Amarguras de un jardinero

Gruñí mientras regaba unas plantas. - ¿Por qué mi familiar no fue una margarita? - Sonreí pensando en lo que hacía Phyro, meterse en problemas con aquellos dos familiares de fuego. Su cara avergonzada, esperando que le diera su escarmiento: "sin dulces por tres meses". Como si siquiera pudiese cumplirlo. Lo miré de reojo. - Anda, a recoger esas plantas... y después barres ahí...

- Py-Pyo... sí... - Phyro arrastró la escoba y tomó un par de macetas. Pedirle de buena gana que no se alejara de nuevo era el mejor castigo para él.

(( Libre, digamos que es después de la broma fallida con Moses y Hanabi XD))

(Pues dale, yo me meto con toda la face xD)



Caelan empujó la puerta del invernadero y entró con gesto serio y un suspiro. Estaba buscando a Helio, el profesor de jardinería, para hablar con él y disculparse por la estúpida idea que había tenido el estúpido de Moses y que había terminado afectando a otros dos familiares. El profesor de jardinería y él apenas habían hablado un par de veces desde la llegada de este a la Academia, los justos saludos de cortesía entre dos compañeros de trabajo, y ahora a Caelan se le caía la cara de vergüenza por la actitud de su familiar. Suspiró otra vez.
Vio a Helio parado en un lado del invernadero mientras observaba seriamente a Phyro barrer el suelo. Reprimió una sonrisa. Podría tomar ejemplo para con Moses más tarde...
- Helio - llamó la atención el profesor de fuego. Cuando este se volteó a mirarle, le dirigió una ligera sonrisa. - Buenos días.

Vi a Caelan en la puerta del invernadero. - Buenos días... - Dije devolviendole la sonrisa. - ¿Qué puedo hacer por ti? - Miré de reojo a Phyro, abrazaba con fuerza la escoba.

- ¿Moses no está en muchos problemas, cierto? - Parecía más asustado que otra cosa. - Espero... que no esté muy molesto conmigo ~

Gruñí un poco. - Yo en realidad espero que ya no te metas en problemas... - Lo miré molesto, a veces era peor de lo que esperaba.

Phyro bajó la mirada y se inclinó un poco, a modo de reverencia. - Lo siento mucho... - Se dirigió al profesor de fuego.

Guardé silencio y lo vi de reojo. - Sí, está arrepentido y esperando a que le levante el castigo...

Phyro se estremeció y me miró fijamente. - Py-Pyoooo ~

La sonrisa de Caelan se amplió un poco cuando vio al familiar abrazado tímidamente al palo de esa escoba, y se preguntó cómo diablos había hecho Moses para meterlo en un lío como ese.
- No te disculpes, no fue culpa tuya - le dijo sinceramente. - Ya traeré a Moses (de la oreja, si hace falta) para que se disculpe contigo... - lanzó un suspiro y se giró hacia Helio.
- Venía a disculparme contigo - le dijo al profesor. - Mi familiar es un poco... Conflictivo. Le pedí a Phyro que pasaran un poco de tiempo juntos, porque tenía la esperanza de que conseguiría pegarle un poco de buenas maneras pero... No pensaba que sería al revés. ¿Te ha causado muchos problemas lo de la broma?
Caelan, después de tantos años, había acabado acostumbrándose a los continuos líos en los que Moses se metía, hasta el punto que ya no intervenía en los castigos y dejaba que Medea (o Aurora, que normalmente era la víctima) se los impusiera. Pero las cosas cambiaban cuando otros se veían arrastrados al desastre con él y, al fin y al cabo, Caelan no podía dejar de sentirse responsable de las acciones de su familiar. Entre él, los alumnos y algunos profesores más niños que los alumnos mismos, acabarían con él...
- ¿Puedo compensarte de algún modo? - terminó preguntándole a Helio, frotándose la sien. Sería una buena manera de, al menos, conocerse un poco. Algo bueno tenían que sacar.

- ¿Eh? Pero... nos divertimos mucho ~ - Phyro me vio de reojo. - Di-Digo... no... ¡no tiene por qué venir a disculparse! Pyo ~

Suspiré y me llevé una mano a la frente. - Sigue barriendo, Phyro... - Miré a Caelan y sonreí. - Pierde cuidado, Phyro no sabe decir que no a algunas cosas. Y, bueno, en realidad, no hubo problema alguno. Se divirtieron, como ya dijo él. - Me llevé las manos a la cintura. - ¿Recompensarme? Oh... pues, no había pensado en el daño moral que la broma de tu familiar me hizo... - Sonreí. - Es broma, no tienes por qué recompensarme...

