no lo hagas de nuevo -_- -

Le dijo algo molesto y hechandole algo de paciencia,de su escasa paciencia.Cuando dijo lo de desayunar penso en si llevaba dinero.Metio la mano en el bolsillo y se percato de que tenia varias monedas,asi que seria suficiente.

-Si,vamos a desayunas que tengo hambre -_- -

Le dijo y comenzo a andar un poquito,en eso recordo que no conocia mucho el lugar,y que ademas no sabia donde ir a desayunar.

-A ver,¿a donde quieres ir? -_- -

Taruka respondió con emoción cuando Fukuroo asintió, indicándole que fuesen a desayunar, y empezó a dar pequeños saltitos, hasta que escuchó su siguiente frase:
- A ver,¿a donde quieres ir? -_-
Aquello la puso más contenta, si cabía, porque estaba deseando enseñarle ese sitio que ella creía espectacular.
- Ohhh, ohhh, puues quiero iir... -se acercó a él de nuevo y levantó una mano, a punto de tomar la suya para arrastrarlo al lugar que ella quería llevarlo... pero se dio cuenta justo a tiempo y lo sujetó de la manga de la camiseta con dos dedos para poder llevarlo, de una manera, cuanto menos, chocante.
Empezó a llevarlo por miles de calles y callejones perdidos, hasta que, entre tantas calles prácticamente vacías apareció la plaza del pueblo, llena de bullicio y actividad. Taruka soltó la camiseta de Fukuroo en ese instante y salió correteando sin previo aviso, parándose frente a una panadería y mirándola con los ojos muy abiertos antes de entrar.
Salió con dos pequeños bollitos de los que a ella le gustaban.
- Están muuuuuy ricos, y recién hechooos -y dicho esto, le tendió uno de esos bollitos a Fukuroo y se sentó en un banco mientras se comía el suyo, meneando las piernas graciosamente.

Fukuroo se dejo llevar por todas las calles y callejones,si otra vez pasaba por ese sitio por lo menos le sonaria de algo,pero como tuviera que dar media vuelta se liaria un poco.
Cuando Taruka salio conrriendo él se quedo alli quieto esperando a que volviera,mientras miraba que hacia la gente por alli,habia mucho ruido y la gente hablaba de sus asuntos y demas,que a él,pese a que los oia con claridad,no le interesaban en lo mas minimo.
En eso Taruka volvio y le ofrecio el bollo,el lo tomo y se sento a su lado.Luego comenzo a comerselo.

-Oye,¿cuanto te ha costado?,es para devolverte el dinero -_- -

Taruka observó atentamente a su acompañante sin dejar de comerse su bollo, y, sin esperarse a tragar para responderle, con la boca llena pronunció algo parecido a “no hace falta que me lo devuelvas”, que por supuesto nadie salvo ella pudo comprender. Ladeó un poquito la cabeza y cuando terminó de comer, se quedó sentada todavía con sus piernas meneándose y con los ojos fijos en Fukuroo, de manera casi penetrante e impertinente. La niña hacía eso sin darse cuenta, y sin pensar en que a la gente podía molestarle. Ya que a ella pocas cosas le molestaban, creía firmemente que el resto del mundo era igual que ella.
- ¿Te gustaa? –inquirió, finalmente, todavía observándolo con atención como si fuese sumamente interesante ver a alguien devorando un pequeño bollo.

A Fukuroo lo de que le miraran fijamente a los ojos le traia sin cuidad.

-Si,estaba bueno-

Respondio instantes despues de comerse el bollo.En ese momento se le ocurrio una idea,aunque por consecuencia le deberia un favor a Taruka,no le importo y decidio preguntarle.

-Oye niña de la lluvia,me gustaria pedirte un favor si no es mucho pedir,claro esta te lo devolveria-


Se puso un poco rojo,no era de pedir favores,pero no le quedaba otra.

-Quiero hacerle un regalo a alguien,y yo conozco este sitio,¿podrias hacerme el favor de acompañarme a alguna tienda de ropa? -///-

