Sigo enamorada de ti

El viento hacía volar el pelo de Aiwe, cerró los ojos. Volvió a verlo todo en su cabeza: estaba en Mondphase paseando cuando vio a Caelan y una mujer, se acercó para saludar cuando vio que se besaban. Volvió a abrir los ojos, "Caelan" su nombre resonó dentro de su mente. Se pasó la mano por el pelo, su pelo largo y bonito, "Como le gustan a Caelan" volvió a pensar, "me dejé el pelo largo porque él me dijo que le gustaban más los pelos largos, y aún es hora que me haga caso". Una lágrima cayó por su mejilla y Aiwe pensó en su hogar, su madre siempre le decía que cuando estuviera triste cantara, que se alegraría. Aiwe decidió seguir su consejo y empezó a cantar.


Hay otros corazones rotos, que lloran por amor tambien.
Y debo confesar, que es triste atormentarse asi.
Despierto y ya no estas conmigo, mi sueño ha terminado aquí.
Me dicen los demas, que ya no volveras a mi, yo sigo enamorada de ti.

Hoy ya no puedo tener la felicidad que ayer,
Logre compartir, sigo enamorada de ti, sigo enamorada de ti, sigo enamorada de ti.

“Olvidale”, me dicen todos, el corazon me dice no.
Jamas olvidare, la bella historia que vivi, sigo enamorada de ti.


Hoy ya no puedo tener la felicidad que ayer,
Logre compartir, sigo enamorada de ti, sigo enamorada de ti, sigo enamorada de ti.

- Como no, siempre te encuentro cantando.

Ayashi entró en la azotea y hundió las manos en los bolsillos, sonriendo tímidamente en dirección a Aiwe. Había llegado un par de minutos antes, justo a tiempo de pillarla en pleno auge de la canción, y aunque notó que se había puesto triste (y, sinceramente, imaginaba el motivo y la persona de la que "seguía enamorada"), pensó que tal vez pudiera hacer algo por su vieja amiga.
- Sorpresa - murmuró, levantando un poco los brazos. No sabía cómo reaccionaría Aiwe al verle allí, al fin y al cabo llevaban casi siete años sin verse y sin comunicarse más que con cartas, pero él tenía ganas de volver a ver a su amiga. Pensó que, tal vez, había llegado en el momento en que ella más le podría necesitar.

Abrió los ojos al acabar al canción y vio a Ayashi. Se frotó los ojos porque no creía lo que estaba viendo. Voló hacía él y se le tiró a los brazos. -¡Ayaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! - Se separó y lo miró mejor, llevaban unos siete años sin verse, cuando él dejó la academia y Yuki y ella se hicieron profesores. - No has cambiado mucho - lo rodeo - solo estas un poco más viejo n.n ¿Cómo te ha ido todo?

Aya sonrío un poco condescendientemente con el comentario de Aiwe sobre que estaba más viejo, pero acabó riendo y abrazando a su amiga, alegrándose mucho de haberla reencontrado tras tanto tiempo, y arrepintiéndose de no haber ido a visitarla antes.

- Me ha ido muy bien, no me puedo quejar - sonrió. - ¡Ahora soy un comerciante de renombre! Aunque ya lo sabrías si hubieras aceptado alguna de mis invitaciones y hubieras venido a vernos con Yuki.... - infló pecho, fingiendo que su orgullo estaba herido, pero luego le sonrío y le acarició la mejilla. - ¿Y tú como estás? Estuve aquí hace un par de días, pero no te vi.

- ¡Comerciante de renombre! Carai, pues que sepas qeu yo soy la mejor profesora de viento qeu ha pisado Radium Alba, todos mis alumnos me quieres muchísimo - Exageró Aiwe. Acto seguido empezó a hacer pucheros - Y si no he aceptado tus invitaciones ha sido porque siempre las he recibido más tarde que las de Yuki, y las suyas siempre han sido más bonitas. No me quieres tanto como a él. - Incha las mejillas como si fuera una niña pequeña, al ver que Ayashi se reía se pone seria - Siempre me coincidía con los días libres, y ya sabes que siempre que puedo voy al pueblo. - Le sonrió como siempre. - Y ¿Qué cómo estoy? Pues ya me ves - da una vuelta sobre si misma - Como siempre.

