La Habitación de Aurora...

Auroa abrió la puerta de su habitacíon como pudo. Era común que en la epoca previa al inicio de las clases se la viera acarreando toneladas de libros desde la biblioteca hacia su cuarto. "-Creo que debería buscar una forma más facil de acarrear las cosas cuando Boden o Aiwe no pueden darme una mano"- se dijo a si misma mientras dejaba caer su pesada carga sobre un viejo pero hermoso escritorio tallado en madera.
La habitación era amplia y luminosa, con un entrepirso que hacía de "dormitorio" propiamente dicho, ya que alli se encontraba una cama con docel y una pequeña jaula donde Fidel solía pasar la noche. Un enorme ventanal situado en medio del cuarto invitaba a una terraza-balcón decorado con montones de plantas florales que se mantenían asi durante todo el año (regalo de Aiwe por su cumpleaños) y provisto con una mesita, en la que se hallaba todo lo necesario para la hora del te.
Las paredes estaban revestidas en madera y dependiendo que sectores se tocaran, salían de ellas compartimentos muy útiles para guardas aquellos objetos que debían mantenece fuera del alcance de extraños. También se hallaba una basta coleccion de mesas ratonas y un gran sofá.
El techo era alto, en forma de bobeda, con hermosos frescos que plasmaban diversas criaturas miticas y constelaciones.
Aurora amaba su cuarto, porque en cierta forma, esa era su "casa". Con el tiempo la había decorado con montones de objetos traidos de los más reconditos lugares del mundo, algunos hallados por ella, otro fueron obsequios de gente querida. Oculto detras de varios jarrones con flores, relucía un pequeño portaretrato de plata con la figura de dos elfos adultos.... un hombre y una mujer.... Aurora solía mirarlo de reojo cuado pasaba cerca y su miraba se entristecía un poco, pero de inmediato giraba la cabeza y se dirigía a su escritorio.... -"Es hora de trabajar"-... se decía mentalmente y se sumergía en el mundo del conocimiento que le ayudaba a escapar de los sentimientos amargos.