(¡Ho! Helio está sonriente, me gusta, he leído por allí que es difícil verlo así. ¡Me siento afortunada!)


Caelan le devolvió la sonrisa y hundió las manos en sus bolsillos cuando Helio aseguró que no tenía nada que compensarle.
- Mejor, porque no llevo suelto - bromeó, y luego volvió la mirada de nuevo hasta Phyro. - Me alegro que al menos te divirtieras - dijo sinceramente, viéndolo barrer con la cabeza gacha. - Moses no paró de quejarse porque Medea lo colgó bocabajo y lo humilló. Es un presumido... La próxima vez - y deseó que hubiera una próxima vez, todavía no perdía la esperanza para con su familiar - espero que tu puedas convencerlo a él para divertiros haciendo otras cosas más... Lícitas.
Helio pareció encontrar gracioso aquello, e incluso Phyro lo miró dubitativo. Caelan se limitó a regalarle al familiar una sonrisa amable, y se preguntó por qué Moses no podía ser tan bueno como parecía ser él. Se volvió hacia Helio, pues seguía teniendo ganas de conocerle un poco.
- Bueno, ¿seguro que no quieres que te ayude con nada? Puedo hacer cualquier cosa, aunque... No sé mucho de jardinería. Cuando yo estudiaba aquí, no se impartía esta materia.

( Xd no es tan amargado, solo le gusta asustar niños (?))

- Eh... eso intentaré, supongo... pyo~ - Phyro siguió barriendo, aún avergonzado. Sonreí mientras cruzaba los brazos.

- No le pidas imposibles, quiere ser bueno, pero... en serio, no sabe decir que no... - Me encogí de hombros. - Bueno... pues, no hay mucho que hacer: regar plantas, recoger algunos frutos... cosas sencillas. - Lo miré de reojo. - ¿En serio? Pues... hay muchas cosas que se necesitan para hacer pociones y eso, ¿de donde crees que salen? A veces es más barato cultivarlos que comprarlos... - Suspiré mientras lo veía. - Claro, esa es mi humilde opinión...

- No, tienes toda la razón del mundo - coincidió Caelan, acercándose hasta donde Helio decía. Entre los dos comenzaron a cargar unas macetas para llevarlas a un sitio más adecuado. Él solo siguió al profesor de jardinería. - Es solo que, cuando yo estudié (pero de eso hace tiempo ya, jajaja), no teníamos ningún profesor que impartiera esta materia, así que debíamos comprar los ingredientes. De hecho, no creo recordar que la academia haya tenido nunca a tantos profesores como ahora - añadió, pensativo. La materia que cocina, que impartía la hermana de Helio, también era relativamente reciente, igual que la clase de Acondicionamiento físico de Itsuke, que era completamente nueva, o la de astronomia. De hecho, las únicas materias que siempre, siempre, habían sido impartidas en ARA habían sido las cuatro materias elementales, la alquimia y la invocación de familiares y, pese a todo, antes de la llegada de Yuki, había habido una vacante para profesor de tierra durante bastante tiempo. Sonrió - Me alegro de eso. Más compañeros, más materias, más trabajo para los alumnos... ¡Más diversión para nosotros!

Asentí. - Así es... ya, me hubiese gustado estudiar aquí, pero... bueno, la aldea estaba bastante cerrada... si entiendes a lo que me refiero. - Tomé algunas macetas. - Clío y yo debimos aprender solos... en realidad, Clío es mas ruda que yo al usar su poder... - Me rasqué la nuca exhalando aire. - Pero, bueno... - Solté una risita nerviosa. De pensar las veces en las que me había defendido de pequeños... era vergonzoso.

- Entiendo - Caelan soltó una risa al imaginar a la versión miniaturizada de Helio y Clío aprendiendo mágia, mientras ambos hombres seguían con las teareas del invernadero. Mientras pensaba en eso, algo se le ocurrió. - Oye Helio, si se puede preguntar... ¿Cómo es que tu tienes alas y tu hermana no? Es, cuanto menos, curioso...

Me quedé callado, si bien era cierto que para cualquier persona ajena a la aldea era extraño, para el había sido completamente normal. - Oh, bueno... mi aldea fue fundada por un hamingja (o un ángel guardián) y una ninfa... de su unión nacimos las diferentes razas de ángeles y ninfas... uh... bueno, si una ninfa y un ángel se unen, nacen ángeles varones o ninfas hembras... - Me encogí de hombros. - Es... más difícil de explicar de lo que pensé...