Como no parecía molestarle, Taruka continuó mirando a Fukuroo con fijeza mientras este le respondía, y no pudo evitar observarlo con más fijeza aun cuando le habló de pedirle un favor. La niña abrió un poquitito más los ojos y se pegó a él como si quisiera poder verlo mejor, o escucharlo mejor, o lo que fuese. El caso era que parecía intrigarle sobremanera el favor que el muchacho quería pedirle.
Cuando Fukuroo terminó de hablar y se sonrojó, Taruka abrió más los ojos (desplegándolos todo cuanto le fue posible) y levantó un dedo de manera inconsciente queriendo ahondarlo en su mejilla:
- Estas rojooo... -cuando estaba a punto de tocarlo, echó el dedo bruscamente hacia atrás y se lo mordió, como si quisiera detenerlo de alguna manera aunque fuese suyo, y se hizo daño- Auch.
Sin decir nada más ni dar ninguna otra explicación, Taruka se levantó del banco de un brinco y agarró a Fukuroo otra vez de la manga de su camiseta para tirar de él y buscar la tienda que quería. No se le ocurrió preguntarle que para quién sería ese regalo, ni presionarlo para que le contase nada. A Taruka no le gustaba cotillear en la vida de los demás, al menos no intencionadamente. Y le hizo el favor sin considerar siquiera que eso estaba siendo un favor.
- Hmmm, esta es pequeñaa -señalando a una tienda que había visto unos días atrás a la que había llegado después de unas cuantas calles. Siguió caminando rápida y feliz, hasta dar con otra que parecía un poquito más grande- Esta me gustaaa. ¿Te gusta a ti? o.o -inquirió al fin, mirando fijamente a Fukuroo y ladeando un poco la cabeza.

Cuando Taruka se mordio el dedo,Fukuroo se quedo con cara de poker face.Pero prefirio no decir nada y tampoco preguntar.
Despues Taruka lo llevo a donde le habia pedido,no lo menciono,pero agradecia que no le preguntara para quien era,porque si tenia que decirlo le daba algo de la verguenza que pasaria.
Miro las tiendas,no es que supiera mucho de comprarle vestidos a alguien,solo espera que por lo menos acertara en la talla y lograra no morirse de la verguenza.

-Ciertamente la tienda me da igual,solo deseo que no haya mucha gente-

Se asomo un poco a la tienda y no parecia que hubiera mucha gente,en verdad le daba muchisima verguenza.

-Esto,¿me acompañas dentro?-

Tras escuchar esa cuestión, Taruka le dedicó una ojeada a la tienda, para después mirar de nuevo a Fukuroo y otra vez hacia la tienda. Visualizando un poco por encima sus ojos, la niña intuía que todavía quedaba algo de ese sonrojo que había visto hacía unos escasos minutos, y le hacía gracia, porque no comprendía a cuento de qué podía venir.
Después de meditar su pregunta durante unos segundos, o, sencillamente, fingir que la meditaba, Taruka asintió firmemente con la cabeza y volvió a agarrarlo por la manga de su camiseta, mientras caminaba con despreocupación al interior de la tienda.
Miró a su alrededor. Sorprendida por la cantidad de vestidos y prendas que se asomaban por todas partes, sus ojos casi acabaron tiñéndose de emoción. Miró a Fukuroo con esa expresión emocionada (una emoción, claro está, que no era suficiente para dejar asomar cualquier atisbo de sonrisa), como si la niña estuviera completa y absolutamente convencida de que él tenía que estar sintiendo la misma felicidad al encontrarse rodeado de tantos vestidos.
Y fue entonces cuando Taruka se atrevió a comenzar su interrogatorio, tirando a Fukuroo de la manga cada vez que quería que fuese a algún sitio.
- ¿Y qué le quieres compraar? ¿Y por qué quieres comprarselooo…? ¿Y…? ¡Oh! ¿Cuál es su color favoritoo? ¿El azul, como el mío? –tiró del brazo de Fukuroo hasta tomar un par de vestidos- Estos dos son muy bonitoos, ¿a que síiii? –concluyó esas palabras mirándolo profundamente a los ojos, aunque no le dejó tiempo para responder, porque detrás de él acababa de vislumbrar otro vestido que también le gustó. Lo señaló sin soltar los dos que ya había cogido, correteando hasta él y cogiéndolo- ¡Mira esteee! Si le gusta el rosa este es… ¡Y mira eseee! Por si le gusta el verdee, y este para el rojo, y este para el amarillo…
Al acabar, Taruka terminó olvidándose de arrastrar a Fukuroo con ella (principalmente porque no tenía más manos para llevar a los vestidos y llevarlo a él), y, al final, sosteniendo perchas con vestidos de todos los colores colgando de ellas, se quedó observando fijamente a Fukuroo mientras ladeaba un poco la cabeza y murmuraba:
- ¿Cuál te gusta…?

Fukuroo agradecio muchisimo que Taruka le acompañara a la tienda,prque como hubiera tenido que entrar solo sentia que le daba un ataque o algo.
Al entrar no sabia que mirar ni nada,luego Taruka parecio motivarse y Fukuroo acabo mareado de tanto vestido,sin duda,eso no era lo suyo.
Pero entre todooos los vestidos que Taruka cogio,habia uno de color rosa que consiguio convencerlo.

