Fastidioso reencuentro

(En principio este tema es privado entre Aiwe y Janeth. Pero cualquier persona que se crea capaz de evitar que estas dos se mates jijiji puede meterse.)



Janeth regresó a la academia después de años de ausencia. Estaba sentada en uno de los bancos que había en los jardines de la academia. La brisa del aire hacía bailar su largo pelo marrón con suaves movimientos. Cuando era estudiante le gustaba muchísimo sentare en ese mismo banco y contemplar la caída del sol. La chica había regresado a la academia para recuperar algo que en el pasado fue suyo, pero que perdió por egoísmo típico de la juventud, y que ahora, después de unos años de maduración pudo valorar algo. Mientras Janeth estaba sumergida en amargos pero a la vez agradables recuerdos, un ruido procedente de su espalda la advirtió y se giró para ver de quien se trataba.
- Hombre Janeth tu por aquí. Bonita acércate aquí.Janeth mira con cara de desprecio a Aiwe y dice.
- Que te lo crees "bonita".
- ¿Perdona?Se le acerca aún más y añade.- ¿Quién te crees que eres?
Janeth se levanta y se pone en frente de Aiwe y dice:
- Alguien con más educación que tú.Janeth ya estaba enfadada. Aiwe tenía la manía de entrometerse en todo lo que la gente hacía y por esto nunca le había caído en gracia. Se da la vuelta y le arrea con los pelos en la cara. Ala, ahí te quedas.
Aiwe estaba enrabiada. Abre las palmas de las manos señalando hacia Janeth y dice:
- Que te lo crees tú bonita. De sus manos emanó un gran torbellino que fue derecho a la otra chica, haciendo que sus largos y finos pelos se enredaran y despeinaran.
Después de hacerle eso Aiwe se eleva en el aire con al intención de largarse. Pero antes de que la chica pudiera elevarse un solo metro Janeth le lanzó un chorro de agua que estampó con gran puntería en la espalda de Aiwe.El chorro no se limitó a mojarle el vestido, sino que también mojó el largo y sedoso pelo de la chica, despeinandola también. Aiwe se giró hacía su atacante y Janeth dijo:
- Lo que tu digas, rata con alas!
Aiwe estaba muy enojada. Mientras Janeth le hablaba esta se secaba con un poco de aire cliente el pelo y el vestido.
- Aún no se como te dirijo la palabra! Junto sus manos haciendo un cuenco y produjo un tornado que fue derecho a Janeth haciéndole que la falda que llevaba se levantara y se le viera la ropa íntima.
Jaenth al ver la sonrisita burlona que Aiwe había esbozado se enfadó muchísimo más de lo que ya estaba.
- Aaa....Pero como te atreves...!!!- Hizo un rápido movimiento de manos y conjuró una fina y afilada lanza de hielo. Se la tira a Aiwe haciéndole que el vestido se rasgara por todos lados. - Anda guapita, eso para que te metas conmigo.
Aiwe se miró el vestido muy enfurecida. Era tal el enfado que tenía que no le permitía a sus ojos derramar ni una sola lágrima. Se medio recompone del ataque de Jaenth y dice muy enfurecida:
- Me meto contigo si me da la santa gana.Ahora es Aiwe la que se dispone de nuevo para atacar. Junta sus manos en el lado izquierdo de su cuerpo y abre la derecha haciendo una parábola. Con este movimiento conjuró múltiples ráfagas de viento en forma de lanzas que también rasgaron el vestido de Janeth, quien se quedó estupefacta por tal ataque. Se mira los jirones que le quedaban como ropas y dijo algo más cabreada:
- Pero...Serás perra!! Cómo te has atrevido! Junta sus manos como si sostuviera un mango de algo y de entre ellas apareció una larga y robusta, pero elegante, espada de hielo.
- ¿Qué me has llamado? ¿No sabes que es de muy mala educación decir palabrotas? Dice muy molesta y elevándose un poco más en el aire.
Janeth corre en su dirección y de un salto se pone a la misma altura que Aiwe y la ataca con la espada. Esta esquiva el ataque con gracia y agilidad. Y poco antes de que Janeth pudiera tocar suelo ya estaba conjurando unas flechas de viento lanzadas por un arco invisible.
Janeth pudo esquivar con piruetas y saltos todas las flechas lanzadas.
Janeth conjura una puente de hielo que la elevó justo donde estaba Aiwe y una vez allí Janeth le colocó la punta afilada de su espada en el cuello a Aiwe.
La chica mantuvo la mirada firme y serena. Miraba los claros ojos de Janeth que la miraban muy amenazantemente.
- Pajarito. Tú a mi no me gustas y creo que yo a ti tampoco. Si no quieres pasarlo mal será mejor que dejes de hincharme las narices. He venido para quedarme y tendrás que aceptarlo.
Aiwe mantuvo la mirada retante que Janeth le dirigia. No giró la cabeza ni cambió para nada la expresión. Lo único que hizo, una vez hubo acabado de soltarle el sermón fue escupirse en toda la car.
- Después de lo que hiciste no me voy a quedar mirando sin mas.Dicho eso esquivó la espada de Janeth y se elbó aún mas en el aire.
Janeth se retira de la cara el escupitajo de Aiwe y dice ya muy enfadada.
- Tu lo que eres es una cerda. No se porque te enfadas conmigo, no hice nada. Si tu mojigato amigo es tan sexualmente contenido no es mi culpa. No puedo esperar toda la vida a que de una paso mas. Yo no puedo andar con críos, necesito hombres de verdad. Aunque claro...La mira muy pícaramente - Tú ya sabes lo que es ser mujer. Te tiras a todo ser viviente de la academia. Imagínate lo desesperada que estas que te lías con un hombre que vivirá mucho más que tú, o tenemos que añadir las múltiples veces que te tirabas al amigo de Yuki. Aya se llamaba no? No me mires con esa cara. Te pensabas que vuestra aventurita secreta escolar de follamigos quedaría en eso, una aventurita. Te pensabas que no sabía lo que hacías en tu habitación? Pues si de verdad creías eso vas equivocada.Si no quieres que tu querido amigo Yuki se entere del gran pastel por casualidad, será mejor que no me hinches más las narices mosquita muerta. Porque conociendo a Yuki como lo conozco, se a ciencia cierta que no le sentará nada bien vuestro secretito de mas de 10 años.
Aiwe se mordía el labio inferior para poderse contener en decirle una burrada a Janeth por lo que esta acababa de decir.
- Yo no soy nada de lo que tú dices. Primero, no insultes a Yuki, ni le digas cosas feas, él es así y es encantador. Segundo, no me tiro a todo ser viviente de la academia y no eres nadie para decirme de quien puedo o no estar colada. Tercero, el secreto de Ayashi... se acerca algo mas a Janeth, mientras una ráfaga de aire caliente iba descongelando la espada de hielo. - Será mejor que estés calladita. He cambiado mucho des de la última vez que nos vimos y te juro que si rompes la amistad que tengo con Yuki, no descansaré hasta que lo pagues.
Janeth se despreocupó de su espada de hielo. Ja...total no la necesitoPensó.
- Tú has cambiado, pero los demás también, ya no soy tan buena como antes y me da igual hacerte daño o no. Y para la sorpresa de Aiwe conjura un chorro enorme y robusto de agua que la atrapa. Y una vez atrapada el agua se congela. Dejando a Aiwe totalmente inmovilizada. Incapacitando sus manos para conjurar aire caliente. Y si lo lograra hacer tardaría mucho tiempo en descongelar tal masa de agua helada.
- Te dije que no me hincharas las narices. Y ya has acabado con mi paciencia. Con un solo movimiento de mi mano puedo apretar más el hielo y asfixiante.