Caelan esbozó una sonrisa y se rascó la cabeza en actitud pensativa.
- Entonces... A ver si lo he entendido. Clío y tu sois hermanos, pero - remarcó esa última palabra - sois de dos "razas" distintas, por decirlo de algún modo...
Helio asintió y Caelan parpadeó, sorprendido, antes de lanzar una especie de risa.
- ¡Vaya! Y pensar que, a mi, mis padres casi me repudiaron por ser mago de fuego y no de tierra como el resto de la familia... ¡No quiero imaginar qué hubiera ocurrido de nacer con un par de alas, o algún cuerno exrtraño!

Solté una risa. - Bueno, algo así habría sucedido si yo no hubiese nacido con alas... mi padre era una persona muy estricta... habría mandado matar a mi madre, y después nos habría dejado morir en el bosque... - Sonreí pensando que tal vez eso hubiese sido mejor que la vida que tuvimos. - Pero, bueno... así son las familias, uno no decide donde nacer... - Suspiré un poco. - En fin...

- Sí, en fin... - Caelan le dirigió a Helio una mirada de lado y luego se quedó pensativo. Ambos estuvieron un rato en silencio, perdidos en sus propios pensamiento, y solo se escuchaba el ruido de fondo de la escoba de Phyro. Suspiró - Todos estamos aquí por algo - acabo diciéndole, muy serio - La academia es... Un lugar en el que todos nosotros podemos estar - se refería a él mismo, a Helio, a Clio... A todos los que no tenían otro lugar en el que estar -. Es como una... ¿segunda familia?
Su propio pensamiento le hizo sonreír.



(¿Se ha notado mucho que estoy intentando hacerle ver a Helio que tiene que quedarse de lado de la academia?? *sonrisa inocente*)

( Ya, viendo todo, creo que tomaré una terrible decisión (?) )

Asentí. - Así es... - Era inevitable darle la razón. Hacía tiempo que no sonreía con otra persona que no fuera Clío, inclusive me sentía a gusto, y no sólo me refería a aquella niña... también estaba Tomas. Me había cambiado la vida. Lo miré de reojo. - Supongo que todos necesitabamos venir, es parte del destino, como dicen...

(Salvamos a Helio y perdimos a Clío.... Terrible, apocalítptico (?))


- No confundas la coincidencia con el destino - sonrió, repitiendo una frase que recordaba que su padre siempre decía cuando era pequeño. - Lo que te ha llevado hasta aquí han sido tus propios pasos, y estos podrían haberte dejado en cualquier otro lugar... ¡Pero basta de filosofear! - gritó Caelan, abandonando al momento la expresión seria que lucía hacía unos segundos. Abrió los ojos y llevó sus manos hasta los bolsillos, observando todas las macetas que habían recolocado y lanzándole a Helio una sonrisa. - Pareces un buen tipo - le reconoció sin venir a cuento - Espero que te apuntes a tomar unas cervezas la próxima vez que bajemos al pueblo. Ya sabes - hizo comillas con los dedos - "reunión de profesores" - luego soltó otra risa y le tendió la mano al profesor de jardinería, para que este la encajase si aceptaba el ofrecimiento.

(( XD))

Me quedé callado. - No suelo beber... nada. - Me llevé la mano a la nuca. - Tampoco soy tan bueno que digamos... - Suspiré. - Podría intentarlo algun... - Iba a estirar la mano pero, Phyro se acercó corriendo a nosotros.

- ¿Puedo ir algun día? - Sonrió dulcemente.

- ¿Recuerdas la taberna, acaso? Un lugar horrible donde tu cara quedó pegostiosa de quién sabe qué... - Gruñí mientras lo veía.

- Cierto... ¿puedo jugar luego con Moses, entonces? - Levantó sus manos sonriente. - Ya.. intentaré que no haga nada malo...

Suspiré llevandome una mano a la cara. - Ya, Phyro... estás castigado... y claro, Caelan... ya veré cuándo nos vemos a... "reunirnos" - Dije haciendo las comillas como él.

(Me declaro absolutamente fan de Phyro xD =w=)


Caelan sonrió cuando Helio estiró la mano para encajar la suya, y pensó durante una fracción de segundo "Bueno, Yuki y Aban tampoco bebían nunca" en tono divertido. Phyiro, pero, se plantó frente a ambos en un segundo, ya sin escoba y con una sonrisa ilusionada, y les habló.