-Pues ese vestido rosa,me convencio -__- -

Le dijo señalandolo,en eso recordo todas las preguntas de Taruka y decidio responderlas,aunque ni el mismo supiera del todo las respuestas.

-Como te habras dado cuenta le quiero comprar un vestido y su color favorito es el rosa.El porque,pues porque es una muy buena amiga y como que es una manera de decirle que me importa mucho-

Lanzo un largo suspiro.

-bueno,tu me has acompañado sin tener ninguna razon en especial,como agradecimiento,te regalo el vestido que quieras -__- -

Como buenamente pudo con sus enclenques bracitos cargados de perchas con vestidos, Taruka le tendió a Fukuroo el vestido que había escogido, y tras escuchar la respuesta a sus preguntas, asintió frenéticamente con la cabeza.
- Ohhh... pues yo creo que le encantaraaa... -dicho esto, se disparó por la tienda para dejar todos los otros vestidos que había cogido. No tardó en regresar de nuevo al lado de Fukuroo, con sus brazos libres. Ladeó la cabeza y estaba a punto de decirle que si iban a pagar cuando lo escuchó hablar de nuevo:
- Bueno,tu me has acompañado sin tener ninguna razon en especial,como agradecimiento,te regalo el vestido que quieras -__-
Taruka desplegó sus párpados todo lo que pudo y más.
- ¿En seeerioooo? o.o -lo miró fijamente con sus ojos brillantes de emoción, porque, para qué iba a engañarse, no era que la gente le regalase muchas cosas normalmente. Al final tuvo ganas de abalanzarse y darle un abrazo, pero se recordó como llevaba recordándose toda la mañana que a Fukuroo no le gustaba el contacto físico. Empezó a dar saltitos y su siguiente grito se oyó por toda la tienda, haciendo que algunas miradas curiosas se clavaran en ellos:
- ¡Graciaaas!
Y dicho esto, salió corriendo a elegir un vestidito para ella.

-Bueno,sii tu lo dices,de verdad espero que le guste-

Tomo el vestido y se quedo un poco embobado.Luego miro a Taru que se veía algo incrédula por lo que le habia dicho de comprar,bueno,en verdad no entendia mucho a Taruka ,no sabia casi nada de ella,y aun menos lo que pensaba.

-Si en serio,tómatelo como una manera de agradecimiento por acompañarme,si tengo que ir yo solo me da algo-

Fukuroo la observo como se iba a elegir un vestido,en verdad la noto algo ilusionada y el se sintió algo bien por ello,aunque no comprendía por que,solo era una manera de devolver un favor.

Taruka no tardó en recorrerse de nuevo toda la tienda hasta hallar un vestido de su agrado, dando saltitos cada vez que encontraba uno que le gustaba, y eligiendo finalmente uno cortito de un flojo tono azul. Regresó al lado de Fukuroo antes casi de que éste pudiese percatarse, y le tendió el vestido entre saltitos de pura felicidad, recordando, entonces, las palabras que el chico había pronunciado.
- ¿Te da algooo? ¿Por qué? –inquirió, ladeando la cabeza muy curiosa- ¿No te gusta comprar vestidoos? Pero si son bonitos, ¿noooooo?
Al concluir sus extraños interrogantes, la niña se inclinó sobre las puntas de los pies para mirarlo a los ojos, como queriendo adivinar la respuesta de sus preguntas en ellos, a pesar de que, tal y como ella misma llamaba a Fukuroo, los ojos del muchacho eran “inexpresivos” para Taruka y la mayor parte del tiempo no sabía lo que ocultaban.

Fukuroo observaba como Taruka miraba los vestidos,cuando se distrajo durante unos segundos mirando el vestido que le iba a regala a Layla,Taruka ya estaba a su lado,ni siquiera la escucho acercarse.Vio el vestido que traia y por logica se imagino que era ese,lo cogia para ir a pagarlo cuando escucho sus preguntas.

-Bueno...porque soy un chico y es algo raro ver a uno comprando vestidos-

Respondio esperando que no le diera mas vueltas al tema,aunque conociendola no estaba del todo seguro que eso finalizara asi.
Tomo el vestido y fue a pagar ambos,el dinero le llego bien y se quedo esperando a que Taruka fuera donde estaba para darle su vestido.