Aiwe estaba totalmente inmovilizada, pero no se iba a dar por vencida tan pronto y menos con Janeth como contrincante. Solo si pudiese mover las puntas de los dedos podría conjurar algo, solo necesitaba ganar tiempo. Empezó a intentar mover los dedos arriba y abajo mientras conjuraba algo de aire caliente para que fuera deshaciendo el hielo. – Ya he visto que no estas tan buena como antes, estas bastante más gorda y se te empiezan a ver las arrugas. Yo de ti usaría un poco de crema hidratante, si quieres te enseño la mía, va muy bien, solo tienes que verme. – Esbozó un intentó de sonrisa, que se quedó en intentó porque Janeth la había cogido de los pelos tirándole la cabeza hacía atrás. Ya tenía algo de movilidad en los dedos, y se hacía más fácil conjurar aire caliente, con un poco más de tiempo podría mover las manos. – Y que conste que no te quiero… ¿cómo lo has dicho? ¡Ah, si! Hincharte las narices. La que tienes me gusta mucho, de verdad. Solo quería darte mi punto de vista para que lo tuvieras presente. Por cierto, supongo que debes tener muchas ganar de tirarme el pelo, por todas las veces que yo te lo tiré a ti uy tú no pudiste porque lo llevaba corto pero… Duele mucho y visto que tengo el cuerpo congelado…. – Al ver que la chica no dejaba de hacer fuerza, pasó al plan B.
Hizo un intento de silbido, parecía un canto de pájaro y varios pájaros aparecieron ante ella. - ¡A por ella! – Dicho y hecho, los pajarillos empezaron a molestar a Janeth que tuvo de soltarle el pelo. Dio las gracias a ser una amante de los pájaros y a haber aprendido a llamarles mientras intensificaba al velocidad con que estaba deshelando sus manos.