- Helio tiene razón - le dijo, estirando la mano para acariciar su cabeza. - La taberna no es un lugar muy adecuado para ti. Pero... Si puedes jugar con Moses - lanzó un suspiro resignado - Yo no pierdo la esperanza de que alguien consiga enderezarlo un poco algún día... - le clavó una mirada inquisitiva al familiar, a su mirada inocente y a su gesto tímido, y esbozó otra sonrisa -. Ai, ¿por qué él no puede parecer tan adorable como tu? Aparentáis la misma edad más o menos, pero tu pareces encantador y él Daniel el travieso...

( XD tan adorable el pequeño y yo lo hago sufrir, soy mala...)

- El también es bueno... o... no es tan malo... - Phyro se encogió de hombros. - ¿Adorable?

Moví la cabeza. - Se supone que.. bueno, eso no importa... sea como sea... - Miré al profesor de fuego. - En verdad, espero que Phyro ya no te moleste tanto, tampoco...

- Pero... soy adorable, pyo ~ - El rubio sonrió mientras daba saltitos de felicidad.

(Ya, ya lo vi T___T ¿Nos gusta hacer sufrir a los personajes monos? Nah. A mi también me gusta hacer sufrir a Caelan, y él tiene muchas cosas, pero la monería...)


Caelan rió de buena gana con la actitud del familiar después de llegar a la conclusión de que, como él le había dicho que era adorable, definitivamente tenía que serlo. Helio lanzó un suspiro cansado y rodó los ojos en su dirección, así que Caelan le devolvió una sonrisa divertida.
- No creo que Phyro moleste demasiado. Al fin y al cabo es adorable, ¿no? - dijo repitiendo sus propias palabras para poner más contento así al muchacho. Se dirigió directamente a él, agachándose un poco para quedar a su altura y mirarle a los ojos amablemente. - Puedes venir a jugar con Moses cuando quieras. Ya te dije que me caías bien.

( Ya, es divertido XD)

- Eeeh... ¡gracias, también me caes bien! - Phyro me vio con una sonrisa. - Cuidaré de Moses si van a beber, pyo ~

Lo miré extrañado. - Dudo mucho ambas cosas... pero, gracias... - Miré a Caelan. - Bueno... - Me llevé una mano a la nuca. - ¿Entonces...?

Caelan sonrió otra vez (no podía explicarse ni a sí mismo por qué estaba sonriendo tanto, pues aquello no era del todo natural en él, y al final no pudo más que decirse que ese par le habían caído simpáticos) y luego se irguió un poco para mirar al profesor.
- Entonces, y como al parecer he conseguido una niñera para Moses... - bromeó, refiriéndose a Phyro -. Creo que la próxima vez te vienes con nosotros. Seguramente Aban y Rayen se apunten, siempre es bueno entablar buenas relaciones con tus compañeros de trabajo, ¿no?
Esperó a que Helio asintiese y luego finalmente encajó su mano con la de él, sellando así el trato de una próxima reunión. Luego hizo un movimiento de cabeza y dirigió una mirada a su alrededor, mirando si había algo en el invernadero en lo que antes no hubiese reparado.
- ¿Necesitas ayuda con algo más?

- Uh... creo que es todo... - Me llevé una mano a la nuca. - Y sí, creo que no conozco demasiados profesores... - Me llevé una mano a la nuca, ¿cada cuando salía del invernadero? Moví la cabeza. Que vergüenza. - Pero... en verdad, no bebo... nada. - Me encogí de hombros. Nunca me había llamado la atención el alcohol, y aún recuerdo el patético intento que hice al llevarme a Phyro a tomar... en verdad, patético...

Caelan ya tenía la mano casi en el pomo de la puerta, pero de todos modos se detuvo y se giró para mirar a Helio, como si no entendiese el motivo de su preocupación.
- ¿Y qué? - se encogió un poco de hombros y le lanzó una sonrisa amistosa -. No es necesario emborracharse para pasarlo bien. Seguro que Yuki se alegra de tener a alguien al lado que no lo obligue a beber hasta caer redondo. ¿No pensarás que te librarás solo por esto, no?

Suspiré. -[color=olive] Ya... tienes razón.[color=yellow] - Me llevé una mano a la nuca y desvié la mirada.

- Es evidente... con esas excusas no te librarías tan fácil, pyo ~ - Phyro sonrió mientras se acercaba a Caelan. - No le hagas caso, es medio amargado...

- Aaah... Phyro, gracias... ¿de qué lado estás? - Me rasqué la nuca molesto. - Gracias por todo, Caelan... - Desvié la mirada, avergonzado.