- Ahora no tendrás excusa. He comprado una casa en las afueras de Mondphase y tengo intención de quedarme por aquí, al menos, hasta que Nerine se gradúe - Sonrió y observó a Aiwe dando una vuelta sobre sí misma, divertido.
- Te has dejado el pelo largo... - hizo notar.

- ¡Oooooh! ¿Esa es esa casa donde ha ido Aurora? ¿Te gustó el vestido? Lo escogí yo! n.n - Se sonrojó al ver que Ayashi se había dado cuenta de su pelo ahora largo. - Y el pelo.. Alguien me dijo que me quedaría mejor, supongo qeu ya sabes quien... - añadió eso último en voz baja.

Ayashi se rascó la mejilla, sonrojado, cuando Aiwe mencionó a la profesora de agua, pero no dijo nada porque le daba verguenza y porque en aquel momento estaba más interesado en su amiga.
- Creo que lo sé - reconoció. - ¿Cómo van las cosas con eso? - No pudo evitar sentirse bien consigo mismo. Al menos él llevaba ahora una especie de relación amigable con la mujer que le gustaba.

- Pues... algo hemos avanzado, ahora nos peleamos a menudo. Pero no pienses mal, sabes que odio las peleas. Él hace que me sonroje y yo me molesto por ello. Estamos en boca de todo la academia u.u Pero al menos me habla. - Bajo la cabeza, llevaba siete años igual - Aunque, si te soy sincera, ahora hasta busco yo las "peleas", no se es raro de explicar - Se rió y se giró hacia su amigo mientras elevaba los hombros con expresión de no saber que decir.

- ¿Será que tienes una pequeña vena masoquista? - preguntó encogiéndose de hombros, refiriéndose al hecho que ella misma buscase las peleas tan solo para tener algo de que hablar con el hombre del que estaba enamorada. Sintió algo parecido a la compasión y le acarició la cabeza con dulzura. - Al menos es un avance, ¿no?

¿Será que tienes una pequeña vena masoquista? al oír eso le dio un golpe en el brazo. Estaba fuerte, eso también había cambiado. Pero luego hizo un gesto que le recordó a los viejos tiempos, le acarició el pelo. Eso siempre la había tranquilizado. - Sí, es un avance. - suspiró - Ahora yo ya me he confesado, ahora te toca a ti, ¡habla o casquillas! - Y, al igual que cuando estudiaban, le empezó a hacer costillas en los costados.

Rompió a reír y se encogió un poco para protegerse de ella, pero rió más porque le hizo gracia que porque realmente estuviera consiguiendo hacerle cosquillas. Agarró las manos de Aiwe y lo miró suplicante y divertido.
- Para, para, ¡te lo diré todo, lo juro! - Sonrió pero luego se puso más serio. - En mi caso no hay mucho que confesar, he vivido lejos durante siete años y acabo de regresar. Parece que ella está interesada en retomar el contacto conmigo pero... Bueno, no estoy muy seguro de nada - le dijo, y luego sonrió con algo de culpabilidad.

Aiwe se puso seria y lo miró. Recordó la conversación que tuvieron Aurora, Caelan y ella días antes, no le podía decir así de golpe que Aurora estaba enamorada de él, pero sí podía intentar que él diera el primer paso. Sino lo daba Ayashi, Aurora menos, y tenía que hacer algo por esa pareja. - ¿De qué no estas seguro? ¿Han cambiado tus sentimientos? Recuerdo cuando íbamos juntos a espiar a los profesores. Estabas muy colgado de ella.

- No, no me malinterpretes, ella sigue gustándome mucho - respondió, sonrojándose profusamente. Recordó las palabras de Aiwe, y como ellos dos se colaban en la sala de profesores con cualquier excusa para tener cerca a Aurora y Caelan. "Divina juventud", pensó, ya que en aquel momento ya no se sentía capaz de hacer cosas como aquella sin morirse de la verguenza. - Es que Aurora es... Inalcanzable para mí. Mírala, ¡es la misma ahora que hace quince años! - bajó la cabeza. - ...Y que hace veintisiete. Y cincuenta. Y doscientos...

