~1er Acto: Caridad~

Mañana soleada, cualquiera diria que por habitar en una ciudad de los cielos el efecto de los rayos del sol serian mayores y por resultado el calor seria mayor que en otras zonas del mundo, bueno no tengo idea si esa es la razón, el hecho es que ese comienzo en el dia era especialmente caluroso; ni siquiera las aves parecian desear salir de sus nidos, suena logico si quieres evitar explotar por las altas temperaturas… Ya, ya era una rara metafora.

Junto con el calor le acompanaba el aburrimiento, era uno de esos pocos dias donde no tenia que presentarme a uno de mis muchos trabajos de medio tiempo, parecia una conspiracion del universo para sentirme como langosta a punto de ser hervida, con calor, y sin poder hacer nada al respecto. Pero no iba a dejar que aquellos eventos desafortunados me ganaran la partida. Ya cuando la primera de pocas nubes cubrio el sol aproveche la oportunidad para salir a las calles, llegando finalmente a las plazas. El ambiente parecia un poco mas animado a pesar de la ola de calor, pero no lo suficiente para sacar a las personas de sus aburridas rutinas.

Oi el llamado infantil de unas vocecillas agudas e infantiles, las cuales me hicieron voltear a ver el centro de la plaza, solo para encontrarme con tres carillas conocidas. Se trataba de dos ninas y un nino, a los cuales reconocia del teatro sonde solia actuar en los fines de semana.

Dijo la mas alta de los tres, que sin duda parecia tambien la mas atrevida y extrovertida de los alli presentes, la cual me lo daba a entender su usual sonrisa infantil y algo presumida.

Spoiler:

Me defendio el nino, aunque la verdad es que yo ni esfuerzo ponia en aquello de recordar el nombre de las demas personas.

Me pregunto finalmente la mas pequena y joven de los ninos, su voz era aun mas aguda y suave que la de Aki, mas poseia un claro tono de educacion que la otra carecia. A veces no creia que fueran hermanas.

Les pregunte llevando ambos brazos detras de la cabeza en senal de despreocupacion. A diferencia de mi no concordado desanimo, los tres ninos aceptaron con sonrisas radiantes y alegres en sus rostros… Sonrisas.
De un bolso que habia traido saque ocho pequenas antorchas con largos mangos, le di cuatro a la pequena Ramy y otros cuatro al senorito Eliot. Mientras que a Aki le entregue mi sombrero de cascabeles, no hacia falta una explicacion considerando lo bien que ellos me conocian a mi y aunque no pareciera yo a ellos. Junto con los mas pequenos me acerque al centro de la plaza, donde ademas habia una majestuosa fuente de piedra. Sacando del bolso una pequena pelota negra con estrellas doradas ya habia dado comienzo al espectaculo de aquella tarde, puesto que esta, apenas toco el suelo se expandio hasta ser una gran bola esferica rebotadora, que desde ya habia empezado a captar la atencion de los civiles. De un gracil salto ya me encontraba parada sobre la pelota, basto con cinco segundos para lograr alcanzar el perfecto equilibrio con un solo pie. Ya para entonces se habia reunido una numerosa multitud rodeandonos esperando observar lo que empezariamos a hacer.

Basto con una mirada de mi parte hacia ambos ninos para que los dos empezaran a lanzarme las antorchas una por una con las cuales habia empezado a hacer malabarismo sin dejar de hacer equilibrio, ya cuando las ocho antorchas estuvieron dando vueltas en mis manos, cada una de ellas empezaron a encenderse en fuego aparentemente por si solas. Nunca habia entendido porque cosas tan “basicas” como aquella asombraran a las personas, y mas hasta el punto de empezar a aplaudir aquel acto. Si hubiera sido un dia comun y corriente quizas habria seguido un rato mas, pero ante aquella molesta onda de calor decidi apresurar el final. Lanzando todas las antorchas hacia el cielo, en un punto seguro sobre nosotros los “actores”, todas se unieron en una llamarada sobrevolando el cielo, para finalmente sacar una carta de poker tambien prendida en fuego la cual lance hacia la llamarada, la cual termino en una llamativa explosion de fuegos artificiales y papelillo de varios colores, el cual cayo sobre los presentes dando por hecho el gran final. Para esto, haciendo tanto yo como mis pequenos ayudantes elegantes reverencias ante los aplausos dados por nuestro publico encantado con el show.

Pasaron varios minutos antes de que la multitud se dispersara, ya yo y dos de los ninos para entonces estabamos sentados en el muro de la fuente central. No tuvimos que esperar mucho para que Aki volviera con nosotros, trayendo consigo mi sombrero aun en mano, mas este ahora estaba lleno de brillantes monedas entregadas por las personas agradecidas por nuestro acto.

Mencione dandole unas cuantas monedas y guardando el resto en mis bolsillos. Aki solo suspiro al momento que le entregue el dinero, se notaba que le estresaba mi actitud pero que se le hacia. No tardo mucho en salir corriendo hacia la tienda ya de nuevo con su usual sonrisa.

Dijo la pequena Ramy tomando a su amigo de la mano para alcanzar juntos a su hermana. Yo por mi parte permaneci sentada en aquel muro tranquilamente mirando el cielo. No pensaba en nada en especial, solo en que… Aun hacia calor.

Una brisa fresca comenzó a correr por la ciudad, el cabello de Joka se movió dejando a la vista sus inexpresivos y llamativos ojos dorados - ¿Tenias calor cierto? - Pregunto una voz masculina la cual no estaba muy lejos de allí. Era Elisteir quien había cambiado un poco el clima con su magia, despeas de todo no le era muy difícil, su elemento era el aire y le daba de maravilla usarlo para refrescarse. No por nada fue el mejor estudiante en su época y además, ¿Quien aguantaría usar tanta ropa como él sin sentir calor?

Con su usual sonrisa se acerco a la chica con apariencia de arlequín quedando a su lado, dándole espacio suficiente para no molestarla pues sabía que a veces no era alguien que le gustara mucho las confianzas. Luego de mirarla cerro sus ojos y se reverencio como saludo para luego notar que Joka traía dinero en su sombrero, pero no le sorprendía, sabia de sus pequeños actos en la calle - Buenos días señorita Joka ¿Como está usted? - Dijo con su usual formalidad tomando la mano de la chica con cuidado y besando su torso como todo un caballero para luego apartarse un poco y mirarla con su sonrisa encantadora de siempre, acto seguido soltó su mano y volvió a su posición original - Pasando tus días libres buscando maneras de hacer más dinero... ¿Realmente te pago tan mal? - Claramente era una de las bromas de Elisteir, lamentablemente casi nadie comprendía su sentido del humor. Pero volviendo al caso, siempre le resultaba curioso el hecho de que su guardaespaldas siempre este buscando la forma ganar dinero extra pues, aunque para él esos servicios no sean necesariamente requeridos, le pagaba un sueldo de en sueños.