Abriendo las colosales puertas

"Sean bienvenidos a mi invernadero, podrán encontrar diferentes tipos de flores, arreglos florales y demás.
Posimas de amor con toques dulces de la rosa, ungüentos con plantas venenosas, tierra mágica para que sus flores crezcan
hermosas y radiantes... bien, estan en el lugar indicado"

Se encontraba limpiando los pétalos de su planta favorita, la sostuvo entre manos y la puso cuidadosamente sobre una mesita. Los rayos de sol comenzaban a tocar sutilmente. El aroma se conjugaba con el riego. Podía respirarse un ambiente de paz y tranquilidad.

Llevó su taza de chocolate caliente y tomando un sorbo escuchó las campanas que emitian un sonido agradable. Alquien había entrado.

-Bienvenid@...- decía mientras esbozaba una gran sonrisa.




((Tema Libre!! *w*))

-Buenos días~ - Evan se asomó, dibujando una gran sonrisa. Era su día libre, y se había levantado bastante temprano para aprovechar y pasear un poco por Mondphase. Necesitaba comprar óleos y pinceles nuevos, y en el camino se había encontrado con este nuevo invernadero que había llamado su atención.
Se tomó su tiempo para observar las distintas plantas y flores, se veían muy bien cuidadas y el ambiente era tan agradable que sentía cómo una dosis de inspiración lo embriagaba. Sin embargo, no había venido por eso.

Dirigió la vista a la mujer que le había dado muy cordialmente la bienvenida, y, conteniéndose las ganas de coquetear (aunque sin entender muy bien por qué), finalmente le habló. - Busco algunos narcisos... los suficientes como para aromatizar un ambiente pequeño.-
Dicho esto, volvió a echar un vistazo rápido a su alrededor, como buscando algo más de lo que había pedido. Sin embargo, devolvió la vista a la mujer de inmediato, justo cuando ella le respondía.

Sonrió amablemente mientras asentía. Dejó que él siguiera observando el lugar, parecía como si estuviera relajándose poco a poco. Regresó con dos tipos de narciso, uno de color amarillo y otro de color blanco con el centro de color anaranjado. Ladeo un poco la cabeza.

-Estas dos darán olor, color, vida y un agradable ambiente -dijo mientras posaba ambas plantas sobre las manos del invitado -Será un agradable día ¿cierto?-sonrie amablemente

-Perfecto ♥ - dijo observando los ejemplares que la mujer había depositado en sus manos. - Se encuentran en impecable estado - comentó a modo de observación. Solía criticar o halagar la mercadería que le era ofrecida antes de comprar si le parecía necesario.
-Ah, me gustaría ver algo más...- comenzó a caminar por los distintos pasillos del invernadero mientras hablaba con la mujer, observando y oliendo distintas variedades de flores. -...No conocía este lugar, imagino que es nuevo - sonrió - Y la verdad, me viene de maravilla ♥ En la Academia hay un hermoso invernadero pero está custodiado por un ogro con plumas =v=;; - dijo, refiriéndose, por supuesto, al profesor de jardinería. -Así que seguramente me verá muy seguido por aquí ^^-
El ambiente le traía algunos recuerdos de una noche en particular; algo que lo llevó a hacer la siguiente pregunta -Por cierto, sé que no es la estación, pero... - buscó a su alrededor con la mirada - ¿de casualidad tendrá algunas rosas azules que pueda ver? -

~ En la Academia hay un hermoso invernadero pero está custodiado por un ogro con plumas =v=~

Rió ante el comentario del joven... -Apenas acabamos de mudarnos... buscábamos algo de paz y tranquilidad creo que aquí lo encontramos- dijo ante la pregunta del castaño, mantuvo la conversación con él mucho tiempo. Comenzaba a enseñarle todo tipo de flores, tanto exoticas como misteriosas.

-Permitame no tardo...- se alejó de él y entró a una puerta anexa, salió a la entrada de la misma y le hizo señas de que la acompañara, cuando se adentró pudo observar más flores, de diversas tonalidade y diferentes fragancias- Las cuido para ocasiones especiales... como esta.- menciona en susurro mientras que el castaño se maravilla con ellas. Yendose a la dirección contraria saca unas hermosas rosas azules como el cielo brillando por luz propia y con un aroma tan sutil que sólo embriagaba los sentidos.

-Son mis favoritas- espresaba mientras olía uno de los pétalos.

Evan quedó maravillado con las rosas azules que le enseñaba la mujer. Se encontraban en impecable estado, igual que las que cuidaba Blau en el invernadero de la Academia.
-Llevaré una docena - dijo, aunque luego lo pensó mejor y se corrigió. - Lo siento, que sean trece unidades mejor...- sonrió. Aquellos ejemplares brillaban de manera muy particular, y quería ocupar una en especial para... Se acomodó un poco el pelo, no sabía por qué planeaba cursilerías que no estaba seguro de llegar a cumplir realmente.
Volvió a echar un vistazo al ambiente, aquel invernadero tenía algo especial; estaba seguro de que no sería la última vez que lo visitaría. Ubicó a la mujer de pelo verde con la vista, y decidió continuar con la conversación.

-Hace unos momentos habló en plural cuando dijo que buscaban paz y tranquilidad. Imagino que está casada~ - sonrió galantemente, nunca estaba de más preguntar, ¿o si?. -Y si no es mucha intromisión, ¿a qué se refería con paz y tranquilidad?-

Afirmó sonriente y con un tono rosado sobre sus mejillas, de verdad... ella estaba enamorada de su esposo y con el simple hecho de recordarlo se sonrojaba. -Disculpe...- hizo una reverencia -De donde vengo... no es bien visto que la hija del patriarca se case con un... humano. Eso significaria el destierro y la humillación. -devió la mirada un poco triste al recordar su pueblo- Por cuestiones de seguridad llegamos a este pueblo.