Pretty/Unpretty [priv.]

Nerine correteó por la ancha y concurrida calle de Modphase, feliz, hasta alcanzar la tienda que le había dicho Aiwe, donde vendían aquellos vestidos tan bonitos que parecían de princesa, y empujó la puerta para entrar.
La profesora de aire la había acompañado esa mañana a visitar a Lone a la tienda, aprovechando que era sábado y no tenían clase, y luego habían ido a almorzar los cuatro juntos (ellos tres y Sofi, la empleada de la tienda). Cuando Lone y Sofi habían regresado al trabajo, Nerine y Aiwe se habían quedado solas y, después de comerse un helado grande entre las dos, la profesora le había ofrecido ir a aquella tienda en la que entraban ahora, porque decía que allí vendían aquellos vestidos tan bonitos y le apetecía regalarle uno.

- ¡Vamos Aiwe, vamos!! - gritó, emocionada, animando a la mujer a alcanzarla sin dejar de dar saltitos en el lugar.

Aiwe flotaba felizmente, después de una comida con Didier y su empleada, Sofi (una chica muy agradable, por cierto) en dirección a su tienda favorita. En esa tienda vendían unos vestidos preciosos (¿Preciosos? Más que preciosos) qeu siempre le robaban el corazón a la profesora de viento, el problema es que eran más bien para niñas y aunque no le gustaba reconocerlo, ella y ano era una niña y no se podía poner esos vestidos. Y ya que ella no se los podía comprar y tenía a Lirë lejos para regalárselos, había pensado en Nerine, la adorable hermanita de Didi.
Escuchó a la niña llamarla y subió la velocidad, cuando entró en la tienda detrás de ella, Nerine ya estaba mirándolo todo. - Neri, escoge el vestido que quieras, aunque si es verde mejor, así iremos a conjunto!

¡Aquello era el paraíso de los vestidos preciosos!! Nerine no sabía hacía donde mirar. Todas las prendas que colgaban en las perchas le gustaban, cada una más que la anterior (¿como demonios era posible que núnca antes hubiera entrado allí? Seguro que Lone le había ocultado aquel sitio a posta), y no solo había vestidos bonitos, sino todo tipo de complementos a juego; sombreros, tocados, zapatitos, pazos, calcetines, bolsos, cinturones... Definitivamente no sabía dónde mirar.

Estubo un rato hurgando por los pasillos, buscando el vestido perfecto. Ya que era un regalo de Aiwe, decidió hacer caso a su petición y se centró en los vestidos de color verde, descartando llanamente algunos que, aunque preciosos, tenían otros tomos, y seleccionó algunos mentalmente antes de darse cuenta de que estaba sola.
- ¿Aiwe?? - preguntó, dándose la vuelta y volviendo al trato educado y distante que siempre usaba con los adultos sin darse cuenta -. ¿Señorita Aiwe???

Aiwe ensanchó su sonrisa al ver al cara de la niña, creyó verse a si misma varios años atrás cuando descubrió esa tienda en una de sus muchas excursiones a Mondphase cuando no tenían clase. Se pasó la mano por el pelo sin dejar de mirar la longitud del cabello de Nerine, cuando tenía su edad lo llevaba corto, por encima de los hombros cosa de la que ahora se arrepentía, ojalá hubiera lucido una melena como la de la niña (o como la que lucía en ese momento). Meneó la cabeza y empezó a mirar vestidos para distraerse cuando de golpe lo vio, el vestido perfecto para Nerine tenía que ser ese.
Oyó a la pequeña llamarla y se elevó para localizarla, estaba en el pasillo de al lado - Aiwe, no señorita Aiwe, si no te vas a quedar sin vestido. - Al ver al cara de l aniña le sonrió - ¿Qué te parece este? - Elevó el vestido elegido, verde, sencillo, con los tirantes del mismo rosa que el ribete del escote y del cinturón que tenía una flor. - Creo que te quedara perfecto.

Nerine sonrió anchamente cuando Aiwe apareció de nuevo en su campo de visión, elevándose sobre la multitud de vestidos con su poder de aire, y le enseñó aquella prenda tan adorable de color verde y rosa que hizo que sus ojos comenzaran a brillar.
- ¡Oh!! - jadeó, tapándose la boca y dándo un par de saltitos emocionados -. ¡Es precioso!! ¡Es perfecto!! ¿Me lo puedo probar?
Por toda respuesta, la profesora asintió y le entregó el vestido, que era ligero y suave, y la niña corrió hasta los probadores para ver qué tal le quedaba.

Salió un par de minutos después, ya vestida y sonrojada, contenta. Aiwe la esperaba fuera, y Nerine dio una vuelta sobre sí misma para enseñarle como le quedaba antes de girarse hacia los grandes espejos de cuerpo entero que había al fondo de la tienda.


Se alisó el vestilo para que quedara mejor, observando su reflejo y admirando lo bonita que era la prenda. Entonces, tal y como sucedía en las películas, una música discreta comenzó a sonar en el fondo de su cabeza y, antes de darse la vuelta o dejar de observarse en el espejo, Nerine cantó.