- Pero... - "te quiere" acabó su frase en la cabeza y respondió rápido. - ¿Pero no has pensado que puede enamorarse también? - Pensó en las palabras de Ayashi, Aurora no había cambiado de aspecto, pero en esos siete años que Aiwe había estado de profesora se había hecho muy amiga de Aurora y la había visto cambiar. - Es una elfa, y eso es una cosa que tienes que tener clara Aya, han pasado muchas personas por su vida, muchos amigos - puntualizó - En estos siete años que he estado con ella me he dado cuenta que quiere enamorase, ¿por qué no de ti?

- Ya... ¿Por qué no?? - respondió, aunque en realidad no parecía demasiado convencido. Levantó la cabeza y le hizo mucha gracia ver lo decidida que parecía. "¿Tendrá tanto morro?"
- El mismo cuento se te puede aplicar a tí, guapa - le sonrió. - Tal vez con un poco de esfuerzo, el profe Caelan se quede pillado por ti

Todo el valor que había puesto apra animar a Ayashi se fue y suspiró - Lo mio es un poco más complicado.. ese hombre es un mujeriego. - agachó la cabeza - Ahora mismo debe de estar en casa de una mujer en Mondphase, antes de venir aquí lo he visto besándose con una mujer en un rincón de la calle.

- Puede que no te hayas fijado bien - trató de animarla. - Tal vez era su hermana o... - Aiwe le fulminó con la mirada. - Vale, perdón, no he dicho nada. Pero a ver, el profe es un mujeriego, ¿no? ¿Y tu qué eres? ¿Una tortuga ninja?

En la mente de Aiwe se formó su imagen con una coraza en al espalda y una cinta naranja en la cabeza, se rió pero se volvió a poner seria al recordar de donde venía eso. - Yo.. Yo soy la mujer invisible. - suspiró - Llevo siete años aquí y no he conseguido nada, ¿qué te hace pensar que esto puede cambiar?

- Que eres una mujer maravillosa - le dijo sencillamente, sonriendo. - Que eres preciosa, y alegre, y que tu sonrisa brilla como el sol. Eres radiante y única. ¿Qué te hace pensar a ti - remarcó la palabra pinchándola en la nariz - que no eres capaz de conseguir lo que te propongas?

Aiwe abrió la boca pero no pudo decir nada, las palabras de Ayashi resonaron en su cabeza. Lo abrazó y empezó a llorar - Eso que has dicho es muy bonito Aya. - Se secó las lágrimas y lo miró. - Pero me temo que él no me ve igual que tú. Simplemente soy un pájarillo que esta muy mona cuando se enfada y que lleva bragas infantiles.

Aya le sonrió y medio abrazó a su amiga. Quería decir algo para animarla, pero pensó que a veces era mejor callar y no decir nada, y aquello hizo.
Tras unos minutos de silencio, en los que ambos se perdieron en sus pensamientos, Ayashi se rascó la cabeza.
- Oye, ¿y cómo está Yuki? Todavía no le he visto...

- ¿Yuki? Como siempre, no ha cambiado nada. Bueno, un poco más responsable con eso de ser profesor y tal. Pero ninguna novedad. ¿Y es de ti gran comerciante? -Volvió su sonrisa de siempre.

"¿Yuki, responsable?", Ayashi se rió solo de pensarlo. Luego se concentró en la pregunta de Aiwe y se cruzó de brazos.
- Pues... ¡Me he enrriquecido! - dijo, y luego ambos rieron. - No, en serio, no me puedo quejar. Ya sabes que no me hacía mucha gracia eso de irme de casa y dejar de contar con la ayuda de mis padres, más si tenía que llevarme a Nerine conmigo y mantenerla... Al principio fuimos al norte, a Ënnya, y estuve casi un año currando de mozo. Luego pude comprar un pequeño taller y comenzó el negocio de la encuadernación de libros... Y properó. A eso me dedico ahora - sonrió.

- ¡Uau! ¡ Así que si alguna vez me quedo en la calle ya se donde ir! - le sonrió - Y pensar que solo hace siete años estábamos aquí sentados con Yuki pensando en el futuro. Lo veía tan lejos... Y ahora soy profesora. Suerte que mis alumnos no son como yo a su edad. Pobre profesor Ifaen, lo compadezco por haberme aguantado tantos años.