Mientras Taruka revoloteaba (dando vueltas, saltitos de alegría y bailoteando) alrededor de Fukuroo, éste pagaba ambos vestidos y respondía a sus preguntas. Cuando escuchó esa respuesta, la niña no se quedó demasiado convencida, y ladeó la cabeza en un gesto que indicaba una leve perplejidad.
- Pero los vestidos no son para tiiii… todo el mundo sabe que los chicos no llevan vestidooo –lo pronunció llena de convencimiento, creyendo firmemente que el mundo entero tenía que pensar igual que ella y, por supuesto, entender todo lo que ella tenía completamente claro.
Cogió su vestido cuando Fukuroo se lo tendió, no sin antes chillarle un potente “gracias” por enésima vez, saliendo de la tienda y mirando al muchacho seguidamente con los ojos abiertos de par en par.
- ¿Ahora qué hacemooos? –preguntó, encogiéndose de hombros y sin quitarle ojo.

-bueno,dejalo asi -___- -

Decidio que lo mejor seria dejar de darle vueltas al tema,porque no tenia pintas de llevar a ningun lado.
Le dio su vestido a Taruka y el de Layla lo guardo en una bolsa que le habia dando.Salio fuera de la tienda junto a Taruka y se quedo pensando en que podrian hacer.Sirius le habia pedido que fuera bueno con ella,asi que no podia decirle nada malo.

-Bueno,si quieres puedes enseñarme el pueblo un poco,asi no me perdere por aqui-

Fukuroo cuando pasaba por un lugar,se acordaba perfectamente de este y ya no se volvia a perder.

Taruka permaneció mirando al chico con la cabeza ladeada hasta que éste habló, y después asintió frenéticamente, muy conforme con la idea:
- Valeee -admitió, dando pequeños saltitos, y llevando a Fukuroo instantes después a pasear por el pueblo. Le enseñó las casas que mas le gustaban, las calles por las que más gente caminaba e incluso las desiertas, sin parar de corretear en ningún momento y con una alegría desbordante, aunque su boca nunca se colorease con ninguna sonrisa ni sus ojos mostrasen nada especial. A Taruka le hacía ilusión poseer compañía y eso lo demostraba a base de saltos y alargando mucho todas las vocales con las que concluía sus frases.

- Y... creo que ya te lo he enseñado todoo -concluyó, terminando en un parquecillo que a ella particularmente adoraba mucho. Se dejó caer, agotada, en un banco- Hemos andado muchoo, ¿eeeh? -admitió, igualmente, contenta.

Fukuroo siguio a Taruka por todos los lugares,observando las tiendas,por si alguna vez necesitaba comprar algo saber donde estaba dicha tienda;tambien observaba las casas y a la gente que pasaba por las calles.

No habia estado mucho por alli asi que casi no se conocia nada y casi todo lo que veia era nuevo para él,aunque algunas cosas si que le sonaron.El tiempo se le paso volando y lo que pudieron ser horas,se le paso como si fueran unos pocos minutos.

-pues parecer ser que si hemos andado mucho,aunque a mi se me ha pasado el tiempo volando y casi no me he dado cuenta de lo que hemos andado -__- -

Le dijo a la chica despues de sentarse en el banco a su lado.

-gracias por el paseo,asi la proxima vez que venga por aqui dudo que ande tan perdido como hoy-

Taruka no pudo evitar quedarse mirando a Fukuroo fijamente a los ojos cuando se sentó a su lado, balanceando alegremente las piernas y escuchando lo que le decía. Parpadeó un par de veces cuando le agradeció el paseo, aunque la niña lo había disfrutado tanto como él y el tiempo se le había pasado igualmente rápido.
- De nadaaa –musitó con tranquilidad, sin dejar de observarlo y ladeando un poco la cabeza. Aunque su mirada inexpresiva seguía causándole curiosidad y la mayor parte del tiempo le costaba interpretarla, o aunque no se conociesen demasiado… a Taruka ese chico empezaba a caerle bien.
Al final, y sin previo aviso, la niña determinó que ya había descansado lo suficiente y, como casi se acercaba la hora de comer, se despidió.
- Otro día te enseño mas cosaas, ¿ehhhh?
Olvidándose otra vez del pequeño problema de Fukuroo, le dio un abrazo fugaz, se levantó del banco, y salió corriendo antes de que él tuviese tiempo de gritar por el contacto o de, sencillamente, percatarse del abrazo.

Fukuroo observo a Taruka que lo estaba mirando a los ojos,no comprendia que tanto miraba en el,no tenia nada como para darle curiosidad a otra persona.

-Me parece bien-

Acepto la propuesta de Taruka,no estaba de mas conocer nuevos lugares,ademas la chica le caia bien y su compañia no le desagradaba para nada.Lo que no se espero ni en broma fue el repentido abrazo de le dio,se quedo unos momentos sin reaccionar y vio como se marchaba.

-Adios,hasta la proxima-

Despues de despedirse tomo su forma de lechuza y volo hacia la adacemia.