((Vale, la idea es que ahora Neri y Aiwe cantan juntas una canción, pero no la están cantando en realidad. Me explico. Es la típica escena de músical de película, ellas canten y, cuando la canción termine, resulta que en realidad nada ha sucedido. Es una paranoia. Disfrutad))

I feel pretty/unpretty (Glee versión)
- Nerine : Dianna Agroon (Quinn)
- Aiwe : Lea Michelle (Rachel)

Aiwe observó como la niña corría hasta el probador con una sonrisa algo.. forzada. Miró a su alrededor, recordando las veces que había ido allí, todos los vestidos qeu se había probado y los qeu había descartado, incluso ese vestido tan caro qeu tuvo qeu pagar a plazos y haciendo clases de repaso a los recién llegados. Su mirada chocó contra la de un espejo y no pudo mirarse des de todos los ángulos posibles, con las palabras de Didier en su cabeza "Eres preciosa, Aiwe, siempre lo has sido, pero... Pero Nerine lo es más. Y no lo digo porque sea mi hermana..."
Aiwe observó su rostro serio y apagado en el espejo, y se pasó la mano por el pelo, cada día se arreglaba mucho y cuidaba todos los detalles de su aspecto para parecer perfecta, para qeu le dijesen lo bonita que estaba y creérselo. Pero en realidad, ella no era bonita, era... agraciada.
Nerine salió del vestidor, el vestido le quedaba como un guante, era perfecto. Vio la niña dando vueltas sobre si misma con una gran sonrisa en la boca, y una música empezó a sonar en su cabeza. Sonrió aunque por dentro no podía, ahora entendía porque le había querido comprar ese vestido a Nerine, a Aiwe le hubiese gustado ser como ella....

~ Puedes comprar tu cabello si no crece ~ canturreó Nerine, dando una vuelta sobre sí misma y observandfo a Aiwe a través del espejo ~. Puedes fijar tu nariz si él lo dice ~ las voces de ambas se entrelazaron y sonaron bien ~. Puedes comprar todo el maquillaje que se pueda hacer.

Pero si buscas en tu interior, pensó Nerine, puedes sacar quién eres en realidad.
~ Estás en condiciones de hacerme sentir...
~ ...Condenadamente fea...
~ ...Me siento bonita, muy bonita.

Nerine se volteó de nuevo y se apartó del espejo de verdad, acercándose a Aiwe con curiosidad, preguntándose por qué su expresión parecía tan triste. La rodeó con lentitud y escogió un par de zapatos rosas a conjunto con su vestido. Ella se sentía bien, bonita, todo era perfecto.
De modo que lo cantó.

Aiwe cerró los ojos cuando Nerine la rodeó. Cuando la niña cogió los zapatos a juego con su vestido, ella cogió algunos vestidos y se los puso por encima, para ver el efecto. Eran unos vestidos que siempre le habían gustado pero en ese momento, no estaba segura de si le quedaban bien.
Quitó la vista del espejo y la clavó en Nerine que estaba esplendida. ~ Nunca me sentí insegura hasta que te conocí, ahora estoy siendo estúpida ~
Volvió a mirarse al espejo mientras se alisaba el vestido para verse mejor. ~ Yo solía verme tan linda, apenas un poco delgada. ~

Aiwe no estaba segura de nada, todo lo que antes había creído estaba desapareciendo de golpe al ver la niña lucir ese vestido con tanta gracia y naturalidad. Y no solo el vestido, eso era lo de menos, Neri siempre estaba divina.

Nerine abrió los ojos y echó un vistazo a su alrededor. Estaba metida dentro del probador y todavía no se había abrochado el vestido verde que Aiwe le había dado para que se lo probara. Ladeó la cabeza al darse cuenta que se había quedado embobada pensando en una canción de la que ya ni siquiera recordaba la melodía, así que sacudió la cabeza, terminó de vestirse y salió.
- ¡Aiwe! Profeeee... - la llamó, asomándose hacia fuera para ver si la mujer la esperaba allí -. ¿Aiwe??
Pasó por delante de los grandes espejos de cuerpo entero casi sin mirarse, prefiriendo que fuera la castaña quién juzgara si el vestido le quedaba lo suficietemente bien o no, y la buscó un poco por la tienda. La encontró parada delante de un montón de vestidos más, con el ceño fruncido.
- Creo que este le quedaría muy bien, Aiwe - sonrió, sorprendiéndo a la mujer al plantarse a su lado y señalar uno de los vestidos que ella observaba. Lo tomó y se lo entregó, animándola -. ¿Vamos al probador?

Aiwe cerró un momento los ojos y cuando los volvió a abrir no se encontraba delante del espejo, sino delante de un montón de vestidos preciosos y su habitual sonrisa en los labios. Miró los vestidos que tenía delante, ¿podía ponérselos? Su monedero decía que si pero... ¿cuál?
De pronto oyó la vocecilla de Nerine y se giró, el vestido le quedaba como un guante, había acertado de pleno al cogerle ese vestido. - Nerine, dos cosas, no soy profe, soy Aiwe. Y segunda - le cogió una mano para que diese una vuelta sobre ella misma - ¡Estas preciosa! - Le sonrió, contenta de hacerle ese regalo.
Observó como la niña cogía uno de los vestido que ella había estado mirando y lo cogió cuando se lo acercó. - ¡Pues claro!